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El camino que abre la reglamentación de la Ley de Envases

Desarrollar el reciclaje aún es un desafío en Uruguay. La bolsa naranja y otras apuestas, públicas y privadas, buscan impulsarlo y por estos días quizás se viva un mojón en ese proceso. La reglamentación de la Ley de Envases abre una nueva etapa en la gestión de estos materiales que involucrará a industriales, clasificadores, recicladores y varias dependencias del Estado. A través del informe de Mauricio Erramuspe conoceremos las principales características de este proceso que se inicia.

El 30 de julio un decreto del Poder Ejecutivo reglamentó la Ley de Envases, que hace poco más de un mes y medio motivó otro informe que compartimos en la Segunda Mañana de En Perspectiva. Esto da un marco que se pretende sea definitivo para el tratamiento de los envases en Uruguay y compromete a todos los sectores involucrados, tanto públicos como privados, en la gestión de plásticos, cartones, vidrios, latas, bolsas y otros elementos.

En el informe anterior señalábamos que, en el área metropolitana, el 29% de la basura corresponde a envases. Desde el 29 de noviembre de 2004, estaba vigente la Ley de Envases que le daba al Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente la tarea de promover "la reutilización, el reciclado y demás formas de valorización de los residuos de envases, con la finalidad de evitar su inclusión como parte de los residuos sólidos comunes o domiciliarios".

En cuanto a que las leyes que establecen propósitos ideales no se concretan por no tener una reglamentación o tenerla pero de modo inadecuado, según los industriales, recicladores y funcionarios del gobierno, esta vez parece que eso no pasará.

Así lo entiende, por ejemplo, el presidente de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Industrias, Aníbal Bresque: "Yo creo que acá se ha iniciado un proceso que ya no es reversible. Y nosotros lo que estamos contentos es que es una de las primeras veces en que los gobiernos uruguayos enfrentan el problema invitando a la solución a los privados. Acá hubiera sido muy fácil poner una tasa y destinar ese dinero a la recolección de envases. De eso la Cámara está muy contenta y también los privados".

El decreto crea una Comisión de Seguimiento del trato y disposición final de todos los envases. Ese grupo está compuesto por los ministerios de Medio Ambiente y de Desarrollo Social, el Congreso de Intendentes, la Cámara de Industrias, las organizaciones de recicladores y de clasificadores.

Además, se crea el registro nacional de empresas que utilizan y producen envases y se establece que para poder hacerlo, las industrias deberán contar con un plan de gestión de envases que ahora es, entonces, obligatorio.

Para ser aprobado por el Ministerio de Medio Ambiente, tal cual exige la norma, el plan de gestión ambiental deberá contemplar la reducción, retornabilidad, reciclado y valorización de los envases. La norma también ordena la creación gradual de circuitos limpios, eficientes y seguros para todo el país, además de imponer la meta de la inclusión social de los clasificadores.

Asimismo, también se contemplan los distintos tipos de envases y los plazos de adaptación a la nueva normativa que dependen de qué tipo de envase se trabaje. Los plazos establecidos nunca superan el año desde la fecha del decreto. También se contemplan las sanciones para el incumplimiento que, según el caso, pueden llegar a las 7.000 Unidades Reajustables (UR).

En general se destaca la integralidad del texto y el compromiso que asumen todos los que deben concretarlo en la realidad e integran ese grupo de trabajo.

Ley y decreto en mano, se disponen a trabajar. En el informe de hace un mes hablamos de la experiencia de "Tu envase nos sirve" que se viene desarrollando desde el verano en la costa de Canelones. Esa experiencia es la base que ahora se intenta extrapolar, llegando primero a Montevideo y luego a todo el país.

Bresque se refirió a los planteos que realizaron los industriales y de lo que se consiguió con el decreto: "La primera es lo que siempre nos preocupa, que es la parte de la informalidad y la igualdad de condiciones para las diferentes empresas, ante lo cual expresamos la total voluntad para seguir trabajando en conjunto pero condicionado a que el decreto reglamentario de la Ley de Envases sea aprobado. Ese hecho se dio el lunes pasado, con fecha 30 de julio lo firmó la Presidencia, y  estamos muy contentos. Es una vinculación público privada muy fuerte la que se está estableciendo".

La Cámara de Industrias se propone realizar buena parte de la vigilancia que garantice que todas las empresas cumplan con lo dispuesto por la normativa y así no haya competencia desleal. Bresque dijo que si un industrial detecta que otra empresa no realiza una gestión ambiental adecuada de sus envases, podrá plantearlo en la gremial que será la que denuncie la situación ante el Ministerio.

"La Cámara promete y se comprometió ante sus asociados y así fue trasladado a la Dinama, a la Intendencia de Canelones, la Intendencia de Montevideo y al Mides, que  va a ser la entidad denunciantes de aquellas situaciones de empresas que se aparten del plan. (...) Nadie está en mejores condiciones de saber quién le está compitiendo deslealmente que el industrial que es el que investiga el mercado, es el que sabe lo que está pasando, creo que eso es medio general. Acá habrá que entender que o todos corremos  con las mismas reglas o la cosa no va a andar", indicó Bresque.

