"El cambio climático": origen, causas y consecuencias
Desde mayo el tiempo, la temperatura, la humedad y la nieve han sido protagonistas de las conversaciones. Al mismo tiempo, el hecho de que hayan fenómenos poco frecuentes en la región, como la nieve en Buenos Aires o Nueva Palmira, reaviva algunas dudas. ¿Estos hechos extraños, entre los que podríamos incluir el temporal de 2005, tienen que ver con el llamado cambio climático? ¿Podemos culpar al ser humano de este efecto climatológico? Informe de Santiago Díaz.
Este es un tema del que se viene hablando desde hace ya mucho tiempo. Hace ya más de 15 años que esta en el tapete y cada vez es más masivo, es decir, cada vez más gente habla del cambio climático. Antes era un tema del que se ocupaba la comunidad científica, que tenía escasa cobertura mediática y que para la gran mayoría de la gente pasaba absolutamente desapercibido. Ahora no es algo que esté en boca del todo el mundo, pero al menos es bastante común que la gente vincule los fenómenos climatológicos a la acción humana. Tal vez la gente no habla del cambio climático, pero es bastante normal escuchar que tal o cual comportamiento extraño del tiempo se debe a que el hombre se ha dedicado a destruir la naturaleza, modificando así su comportamiento habitual.
El sociólogo Gerardo Honty, especialista en el tema y secretario ejecutivo del Centro Uruguayo de Tecnologías Apropiadas, definió brevemente el término cambio climático: "El cambio climático es el resultado del cambio de gases en la capa de la atmósfera, que produce lo que comúnmente se conoce como el efecto invernadero. El efecto invernadero es un efecto beneficioso para la vida en la tierra, por lo menos para la vida como la conocemos nosotros, en tanto permite que haya una temperatura media apta para vida, cosa que no ocurre, por ejemplo, en Marte o en Venus. El problema es que al aumentar la concentración de gases y de vapor de agua en la atmósfera, que son los que generan este efecto invernadero, los rayos solares que penetran en la atmósfera y llegan a la tierra, rebotan y generan una radiación que no puede salir. Ese es el efecto invernadero. Y como cada vez esa radiación puede salir menos aumenta la temperatura media de la atmósfera, de tierra y de los océanos. Esto es lo que produce el cambio climático. Es decir, el cambio climático es el resultado de un aumento de la temperatura provocado por el aumento de gases que genera el efecto invernadero".
La tendencia mundial, que como vamos a ver más adelante no cuenta con una aprobación unánime, marca que los gases de efecto invernadero vienen incrementando desde la Revolución Industrial y que, por lo tanto, en todo esto hay una influencia decisiva de la acción humana. Es decir, todo esto estaría vinculado con el desarrollo industrial, la quema de combustibles fósiles y la emisión a la atmósfera de dióxido de carbono.
También le preguntamos a Honty qué consecuencias trae aparejado este cambio climático: "Van a aumentar los eventos climáticos extremos, va a haber sequía, va a haber inundaciones, va a subir la temperatura, va a subir el nivel del mar y todo esto va a tener consecuencia bastante altas para los asentamientos humanos, para la agricultura, para la salud... Algunos de estos acontecimientos ya se están viviendo. Ya hay registrado un aumento de la temperatura, también del nivel de mar y por supuesto han acontecido eventos extremos antes inauditos. Por ejemplo el huracán ocurrido en el sur de Brasil hace un par de años, que era absolutamente impensable en los estudios climatológicos anteriores. Entonces, esto ya está ocurriendo y las previsiones hacia el futuro indican que se va a agravar".
Según Honty esto se trata de un fenómeno no reversible, ya que la concentración de los gases emitidos que hay en la atmósfera tardarían 100 años en irse. Igualmente, lo que hay que hacer es evitar que se incremente.
"Cortar radicalmente el consumo de combustibles fósiles. Hay que bajar un 60% las emisiones que existieron en 1990 para mantener la temperatura en unos niveles comparables, lo cual no quiere decir que no vaya a subir. Estoy hablando de un intervalo de aumento de la temperatura que se mantenga dentro de límites que no produzcan un cambio climático peligroso", indicó Honty.
