Programas educativos para prevenir alcoholismo no son efectivos
Los programas educativos desarrollados en los centros escolares para prevenir el consumo abusivo de alcohol y de drogas entre los más jóvenes no son efectivos, dijo esta semana a Efe en Montevideo el estadounidense Thomas Babor, asesor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
"Hay varias políticas que se han desarrollado y evaluado de forma científica. Una de ellas es la educación en las escuelas. Lo que hemos aprendido en los estudios sistemáticos con gente joven sobre cómo reacciona a los programas de información es que no son efectivos para prevenir el uso de alcohol o las drogas", aseguró.
"Son efectivos cuando son combinados con las escuelas trabajando con los padres para limitar el acceso al alcohol y cambiando el ambiente escolar haciéndolo más receptivo para la gente joven propensa a consumir alcohol. Ahí podemos ver un efecto en el consumo", añadió.
El estadounidense es uno de los ponentes principales del foro "Alcohol, salud pública y bienestar social: aportes para la construcción de políticas públicas orientadas a la reducción del uso problemático de alcohol en Uruguay", organizado por la Junta Nacional de Drogas del país y el International Development Research.
En su alocución, Babor señaló varias políticas públicas aplicadas en distintos puntos del planeta y destacó que las más efectivas son aquellas que elevan el precio.
En su charla también abogó por controles gubernamentales que afecten a la reducción de la disponibilidad del alcohol -limitando horarios de venta o modificando la edad legal de consumo, por ejemplo-, así como por ciertas limitaciones en las campañas publicitarias de las empresas del sector.
"Uno de los problemas con el alcohol es que es un producto comercial y es promovido por grandes compañías que alientan a la gente a beber", apuntó Babor.
En ese sentido, puso como ejemplo la medida adoptada por Francia en la década de 1990 en la que la promoción del alcohol en los anuncios no podía estar vinculada al "éxito o al deporte".
Asimismo, expuso varios casos internacionales en los que la adopción de medidas de este tipo -como por ejemplo la reducción de la tasa de alcohol en sangre permitida para los conductores- han tenido como resultado la reducción de accidentes, homicidios, lesiones y casos de violencia doméstica, entre otros aspectos.
En el caso de Sudamérica, Babor advirtió que el problema con el consumo abusivo de alcohol "se está volviendo muy serio".
"Es una de las regiones del mundo con uno de los mayores porcentajes de problemas con el alcohol. En parte por la ausencia de controles por parte de los gobiernos en el precio, el marketing, la disponibilidad y la ausencia de servicios para gente con problemas de alcohol", dijo.
"En Latinoamérica hay unos costos enormes en los sistemas sanitarios y en el sistema de bienestar", aseveró Babor, que matizó que estos son mayores que los generados por las drogas ilegales.
Preguntado acerca de la idoneidad de prohibir el consumo de alcohol, Babor descartó esa posibilidad al indicar que tiene "algunos beneficios para la sociedad, particularmente en países como Uruguay, que tiene una larga tradición de consumo de vino con las carnes".
"El alcohol es una bebida y puede ser utilizada de forma responsable. Lo que tratamos de hacer a través de las políticas públicas de salud es limitar el exceso del consumo y cuando hacemos eso podemos disfrutar el alcohol sin experimentar los problemas relacionados con él", matizó el asesor de la OPS.
En el caso específico de Uruguay, donde se estima que alrededor de 260.000 personas tiene problemas con la bebida, Babor destacó sus buenas prácticas en cuanto a la "ley de tolerancia cero" que rige desde este año para los conductores del país suramericano.
Pese a ello, señaló que es importante que Uruguay se esfuerce más en controlar la publicidad que se hace de esa sustancia, en vigilar mejor la disponibilidad de venta y en aplicar medidas para incrementar -o mantener al menos- su precio.