Entrevistas

Científico uruguayo logra avance en lucha contra el Alzheimer

Mauro Costa-Mattioli es un científico uruguayo de 29 años. Desde los 22, vive fuera del país. Una investigación suya probó la relación entre una proteína y la memoria y fue publicada por la revista Nature. Sobre volver a Uruguay dijo que no ha tenido ofertas. "Mi prioridad sería un salario que me permita vivir decentemente. No ha habido oportunidad o sea que por mi cabeza no ha pasado", afirmó.

(Emitido a las 9.14)

EMILIANO COTELO:
Es uruguayo, nació en Tala, departamento de Canelones, y con apenas 29 años ya hizo su aporte al combate al mal de Alzheimer y logró publicar su investigación científica en Nature, una de las revistas académicas más prestigiosas del mundo.

Su nombre: Mauro Costa-Mattioli. Es doctor en virología molecular y se desempeña como investigador de la Universidad McGill, en Montreal, Canadá.

Un trabajo suyo permitió identificar la relación entre una proteína y la pérdida de memoria, un descubrimiento útil para que la industria farmacéutica avance en la elaboración de medicamentos que ataquen esas patologías.

Después de que el diario El Observador informó esta buena noticia el viernes pasado nos pareció que valía la pena localizar a este joven científico uruguayo para conocer su experiencia personal y profesional y, al mismo tiempo, saber más a propósito de su investigación.

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Mauro, tú tienes 29 años, naciste en Tala, Canelones y en 1998 te graduaste como licenciado en Biología en la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República. Te especializaste en biología molecular y continuaste tus estudios en Francia, en la Universidad de Nantes, donde obtuviste tu doctorado en virología molecular.

Antes de continuar con la presentación, ¿podrías explicarnos en qué consiste ese doctorado?, ¿qué es la "virología molecular"?

MAURO COSTA-MATTIOLI:
El estudio de los virus puede tomar diferentes aspectos, yo estaba interesado en la genética de los virus, cómo cambia la información genética en los virus y cómo eso les permite evolucionar dentro del cuerpo, por ejemplo en una infección en un humano o en células. Y molecular porque hace referencia a algo pequeño, en este caso era el estudio del genoma de los virus.

EC - En 2002 llegas a la Universidad de McGill, en Montreal, Canadá, donde estás trabajando actualmente como pos doctorante en el Departamento de Bioquímica. ¿Por qué te instalaste allí? ¿Qué tipo de investigaciones se desarrollan en esa institución que llamaron tu atención?

MCM - Antes de venir a Montreal había buscado tres o cuatro laboratorios, había uno en Estados Unidos que me interesaba y otro en Montreal, el del doctor Nahum Sonenberg, que es un referente en la síntesis de proteínas, ha hecho un avance muy grande, su aporte a la ciencia ha sido muy significativo. Yo estaba interesado en primer lugar en cómo los virus afectan la síntesis de proteínas en la célula y fue por eso que vine. Le escribí y llegamos a un acuerdo, me aceptó y desde 2002 estoy acá.

EC - Recién mencionamos que te recibiste con 22 años y enseguida te fuiste a Francia para continuar con tu formación. ¿En aquel momento ya tenías la idea de quedarte en el exterior y continuar la carrera fuera de nuestro país?

MCM - Uno nunca sabe, en un principio la idea era tener una formación y conocer algo nuevo, cómo se trabaja en otros países, cuál es el nivel en ciencias de otros países. Eso requiere salir y pasar un tiempo, ver en el campo qué es lo que sucede. Mi primera intención era salir a hacer ciencia en el exterior, hacer el doctorado. El hecho de quedarme en el exterior ha sido una consecuencia, entre muchas, de lo que sucede en el país y fuera del país también.

EC - ¿Estás en contacto con tus colegas que trabajan aquí en Uruguay?

MCM - Con algunos sí. Yo me fui enseguida que terminé, lo que no me permitió hacer muchos contactos, si bien guardo aquellos contactos preciados. Nos mantenemos en contacto, nos escribimos una o dos veces por semana.

EC - ¿Viajas a Uruguay para intercambiar con tus colegas?

MCM - Eso es lo más difícil, porque el tiempo acá también es preciado, el trabajo es bastante arduo, entonces trato de conseguir para Navidad, se puedo algún año me voy, y en ese caso sí, trato de difundir la información, dar charlas, no necesariamente sobre cosas que hayan sido difundidas como ésta, pero siempre que voy trato de contarle a la gente cosas que han sido publicadas aunque no hayan sido tan difundidas.

EC - ¿Y en esas venidas no cambian tus planes, no te da la impresión de que puede haber algún espacio para tu trabajo acá?