Según nos explicó Honty se calcula que para 2100 la temperatura aumentaría seis grados centígrados en el Hemisferio Sur y siete en el Norte. "Falta mucho para que sean seis o siete grados, pero ya estamos un grado por encima de lo que estábamos hace 150 años. Esto también hay que considerarlo, son escenarios que trazan a largo plazo, pero los efectos se van viendo día a día".
Según un informe encargado por el gobierno británico sobre el impacto del cambio climático los países desarrollados son los que van a sufrir las peores consecuencias, según indicó el ingeniero químico Luis Santos, director de la Unidad Nacional de Cambio Climático.
"Los países en desarrollo tenemos mayores problemas a la hora de restaurar aquello que es impactado por el cambio climático. No es lo mismo la forma como puede paliar Estados Unidos una situación como Katrina que lo que puede ser un país centroamericano o mismo un país como los nuestros, cuando sufrimos ciclones extratropicales o demás. El costo es muy grande, se estiman en miles de millones de dólares", explicó Santos.
El meteorólogo Mario Cafera, quien ha hecho informes para la Unidad Nacional acerca de las consecuencias del cambio climático, nos habló sobre las previsiones del aumento en la altura del nivel del mar: "De las consecuencias directas del aumento de la temperatura en la superficie del planeta es la paulatina dilatación de las aguas superficiales y eso trae como consecuencia un aumento en el nivel del mar. En Uruguay ha sido de más de 12 centímetros en un siglo en la bahía de Montevideo. Esa tendencia va a continuar y en algunos puntos de la costa puede llegar a haber problemas, pero no en toda la costa uruguaya. La costa argentina es mucho más vulnerable, por ejemplo".
Aquí en Uruguay, también habría zonas vulnerables como, por ejemplo, según dijo Cafera, la desembocadura del Río Santa Lucía. Todas estas previsiones hacen que ya se estén pensando estrategias de adaptación, que tienen que ver con la costa, el turismo, la pesca y los cultivos.
Esta teoría es claramente predominante, pero no cuenta con la aprobación unánime. De hecho, el Canal 4 de Reino Unido está presentando un documental llamado "El Gran Fraude del Calentamiento Global" que cuestiona el tono apocalíptico con el que se suele referir a este fenómeno en los medios y denuncia que desde el Panel Intergubernamental de Cambio Climático se censuran las críticas de científicos que se oponen a la visión dominante sobre calentamiento global: que es causado por los descuidos humanos sobre el planeta.
Este documental sale al cruce de la posición, muy conocida, de All Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos, que también tiene un documental y un libro titulado "Una verdad incómoda".
El licenciado Luis Anastasía, experto en impacto ambiental, considera que la actividad humana no ha influido en lo más mínimo en las variaciones del clima: "El efecto invernadero en la atmósfera es, en un altísimo porcentaje, debido al vapor de agua que existe. Después, entre todos los demás componentes gaseosos que tiene la atmósfera, el dióxido de carbono colabora con un 0,057%. Y de ese 0,057%, solamente, miserablemente, el 4% es aportado por la actividad humana. Estamos hablando de un porcentaje absolutamente ínfimo".
Anastasía dijo además que los datos que se manejan internacionalmente son, en muchos casos, falsos: "A la naturaleza no le importa lo que digan ni lo que sostengan, tiene evidencias, hay evidencias notables. Una de ella es que la base de datos, en la que se basan para afirmar que el aumento del dióxido de carbono en la atmósfera provocado por incremento del consumo de combustibles fósiles está totalmente fraguada. No es cierta. Hay 90.000 registros de químicos de los últimos 80 años midiendo el dióxido de carbono hasta ahora y, en realidad, a principios del siglo XX estaba más alto que ahora".
En resumen, el hombre no influye en el clima: "No hay nada que haga la humanidad que pueda afectar el clima. Y a su vez, cuando el clima afecta a la humanidad, no hay nada que pueda hacer el hombre para mitigarlo. Eso es así. Y siempre están diciendo que el año que viene es el año que van a venir peores tormentas. Pasó con Katrina en Estados Unidos, que ni siquiera fue de los peores huracanes, el tema es que toco tierra en un lugar muy vulnerable. En ese momento, en 2005, salió una enorme cantidad de gente a decir que el 2006 iba a ser mucho peor que 2005. Y en 2006 prácticamente no hubo huracanes que valiera la pena mencionarlos siquiera, hubo tormentas tropicales y nada más".
