No desconfiar de las capacidades propias

Dayna Touron -especialista en psicología cognitiva de la Universidad de Carolina del Norte- descubrió que con el paso del tiempo las personas tienden a perder la confianza en sus habilidades mentales, aunque estas funcionen sin problemas.

Por ejemplo, al llegar a un lugar y olvidarse qué se ha ido a buscar, se suele vincular el hecho con problemas de memoria debido a la edad, cuando no se debería, porque esto también le suele suceder a los jóvenes.

Las "ayudas memorias" utilizadas debido a estos traumas, generan un declive de la actividad cerebral. El consejo es tomar las señales de olvido como recordatorio de que hay que exigirle más a la memoria.

Proteger los oídos

La mente sufre cuando queda aislada de los sentidos. Quizás por el esfuerzo extra de atención, la pérdida de audición causa la pérdida de materia gris en el cerebro.

Sin importar la edad, es importante identificar las situaciones que contribuyen al desgaste de la audición. Cosas como escuchar 15 segundos de rock a todo volumen, o utilizar 15 minutos diarios un secador de pelo, son suficientes para ocasionar daños auditivos, ya que se están dañando las células que recogen los sonidos.

Se recomienda buscar asistencia médica en caso de detectar problemas auditivos, para prevenir daños mayores.

Aprender un idioma o tocar un instrumento musical

Un estudio del 2014 reveló que los músicos tienen un 60 % menos de probabilidades de desarrollar demencias que las personas que no tocan ningún instrumento. Otro, demostró que aprender un nuevo idioma puede retrasar cinco años el inicio del Alzheimer.

Hacer deporte

Ponerse en forma es una de las formas más seguras de desarrollar la mente. El deporte no solo produce un mejor flujo sanguíneo al cerebro, sino que también dispara un aumento de proteínas que ayudan al mantenimiento de las conexiones neuronales.

Los niños que caminan de casa a la escuela sacan mejores notas, mientras que un paseo a pie aumenta la capacidad de concentración y la memoria de los jubilados.

Salir de fiesta

Una de las mejores maneras de proteger el cerebro es socializar. 

Sorprendentemente, un estudio con personas de 70 años, encontró que los individuos más activos socialmente tiene un 70% menos de probabilidades de sufrir deterioro cognitivo en un periodo de 12 años, comparados con aquellos que tenían una vida social menos activa.

Todo, desde la memoria y la atención, hasta la velocidad mental de procesar información, se beneficia del contacto regular con otras personas.