El consumo de sal durante el embarazo podría influir en el peso del bebé
Los especialistas del Centro de Investigación Química Monell en Filadelfia, Estados Unidos, recomiendan disminuir la ingesta, especialmente si la futura mamá tiene antecedentes de hipertensión. Además, el cloruro de sodio colabora en la retención de líquidos, situación que provoca incomodidad durante la gestación.
Las futuras mamás reciben numerosas recomendaciones por parte del médico obstetra, de sus madres, hermanas, amigas y, por qué no, abuelas. Entre las más "populares" se encuentran la conveniencia de evitar el exceso de trabajo o tareas que demanden esfuerzo físico, limitar el consumo de alcohol y prescindir del cigarrillo. No obstante, ahora se suma una nueva limitación, ya que especialistas del Centro de Investigación Química Monell, determinaron que el gusto de las mamás por la sal influye en el peso de los bebés al nacer y en la preferencia por el consumo de dicha sustancia que los niños desarrollan durante su infancia, informó Pro-Salud.
"En principio, salvo que la futura mamá tenga antecedentes de hipertensión durante embarazos anteriores o preeclampsia en el último lapso del actual, en general, no se puntualiza acerca de la imposibilidad de consumir sal, es decir, que no es una de las recomendaciones más frecuentes como lo es evitar el cigarrillo o el alcohol. Sin embargo, la sal colabora en la retención de líquidos, situación que no es recomendable ni cómoda durante el embarazo y que también puede provocar que el bebé nazca con menos peso", señaló Carlos Wahren, pediatra del servicio de pediatría del Hospital Italiano.
En este sentido, el estudio, que consistió en el seguimiento de 80 embarazos y nacimientos de bebés sanos, los hijos de madres consumidoras de sal presentaron menor peso al momento del alumbramiento. Respecto a las conclusiones de la investigación, los investigadores explicaron que los bebés nacidos con un peso máximo de dos kilos y medio mostraron durante los primeros seis meses de vida preferencia por las bebidas y alimentos con sal agregada.
"Se recomienda retrasar lo máxomo posible el agregado de sal en las comidas de los bebés, en primer lugar, para prevenir la posible hipertensión del niño y, en segundo término, para evitar el acostumbramiento. Si bien casi todas las personas sufren en algún momento de su vida problemas de hipertensión, lo más conveniente es que durante los primeros años de vida se opte por una alimentación rica en potasio, contenido en frutas y vegetales, y no en alimentos que contengan sodio" , sostuvo Wahren.
El sodio es, junto con el cloro, el elemento principal de la sal. Si bien la pérdida de sodio por parte del organismo se regula a través, por ejemplo, de la transpiración y la orina, en general se recomienda no excederse en el consumo de ésta sustancia, pues contribuye a elevar los niveles de presión arterial.
Según señalaron los especialistas, hay tres formar principales de controlar la ingesta de sal. La primera es evitar su utilización al momento de cocinar los alimentos. La segunda tiene que ver con desterrar el salero de la mesa y la última es eliminar o disminuir el consumo de ciertos alimentos como las aceitunas, los embutidos, las conservas y los frutos secos, entre otros.
Por otra parte, hay alternativas que ayudan a condimentar las comidas y pueden suplir muy bien la función de la sal. Entre las más comunes se encuentran las especias, el ajo, la cebolla, las hierbas aromáticas, el aceite de oliva y el jugo de limón.
"A las embarazadas no se les indica especialmente que eviten la sal, aunque sí se les recomienda limitarla. Antes, solía prohibirse su consumo, sobre todo si la madre tenía antecedentes de hipertensión, pero actualmente inclusive teniendo un poco de presión alta, se les recomienda que coma con sal", dijo Fernando Castrofreire, médico obstetra del servicio de obstetricia del Sanatorio Mater Dei.
Para alcanzar el objetivo de la investigación, que era determinar la incidencia del consumo de sal por parte de las madres, durante el embarazo, en el peso al nacer y la preferencia por los alimentos salados, los especialistas del centro norteamericano desarrollaron cuestionarios que fueron completados por las mamás y también por niños en edad preescolar.
En lo que refiere a la relevancia de los hechos, Gary Beauchamp, director del centro Monell, señaló que "esta investigación podría ayudar a determinar los factores que influyen en el gusto por la sal y, de esa manera, contribuir al desarrollo de programas que informen sobre las ventajas y desventajas de la utilización de este condimento".
Fuente: Pro-Salud.