El mosquito "aedes aegypti" es el responsable de la transmisión de ambas enfermedades, que se caracterizan, sobre todo, por ocasionar un cuadro viral con fiebres alta y dolores articulares y musculares.

El dengue puede ser mortal, pero la chikunguña, conocida como "el virus del dolor", deja secuelas de por vida y se propaga mucho más rápido.

"El hecho de que no haya habido hasta el momento dengue ni chikunguña autóctonos en Uruguay responde no solamente a lo que se haga con las acciones que tome el personal de la salud sino individualmente cada uruguayo desde su casa eliminando todos los posibles criaderos de este mosquito", expresó la ministra uruguaya de Salud Pública, Susana Muñiz.

Este país sudamericano es uno de los pocos bastiones libres de chikunguña autóctona de América Latina, es decir, en el que los únicos casos registrados han sido en personas que han vuelto a Uruguay tras infectarse en otro país.

"Todos los países fronterizos con Uruguay tienen casos con una incidencia importante del dengue y la chikunguña", aseguró el representante en Uruguay de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Eduardo Levcovitz, quien señaló que las condiciones climáticas están cambiando "de una forma bastante importante" en los últimos años y puede que esa variable no sea "tan favorable" a medio plazo.

Precisamente, el pasado agosto se detectaron cuatro casos de chikunguña en Uruguay, aunque todos ellos fueron importados.

Por ello, este año se reforzó la campaña de prevención del dengue junto con la fiebre chikunguña de cara al período estival.

"En nuestro país todos los años tenemos dengue importado y sí nos preocupa porque lo que sí esta pasando es que el 'aedes aegypti' se está reproduciendo en nuestro territorio y podría generarse dengue autóctono. Es lo que estamos tratando de preservar", añadió Muñiz.

Para ello, "independiente de toda la cobertura nacional de la campaña", Levcovitz indicó que es importante tener una información "muy detallada" y apoyar los departamentos de frontera, particularmente de las regiones en que hay una infestación creciente del vector".

En Argentina, en 2014, fueron notificados 114 casos sospechosos, de los cuales 16 fueron confirmados.

Brasil registra 2.165 casos desde que en septiembre entrara el virus del chikunguña al país y donde la pasada semana las autoridades sanitarias informaron del primer enfermo de fiebre autóctona.

Por otro lado, las autoridades de Paraguay detectaron ocho casos de chikunguña y, aunque solo uno de ellos fue registrado como autóctono, optaron por poner en marcha una campaña de prevención en empresas hoteleras, restaurantes y empresas de transporte.

La combinación de mucho calor, humedad y lluvias, registrada en Uruguay en la primera etapa estival, resulta idónea para los criaderos del mosquito "aedes aegypti".

"Si no lo querés ver de cerca, mantenelo lejos. Ahora la amenaza es doble", expresa el cartel de la campaña pública, orientada a concienciar a la población en general.

"Necesitamos que en cada hogar se refuercen las acciones evitando todo lo que son los criaderos donde quede agua estancada durante varias horas", consideró Muñiz en declaraciones a los medios tras la presentación de la campaña.

La ministra añadió la necesidad de poner atención a los neumáticos de automóviles "donde se junta agua y se convierte en criaderos", además de evitar en las piscinas el estancamiento del agua.

Tanto Levcovitz como Muñiz coincidieron en que "si no hay mosquito no hay dengue ni chikunguña", por lo que apelaron a la responsabilidad de todos los ciudadanos.

Actualmente no existen medicamentos antivirales para tratar la fiebre chikunguña, solo reposo, hidratación y acetaminofén, por lo que la prevención es la única arma para evitar el contagio.

Así, "por ahora la vacuna posible es la de mantener el vector lo más apartado posible", agregó Levcovitz, para concluir que espera que "en un par de meses" se pueda haber hecho realidad el "sueño de un verano" sin dengue y sin chikunguña en Uruguay.

EFE.