La discusión sobre cambio climático es un tema de amplia discusión internacional desde hace bastante tiempo. En 1994 se ratificó el convenio marco, que comprometía estabilizar los gases de efecto invernadero. Uruguay ratificó dicho convenio y creó la Unidad Nacional de Cambio Climático, que funciona bajo la órbita de la Dirección Nacional de Medio Ambiente.
En 2000 se produjo el famoso protocolo de Kyoto, el cual compromete a los países desarrollados bajar un 5% la emisión de gases de efecto invernadero en el período que va hasta 2012.
El ingeniero químico Luis Santos, director de la Unidad de Cambio Climático, indicó qué grado de cumplimiento estamos teniendo de ese compromiso: "Como en todos casos ya hay países que han llegado a un nivel importante de cumplimiento, como Alemania, Reino Unido y Holanda, y otros países que todavía le falta llegar a esos niveles, pero la evaluación final va a ser en 2012".
En este momento se está haciendo una evaluación de cumplimiento de todos estos países y se está negociando un nuevo marco de compromisos, que involucre a algunos estados que aún no han ratificado el anterior. Estos son los casos de Estados Unidos y Australia pero, además, se pretende incorporar algunas potencias emergentes como India, China, Sudáfrica, México y Brasil.
Honty cree que se ha hecho muy poco para impedir que el problema del cambio climático se incremente: "Se ha hecho muy poco y lamentablemente estos efectos van a ser cada vez más dramáticos y no veo que haya voluntad política para tomar medidas en el corto tiempo, que es lo necesario".
Volviendo al protocolo de Kyoto existe lo que se llama el mecanismo de desarrollo limpio, por el cual se pude invertir en proyectos en países en desarrollo que generen un ahorro de emisiones de gases.
En Uruguay hay algunos ejemplos y Santos menciona uno de ellos: "En Maldonado esta funcionando en el relleno sanitario de Las Rosas, el primer proyecto demostrativo, no sólo para Uruguay, sino para le región. Allí el biogas, que es un gas que tiene un alto contenido de metano, que es un gas de efecto invernadero, se evita que se vaya a la atmósfera, lo estamos entubando, lo estamos quemando y ya hace dos o tres años que la Intendencia de Maldonado le está vendiendo la energía eléctrica que está generando a UTE. Es un caso bien claro de cómo ese desarrollo limpio del protocolo de Kyoto favorece a nivel nacional la adopción de energías renovables. No solamente estamos obligando a una disposición adecuada de la basura, sino que además estamos obteniendo energía en un momento tan crítico para la región, el país o el mundo de la matriz energética, en donde bucear por energías renovables es muy importante".
Pero podemos citar otros tres ejemplos. En primer lugar la cementera Cucpsa, ubicada en la ciudad de Minas, cambiará el uso de combustibles fósiles por cáscara de arroz lo que evitará la emanación de 70.000 toneladas de dióxido de carbono en los próximos 10 años.
El segundo proyecto refiere a la recuperación de metano mediante el relleno sanitario en Montevideo, lo cual evitará 1.6 millones de toneladas de dióxido de carbono emitidas en siete años.
Finalmente, el tercer proyecto, consiste en la generación de energía eléctrica a partir de residuos de biomasa, por parte de la planta de celulosa Botnia, que evitará la emanación de 350.000 toneladas de dióxido de carbono en siete años.
Estos proyectos luego son evaluados para ver sus resultados y si realmente cumplen con el objetivo trazado: "Comparar las emisiones que hubiera tenido esa actividad, si se hubiera realizado sin el proyecto con las que tuvo mediante la aplicación de las nuevas tecnologías. Con esta tecnología va a haber menos emisiones. Eso se mide y se calcula en toneladas de dióxido de carbono que se evitan tirar a la atmósfera y cada tonelada de dióxido de carbono tiene un precio en el mercado internacional: andan entre los 8, 9 y 10 dólares. El pago por ese servicio es el pago que reciben tanto privados como públicos. Pero el Ministerio de Medio Ambiente aquí juega un rol fundamental en asegurar que los fondos que reciban los particulares por el mismo se inviertan en aspectos relacionados con la contribución al desarrollo sostenible".
