Salud

El síndrome de Diógenes se puede prevenir a tiempo

Una enfermedad no tan conocida, el síndrome de Diógenes, enmarca patrones como el aislamiento social, la reclusión en el propio hogar, el abandono de la higiene y la acumulación de grandes cantidades de basura en el domicilio. Fue reconocida en 1975 y este año ingresó en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos Mentales. Nicolás Bottinelli licenciado en psicología, presentó una investigación realizada para la Defensoría del Vecino, "Síndrome de Diógenes: Impactos en el sujeto, la comunidad y los abordajes estatales". El Espectador dialogó con Fernando Rodríguez, defensor del vecino, para profundizar aspectos del trabajo.

Rodríguez lleva siete años en la Defensoría del vecino. En 2006 se registró el primer caso en que la entidad tomó cartas en el asunto. "Nos dimos cuenta de que era un fenómeno muy complejo, desconocido";.

La gestión de la Intendencia respecto a la problemática era prácticamente nula, la respuesta se reducía a "limpiar la casa por pedido y denuncia de los vecinos";, expresó.

La problemática, explicó Rodríguez, encierra una doble preocupación. Por un lado, el pedido de los vecinos, la solicitud de mantener la higiene de los espacios públicos y privados. Por otro lado, la salud de quien padece el síndrome de Diógenes, el derecho a la atención sanitaria.

Rodríguez comentó que la Defensoría ha enfrentado "situaciones inhumanas";, verdaderos "basurales"; en pequeñas habitaciones.

El trabajo de la defensoría, según explicó Rodríguez, todavía no se efectúa a tiempo. Precisamente, se lo adjudicó al poco conocimiento que existe sobre el síndrome. Sin embargo, "no vale la alerta oportuna, si no hay respuesta oportuna";, sentenció.

De todos modos, hay indicadores como el "auto-abandono"; o "descuido"; en la higiene, "abandono"; del cuidado sanitario, "ruptura de vínculos sociales";, dijo Rodríguez.

En el cierre, Rodríguez subrayó la importancia de que el sistema de salud dé cuenta de esta realidad. "A veces estos pacientes se comportan con normalidad, tal vez el psiquiatra constate alguna patología, pero si no se observa la vida cotidiana del paciente, el terapeuta clínico puede llegar a no conocer ni cerca la situación que está viviendo";, concluyó.