En el nuevo estudio, el más grande en su clase sobre el autismo, investigadores europeos observaron a casi cuatro millones de niños, de cinco diferentes países, todos ellos fuera de Estados Unidos.

Encontraron que las madres adolescentes, los padres mayores de 40 años de edad y padres cuyas edades tenían una diferencia de más de 10 años, eran todos más probables de tener un hijo autista.

Las tasas más altas de autismo se encontraron en familias donde ambos padres eran mayores.

Los resultados compaginan con los hallazgos de estudios pasados, pero este fue lo suficientemente grande como para ver los efectos de la madre y el padre, independientemente.

Sin embargo, mientras este estudio arroja mas luz sobre la conexión, los hallazgos no significan que los padres de niños autistas deberían sentirse culpables.

Lo que sí significa, es que podríamos estar un paso más cerca de realmente comprender los orígenes de esta enfermedad y encontrar mejores formas de enfrentar estos retos. VOA