Es obvio que la contribución que hace Uruguay al cambio climático es absolutamente ínfima. Según cálculos de la Unidad Nacional de Cambio Climático, nuestro país aportaría menos de la milésima parte de lo que lo hace Estados Unidos, que a su vez aporta un 35% de las emisiones del mundo industrializado.
Honty indicó sobre la relación a la mejor contribución que podría hacer Uruguay y Latinoamérica: "La mayor contribución de Uruguay y de América Latina al cambio climático, sino en la agricultura y en la ganadería. Con esto no estoy diciendo que tengamos que cambiar estos sistemas, porque aún incluyendo estos sectores la colaboración de Uruguay de América Latina sigue siendo ínfima con respecto al problema del cambio climático en el mundo. Pero si nosotros quisiéramos contribuir no es en el sector energía en el que mayor aporte podemos hacer. Por ejemplo, la deforestación es uno de los aportes más importantes al cambio climático de nuestra región. En Brasil, que es un país muy industrializado y que, por lo tanto, tiene un gran consumo de combustibles fósiles, la mitad de su emisión de gases de efecto invernadero provienen de la deforestación de la Amazonia. Eso en Brasil sería mucho más importante de atacar que el sector energético".
Respecto al tema de la influencia que pueda estar teniendo el cambio climático en los sucesos extraños de los últimos tiempos: fríos extremos, nieve, temporales, inviernos cálidos y es tipo de cosas. Cafera indicó que desde los 80 para acá hemos tenido inviernos más cálidos de lo que estábamos acostumbrados y eso podría vincularse con el cambio climático. Sin embargo, este invierno ha sido muy frío y se parece mucho más a los inviernos de antes: "Una golondrina no hace verano. Entonces, nosotros hemos tenido siempre inviernos mucho más crudos que otros. Tuvimos toda una sucesión de inviernos benignos desde 2002, 2003, e incluso antes, que han sido más cortos y con un otoño muy húmedo. Eso podría pensarse que tiene algo que ver con el cambio climático, porque fue algo repetido, per un invierno sólo no se debe a un cambio climático, sino que está dentro de la variabilidad normal del clima. Ahora, si el invierno que viene es igual y el otro también, parecería que hay un retorno a lo anterior".
Es decir, podemos vincular al cambio climático a esta sucesión de inviernos livianos que habíamos tenido, pero nunca a este, que es muy frío. Tampoco podemos hablar de que este invierno sea tan excepcional, ya que tenemos antecedentes de inviernos similares.
"Yo recuerdo que en el invierno del 67 tuvimos dos o tres días con máximas de cinco grados a nivel nacional, lo cual arrasó con toda la citricultura nacional. De manera que estos episodios ya se habían sucedido con anterioridad", indicó Cafera.
También le preguntamos a Cafera su opinión sobre la caída de nieve en la región: "La precipitación en forma de nieve siempre es esporádica en nuestra región y, en general, es un poco más frecuente de lo que se piensa. Lo único que la nieve al caer no queda blanca, sino que apenas moja el piso y tiene bastante poco contenido de agua. En un país con características de concentración de la población en los centros urbanos, sino cae en alguna localidad con alta urbanización para desapercibido."
En cuanto al temporal de 2005, por sí solo tampoco podría vincularse con el cambio climático. Sin dudas que es un fenómeno poco frecuente, pero según Cafera, ya hemos tenido sucesos similares en nuestro país, como por ejemplo en 1898, 1923, 1931, 1932 y 1973. Lo que pasa es que el de 2005 tuvo un impacto mayor por la infraestructura que ha adquirido la ciudad, pero eso no quiere decir que haya sido el primer temporal de esas características. Por eso es que no debería vincularse al cambio climático, aunque si este tipo de sucesos comenzaran a repetirse con cierta frecuencia, ahí la historia sería diferente.