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El doping en el deporte uruguayo

El consumo de cocaína y marihuana aumentó en los últimos tiempos. El deporte no ha sido la excepción y no llama la atención la tendencia ascendente en el dopaje. A raíz de los últimos casos el tema tomó fuerza en los medios y las autoridades se molestaron por la cantidad de datos erróneos que se volcaron a la opinión pública. Ante esto, el informe de Santiago Díaz indaga en el tema.

El tema del dopaje aparece en escena sólo cuando hay casos positivos. Es decir, es un tema que se toca una vez cada tanto, no es algo que estemos acostumbrados a tratar y entonces en muchos casos la información que se maneja no es la mejor.

En 2007 hubo tres casos positivos en el fútbol y la repercusión fue muy grande, al igual que la cantidad de cosas que se dijeron al respecto. Algunas correctas y otras no tanto. Esto molestó a las autoridades. Por ley le corresponde tratar el tema al Ministerio de Turismo y Deporte, dentro del cual, y como parte de la Dirección Nacional de Deportes, funciona el Departamento de Control de Dopaje. Este departamento se divide en una parte médica, dirigida por el doctor José Veloso, y una parte analítica, que básicamente es el laboratorio.

Realizar los controles tiene costo y una base presupuestal en la que se hacen unos 500 controles anuales. El Departamento de Control de Dopaje hace todos los años un cronograma intentando cubrir las competencias más importantes, haciendo hincapié en las finales de los campeonatos de los diferentes deportes, pero abarcando también el resto de la temporada.

El 70% de los controles se hacen en competencia y el resto son fuera de las competencia. Por ejemplo, a los competidores uruguayos en los Juegos Panamericanos se les hizo controles fuera de competencia, los cuales tiene una gran importancia.

Se hacen controles en todos los deportes. Por año se llevan a cabo unos 130 controles en fútbol, 90 en básquetbol y 50 en ciclismo. Menos cantidad se realizan en otros deportes como: atletismo, automovilismo, tenis, levantamiento de pesas y fisiculturismo.

Las estadísticas dopajes positivos van en aumento, informó el doctor José Veloso, director de la parte médica del departamento del control de dopaje: "Ha sido muy dinámico. Pero para definir en un resumen viene en ascenso. Nosotros si cerramos hoy tenemos prácticamente un 10% de positividad. Se han tomado 70 muestras, hay cuatro casos positivos. Se tomaron 28 muestras de fútbol para tres casos, 20 de ciclismo para un caso y el básquetbol creo que no pasó de 12 muestras. Pensamos ahora en la segunda mitad del años, cuando comiencen los torneos, acomodar un poco la cosa".

En total se realizaron 2.980 controles, de los cuales 81 dieron positivos (50 de los cuales fueron por drogas de abuso, 37 cocaína y 13 marihuana).

Estas son drogas que el deportista no se usa con el objetivo de incrementar su rendimiento pero, de todas formas, son sustancias que pueden aumentarlo. Además, son sustancias cuyo uso implica un riesgo para el deportista y eso es un motivo más para que estén entre las prohibidas.

Cuando el resultado de la prueba es positivo, hay dopaje, y es ahí recién cuando se abre la segunda muestra. Antes no se puede hablar de dopaje. Muchas veces, cuando se conoce el resultado de la primera muestra ya se habla de un positivo y, en realidad, si la primera muestra marca la presencia de una sustancia prohibida se puede hablar de resultado adverso, pero no de positivo.

Una vez que se configura doping el deportista es sancionado por dos años, pena que se ha discutido bastante en los últimos tiempos, pero de eso vamos hablar más adelante.

A los seis meses el deportista tiene derecho a pedir la reconsideración de la pena. Allí empieza una relación muy cercana con el Ministerio, que es el que va a determinar si se contempla o no la petición del deportista.

"A partir de ahí se inicia un proceso en el que sorpresivamente los médicos del Ministerio le pueden caer en la casa, lo pueden llamar y citarlo al centro médico, o donde sea, y se le toman muestras. Tienen que pasar un mínimo de tres muestras negativas, separadas en determinado período. Si salva esas pruebas también mantenemos contacto con profesionales en la temática de las drogas, sólo para tener un perfil psicológico y si puede esto influir o no en el consumo o en una problemática de dependencia. Y cuando se juntan todos esos antecedentes se vuelven a mandar al Ministerio y se puede dar una habilitación, pero nunca antes del año. Esto porque es difícil desde el punto de vista terapéutico establecer que en un período menor a seis meses la eliminación de la problemática del consumo de sustancias. Es seguro que antes del año no vuelve", indicó  Veloso.

