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Mapa de Ruta para enfrentar el maltrato infantil en las escuelas

El maltrato y el abuso sexual de niños y adolescentes es un tema de gran impacto social. Lo más grave es la cantidad de situaciones que se mantienen ocultas y perduran por años. La escuela es uno de los ámbitos más propicios para identificar y luego intervenir ante estos sometimientos, pero, muchas veces la institución no sabe cómo manejarse ante estas situaciones. A partir de esto se presentó el plan Mapa de Ruta para saber cómo actuar ante estos casos. Informe de Santiago Díaz

A mediados de julio nos conmovíamos por el caso de Andrea Maciel, una niña de siete años que fue asesinada por su madre en de Fray Bentos. El caso saltó a la  luz porque tuvo un desenlace trágico, pero hay una cantidad de situaciones de este tipo que quedan escondidas y, por más que no tengan como consecuencia una muerte, dejan consecuencias nefastas para el niño que sufre heridas irreparables al ser maltratado o abusado sexualmente durante años.

La escuela es un ámbito ideal para detectar estos casos, entre otras cosas, por el tiempo en que los niños están en ella. Por eso es necesario que las maestras estén capacitadas para hacer esa detección, uno de los objetivos al que apunta el Mapa de Ruta. Este plan también a cómo actuar luego de la detección, que es tal vez más importante. En el caso de Andrea Maciel sus maestras sabían que la madre la golpeaba permanentemente, pero no pudieron evitar lo que pasó después.

Edith Moraes, directora general del Consejo de Educación Primaria, contó las principales características de este plan: "Actúa como protocolo de procedimiento pero, a la ve,z tiene todo un marco teórico donde está establecido cómo se concibe al abuso y al maltrato en la infancia. También ayuda a detectar estas situaciones. Por lo tanto, este tiempo transcurrido fue muy valioso en varios sentidos: en la definición del enfoque que le vamos a dar al tema, en el compromiso de varias instituciones. Porque el abordaje sobre este tema es multidisciplinario".

Este documento cuenta con aportes del Consejo de Educación Primaria, el Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU), el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), el Ministerio de Salud Pública (MSP), el Ministerio del Interior, así como con el apoyo de UNICEF  y el Programa de las Nacional Unidas para el Desarrollo.

El trabajo, que comenzó a gestarse en 2005, surge ante la preocupación por la frecuencia de maltrato o abuso sexual.

Según Moraes no existen estadísticas sobre el numero de casos de maltrato infantil así que no se puede hablar de un aumento. Pero, a través de la experiencia en las escuelas, sí se puede decir que hay una mayor cantidad de casos visibles: "Hemos notado que cuando el clima es adecuado en cuanto a la relación pedagógica en el aula y en la escuela, cuando hay una contención afectiva dentro de la escuela, los niños se sienten más confiados y hablan. Eso nos está permitiendo detectar más casos. Entonces, nosotros no podemos afirmar que ahora hay más casos que antes, pero sí decimos que ahora estamos detectando más casos. Y, por suerte, estamos pudiendo a través de este protocolo y de este trabajo institucional atender estas situaciones".

El Mapa de Ruta apunta, básicamente, a dar herramientas para saber detectar estos casos, confirmar que realmente esté pasando algo así y, una vez logrado esto, qué pasos seguir. Obviamente, el maestro no tiene que resolver el caso, esa no es su función, pero debe estar alerta para aportar una apreciación inicial del problema y luego derivar la situación a los órganos competentes. Está claro que el docente tiene que seguir pendiente del niño y no desentenderse del mismo, pero no es él quien va a terminar con el maltrato.

"Los maestros han estado trabajando solos durante mucho tiempo. Estas situaciones implican diagnósticos y los maestros no son quienes tienen que hacerlo. Debe haber derivaciones, denuncias, porque tiene que intervenir la Justicia y, entonces, es ahí cuando contamos con un valioso apoyo de Salud Pública, del Hospital Pereira Rossell y del Ministerio del Interior. Es un camino que se recorre desde que se detecta el caso en la escuela hasta que se llega a su finalización. Una finalización que podríamos ponerla entre comillas, porque cuándo termina esto... Porque no es con la denuncia que termina sino que después hay que hacer el apoyo al niño y a la familia y hay que hacer el seguimiento", indicó Moraes.

