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El boom de la producción audiovisual en Uruguay

Uruguay ofrece muchos y diversos paisajes que pueden cubrir casi todas las necesidad escenográficas de una publicidad o película. Desde hace unos años nos acostumbramos a que las cámaras, grúas y luces muchas veces copen algunas calles para filmar escenas, en la mayoría de los casos para el exterior. Un sector que ha crecido mucho y que, según sus protagonistas, aún puede crecer más. El informe de Mauricio Erramuspe indaga en un fenómeno que además de luz, cámara y acción, trae mucho dinero al país.

Los años 2001 y 2002 fueron sinónimo de crisis en el Río de la Plata. Y con la crisis llegó la devaluación y al ritmo del crecimiento del precio del dólar, también aumentaba la llegada de productores audiovisuales, tentados por los bajos precios y la calidad de los técnicos en esta región. El fenómeno comenzó en Argentina, donde la profunda tradición cinematográfica y publicitaria rápidamente captó este flujo.

Más lentamente, muchos productores uruguayos se subieron a la ola. Paulatinamente se hizo más frecuente ver cámaras, focos, grúas y extraños movimientos de actores en los barrios de Montevideo, las playas de Maldonado o Rocha, las callecitas adoquinadas de Colonia o las sierras de Minas. Uruguay comenzó a dar cabida a importantes producciones audiovisuales destinadas al primer mundo.

Una playa de Punta del Este puede ser escenario de la alegría desatada por una cerveza alemana. Un sector de la Ciudad Vieja dar marco a la elegante marcha de un auto de súper lujo. Se puede promocionar una empresa de alquiler de autos internacional con una caída libre de un modelo desde la Torre de Antel.

Muchas posibilidades, en diversas locaciones, separadas una de otra por pocos kilómetros, en un ambiente seguro en el que viven personas de múltiples orígenes étnicos y técnicos capaces de filmar como en el primer mundo, pero más barato.

Ese resumen describe los factores que están detrás del boom de las locaciones en Uruguay. Boom que tiene su pico desde 2004 y aún se mantiene. Por ejemplo, se estima que en 2006 ingresaron a Uruguay entre 20 y 25 millones de dólares por producciones audiovisuales internacionales generando empleo para unas 3.000 personas de modo directo y 1.000 más indirectamente.

En 2006 también se dio un pico de atención sobre esta actividad porque llegó la producción de la película Vicio en Miami, que se filmó en Montevideo y Atlántida, y con esa producción llegaron a Uruguay algunas estrellas de Hollywood, como Collin Farrell.

Esto dio mucha exposición a la actividad pero el rodaje de campañas publicitarias internacionales produce en realidad el 90% de esos ingresos y beneficios.

El director del Instituto Nacional del Audiovisual, Martín Papich, dijo en una nota de El País que en Montevideo se produce un rodaje cada dos días. Y el crecimiento continúa, según le dijo a En Perspectiva: "Hoy la situación en Montevideo y en Uruguay es de un crecimiento bastante constante de la actividad cinematográfica y audiovisual en general, particularmente lo que refiere a la producción publicitaria. Pensemos que en los últimos años la actividad publicitaria viene creciendo a razón del 25% anual. Año a año crece una cuarta parte más. Y eso fundamentalmente es producción de publicidad para el exterior. Casi, casi que entre el 85% y el 90% de lo que se produce en Uruguay en publicidad es para el exterior".

Papich también habló de este éxito y del atractivo de las locaciones uruguayas para estas producciones internacionales: "Hay una serie de diferenciales que van desde la calidad del trabajo de los técnicos y actores uruguayos, la capacidad técnica de hacer frente a producciones de diferentes partes del mundo, hay un tema de espacios naturales y de acceso a los mismos. Gran diversidad desde muchos puntos de vista, tanto desde el punto de vista arquitectónico como la cercanía de diferentes espacios físicos pero también diversidad racial, diversidad de diferentes rubros que muchas veces es difícil resolver en una producción para afuera y que Montevideo y Uruguay lo tienen y muchas veces a muy corta distancia. Eso también tiene que ver con esta baja que se va dando en otros lados porque los mercados se van saturando particularmente yo creo que lo que se vive hoy en Buenos Aires es un poco esto, ¿no?".

El crecimiento, como muchos otros sectores de la economía uruguaya, tiene su origen en los mercados del exterior. Por esta razón, hace un año rige la exoneración del IVA en la venta de servicios destinados a la producción audiovisual. Este es un factor importante en las ventajas de costos que presenta Uruguay frente a otras plazas.

La familia Musitelli trabaja en la producción audiovisual uruguaya desde los años 50 y ha acompañado toda la historia desde los orígenes de la televisión hasta hoy. Rodolfo Musitelli está al frente de la empresa, donde también trabajan sus hijos. La tendencia que vieron en el mercado hizo que hace una década decidieran especializarse en el suministro de soportes técnicos para los rodajes. Hoy son la principal empresa en ese rubro.