Otra diferencia importante entre las industrias es el tipo de material con el que trabajan. Eso también determinará el porcentaje de dinero que deberán aportar para crear el fondo que financie el sistema. Las intendencias son las encargadas del transporte y la disposición final de los residuos. Las industrias, en tanto, deben encargarse del resto. El industrial llamó la atención sobre la diferencia que existe entre el PET, material del que son hechas la mayoría de las botellas de refrescos y jugos, y el resto de los materiales: "En el caso particular de la bebida y el PET hay ya toda una estructura montada y que funciona muy bien de acuerdo a la diferente información. Ustedes habrán notado que es bastante difícil encontrar una botella de PET en la calle, ya no es lo que era antes. Eso es porque lo sustenta un negocio atrás que es la exportación de PET a valores realmente asombrosos. Los datos que tenemos es que va andar en los tres millones de dólares al año la actividad de exportar el PET. Entonces, obviamente es natural que aquellos envases que no tienen valor complican la gestión de ponerse de acuerdo sobre cuánto es que aporta cada una de las partes".

La idea con la que trabaja la Cámara de Industrias es que paulatinamente se consigan las articulaciones entre las distintas plantas de manera que se haga más barato todo el operativo. La ley y el decreto establecen que cada industria debe presentar un plan de gestión ambiental. Nada impide que ese plan reúna a varias empresas como forma de conseguir una recolección y tratamiento más eficiente.

"Las empresas vamos a empezar a aprender que no sólo es un tema disponer los envases que es el caso particular de esto sino que cada vez vamos a tener que tener procesos que generen menos residuos. Eso es menos energía, es menos gasto, son menos horas, más aprovechamiento para el país", indicó Bresque.

Por último, Bresque se refirió a una necesaria campaña de difusión que se deberá afrontar en los próximos meses. El presidente de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Industrias dejó claro dónde debe comenzar la clasificación: "Hay que tener en cuenta que hay que cambiar la cultura. La clasificación sí o sí tiene que empezar en los hogares. Yo creo que hay una campaña de difusión muy fuerte que la vamos a tener que encarar en este acuerdo público privado donde la gente entienda, no asimile que un envase es la botella de determinado refresco o agua. Envase es todo, desde las latas, las bolsas de plástico, la bandejita que me trae la carne en los supermercados. La ley hace referencia a todos los envases".

Entonces, este programa se complementaría, por ejemplo, con el de la bolsa naranja que lleva adelante la Intendencia Municipal de Montevideo.

Este plan no sólo tiene un componente ambiental y económico, también busca atender un problema social: la exclusión que padecen los clasificadores. De allí la incorporación del Mides en la Comisión de Seguimiento que crea el decreto.

Las industrias son las que financian gran parte del programa y actualmente están negociando en la Cámara qué porcentaje debe aportar cada empresa, según los materiales con los que trabaja. Además, se están definiendo los montos que insumirá que la tarea alcance a todo el departamento de Canelones y comenzar con algunas experiencias piloto en Montevideo. Esto no debería demorar más de un mes.

Así como los industriales cumplen un papel fundamental en este plan, desde la otra punta –tanto social como del sistema que se intenta coordinar- los clasificadores también cumplen su rol fundamental. Allí está trabajando el Mides, con la tarea de conformar los distintos grupos haciendo llamados para que los clasificadores que ya trabajan en condiciones informales, se integren a los distintos circuitos de recolección y clasificación que se van creando.

En el informe anterior veíamos que en Canelones se paga 3.000 pesos de salario a cada uno de los clasificadores, además de un porcentaje de lo que se obtiene con la venta de los envases. Esto es coordinado por las ONG que trabajan en esta temática. Se destaca que el clasificador no vive una exclusión social por sus ingresos, que incluso son superiores a los de muchos trabajadores integrados a la vida social, sino por el tipo de tarea que desempeñan. Por esta razón, desde el Mides se entiende que la única manera de integrarlos es dignificar el trabajo que realizan.

