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La formación docentes en Uruguay

Formar personas que se dediquen a enseñar es una de las principales responsabilidades de la educación. Transformar las vocaciones en capacidades que permitan atender las necesidades educativas de los jóvenes es el objetivo principal de la Dirección Nacional de Formación Docente que, con esa meta, trabaja en la creación de una Universidad Autónoma de la Educación, que reúna a todos los institutos. Además, hace un mayor hincapié en las especializaciones y los posgrados. Informe de Mauricio Erramuspe.

Este año en Uruguay unos 22.000 jóvenes se inscribieron en alguno de los 31 institutos que tiene la Dirección Nacional de Formación Docente en todo el país. Una cifra que viene en aumento, fundamentalmente por un mayor interés en los distintos profesorados frente a una leve tendencia a la baja en Magisterio. Los aspirantes a trabajar en la Enseñanza Secundaria representaron este año el 73% de la matrícula.

En Magisterio se nota una leve tendencia declinante:
2003: 6.652 alumnos matriculados
2004: 6.428
2005: 6.900
2006: 5.900
2007: 6.600

En Profesorado, en cambio, el número crece:
2003: 12.600 alumnos matriculados
2004: 14.300
2005: 13.500
2006: 15.500
2007: 16.000

En términos generales, en 2003 había 19.000 alumnos matriculados en alguna carrera docente. En 2007, hubo 22.000. Es decir que se registró un crecimiento de 3.000 alumnos en cuatro años.

El director nacional de Formación Docente, Oruam Barboza, se refirió a las razones de este aumento en los profesorados y la tendencia a la baja o la estabilización en Magisterio: "Eso puede estar asociado a varias razones. Creo que una de ellas es que en términos generales existen más posibilidades de trabajo, sobre todo en el interior, en el área del Profesorado que en Magisterio. Como que en el área de Magisterio está relativamente cubierto los cargos de maestros, sobre todo en maestros comunes. Ahora hay un incremento en el área de inicial porque se va a la universalización de cuatro años y se está necesitando maestros de inicial. Pero, en término generales, el maestro común ya está relativamente cubierto con titulados en todas partes. Hay que ir a una lista, concursar para tener un cargo. El que egresa de profesorado, sobre todo en el interior del país, tiene rápidamente acceso a la enseñanza y al trabajo porque todavía hay relativamente pocos egresados en el interior y hay muchos interinos. El que es egresado ocupa el lugar del interino. Por tener el título, queda primero y ocupa el lugar. Puede conseguir más trabajo, sobre todo en materias que son históricamente con pocos titulados como física, matemática, química, inglés y geografía".

Al tiempo que crece la matrícula, la Dirección de Formación Docente busca comenzar a atender carencias históricas del profesorado. Mientras en Magisterio la formación está extendida en todo el país y todos los cargos están cubiertos con maestros titulados, en Secundaria la realidad es muy distinta. En todas las materias hay una importante presencia de profesores que no terminaron sus estudios de formación. En algunos casos ni siquiera los empezaron y se trata de personas que cursaron algunos años en carreras universitarias afines con la materia que imparten.

En matemática, física e inglés esta realidad se agrava y, por ejemplo, en el interior sólo se cubre el 30% de las necesidades con profesores titulados. Barboza describió el problema: "La alerta que tenemos y que es un debe para el país es que la formación de profesorado, que es donde está el déficit en algunas carreras, no ha podido cubrir la demanda del país con todos los titulados que necesitan determinadas especialidades, que son históricamente las más problemáticas en cuanto al rendimiento. El caso de matemática, física, inglés... Son las tres materias en las cuales tenemos un fuerte déficit de egresados, en el interior muy fuerte y también en Montevideo. En las demás materias por lo general en Montevideo es muy bueno el porcentaje de titulados y en el interior está por encima del 50% de titulados. Hay una tendencia natural a que en unos años más se va a cubrir con titulados porque el crecimiento es visible de la cantidad de egresados de Formación Docente que están trabajando en todas las áreas, menos en esas tres que le he dicho: inglés, matemática y física, a la cual tendríamos que agregar una que ni siquiera existe que es portugués. Es una carrera a crear. Los retos de Formación Docente de alguna manera en lo cuantitativo y en cuanto a lo que el mercado nos plantea es cubrir o mejorar la cantidad de egresados en esas especialidades porque son las que se están necesitando".