Musitelli dijo que ha sido determinante poder realizar producciones para el extranjero: "La posibilidad de ampliar la producciones realizadas en Uruguay destinadas a mercados internacionales es lo que ha permitido el desarrollo que la producción audiovisual tiene hoy. Solamente el mercado interno no nos hubiera permitido estos volúmenes de desarrollo, esta capacidad de desarrollo que tiene la actividad".

 

Esa llegada de producciones extranjeras también estuvo detrás del crecimiento experimentado en Argentina. Allí la explosión se dio en 2001, tanto la institucional como la audiovisual. Pero ahora surgen algunas luces amarillas en la industria fílmica derivadas, sobre todo, de un aumento desmesurado en los costos.

Un artículo del diario La Nación del 9 de julio daba cuenta de una baja del 5,35% en la demanda por servicios de producción para ficción y una retracción del 7,59% en los rodajes publicitarios. Según la nota, "productores y técnicos afirmaron que el futuro de ese negocio se juega entre dos opciones: o los distintos sectores se ponen de acuerdo para llevar a cabo un plan con el fin de convertirse en una industria bien establecida, o deberán despedirse de un boom que, aseguran, se está terminando de a poco".

Esa encrucijada nos movió a consultar si en Uruguay pasaba lo mismo. Se dice, y lo comprobamos tristemente hace poco, que si Argentina estornuda, Uruguay se resfría... Sin embargo, todas las voces del sector audiovisual de nuestro país que consultadas negaron que se esté dando ese fenómeno en Uruguay. Por el contrario hablaron de una actividad en expansión y con mucho margen para seguir creciendo.

Así lo entiende, por ejemplo, Andrés Ameglio, gerente de Salado Media, una de las productoras más importantes de Uruguay, también con sedes en Argentina, Puerto Rico y Chile: "Básicamente el crecimiento de Uruguay, si se da, se dará en producciones para el exterior. Eso es claro. La perspectiva del sector creo que igual si comparamos a precios seguimos siendo bastante competitivos, independientemente de que tengamos un crecimiento en los costos. O sea, seguimos siendo competitivos desde el punto de vista de los costos para el exterior. Eso quiere decir que el crecimiento se va a seguir dando, indudablemente no con las tasas de crecimiento que veníamos en los últimos tres años".

Para Ameglio, sin embargo, sí hay algunas alertas aunque no como las que se dan en Argentina. En nuestro país esas señales vendrían desde la parte tributaria: "Creo que queda un margen, hay que investigar que va a pasar con la Reforma Tributaria. La Reforma Tributaria incrementa los costos para los que pagan y hay que ver cómo les va a pegar eso (...) Lo que hemos hecho es un trabajo sobre los proveedores nuestros de decir ‘che... no matemos la gallina de los huevos de oro’. O sea que estamos viendo de no incrementar esos costos por más que estamos preocupándonos más por la logística de los negocios en sí para poder paliar un poco este aumento en los costos desde el punto de vista tributario".

La reciente implantación de la Reforma Tributaria hace que sea difícil aún determinar su impacto en esta actividad. Por ejemplo, Papich dijo que no creía que tuviera una incidencia negativa sino al contrario. Otros trabajadores del sector con los que hablé, por ejemplo, dijeron que en los presupuestos para contratación de locaciones ya plantean un 10% menos, descontando el Impuesto a la Renta derivado de los alquileres.

El gerente de Salado se refirió a lo que para él son las principales diferencias entre el mercado argentino y el uruguayo: "Argentina es mucho más tipo electrocardiograma que nosotros. Tiene mucho más picos y caídas que nosotros. Nosotros dentro de todo somos mucho más lineales en cuanto a los costos. No nos vamos de pista, como decimos en el sector, un buen día y al otro ajustamos porque nos fuimos de pista. Somos mucho más lineales en eso. (...) Argentina después de la crisis se volvió muy competitiva al exterior, empezaron a trabajar muchísimo con México, empezaron a trabajar muchísimo con Europa, ahí fue donde se resintió mucho Sudáfrica. Pero, ¿qué pasa? Bajaron mucho pero en cuanto se empezó a restablecer la economía subieron groseramente, entonces eso indudablemente asusta mucho a la gente del exterior y eso es lo que no ha tenido Uruguay y yo creo que Uruguay no va a tener en parte porque somos bastante más chicos y en parte porque somos bastante más tranquilos en ese sentido".

Los rodajes, con el correr de los últimos años, se han transformado en un elemento frecuente del paisaje montevideano. Desde el interior del país, sobre todo desde el sur, nos podrán decir lo mismo.

La capital concentra casi el 85% de las producciones y la Ciudad Vieja es la estrella. El promedio de alquiler de una locación es de 500 dólares, pero puede trepar hasta los 2.500, según el edificio del que se trate. La mayoría de las producciones se da en verano. Quizás el clima sea una de los mayores problemas de la plaza uruguaya. La dispersión de las lluvias a lo largo del año puede colmar la paciencia de muchos productores. Además, la ausencia de nieve también limita la llegada de las producciones para algunos productos aunque en algunos casos se puede trucar.

El incremento en esta actividad ronda el 25% anual y detrás de este boom de las locaciones está el bajo costo de los servicios, la calidad de los técnicos y actores, además de la variedad y cercanía de locaciones.

