Tras explosiones

Las posibles causas de la "neurosis de guerra"

Las posibles causas de la "neurosis de guerra"
EFE/Archivo

Video | Los científicos tratan de descifrar los misterios que aún existen sobre las consecuencias que las explosiones causan en el cerebro de los soldados. El fenómeno, denominado "neurosis de guerra", aún es poco conocido, pero hay una luz de esperanza.

Muchos veteranos de guerra que sobrevivieron a potentes explosiones muestran síntomas de lesiones psicológicas, tales como cambios de humor, arrebatos violentos, dificultad para concentrarse o depresión.

Al igual que con las personas que murieron en accidentes de transporte o por sobredosis de drogas, sus cerebros muestran daños físicos.

Investigadores de la Escuela de Medicina Johns Hopkins realizaron un minucioso examen de los cerebros de veteranos que murieron por otras causas, y encontraron un patrón de fibras nerviosas rotas o hinchadas en el lóbulo frontal.

"El descubrimiento es importante porque se trata del centro de comando del cerebro. La parte del cerebro que se encarga de organizar, planificar el futuro, entender lo abstracto, y si está dañado, nos puede complicar la vida", aseguró el profesor Vassili Koliatsos, un patólogo y neurólogo de la Universidad Johns Hopkins, quien dirigió el estudio.

Koliatsos asegura que los daños en el cerebro de estos veteranos se encuentran concentrados cerca de los vasos sanguíneos, lo que sugiere que la fuerza de una poderosa explosión empuja la sangre en el pecho de los soldados y hacia el cerebro.

"El impacto provoca una fuerte presión que termina hinchando el cerebro, lo que a su vez empuja otros elementos fijos dentro del cráneo, causando serios daños", destacó el experto.

Los resultados de Koliatsos podrían permitir a los médicos ofrecer tratamientos más eficaces a los veteranos que sufren de trastornos de estrés postraumático, mientras que las fuerzas militares serán capaces de proteger mejor áreas como el pecho del soldado para evitar futuros daños cerebrales, lo que podría salvar muchas vidas. VOA