"Todavía tenemos porcentajes muy altos de varones que no se protegen. Todavía existe un imaginario de que las ITS (infecciones de transmisión sexual) y el VIH afectan a poblaciones específicas, explicó a Efe Lilián Abracinskas, directora de la organización Mujer y Salud Uruguay (Mysu), responsable del informe.

En ese sentido, la coordinadora del sondeo aclaró que dicho imaginario popular se refiere a relaciones homosexuales o con trabajadoras sexuales como las posibles de provocar una infección.

A su juicio, el dato demuestra además que "todavía se sostiene la práctica de delegar a las mujeres los cuidados preventivos y anticonceptivos".

La encuesta, realizada con varones uruguayos de 15 a 49 años, dio cuenta de que el 93 % tiene cobertura de salud, pero "ninguno de ellos consulta los servicios sobre salud sexual y reproductiva", agregó Abracinskas, quien resaltó que se trata de un evidente contraste con la realidad femenina.

"En términos de políticas públicas y de servicios en general, los varones no son beneficiarios de atención en salud sexual" sostuvo, si bien matizó que las nuevas generaciones acceden a algún programa específico en materia de educación sexual.

Para la experta, la constatación a través del estudio de que "los servicios de salud no son referencia para los varones en el campo sexual y reproductivo" configura un desafío para las autoridades sanitarias y los gestores políticos, así como para los investigadores académicos.

"Indagar sobre la sexualidad de los varones, pensando en la especificidad que tienen y la propia disponibilidad de los mismos para hablar sobre el tema es todo un trabajo arduo, primero porque no hay antecedentes", ejemplificó para ofrecer una idea de la dificultad de pensar políticas sanitarias dirigidas a esa población.

En ese sentido, Mysu, la OPS y el Unfpa brindaron esta semana un taller a educadores y a profesionales que trabajan con jóvenes para abordar los resultados del informe a través de enfoques como la paternidad, la violencia y la responsabilidad de "cuidarse".

"Si no trabajamos con los varones no vamos a lograr interceder en los indicadores de desigualdad. No es pensar en sustituir lo que hay, sino complementar y mejorar", defendió Abracinskas y añadió que se ha abierto un debate sobre diseñar políticas de salud sexual separadas para hombres y mujeres o "transversalizarlas". EFE