El documento explica cómo darse cuenta que un niño es abusado sexualmente, qué cosas observar, qué cosas estar atento, qué tipo de actitudes presentan un niño con este problema, cómo tiende a relacionarse...

El documento detalla algunas pistas o indicadores físicos muy claros:

"Abuso sexual
Indicadores físicos: Si bien hay indicadores físicos altamente específicos de abuso sexual, la revisión física debe estar a cargo de personal capacitado y autorizado para ello. Por lo tanto, aquí se detallan aquellos indicadores que puedan ser observados por maestros y personal del centro escolar. Dificultad para sentarse o caminar por molestias en los genitales. Ropa interior manchada o sangrienta. Dolor y/o picazón en la zona genital. Enuresis y encopresis.

Embarazo
Indicadores:
Conductuales/actitudinales: Agresividad. Sometimiento ante/de otros. Permanencia excesiva en la escuela/liceo o institución de confianza.  Desconfianza respecto a las figuras significativas. Dificultad para concentrarse. Sentimientos de que su vida no tiene sentido. Tristeza extrema. Trastornos del sueño. Evita cambiarse de ropa frente a otros o participar en actividades físicas. Conducta o conocimiento sexual sofisticado o inusual para su edad. Conductas insinuantes con adultos
desconocidos. Cambios bruscos en el rendimiento educativo. Comportamientos extremos. Retraimiento, aislamiento, miedo, ansiedad. (El doctor Roland Summit lo denomina síndrome de
acomodación. "The child sexual abuse accomodation syndrome", en Child Abuse and Neglect, nº 7 (2), New Haven, Elsevier, 1983,
pp. 177-193). Se lastima a sí mismo. Evita participar en actividades recreativas por desconfianza. Resistencia o rechazo a estar sólo con
determinada persona. Juego sexual persistente e inapropiado para
su edad, sea con sus pares o con juguetes. Miedo de que lo toquen. Promiscuidad sexual, comportamiento seductor. Consumo de sustancias psicoactivas sin prescripción médica. Forzar a otros niños a tener actos sexuales".

Estos son elementos que debe tener en cuenta el maestro. Obviamente que todos los casos son diferentes y esto no debe tomarse como una verdad absoluta, pero sí como una guía para captar determinadas realidades. Cabe destacar que los indicadores que pueden ser señales de abuso sexual, pero también el documento detalla los del maltrato físico y los del maltrato emocional y psicológico.

Algunos ejemplos que da el Mapa de Ruta de esos indicadores:
"Maltrato
Emocional/psicológico: El maltrato emocional es una de las formas de violencia más difíciles de determinar, incluso por la propia víctima, ya que es la que tiende a naturalizarse con mayor facilidad.
Indicadores físicos: Trastornos del lenguaje (tartamudeo, balbuceo) y de las habilidades motoras. Retraso o lagunas en el desarrollo emocional, mental y físico. Desórdenes alimenticios. Desórdenes del sueño (se duerme en clase). Hiperactivo. Enuresis y encopresis. Indicadores conductuales: Sometimiento ante a los demás de su edad
o los adultos. Somete a otros. Cambio abrupto en el rendimiento escolar. Cambio abrupto en el relacionamiento con sus compañeros.
Aislamiento. Extremos en las conductas: queja, pasividad, timidez, demanda de atención constante, agresividad. Busca afecto en cualquier adulto. Se esconde en posición fetal. Se escapa de la casa; intentos de suicidio. Baja autoestima, baja autovaloración, escasa autoconfianza. Dificultad o falta de voluntad para expresar sus sentimientos. Uso frecuente del enunciado "Yo no puedo". Reproducción de modelos negativos de comportamiento en el juego: gritos, golpes, minusvaloración. Sobrerreacción ante los errores. Comportamientos regresivos (chuparse el dedo, hablar como un bebé, orinarse en la cama a una edad impropia)".