MCM - Hasta ahora confieso que no he tenido ninguna oferta. Mi prioridad es tener lo mínimo, que sería un salario que me permita vivir decentemente, trabajar y estar contento con mi trabajo. Hasta ahora no ha habido ninguna oportunidad, o sea que por mi cabeza no ha pasado.

EC - La apertura que se avecina de una filial en Montevideo el Instituto Pasteur de París, ¿te abre algún tipo de expectativa?

MCM - De vuelta: no estoy al tanto de nada, soy totalmente ajeno, no sé cuáles son las prioridades del Pasteur de París, cuáles son las prioridades del Pasteur de París en Uruguay, que seguramente son diferentes de las de Francia. Conozco la historia del Pasteur en Costa de Marfil, en África, pero no tengo ningún contacto, no sé qué ideas tiene el Pasteur, qué tipo de ciencia quiere hacer, para qué ni por cuánto tiempo. Escuché que era por contrato y que los contratos eran a término de cinco años, pero no conozco.

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EC - Hablemos ahora sí de la investigación, del descubrimiento que has hecho junto con el equipo de la Universidad McGill, en Montreal.

Se trata, concretamente, de la relación que existe entre una proteína determinada, la GCN2, y el funcionamiento de la memoria. Antes de ingresar en el tema, ¿nos podrías explicar en dos palabras qué es una proteína?

MCM - Dentro del genoma de la célula, dentro del ADN de la célula tenemos la información para generar moléculas que son necesarias para el funcionamiento de nuestro organismo y de la célula. Esa información es de ida en pequeñas arvejitas que se llaman aminoácidos, y cuando esas arvejitas se ponen todas juntas se forma una proteína; eso crea una molécula que va a cumplir una función determinada importante en muchos de los casos dentro de la célula.

EC - Ahora sí, veamos en qué consiste exactamente este descubrimiento. ¿Cómo se llegó a él? ¿Qué pasos se siguieron?

MCM - Se llegó sobre todo leyendo mucha literatura y poniendo muchas cosas juntas. Se había publicado anteriormente que esta proteína estaba altamente expresada en el cerebro, se había publicado también que esa proteína regularía un represor de la memoria.

EC - Regularía un represor de la memoria...

MCM - Eso no se había mostrado en el cerebro, pero se había mostrado en otras células. Ésa fue la evidencia. Y, por supuesto, esta proteína regula la síntesis de proteína general. Entonces, tomando eso por un lado y por otro que para generar memoria se necesita la síntesis de proteína, aposté a que la proteína GSN2 jugara un rol en la memoria. Ése fue el porqué.

EC - ¿Podemos ir un poco más a fondo para entender qué es lo que has verificado?

MCM - Lo que hicimos fue crear ratones en los cuales se sacó la proteína; eso se hace para determinar cuál es el rol de la proteína. Comparamos después ratones que no tenían la proteína con los que sí la tenían, les hicimos varios tests de comportamiento y demostramos que los que no tienen la proteína cuando los tests son bastante sutiles tenían más memoria que los ratones con la proteína.

EC - ¿Por ejemplo, qué podían hacer si carecían de esa proteína?

MCM - Específicamente es un test que consiste en lo siguiente: es una piscina con una plataforma sumergida –el agua es opaca– y en las paredes del cuarto donde está la piscina hay señales visuales que ayudan a los ratones a guiarse hacia donde está la plataforma que no ven. Se ponen los ratones en el agua –se hace durante cinco o siete días–, que durante el primer día no encuentran la plataforma porque es como un mar para ellos, no la ven, se pone la plataforma para que la reconozcan, durante 10 segundos, y después se los pone una vez por día durante cinco días, y pasan de no encontrarla a encontrarla en algo así como 15 segundos. Muchos de ellos uno los pone en el agua y salen directo hacia la plataforma. Le recuerdo que la plataforma está sumergida y el agua es opaca.

EC - Se guían con las señales.

MCM - Exacto. Ese tipo de memoria se llama memoria espacial, la memoria que usted y yo tenemos de lugares. Encontramos que los ratones que no tenían la proteína encontraban la plataforma mucho más rápidamente que los que la tenían, y ésa es la evidencia de que la memoria espacial, si queremos ser específicos, estaba potenciada en los ratones que no tenían la proteína.

EC - ¿Cuál es la importancia de este descubrimiento?

MCM - Tiene varios aspectos. Uno de los aspectos es el hecho de que en la industria farmacéutica ninguno o casi ninguno de los potenciadores de la memoria estaba focalizado en moléculas que involucran la síntesis de proteínas. Esto abre un nuevo campo, en conclusión, si se genera una droga que utiliza como blanco esa proteína, supuestamente podemos potenciar la memoria. Ésa es la primera consecuencia. Y la segunda consecuencia, que es directa, una vez generada se pueden tratar pacientes que sufran de problemas de memoria.