Es decir, que si todo va bien el deportista puede volver a competir un año después de implantada la pena. Obviamente, que si esos controles dan positivos, todo se retrasa, pero lo interesante es que el atleta puede empezar a competir una vez cumplida la mitad de la pena, si es que todo va por el buen camino.

"Yo estoy muy conforme con este procedimiento porque hemos logrado estar mucho más cerca del deportista. Se han hablado las cosas de otra manera y, si bien pudo no haber servido en algunos casos en los que los resultados no arrojaron lo que esperábamos, también en muchos otros, aparte de haber salvado la situación ha servido para la vida del deportista. Algunos han tomado decisiones, han cambiado determinado tipo de personalidades, creo que les ha servido para prevenir este tipo de cosas que lamentablemente pueden venir por un garrón", dijo Veloso.

En cuanto a la polémica que genera la duración de la sanción. Por ejemplo, la Mutual de Futbolistas  Profesionales ya planteo su disconformidad sobre este tema. El punto es que Uruguay decidió plegarse a la normativa internacional, que es dura y establece que la primera sanción es de dos años y la segunda de por vida.

"Por la serie de reconocimientos que ha recibido Uruguay en la lucha antidopaje a nivel internacional y el compromiso de tener técnicos involucrados en las áreas internacionales, las autoridades han tomado la decisión de sumarse al empuje internacional. Existe la Agencia Mundial Antidopaje, que es en base a un código, que es la "Biblia" en el dopaje, en donde el articulado establece cuáles son las drogas que violan. Y es el  Comité Olímpico Internaciona,l para sus juegos, las federaciones internacionales, para sus campeonatos, y los gobiernos lo incorporan en sus leyes, como lo hizo nuestro Ministerio", señaló Veloso.

Si bien Uruguay no tiene la obligación de plegarse a la normativa internacional, ha tomado la decisión de hacerlo. Podría perfectamente tener una reglamentación distinta, lo cual significaría que los deportista tendrían que atenerse a un contexto cuando compiten acá y a otro diferente cuando compiten en el exterior.
"La tendencia de Uruguay no es, por lo menos por lo que han expresado las autoridades, modificar la sanción, sino más bien fortalecer la protección del entorno del deportista. Creo que va mucho más por ese lado. Uno de los aspectos fundamentales es manteniendo este tipo de sanciones como elemento modificador de la conducta del deportista. Si ves el inspector debajo del semáforo ni se te ocurre mover el choche cuando está la amarilla, sino estuviera intentarías pasar ante la inadvertencia de la norma", indicó Veloso.
 
Está claro que Veloso no está de acuerdo con una eventual reducción de la pena: "Posiblemente -esto lo digo a título personal- modificar las sanciones puede llegar a ser un poco peligroso respecto a la prevención que vos quieras dar".
 
Respecto a la naturaleza de la suspensión Veloso indicó: "La sanción es sobre la competencia, no sobre la práctica del deporte. Se puede seguir practicando el deporte donde quiera y como quiera. Lo que no se puede es competir".

Sin embargo, Fernando Barboza, dirigente de la Mutual de Futbolistas Profesionales señaló: "Por más que sea una tendencia mundial nos parece un disparate. Yo digo, como ejemplo, que en Estados Unidos existe la pena de muerte para los homicidios pero sigue habiendo asesinatos igual. Hay que apuntar mucho más a la prevención, mucho más que a la sanción en sí misma. En el caso que tengamos un jugador adicto, que no se da, porque con la vida que lleva un adicto es muy difícil ser un deportista, con estas sanciones, en lugar de ser adicto a la cocaína se va a transformar en un adicto a la pasta base, porque lo estas alejando de su medio de vida. Y dicen que el jugador puede entrenar pero es como que un periodista puede ir a la radio pero no puede salir al aire. En definitiva, tu profesión no la podés desempeñar".

Fernando Cáceres, director nacional de Deportes, habló de la importancia del proceso posterior al doping, el cual permite estar en contacto directo con deportista sancionado: "Contra la tendencia mundial al endurecimiento de las penas en nuestro país apenas iniciamos nuestra gestión al frente de la dirección de deportes, introdujimos una modificación en la normativa nacional. Se sigue aplicando la pena de dos años, pero le posibilitamos al deportista, a los seis meses, presentar una reducción de la pena. Es búsqueda de una flexibilización en los casos en que el positivo se da por marihuana o cocaína por entender que se trata de un problema de índole social, en donde el deportista no busca aumentar su rendimiento".

Respecto a la prevención, Barboza señaló: "Encarar charlas con gente que esté preparada al respecto. Esto va más allá de lo profesional porque, como hablamos con el ministro, hay un tema fundamental que es el escolar y el liceal, lo cual excede a nuestro ámbito. Pero hay otro tema que el de las divisiones formativa, porque queremos actuar en todos los equipos para que los jugadores sepan cuáles son las consecuencias que trae la droga".

"Estamos trabajando con nuestro equipo médico, que es un equipo muy serio, en talleres de capacitación, divulgación e información, al cual puede acceder cualquier deportista o institución interesada en el tema. Por otro lado, venimos trabajando con la Junta Nacional de Drogas para instrumentar otros dispositivos preventivos que van desde un seminario, a realizarse próximamente, que va a tratar lo más importante en el consumo de sustancias prohibidas, hasta materiales informativos de información masiva", dijo Cáceres.

Según recalcó Cáceres estos talleres están a la orden de todos los deportistas y todas las instituciones y nunca se dejó de responder a un requerimiento de este tipo.

Lo cierto es que hay preocupación por el consumo de estas sustancias, incluso en las divisiones formativas, dijo Barboza. "A la Mutual han venido una cantidad de padres y jugadores manifestando un problema con la droga. Obviamente, esto no tiene repercusión en la prensa porque nosotros no lo damos a conocer, pero son casos que hemos tratado con la ayuda invalorable de la Médica Uruguaya. La verdad es que la desesperación de más de un padre de algún jugador ha sido muy grande. Lo que nos cuentan los padres es devastador".

Fernando Sobral, presidente de Defensor Sporting, comentó que el club hace controles sorpresa en las divisiones formativas y que los resultados positivos son mucho más frecuentes de los que desearían. Sobral dijo que habitualmente por plantel al menos se encuentran uno o dos resultados positivos y, es en esos casos, cuando se habla con los padres, se trabaja especialmente con el psicólogo y se le sigue haciendo al jugador controles permanentemente. La sustancia más común, en estos casos, es la marihuana, aunque también se encuentra presente la cocaína.

Cabe destacar que existe la chance de que en un control se encuentren rastros de cocaína o marihuana sin haberlas consumido. Ese sería un caso contaminación. Veloso explicó el caso de la cocaína: "La contaminación sólo puede ser por ingestión oral porque nadie va a estar distraído y pincharse, ni a nadie le van a tirar cocaína en la nariz. Lo único que puede pasar es la ingestión involuntaria, como que hubiera cocaína en un vaso, tomando del mismo vaso de una persona que haya tomado cocaína también podría pasar. Pero sería muy difícil por la cantidad y por el tiempo. Con un beso sería muy difícil, por más apasionado que fuera ese beso y por más que haya intercambio de fluidos.  Y en la relación sexual nada que ver, no va en el semen, no va en nada que tenga que ver con eso, ¡por favor!".

Por lo tanto, el deportista tiene que cuidar mucho su entorno, los hábitos de sus familiares, de sus amigos, porque se puede comer el "garrón". Veloso también contó que el entorno de un caso conocido que sucedió hace unos años estaba muy inmerso en la droga y entonces era todo muy complicado. Había que cuidar los vasos, los platos en su casa porque en definitiva hay una carrera y una profesión en juego. Ahora, esto de la contaminación puede darse cuando los rastros encontrados de la sustancia son mínimos, pero ya cuando es algo más grande esa posibilidad queda descartada.