Cuando hablamos de maltrato físico la lista es un poco más larga:
"Maltrato físico
(Los indicadores se acumulan con los de maltrato emocional)
En los centros educativos podrán observarse únicamente las marcas físicas visibles, ya que la revisación sólo puede estar a cargo del personal de salud debidamente autorizado.
Indicadores físicos: Mordeduras, especialmente las recurrentes. Falta de pelo, especialmente en la nuca o detrás de las orejas. Marcas en las manos; marcas dispersas o en forma de guante. Laceraciones, abrasiones y hematomas inexplicables o cuyas explicaciones son
inconsistentes. Hematomas (hemorragias retinales; hematomas en las axilas causados por sacudimiento; hematomas causados por patadas) y golpes en la cara, espalda y cuello, en patrones inusuales o formas distintivas que puedan sugerir el uso de instrumentos (forma de bucle, lineal, circular, rectangular, enracimada), en diversos estadios de cicatrización o curación. Quemaduras (quemaduras de cigarrillo -poseen forma circular y generalmente se encuentran en las palmas de las manos, en las plantas de los pies o el abdomen-; quemaduras por inmersión en líquido hirviendo, que adquieren forma de "guante" o de "bota"; raspaduras en brazos, piernas, cuello o rodillas, que pueden ser ocasionadas por arrodillarlo en algo caliente o rasparlo en el piso o contra la pared; marcas de quemaduras con forma de objetos-(que coinciden con la forma de una plancha o de una espumadera, por ejemplo-, provocadas por el golpe o la presión contra el cuerpo del niño con un objeto caliente). Fracturas, dislocaciones, heridas (fracturas o dislocaciones inexplicables o cuyas explicaciones son inconsistentes; fracturas en varios estadios de curación –cicatrices-; - heridas abdominales; raspaduras y lesiones en labios, lengua y
piel alrededor de la boca)".

El Mapa de Ruta habla de los pasos a seguir una vez identificado el problema, cómo abordar al niño, en quién apoyarse, a quién recurrir... Lo primero que hay que decir es que la escuela no puede intervenir sola en estas situaciones, necesita articularse con las instituciones públicas y privadas que trabajan con la infancia y la familia. En este tema es muy importante trabajar en equipo y saber que el maestro que descubre el problema no es el que tiene que resolverlo por sí solo. Lo importante es que cada institución cumpla con su rol específico y este Mapa de Ruta tiene como meta que cada escuela pueda reconocer los recursos necesarios para solucionar cada caso que se identifiquen. Es muy importante que en el proceso no haya una revictimización del niño, algo que es muy frecuente y termina multiplicando el daño causado. Según el documento, este concepto debe ser el centro de toda intervención.

El primer camino que debe recorrer el maestro es informar a la dirección y la inspección de la escuela. El maestro ya no esta solo, ya que hay tres actores involucrados. Allí se define una estrategia, que va a depender de la claridad de las manifestaciones que nos llevan a pensar que el niño puede estar siendo maltratado o abusado. Puede ser una manifestación leve, una manifestación clara no urgente y una manifestación urgente.

En todos los casos, la estrategia involucra una entrevista con el niño y otra entrevista con un adulto referente protector. Esa otra persona es  importante que sea elegida por el niño e imprescindible que sea alguien que tenga una vinculación afectiva con él, que pueda acompañarlo durante todo el proceso y que, además, tenga la capacidad de protegerlo física y emocionalmente.

Siempre debe haber un seguimiento, ya sea por el grupo  multidisciplinario de la escuela y sino de la red comunitaria. Si la manifestaciones son claras o urgentes, ya debe derivarse al niño al centro de salud comunitario, para constatar que está siendo violentado, y después comienzan a actuar otras instituciones, como la Policía, la Justicia... Pero la acción del maestro y de la escuela es esa, más allá de que después tenga que seguir la evolución del niño y nunca desentenderse del caso, su rol es detectar el problema y dar los primeros pasos para que otros organismos empiecen a actuar.