EC - ¿Y en el caso concreto del Alzheimer?

MCM - En el caso concreto del Alzheimer es importantísimo, porque la síntesis de proteínas en general está apagada, está disminuida, entonces esperamos que una tal droga pueda servir. Por supuesto es un proceso que va a llevar bastante tiempo, porque hoy hicimos el descubrimiento inicial de cómo funciona. Nosotros confiamos que sirva o que pueda servir para ser usada en combinación con otras drogas que están usando y que están en el mercado.

EC - ¿La GSN2 es la única proteína que produce estos efectos?

MCM - Genéticamente es la primera que se ha mostrado. Pero ya le estoy diciendo que no, porque tengo evidencia de que hay otras proteínas que juegan un rol, pero no lo puedo comentar. Seguramente hay muchas proteínas; no muchas, debe haber un pool de proteínas que están regulando la memoria. Yo tengo evidencia genética, GSN2 es la primera, seguramente hay más. Eso está para ser determinado.

EC - ¿Cómo has evaluado el hecho de que a los 29 años hayas logrado publicar tu primer artículo en la revista Nature? Supongo que es todo un orgullo.

MCM - Sí, sí, Nature es muy difícil, nueve de diez artículos que le son sometidos ni siquiera son leídos, la editorial dice "no es importante". Fue una pelea ardua, fuimos pasando filtros, primero ese filtro, después se les mandó a cuatro científicos anónimos que corrigieron el trabajo, de los cuales a tres les gustó de primera y uno nos pidió más experimentos, tuvimos que hacer más experimentos, que le mandamos de vuelta y por suerte la persona quedó convencida de que los experimentos estaban bien hechos y fue publicado. Nature es Nature, una revista muy importante en ciencia, eso paga lo que yo creo que el trabajo vale en realidad.

EC - Hay implícito entonces un juicio sobre la importancia de ese descubrimiento.

MCM - Claro, en la síntesis de proteínas la novedad ha caído bastante bien, ha sido considerada un hallazgo muy importante, incluso en dos semanas estaré dando una charla en Alemania sobre esto. Quiero ver cómo cae la novedad en la sociedad de los neurobiólogos, que son los que están trabajando en la memoria. Confiamos que sea un buen camino y que el descubrimiento lleve a descubrir más proteínas involucradas como a la producción de fármacos para empezar a tratar en un principio ratones y después pacientes.

EC - ¿Ha habido ya alguna repercusión en ese sentido?

MCM - Son cosas de las que me desligo, que lo haga mi supervisor. Él fue el que firmó último en el papel, somos los dos responsables, pero si algún día la industria farmacéutica llama lo va a llamar a él porque es el jefe del departamento y el responsable por McGill. Si eso pasa habría que crear una patente, una parte del dinero iría para McGill, porque estamos trabajando para McGill. Es todo ese tipo de cosas que por el momento me podría distraer de la ciencia y no quiero participar mucho en eso.

EC - En cuanto a las expectativas que esto puede generar en oyentes que tengan familiares con problemas como el Alzheimer u otros de pérdida de memoria, ¿cuál sería tu reflexión o tu consejo?

MCM - Una chica me escribió el otro día diciéndome que su mamá estaba con Alzheimer, si yo le podía mandar esas pequeñas pastillitas. Yo estaría encantado de mandarle a todo el mundo esas pastillitas si las tuviera. Esto es un primer descubrimiento, el estudio del Alzheimer es un campo enorme, debe ser uno de los campos más estudiados, hay mucho dinero para estudiarlo porque es un caso bastante importante. A esa gente no le podría decir nada porque me sentiría mal y me pongo triste frente a esa situación, pero tengo la esperanza de que debido a todos los estudios que se están haciendo se llegue un día a un posible tratamiento. Hoy en día, sobre todo nosotros que recién empezamos en el tema, no tenemos la respuesta a esas preguntas mayores, como ¿tenés la cura para el Alzheimer? Lamento decir que no, pero confío en que eso sea más posible que la vacuna para prevenir el HIV.

EC - Va a ser más posible esto que una vacuna para prevenir el HIV.

MCM - No quiero polemizar con los virólogos, pero es lo que creo.

EC - ¿Cómo siguen ahora tus actividades? ¿En qué vas a concentrarte?

MCM - Ahora estoy trabajando en otra proteína que está asociada a la primera, que también saqué de los ratones y tengo resultados bastante interesantes. Quiero terminar ese trabajo, en el año tengo que salir dos o tres veces de Canadá para dar algunas charlas, en diciembre quizás pueda volver a Uruguay y después seguir trabajando.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe