En el prospecto del Gardasil, nombre de la vacuna, aparece dentro de las advertencias y precauciones especiales de empleo los siguientes avisos: "Como con cualquier otra vacuna, la vacunación con Gardasil 9 no siempre asegura la protección completa de todos los vacunados. La vacuna sólo protege frente a las enfermedades causadas por los tipos específicos de VPH de la vacuna. Por lo tanto, se deben continuar utilizando las precauciones apropiadas frente a las enfermedades de transmisión sexual.

La vacuna está indicada únicamente para uso profiláctico y no tiene efecto sobre las infecciones por VPH activas o sobre la enfermedad clínica ya existente. La vacuna no ha demostrado tener un efecto terapéutico. Por lo tanto, la vacuna no está indicada para el tratamiento del cáncer de cuello de útero, cáncer vulvar, vaginal o anal, lesiones displásicas de alto grado cervicales, vulvares, vaginales y anales o verrugas genitales. Tampoco está indicada para prevenir la progresión de otras lesiones relacionadas con el VPH existente.

Gardasil 9 no previene las lesiones causadas por un tipo de VPH incluido en la vacuna en individuos infectados con ese tipo del VPH en el momento de la vacunación.

Actualmente, están en marcha estudios de seguimiento a largo plazo para determinar la duración de la protección".

Acerca de la fertilidad, señala que "no hay estudios disponibles en humanos sobre el efecto de Gardasil 9 sobre la fertilidad. Los estudios en animales no indican efectos perjudiciales sobre la fertilidad".

Sobre a las reacciones adversas que esta vacuna puede tener, el prospecto señala que "son muy frecuentes los trastornos del sistema nervioso, trastornos generales y alteraciones en el lugar de administración. Son frecuentes los trastornos gastrointestinales, mareos, fatiga, entre otras".

"No estamos en contra de la vacuna, sino en contra de la obligatoriedad. No está probado. ¿Tengo que vacunar a mi hija con algo que no sé qué le va a pasar cuando tenga 40 años?", se preguntó López Lage.

En tanto, Rosengurtt remarcó que "en Chile se han dado juicios y se ha detenido el tema de la obligatoriedad ante efectos adversos" y López Lage agregó que "en algunas vacunas, hay posibilidades de muerte de 1 en un millón. Con esta llevamos 40 por millón".

Acerca de los efectos adversos, como problemas neurológicos, comentaron que dentro del grupo que conforman tienen "un caso concreto, de una persona que vacunó a la hija, y ésta no pudo mover más el brazo".

"En 2012 se registraron 120 muertes de cáncer de cuello de útero, el 0.36% del total de casos de cáncer. La mayoría de los casos no están seguidos. El Ministerio de Salud Pública compró 200 mil dosis. A 3 dosis por niña, son 66 mil niñas las que abarcaría la vacunación", remarcó López Lage.

Sobre el rol de los laboratorios, dijeron que estos "se cubren y delegan la responsabilidad a los profesionales". Rosengurtt aseguró que "en el resto del mundo existe un sistema de compensación por daños de vacunas, porque es evidente que la vacuna no le hace bien a todo el mundo. Es un acuerdo financiado entre el gobierno que impone la obligatoriedad y el fabricante de la vacuna. Esto no existe aquí. Va a implementarse la obligatoriedad, sin reconocer los efectos adversos". Además, los integrantes del grupo dijeron que "en enero de 2014, en Japón se hace un congreso mundial por tres muertes que hubo en Canadá".

"Los médicos dicen 'la OMS la avala', organismo que evidentemente es referencia. Sin embargo, la OMS publica cómo se financia", dijo la representante del grupo y luego repasó algunos de los laboratorios más importantes del mundo que donan millones de dólares a esta entidad.

En un pedido de acceso a la información pública, este grupo recibió del MSP el dato de que "tienen 40 mil dosis que vencen en junio del año que viene y otra partida igual que perece en agosto. Empezaron a vacunar en noviembre del año pasado en la escuela 225 de Manga, en la 271 de Cerro Norte, y este año en la 95 de la Boyada. El año pasado vacunaron en dos de Salto, y en 2016 lo hicieron en 13 de ese departamento. Son lugares bastante alejados de Montevideo".

Finalmente Rosengurtt dijo que "la obligatoriedad es anticientífica, porque de esta manera no va a haber un grupo de control" de la vacuna.