Formación Docente aspira a hacer más atractiva la oferta en estas materias de modo de atraer estudiantes y lograr que terminen egresando. Con ese fin se trabaja en un sistema de becas que facilite la permanencia en los institutos, dijo Barboza: "Otra no tenemos porque en definitiva cómo hacemos más interesante la oferta educativa para esos jóvenes: dándoles mejores posibilidades para que estudien, facilidades para que hagan una carrera, ayudando a los que abandonaron en determinado momento para que estudien y se titulen. Claro, si hay déficit de profesores usted estudia dos años profesorado de matemática y con esos dos años ya consigue horas, 40 o 50 horas de matemática o de física. Entonces para qué va a seguir estudiando si tiene el trabajo asegurado y se va a jubilar con eso. Por ahí hay un concurso, que cada tanto Secundaria hace, se regulariza, queda efectivo y ya se olvidó del problema hasta que se jubile. Entonces, a veces ese logro anticipado que tienen no ayuda a que quieran terminar la carrera. Entonces siguen dando clases porque no necesitan el título. Ahora en las demás materias, en las cuales ya es competitivo y si usted no tiene título lo pierde porque viene un profesor joven recién recibido con el título y le saca el cargo si usted no es recibido está obligado a terminar o a estudiar si no, a mediano plazo, va a perder sus horas".

A primera vista podría pensarse que en definitiva la titulación sólo cambia la carrera burocrática del profesor. El director de Formación Docente dijo que a ser profesor se aprende y llamó la atención sobre la realidad que marca que las materias con menores índices de profesores titulados son las que presentan mayores problemas de repetición o fracaso estudiantil: "Estamos convencidos de que la calidad educativa pasa por la formación del docente en todo lo que la experiencia nos ha enseñado durante 20 años respecto a cómo debe ser la formación de un docente. No creemos que sea algo que se desarrolle intuitivamente en todos los casos, podrá haber algún caso que intuitivamente es un buen por cualidades personales pero es una profesión que se aprende, que se desarrolla con la práctica y que se puede ir perfeccionando si hay estudios permanentes. Entonces, desde el punto de vista pedagógico y para nuestros alumnos sería fundamental que esos profesores se titularan para tener esos saberes. No es casual que física y matemática sea dos de las materias que tienen la mayor cantidad de repetición, de fracaso escolar. Yo no digo que los profesores que están en este momento y no son titulados no sean buenos profesores. Pero por algún lado tenemos que desenredar esa madeja y nosotros confiamos mucho en la formación del profesor que está sistemáticamente preparado, que ha concebido esto como una profesión, que ha incorporado los hábitos de mejora continua como un requisito, que se preocupa por el resultado de su enseñanza porque sabe que es clave en su éxito como profesional que sus alumnos aprendan y puedan pasar por las evaluaciones. El docente formado en una concepción profesional de la docencia, es a lo que apostamos porque para nosotros va a dar mejores resultados que solamente esperar que un docente desarrolle por la práctica o por la intuición los saberes que se necesitan para ser un buen docente".

Barboza afirmó que la creación de la Universidad Autónoma de la Educación favorecería ese proceso. Además, la dirección está a punto de aprobar un curriculum nacional único para todos los institutos, tratando de replicar el modelo aplicado en Magisterio donde en todo el país se utiliza el mismo programa de estudios. La idea de Barboza es que estos temas estén delineados en la Ley de Educación que analiza el Parlamento.