Nicolás Minetti, del programa Uruguay Clasifica del Mides, explicó las razones de la metodología que emplean: "Nosotros entendemos que la única forma de vencer a la exclusión en el sector de clasificadores es cambiar la forma de trabajo, hacer un trabajo distinto, que puede ser con residuos, que puede ser reciclaje pero no es un trabajo con la basura. El tema de trabajar con la basura es lo que ve la gente, andar con un carrito, de cabeza en un contenedor o trabajando en un vertedero, lo que muchas veces es peor pero después ese residuo va a la casa y en la casa está toda la familia. Aunque trabaje en las condiciones más limpias posibles, si se tiene cartón, cartón que venga de un fábrica y que esté limpio, atrae ratas y las ratas están en el fondo de la casa. Entonces lo que tenemos que lograr es que el residuo nunca llegue al hogar, que se clasifique en una planta de acopio, de segregación. Lo que tenemos que cambiar es la modalidad de trabajo. En la experiencia de trabajo que tenemos en Canelones, que se empezó este verano con un gran apoyo de la Intendencia, la que coordinó todo fue la Intendencia de Canelones, se notó un cambio dramático. Por ejemplo un clasificador nos decía en una evaluación que ‘el mismo vecino que un mes antes si me paraba dos minutos en la puerta de su casa llamaba a la Policía porque pensaba que lo iba a robar, ahora me abre la puerta y me dice que los envases están en el fondo’. El cambio está dado en que lleva uniforme, cumple un horario, que está coordinado por la Intendencia, el Mides, el Mvtoma, que hizo la promoción ambiental. Con este proceso se quebró una barrera que nos separa de los otros. Era el propio clasificador el que hacía la promoción ambiental porque también se jugaba parte de su ingreso y generó una relación distinta con el vecino. Y eso funcionó muy bien".

Minetti decía que una vez que la Cámara de Industrias decida cómo financiará los programas, rápidamente se formarán las cuadrillas de trabajo en una selección que encara el Mides con las ONG con las que tiene convenio.

Los dos ministerios involucrados en este plan destacan que es fundamental para su éxito que quienes realicen la tarea ya sean clasificadores. Entonces, la principal dificultad es la identificación de los clasificadores, elemento que ya está bastante avanzado en las zonas que se pretende atender ahora.

Luego de alcanzar a todo Canelones, el programa llegará a la capital. Minetti explicó las características del proceso: "Montevideo es realmente complejo por la cantidad de clasificadores, las dificultades de una ciudad de grandes dimensiones, lo que vamos a hacer ahora es cubrir algunos barrios, esa es la realidad. Probar la experiencia piloto en ver las distintas densidades y esperemos que a partir del año que viene se pueda cubrir todo el departamento".

Canelones, Montevideo y luego el resto del país. Respecto a ese "resto del país" Minetti compartió con nosotros una novedad que acelerará la aplicación de la Ley de Envases en todo el territorio. El Mides recibirá 1.800.000 dólares de los Fondos de Convergencia Estructural del Mercosur. El destino de ese dinero será la creación de circuitos limpios, primero en los departamentos de frontera y luego en el resto.

"Otro punto importante que se complementa con la Ley de Envases, aunque no es lo mismo, es que el Mides, a través de Uruguay Clasifica, de la Unidad de Proyectos, obtuvo la aprobación de un proyecto bien interesante de los Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur que nos va a permitir trabajar en el interior del país, particularmente en los departamentos de frontera, en le generación de circuitos limpios con los clasificadores y movilizando a toda la comunidad. Ese proyecto se pone en marcha en los próximos dos meses y va a abarcar por los menos 10 departamento y 20 localidades o barrios del interior. En dos meses empiezan los trabajos de ese proyecto, va a demorar un par de meses más a partir de eso en llegar a cada departamento. Y ya estamos trabajando con algunas intendencias. Y va a permitir que después la Ley de Envases tenga una implementación mucho más fácil en esas localidades por todo el trabajo previo con los clasificadores que a través de un circuito limpio ya va a estar realizado", explicó Minetti.

A veces tendemos a pensar que la realidad de los clasificadores es solamente metropolitana y Minetti señaló que en realidad está extendida a todo el país, incluso en peores condiciones que las vemos en Montevideo o Canelones: "La idea es que este cambio de modalidad que nosotros creemos que es lo que necesitamos hacer, que es lo que realmente provoca el cambio en las condiciones de vida, sea masivo. Es un proyecto grande, que se realiza en todos lados al mismo tiempo en base a experiencias piloto que ya hemos realizado con fondos propios del Mides en conexión con la Intendencia de Canelones, de Florida, de Maldonado, algunas experiencias en Rocha también, y como eso empezó a funcionar bien apostamos grande y queremos trabajar en todo el país a la vez y  llegando a la mayor cantidad de recicladores posible. Hay departamentos prioritarios, en este caso es Rocha, Rivera, Paysandú, Salto, Maldonado, Canelones, Florida... Pero en realidad en todos los lugares hay esta realidad. En Montevideo se piensa que es una realidad bien montevideana, pero encontramos clasificadores viviendo en condiciones realmente infrahumanas viviendo en pueblitos más chicos del país. Y lo peor de todo es que generan una riqueza muy importante para el país. Nosotros creemos que son parte real del país productivo. El clasificador hace la peor parte del laburo, pero después ese material se vende a una cadena de intermediarios, a veces entre el clasificador y la industria son cuatro intermediarios, es una locura. Si una empresa termina comprando un kilo de plástico de botella descartable, de PET, a 10 o 12 pesos, el clasificador de un pueblito del interior de  Rocha está ganado un peso. En el medio se lo quedaron los intermediarios. Trabajando en otro sentido y en otra forma podemos lograr cambiar la forma de vida y cambiar el ingreso, que el que hace el laburo se quede con toda la ganancia".


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