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El 93% de personas con sobrepeso es consciente que esa condición afecta su salud

Según los resultados de dos encuestas realizadas por el Centro de Estudios para la Opinión Pública (CEOP), el grupo de Asociación de Lucha contra la Obesidad (ALCO) y el Instituto Argentino de Alimentos y Nutrición (IAAN), entidad que dirige el doctor Alberto Cormillot, el 93% de las personas que padecen sobrepeso sabe que ese exceso puede generar consecuencias indeseadas en su salud.

La mayoría de los encuestados se mostró de acuerdo con la realización de un tratamiento para combatir esta condición crónica, informó Pro-Salud. 

Al mismo, tiempo, el 98% de ellos manifestó desear que la obesidad sea reconocida, por ley, como una enfermedad. Esta iniciativa encabezada desde hace más de 15 años por el propio Cormillot, cuenta actualmente con numerosos proyectos de ley que, aún teniendo media sanción, "duermen en el congreso".

"La obesidad es una enfermedad crónica que actualmente reviste carácter de epidemia global, porque ya son más de mil millones las personas que la padecen en todo el mundo. Esa cifra indica que de no existir una intervención, y siguiendo con el avance que se registró en los últimos 30 años, por primera vez en la historia, la generación de niños que está naciendo ahora, podría vivir menos años que sus padres", enfatizó Cormillot, médico nutricionista, director del IAAN y de la Licenciatura en Nutrición de la Fundación Isalud.

Además, Cormillot hizo hincapié en la necesidad de una ley. En cuanto a las causas que pueden estar retrasando una toma de conciencia por parte del sistema de salud, Comillot recién llegado del X Congreso Mundial de Obesidad realizado en Sydney, Australia, expresó: "Falta conciencia sobre la gravedad de esta problemática. La obesidad enferma y mata. En la Argentina, por ejemplo, se calcula que cada año mueren 30 mil personas por esta causa, a pesar de que en los registros se asiente como ‘ataque cardíaco’, ‘diabetes tipo 2’ o ‘accidente cerebrovascular’. Las complicaciones que trae el exceso de peso, especialmente del que se localiza en la zona abdominal, son graves, crónicas y, a largo plazo, representan un gasto mucho mayor que si se afrontara un tratamiento para la obesidad".

Entre las complicaciones referidas se destacan la diabetes, la hipertensión y las afecciones cardiovasculares, que en gran parte de los casos son consecuencia del cuadro definido como Síndrome Metabólico. Esta condición combina la presencia de tejido adiposo en el abdomen y el nivel elevado de colesterol, presión arterial, triglicéridos o glucemia.

En este sentido, si bien el 61% de los encuestados afirmó que la grasa acumulada en el estómago y la cintura es más riesgosa que la de las caderas, lo cierto es que en el 77% de los casos, durante la consulta médica, el especialista no les midió el perímetro de cintura.

En cuanto a las complicaciones asociadas al exceso de peso, el 87% de los entrevistados manifestó que el sobrepeso incrementa el riesgo de padecer enfermedades del corazón, mientras el 52% relacionó esta condición con el desarrollo de la artrosis. La diabetes y la apnea del sueño alcanzaron 77% y 69% respectivamente.

Complicaciones asociadas
Si bien la asociación entre la obesidad y las afecciones cardíacas o el incremento del colesterol y la presión arterial, se ha ganado un espacio en el imaginario colectivo, existen otras condiciones que suelen aparecer en hombres, mujeres y niños como consecuencia del exceso de tejido adiposo y el sedentarismo.

Entre las manifestaciones clínicas se destacan la gota, los tumores y los problemas de fertilidad y reproducción; aunque es importante señalar que el sobrepeso también suele traer aparejado pie plano, cuadros de depresión, y por supuesto, discriminación en el trabajo, con los amigos, la familia y en la calle.

Por otra parte, Comillot señaló la importancia de otras complicaciones como el hígado graso, la apnea del sueño y, en el caso de las mujeres, el ovario poliquístico.

"Hace unos años se creía que la cirrosis era consecuencia del alcoholismo, sin embargo, actualmente sabemos que gente no alcohólica con sobrepeso, puede llegar a la cirrosis. En cuanto a la apnea del sueño, es una condición muy frecuente en niños que puede revertirse y se caracteriza por una sucesión de ronquidos que en un determinado momento se interrumpe. El ovario poliquístico, por su parte, suele provocar alteraciones menstruales, problemas de acné, ennegrecimiento de la piel y complicaciones para lograr un embarazo", detalló el especialista.

¿Genética o entorno?
Siempre han existido mitos o creencias sobre el peso. Desde la época en que nuestras abuelas afirmaban que un niño gordito estaba sano, hasta la actualidad en que las modelos "súper flacas" pasaron a estar prohibidas en España, mucho agua ha corrido bajo el puente.

Con respecto a la obesidad en sí, hay personas que aún hoy piensan que se trata sólo una cuestión de predisposición genética o bien de decisión personal. Al respecto Cormillot concluyó: "Si bien hay un 30 o un 40 por ciento de carga genética que puede favorecer el sobrepeso, hoy en día vivimos en un ‘entorno tóxico’ en el cual la comida casera es parte del pasado, las porciones son más grandes, el sedentarismo y el estrés laboral hacen estragos y los niños dejaron de hacer actividad física para dedicarse a la pantalla, ya sea de la televisión o de la computadora".

Medidas a tener en cuenta:
Índice de Masa Corporal (IMC): El IMC es un cálculo que tomando como parámetro el peso y la altura (hay que hacer peso sobre altura al cuadrado), permite determinar el estado de cada persona. Si la cifra obtenida con la cuenta es inferior a 18, el peso es bajo. Si va de 18 a 25 es normal, y de 25 a 41 se suceden diversos grados que van del sobrepeso a la obesidad de grado III.

Perímetro de cintura: Esta sencilla toma que puede ser realizada por cualquier persona (siempre a la altura de la última costilla), permite determinar la existencia de grasa abdominal. En el caso de los hombres, para estar saludable, el resultado de la medición debe estar por debajo de los 102 centímetros, mientras que en caso de las mujeres el límite es 88. No obstante, actualmente se está considerando bajar esos parámetros a 80/85 y 90/94 respectivamente.
 
(Fuente: Pro-Salud)