Formación Docente es la única opción de estudios terciarios que tiene presencia en todo el país. Esto, sin duda, facilita que incluso aquellos que no tienen la vocación, se vuelquen a alguna de sus carreras. Es una opción de estudios con rápida salida laboral y eso es determinante en la decisión, más allá de los magros salarios.

Barboza reconoció que no todos los que llegan son vocacionales de la docencia: "Le mentiríamos si dijéramos que no, que son todos vocacionales, que han optado por la docencia porque es la opción de su vida. No, sin duda que no es así. En muchos casos hubo una opción por ser lo más práctico, lo que está más a la mano, lo que era factible porque Formación Docente brinda posibilidades en todo el país. Es la única del nivel terciario que está tan ramificada como para tener su oferta educativa en todo el país. Creo que hay un porcentaje importante de personas que llegan con esa actitud, de solucionar un problema personal. Pero no quita que puedan salir buenos profesionales porque como es una actividad que se aprende... Lo único en que quizás ayude la vocación es que las cosas se hacen con más gusto, con mayor motivación, con más interés pero también es un fenómeno que se puede desarrollar en una institución en la medida en que las personas van teniendo éxito en su estudio y en su práctica. Eso ayuda a despertar una vocación porque uno se siente a gusto con las cosas que hace bien. Y si los institutos forman a las personas para lograr ese desarrollo personal podemos transformar esa razón que era totalmente ajena a la vocación, la podemos transformar en un elemento que ayude a sacar buenos docentes igualmente".


Eso le pasó a María José que hace dos años es maestra en una escuela rural de San José. Ingresó al instituto porque era su única opción, sin embargo, con el correr del tiempo y de las clases le tomó el gusto a la profesión docente.

"En mi caso fue realmente, eso sí nos pasa a muchas, es lo único que podés estudiar como una carrera que lo podés hacer acá en San José. A pesar de que no estamos tan lejos de Montevideo implica un costo, implica un montón de horas por día, hay gente que también estudiaba de tarde y tenía un trabajo de mañana. Eso si estás viajando no te lo permite porque te lleva prácticamente todo el día. Lo podés estudiar acá, podés hacer las prácticas acá, no te implica ningún tipo de costo el estudio, más que fotocopias y llegás a tener un sueldo más o menos digno comparado a los otros sueldos que se pagan acá. Me parece que me enamoré de lo que hago recién cuando empecé a trabajar porque cuando estaba en el instituto no me gustaba demasiado pero lo hacía y lo estudiaba relativamente bien. No era una cosa que me apasionara, pero realmente cuando empecé a trabajar sí me empezó a gustar y sí me di cuenta de que eso era el magisterio y no lo otro que había dejado en el instituto. Entonces me siento mucho más conforme y he aprendido mil veces más en los dos años que tengo de trabajo que en los tres que estudié", contó María José.

Cuando María José estudió Magisterio se hacía en tres años, ahora se extendió a cuatro. Para ella, esto es mejor porque permite más tiempo de prácticas con alumnos y la guía de una maestra con experiencia. Ese fue el principal problema que tuvo cuando se enfrentó por primera vez a una clase: "La dificultad que hay en el pasaje del instituto a la práctica, cuando llegás a ser vos la dueña de tu clase y enfrentarte directamente con los niños. Toda la teoría que estudiaste en el instituto mucho te sirve pero hay muchas cosas que no encontrás dónde ubicarlas y hay muchos elementos que te faltan. Entonces ahí te sentís un poco sola y realmente no tenés armas para defenderte porque lo que estudiaste no lo podés llevar a la práctica. Nosotros siempre cuando lo estudiábamos y lo vivíamos nos dábamos cuenta de las falencias nuestras decíamos que sería bueno que fuera más larga la carrera. Casi enseguida que terminé yo se implantó un año más de estudio... Todavía no hemos visto los resultados pero considero que un año más de estudio y más horas de concurrencia a la práctica, a las escuelas, te deben dar una mucho mejor base porque justamente lo que nosotros precisamos cuando estamos estudiando es el trato con el niño, poder llevar una clase adelante, poder planificarla, poder ver cómo lo que planificaste actúa en esa clase y si vos no tenés práctica, no vas a las escuelas, nunca lo conseguís".