En el caso de la marihuana, Veloso explicó: "La marihuana tiene una connotación analítica que puede determinar el fumador pasivo del fumador activo". Por lo que volvemos a lo mismo, la necesidad de cuidar el relacionamiento con el entorno. No es que haya que aislarse de las personas que consuman drogas, sino tener ciertas precauciones básicas. Y agregó: "El deportista sabe que detrás tiene el control antidopaje y no se puede dar el lujo de correr el riesgo de una contaminación. Entonces, no se toma de vasos que no se conocen y hay que conocer a los que tenemos al lado, porque somos deportistas y tenemos controles".
Al jugador de fútbol Santiago Matthey le dio el control positivo en 2004 cuando jugaba en Miramar Misiones. Cocaína fue la sustancia y él asegura que fue por tomar té de coca, algo que también dijo Sebastián Eguren cuando le dio positivo jugando en Nacional.

 "Fue el 20 de mayo de 2004. Jugábamos contra Rocha en el Méndez Piana y perdimos 3 a 2. Hubo control, me toco a mí y dio positivo. Fue una comida de un 1º de mayo en lo de mis suegros. Después de comer tomamos un té, con una cantidad de yuyos y entre ellos té de coca. Yo pensé que no iba a pasar nada, pero me equivoqué por no decirle al médico y, además, pensé que no iba a haber controles. Fue complicado porque yo no pensaba en dejar el fútbol, tenía 26 años y sabía que iba a ser muy difícil. Después yo me moví, me hice una rinoscopía, me dio todo bien, apelé, mostré el sobre de té de coca y estuve suspendido un año y medio. Ellos también me hacían controles sorpresa, iban a mi casa igual un domingo al mediodía, me hicieron cinco controles y dieron todos bien, cómo que yo no consumía eso, ¿no? (...) Yo sé que me porto bien, como todos, salgo a bailar, notable, pero yo me porté bien. La gente que sabe como soy me apoyó y sabe lo que hice. (...) Miramar ahí, yo que sé. Yo seguí entrenando porque tenía contrato hasta fin de año y me lo fueron pagando de a poco, me pagaban la mitad y a veces ni eso. Pero, la verdad, es que yo pensé que me iban a apoyar un poco más porque yo estuve 13 años en Miramar. Pensé que iban a tener un poco más de piedad, pero no fue así y tampoco tengo rencor, pero esperaba un poquito más. La Mutual excelente, puso el abogado y se movió muy bien. (...) Yo cuando jugaba el fútbol estudiaba sanitaria, así que cuando dejé de jugar me dediqué a eso.(...) También engordé un poco, yo entrenaba solo, pero no es lo mismo. Cuando estaba en Deportivo Colonia estaba pesando 88 kilos y yo siempre pesaba 80. Y ahora este año me puse las pilas, hicimos una muy pretemporada y estoy como un chiqulín. (...) Yo no discriminación. Al revés, hubo mucha gente que sin conocerme, de verme en la televisión, me daba su aliento. Otros no, me decían que no me creían. No sé si fue creíble o no la historia, yo tampoco la hice para que fuera creíble, sino que conté lo que paso realmente. (...) En el fútbol me dieron aliento. Los rivales, incluso. En el fútbol somos pocos y, entonces, se sabe cómo es cada persona. Ayer me encontré con un juez que me dijo que cuando se enteró de mi caso no lo podía creer porque sabía que yo era bien. Capaz que me lo dijo porque yo estaba ahí, pero para mí que no, que me lo dijo de adentro y eso me gustó. (...) Dos años es mucho porque, a su vez, en vez de ayudar a la persona la estas sacando del fútbol. Es obvio que tiene que haber sanción, pero capaz que un año estaría bien. (...) Siempre se acuerdan cuando pasa algo. Cuando pasó lo de Vera me llamaron de la prensa, ahora por lo de los jugadores de Wanderers, pero cuando está todo quieto se olvidan. Cuando pasa algo ahí saltan y se acuerdan de Matthey y el tema del doping. (...) Para mi va a quedar siempre y para mis amigos también. Hasta el día de hoy me siguen jodiendo con el té de coca, nadie me dice nada de la cocaína, porque todo el mundo sabe que fue un té. (...) Cuando pasó el tema, yo le dije al médico y al presidente de Miramar que quería hablar yo. Porque yo sabía lo que había pasado y quería decir las cosas tal cual. Yo sabía que había sido el té, capaz que si hubiera cometido el error me hubiera quedado callado pero yo no tenía nada que ocultar. (...) Yo me siento capaz de volver a jugar en la (divisional) A, contra un equipo grande, en el Estadio Centenario", contó Matthey.