La pregunta es: ¿cómo funcionan esos lugares, existen en todos lados? Edith Moraes contestó: "No en todos lados, por eso el Mapa de Ruta trabaja nombrando algunos centros, que existen en algunos departamentos y en otros no. El que tiene mayor infraestructura para estos trabajos es Montevideo y la zona metropolitana. En cada departamento del interior hay que ir fortaleciendo los centros de ayuda y apoyo o creándolos. El trabajo de las redes comunitarias se viene implementando y nosotros lo hemos hecho en los diferentes departamentos, también a través del programa de maestros comunitarios y a través de los SOCAT".

Da la sensación que esto puede hacer más difícil la implementación del Mapa de Ruta, hacer que la regularidad no sea las más adecuada.
De todas formas, según Edith Moraes, el inicio de todo este proceso es auspicioso: "Hemos tenido una serie de casos donde, si bien esto recién fue impreso y recién se está distribuyendo, ya desde 2005 se viene estudiando el tema y tomando algunas decisiones. En las escuelas que ya lo hemos aplicado ha dado mucho resultado porque el maestro se siente que está trabajando con otros, que esta contenido también y que hay una institución que lo respalda. Es realmente un trabajo en red. Cada vez que emerge un caso, inmediatamente, porque hay que actuar con muchísima celeridad, se ponen en contacto todos los actores que intervienen".

Hablamos con Susana, directora de una escuela de contexto crítico que tuvo una buena experiencia al respecto. En la escuela que dirige Susana un niño se puso violento y agredió a otro por. Esa situación fue controlada por los maestros que estaban cerca del episodio y no pasó a mayores. Pero, a partir de allí, en la escuela comenzaron a sospechar que esa actitud violenta del niño podía deberse a estar sometido en su casa a situaciones violentas. Se comunicaron con inspección, luego con la dirección general, comenzaron a investigar y se dieron cuenta que la noche antes, ese niño había tenido en su casa una situación terrible de violencia y ese era el escenario normal de la casa, según confirmó la madre del niño.

Susana, habló del caso y, además, señaló qué piensa del Mapa de Ruta: "Desde hace mucho tiempo sentimos que hay muchas instituciones trabajando para la niñez, pero un poco cada un por su lado. Por primera vez sentimos que estamos tratando de coordinar acciones para mejoras en la misma dirección. Soy directora de una escuela pública ubicada en un contexto muy desfavorable. Los niños actúan en función de lo que ven en su entorno. En la escuela ellos encuentran otra cultura, la cultura de la palabra y no la del golpe. Pero son niños que vienen de esos medios. Estamos continuamente trabajando con otras organizaciones, porque solos no podemos. Nadie puede nada solo y hay que hacer un manejo delicado. Trabajamos con organizaciones oficiales y con organizaciones no gubernamentales. Primero que nada con Primaria y tanto la Inspección como el Consejo en el caso que sucedió en mi escuela tuvieron una respuesta inmediata. Yo levanté el teléfono y a la hora tenía la inspectora de zona y la inspectora departamental en la escuela, lo mismo con el Consejo de Educación Primaria, en línea directa. Y están las otras instituciones, como el INAU, la policlínica de la zona, la Intendencia, El Abrojo, es un trabajo entre todos. Esos niños no están viniendo a la escuela en este momento porque ellos están en otro lugar, ellos no están en la zona donde se generó el problema, porque así lo determinó la Justicia y las instituciones que actuaron después. El incidente que se desencadenó en la escuela era la punta del iceber y cuando empezamos a averiguar encontramos otras situación. Si el niño agrede es porque antes él fue agredido sino no agrede. Eso siempre fue así, la violencia no está dentro de las escuelas. Estos problemas han surgido muchas veces, desde hace años y por primera vez no nos sentimos solos, por primera vez la respuesta fue inmediata y sentimos que el sistema respondía".

