Las carreras de galgos son un entretenimiento para toda la familia. Es así que domingo por medio se realizan en San José estos eventos, con el fin de que los galgeros, aficionados y curiosos se divier

Una pasión, un desafío, un juego

Las carreras de galgos son un entretenimiento para toda la familia. Es así que domingo por medio se realizan en San José estos eventos, con el fin de que los galgeros, aficionados y curiosos se diviertan durante toda la jornada. Se trata de un espectáculo gratuito, al aire libre y con ganas de seguir creciendo en el país.

Hace más de 10 años que Daniel Álvarez ("El porteño") se dedica a organizar carreras de galgos. Empezó haciéndolas en Punta del Este, después se radicó en Argentina para dedicarse a eso y más tarde volvió a Uruguay, donde se desempeña en la misma actividad.

"Esto es una cosa para la familia. Porque un perro galgo es muy diferente a un caballo. Es uno más de la familia porque está en la casa, uno lo cuida", explicó Álvarez, promotor de las carreras de galgos que actualmente se realizan en San José (Ruta 3, kilómetro 94), un domingo cada 15 días.

Esas jornadas comienzan cerca de las 11 horas y finalizan por la tardecita, cuando ya todos los perros entrenados para correr cumplieron con su trabajo: correr y correr detrás de un señuelo (simulacro de liebre) para llegar a alcanzarlo. Esta situación, un poco por instinto y un poco por enseñanza, los obsesiona.

En este evento no se cobra entrada, pero las apuestas son cuenta corriente. Se cobra un mínimo de 100 pesos por apuesta y cuando comienza el remate los participantes eligen uno de los perros de la carrera, con la esperanza de ganar unos pesos o un gran trofeo, si su perro resulta el ganador.

"Se divierten todos, eso es lo más importante", agrega Daniel, quien afirma que se preocupa porque cada participante se entretenga y pase, junto a su familia o amigos, una grata jornada.

Esta actividad no está totalmente normalizada en las leyes, pero sus organizadores cuentan con el aval de la Intendencia Municipal de San José, en donde están registrados para que los perros puedan correr y, además, pagan un servicio 222 para estar cubiertos en materia de seguridad.

Si bien la mayoría de los que participan de esta actividad lo hacen por hobby, "detrás de esto hay 10 familias que están ganando un sueldito los fines de semana. No es que en esto se gana mucha plata. Acá es una cosa que el que corre en la máquina cobra un sueldito, el que tiene el bar tiene una familia, yo mantengo a mi familia con esto. Y todo es en familia", expresa Daniel.

"Se podrán llevar 500, 600 pesos. Pero capaz que a eso se lo gastaron en el gasoil para venir y en el asado que se comieron, pero pasaron un día hermoso", agrega Álvarez sobre los aficionados a este juego.

La reunión familiar perdura durante toda la actividad. Hay sorteos, apuestas, remates para que el público elija sus favoritos y luego los dueños de los galgos toman sus animales y van hacia las gateras, que funcionan de la misma forma que en los hipódromos.

Una vez que los perros deportistas están prontos, se prende una luz verde, un hombre baja una bandera blanca y comienza el espectáculo.

Un muchacho mueve una manivela para que el señuelo empiece a deslizarse por un alambre y los perros deportistas corren detrás de él en forma casi desesperada, con la única intención de llegar a su cometido: morder la "liebre" y volver a ganar el cariño y cuidado de sus dueños.

Estos perros se preparan antes de cada carrera, y pueden correr sólo una o dos por día. Sus dueños los alimentan con carne y ración, los entrenan para correr, los miman y les dan vitaminas para que estén aptos para competir. El objetivo de los galgeros es prepararlos para que puedan ser los mejores de cada torneo, y así sentirse orgullosos de su mascota, pero también de sí mismos.

"Detrás de esa preparación física está el servicio de un veterinario, que es el que controla al animal, y se les aplica el sistema de vitaminas. Los domingos vienen a correr los animales en excelentes condiciones. También se multa a aquella persona que maltrata a un perro. Se lo suspende del canódromo", explica Daniel.

La pista de los galgos, o canódromo, es muy grande y los canes deben correr unos 200 metros. Actualmente, lo hacen a una velocidad de 11 segundos con 50 centésimas, en promedio, lo que es muy satisfactorio, ya que, por ejemplo, es la velocidad que desarrollan quienes corren en Argentina, que hace mucho más tiempo que se dedican a esta actividad, según explicó el organizador.

A estos eventos suele llegar gente de todo el Uruguay y también concurren personas de Argentina y Brasil, pero en forma más esporádica.

Ahora el evento se desarrolla en San José, pero Daniel Afirma que "es como el circo, llevamos todo", ofreciendo así sus servicios a otros departamentos.

Con respecto a la convivencia con estos perros, algunos de sus dueños aseguran que es un animal muy dócil, que se lleva muy bien con los niños.

Según cuentan vecinos de San José, un brasileño que tiene mucho dinero y cuenta con unos 50 perros, los mantiene como reyes, les da nalga sin grasa como alimentación y los días de lluvia los hace correr en una cinta eléctrica.

"Es la mascota de la casa y el domingo cuando ganan la carrera no se emociona solamente el papá, se emociona el nene, la mamá, todos, porque es como que ganó uno más de la familia. Es como que si yo fuera a correr una carrera y la ganara, haciendo emocionar a mi señora, a mis hijos. Esto es lo mismo, porque es alguien de la familia", expresa Álvarez.

Es así que un domingo cada 15 días, en el kilómetro 94 de la ruta 3 (camino Polímeros), los galgeros llevan sus perros a correr y quienes disfrutan de esta actividad concurren para distraerse un rato, ganar unos pesos y estar en familia.