María José recordó cómo se sentía esos primeros días de clase: "Me sentía, yo te decía hoy que nos mandan a la guerra con un tenedor... Realmente me sentía que todo lo que había estudiado no lo podía aplicar y qué aplicaba, qué hacía con aquel grupo. Ya no teníamos ni una directora que nos ayudara, que estuviera dentro del salón con nosotros ni la maestra de clase. Ahí la maestra de clase somos nosotros y todo lo que pasa con los niños, todo lo que los niños requieren se lo tenemos que dar nosotros. Nosotros como que tenemos que perder esas dudas porque mientras estamos haciendo una práctica, cuando tenés una duda, está la maestra de clase que te auxilia. Ahí si tenés una duda bancátela sola o tratá de resolverla porque sos vos y los niños, nada más".

Hace 19 años que Pablo busca recibirse de profesor de matemática, casi el mismo tiempo que trabaja dando clases. Le quedan tres materias pero una es previa de las otras dos y ya la perdió seis veces.

"El problema es que me puedo sentir cómodo trabajando con los estudiantes pero siento el defecto. Para mi es un defecto. Yo estoy trabajando como profesional y no lo soy. Los médicos tienen que ser egresados para ser médicos. Los maestros para trabajar como maestros tienen que ser egresados. Los profesores no. Simplemente como con bachillerato te anotás para dar la clase que quieras y después hacés carrera, hablando mal".


Pablo plantea que poder terminar la carrera debería ser más accesible: "Más accesible, no en el sentido de que me hagan un regalo pero yo lo noto que en Matemática es así, nos vemos las caras y somos un montón de veteranos que al que le tocó algún curso un poco más fácil, lo hizo bien y pasó. Los demás nos quedamos. Y cuanto más años tenés más difícil es estudiar y todo, es más complicado. Es lamentable pero es cierto. Y hay un montón que decimos profesor y, mentira, somos docentes".

Pese a esas dificultades para recibirse el número de aspirantes a lograrlo aumenta. Y los institutos siguen formando a las maestras o maestros que necesita el sistema. Pese a los salarios bajos y la mala imagen de las condiciones laborales en las que se realiza la docencia, por diversos factores el interés en estas carreras sigue apareciendo. Así lo vive María José: "El otro día me extrañaba una amiga de mi hermana me decía: `yo quiero ser maestra´ y, la verdad, es que no me había pasado con mucha gente... Lo que sí se mantiene todavía por lo menos en lo rural es ese respeto por el maestro. El otro día mamá me preguntaba: `¿a vos te tratan de usted?´. Sí, a mi me tratan de usted. Gente igual de 70 años viene y me dice ‘usted maestra’.. Como que un poco sigue ese respeto y es bueno que siga porque para las generaciones que van viniendo van a decir que ser maestro es ser algo. Hacés una carrera para llegar a ser algo. Como que no siento ese menosprecio que se siente a veces por el maestro. Yo me acuerdo cuando estudiábamos que había chiquilinas que venían y nos contaban: ‘le dije a tal persona que estaba estudiando magisterio y le decían ah, bueno mi’jita... qué vas a hacer, capaz que más adelante podés estudiar otra cosa, como diciendo que horrible, que triste lo tuyo... De repente diste conmigo que soy una persona optimista y me gusta lo que hago y me siento cómo da en mi trabajo. Tal vez tenés otra opinión y te dicen todo lo contrario de lo que te estoy diciendo yo. Pero en mi caso yo lo siento así y no tengo por qué decirte lo contrario".