El Mapa de Ruta está siendo distribuido en todas las escuelas del país y se están también planeando talleres con maestros de Montevideo y el interior. Asimismo, el documento va a estar en los centros de salud, comisarías, en los 70 SOCAT del país y no se descarta que se reparta entre las escuelas privadas, ya que el maltrato o abuso infantil no es un fenómeno exclusivo de los más pobres, sino que se da en todas las clases sociales.

Valentina, una maestra de 22 años, que trabaja actualmente en una escuela de contexto crítico y que antes trabajó en otras de esas mismas características, cuenta lo sola que se sintió en algunas situaciones: "Muchas veces te sentís sola. A no ser que haya una buena coordinación entre los docentes y una buena dirección, a veces cada uno hace lo que puede en forma aislada y eso no tiene resultados. Si uno hace una cosa y el otro hace otra es como que los resultados no se dan. Estás sola y muchas veces no sabes a quien acudir. Tiene que ser un trabajo en equipo: la escuela, las organizaciones barriales, las autoridades también, porque sino sólo el maestro en la calases no puede hacer absolutamente nada. La escuela en la que estoy ahora es diferente. Se coordina más, hay ciertas metas y objetivos comunes. El cuerpo docente, la dirección y la secretaría están abocados a cumplir un fin. Además, en el barrio hay una red creada. Entonces, ante un caso de violencia, sabes que organización acudir, están vinculados con la policlínica, es como que hay una red que contiene. Todo eso debería venir de más arriba, como se está haciendo ahora, con una hoja de ruta para que los maestros sepamos cómo solucionar ciertas circunstancias que por nosotros mismo no podemos hacerlo".

Además, Valeria nos contó con qué situaciones se ha encontrado en su trabajo como maestra: "A veces, violencia directa y a veces indirecta como, por ejemplo, situaciones de abandono total. Violencia en el sentido que había niños que pasaban solos, sin que nadie se preocupara si habían comido o si no, si tenían ropa o si no. Violencia por omisión. Y después otro tipo de violencia, como la explotación laboral. Los mandaban a pedir y sino los mataban a palos o les pegaban. Yo no vi ningún moretón, no vi nada que se pudiera apreciar a simple vista, sino que muchas veces los niños contaban. No venían porque estaban solos en la casa o porque los padres no los dejaban porque no trajeron la plata suficiente, ese tipo de cosas. Esas cosa eran habituales. Por ejemplo, a veces te sentías culpable porque los padres le pegaban al niño porque no hacía los deberes, eso todos los días. A veces venían los padres a hablar y decían que ellos le pegaban a los niños para que hicieran las cosas. Ahí es cuando una tenía que decir que eso no es así, que no es la manera para que el niño responda, sino que eso complicaba más el aprendizaje y la conducta diaria. Claro, es como que se reproduce. A mí me pegan en casa y entonces yo voy a la escuela y le pego a un compañero en la clase o el recreo. O me manejo golpeando las cosas, es muy común que golpeen todo. Vos les das algo y ellos lo tiran, porque en la casa pasa lo mismo. Vos te das cuenta cuando llegan de la casa a la escuela, los ves tensionados, agresivos. Los lunes, que estuvieron el fin de semana en la casa todo el tiempo vienen mucho más tensionados, porque vivieron situaciones muy continuas en la casa. Entonces, ellos te cuentan, algunos espontáneamente y otros cuando se les pregunta. A veces yo decía, qué les voy a pedir en cuatro horas cuando viven estas situaciones en la casa durante las otras veinte. A veces uno se siente ridículo tratando de ayudar a los chiquilines a entender tal cosa o aprender tal otra, porque las situaciones que viven están totalmente desligadas de eso que vos le estas enseñando en la escuela. Todo esto no acarrea sólo problemas de conducta, sino también de aprendizaje: son chiquilines que van quedando rezagados".