Musitelli explicó que la cercanía en las locaciones influye, incluso, en la llegada de producciones desde Argentina: "Para citar un ejemplo hace unos años una producción de un comercial de automóviles, la productora argentina que lo filmaba había estimado que filmarlo en Argentina le implicaba cinco o seis días de rodaje, atendiendo que tenían que filmar en ciudad, en montaña y en playa. Lo filmaron en Uruguay y pudieron hacerlo en tres jornadas de trabajo, es decir, la mitad del tiempo, filmando en Colonia, Montevideo, Punta del Este y Minas".


Para Papich, director del Instituto Nacional del Audiovisual, el crecimiento de este sector no ha llegado a un límite, todo lo contrario: "Yo creo que ahí esta todo por hacerse, gran parte está por hacerse. No creo que haya un impacto negativo, por el contrario, estamos en pleno crecimiento y en un marco institucional del sector adecuado que nos permite tener una expectativa de que esto van a seguir creciendo como también viene creciendo la actividad vinculada al cine, la actividad de producción de ficción, de documental, que también viene creciendo y que este año particularmente será un año importante".


Ese marco institucional adecuado del que habla Papich es la conformación de un cluster, de un conglomerado, en el sector audiovisual. Esto fue promovido por la Oficina de Planeamiento y Presupuesto y la Corporación Nacional para el Desarrollo –entre otras oficinas del gobierno- que definieron a este sector como estratégico.

La idea es promover la asociación entre distintas empresas, que atienden diferentes partes del negocio, como forma de promocionar esta actividad audiovisual en Uruguay. Fundamentalmente se pretende fortalecer la captación de producciones internacionales, principal fuente de divisas para el sector, pero también se quiere fomentar la producción de ficción local, incluso en televisión. En todos los casos, la colocación en el exterior de la producción debe ser un ingrediente importante en los proyectos.

Musitelli también resaltó la importancia de la conformación de este cluster. Para él, hasta ahora el crecimiento ha sido natural, sin planificación. Llegó entonces la hora de la planificación con el objetivo de consolidarlo para no retroceder: "Yo quiero señalar que hay una iniciativa interesante de empresas uruguayas, de empresas audiovisuales que se han asociado que de alguna manera empiezan a plantear que todo este fenómeno que se fue dando naturalmente, sin mucha planificación, fundamentalmente sin una planificación estratégica, se fue dando de una determinada manera. Ahora pasemos a una nueva etapa donde el sector como tal, a nivel privado y a nivel estatal también, podamos elaborar una estrategia como para seguir desarrollando esto adecuadamente".


Este desarrollo "natural" que describía Musitelli ha tenido otros protagonistas. Por ejemplo, empresas que antes no estaban dedicadas a los rodajes comenzaron a tener a esos clientes en el horizonte. Ese es el caso de algunas proveedoras de catering o incluso de las casas rodantes. Los "motorhome" son una comodidad fundamental en muchos rodajes. Sin tradición cinematográfica ni de grandes producciones para la televisión, este servicio casi no existía.

Hace dos años, Luis Correa tenía una casa rodante estacionada en la rambla. Un productor la vio y le ofreció prestar el servicio de "motorhome", o sea las casas rodantes u ómnibus que se adaptan para ser vestuarios, camerinos, peluquerías, centros de maquillaje o cómodos dormitorios para los actores.

A Correa le interesó y así, casualmente, se integró al negocio audiovisual. Su ocupación formal es la de ser propietario de locales de cobranza. Hoy tiene cinco "motohomes" y aunque es muy difícil que trabajen todos al mismo tiempo, él dice que hay que estar preparado para una demanda que es muy zafral pero que existe: "La idea surgió sola porque yo tenía un motorhome que era casa rondante y la vio un productor, un día estacionado en la rambla, me llamó pidió para sacar fotos y bueno vinieron, les gustó la idea, empezaron a trabajar y yo vi una posibilidad de trabajo ahí. Fui comprando de a poquito, un motorhome más y otro... y fuimos armando algo para este equipo. (...) Es un trabajo lindo, el tema es que no es estable. De repente hay trabajo y de repente se planta y no hay nada. Entonces, no es sencillo. (...) Si vas a vivir de ello te podés agarrar una úlcera porque ha pasado de pasar meses de estar parado. A veces viene un pico y se trabaja. (...) El momento en que se trabaja muy bien es en el verano, cuando enfría Europa y enfría Estados Unidos".

La principal demanda para Correa proviene de la publicidad aunque también se trabaja para el cine. El empresario está conforme con esta actividad. Tanto que en dos años adaptó cinco motorhomes.

Para Correa la cotización del dólar comienza a ser una preocupación pero, sin embargo, tiene claro que no se puede subir mucho los precios: "Las condiciones que se van dando de mercado te empieza a rendir cada vez menos el dinero, porque cobrás en dólares, entonces el dólar ha caído, ha perdido poder adquisitivo en el país. Ahí se complica un poco porque tu no podés subir los precios porque te ponés en el lugar del productor porque ellos tienen que cumplir internacionalmente. (...) El productor compite con otras productoras de otras partes del mundo entonces si quedamos fuera de precio no trabajamos".