Informes

La estrategia mundial contra el tráfico de drogas

La estrategia mundial que se utiliza contra el tráfico de drogas está en tela de juicio y muchos expertos internacionales consideran que no han tenido resultados. En ese sentido, los especialistas Francisco Thoumi y Adriana Rossi brindaron una conferencia en Montevideo, invitados por la Junta Nacional de Drogas, donde el disparador para abrir las disertaciones fueron los temas: la droga y la sociedad, el Estado y la democracia. Informe de Santiago Díaz

La estrategia mundial que se utiliza contra el tráfico de drogas está en tela de juicio y muchos expertos internacionales consideran que no han tenido resultados. En ese sentido, los especialistas Francisco Thoumi y Adriana Rossi brindaron una conferencia en Montevideo, invitados por la Junta Nacional de Drogas, donde el disparador para abrir las disertaciones fueron los temas: la droga y la sociedad, el Estado y la democracia. <b> Informe de Santiago Díaz</b>

La conferencia se llevó a cabo el 12 de setiembre en el Paraninfo de la Universidad de la República. El discurso sobre el tema fue pesimista y crítico a las políticas que se vienen desarrollando desde hace años y que, de hecho, serán el centro de discusión el año que viene a nivel de Naciones Unidas. Ese discurso es muy similar al de otro especialista que estuvo en Uruguay hace pocos meses, el francés Alain Labrousse. Es una crítica a políticas que se vienen aplicando hace más de 30 años, que se basan en lo prohibitivo y en lo restrictivo, y que han tenido, según esta gente, resultados muy limitados.

Thoumi es colombiano, economista, docente, coordinador de investigaciones del programa global contra el lavado de dinero y coordinador del informe mundial de drogas de la Oficina de Fiscalización de Drogas y Prevención del Crimen de las Naciones Unidas. Por su origen dio una visión muy "colombiana" del asunto e intentó explicar por qué Colombia ha sido tan proclive al tráfico de drogas.

A las preguntas de ¿por qué hace 100 años la zona líder en producción de coca era lo que hoy es Indonesia? y ¿por qué Perú y Bolivia son grandes productores y el narcotráfico no está tan enquistado como en Colombia?,  Thoumi indicó que hay cosas que la economía no explica: "La única explicación tiene que ver con la ilegalidad. Cuando a nivel mundial se declara ilegal algo que es muy fácil de producir, que no requiere de una tecnología sofisticada, que no requiere mucho capital, ese producto tenderá a concentrarse en los lugares donde es más fácil hacer cosas ilegales.
Es decir, eso es algo que Colombia no puede negar, que tiene que enfrentar. Es la gran verdad que Colombia no quiere enfrentar, lo que hoy llamo las verdades incómodas. Una de las verdades incómodas que hay en el país es el hecho de que Colombia concentra las drogas no porque son rentables sino porque son ilegales".
Lo rentable es la ilegalidad y, según Thoumi, Colombia está predispuesta a ella: "Básicamente porque en Colombia históricamente a la ley se le toma el pelo. No hay una legitimidad en la legalidad. La legalidad en Colombia siempre ha sido impuesta desde arriba. Todo esto ha hecho que en Colombia haya una profunda falta de legitimidad en la propiedad. Y me atrevo a afirmar que un secuestro, con todo lo terrible que es, es visto por muchos colombianos como una simple transferencia de rentas".

Sobre ese tema, Rossi, profesora de la maestría en uso indebido de drogas de la Facultad de Psicología de Buenos Aires e investigadora del Programa de Drogas y Democracia del Trasntational Institute de Amsterdam, mencionó tres tipos de legitimación del narcotráfico: económica, política, ya que es normal encontrar vinculaciones y complicidades entre el poder político y el narcotráfico, dijo, y legitimación social.

Sobre la legitimación social Rossi señaló: "Es la existencia de un contexto cultural degradado, donde se han trastocado valores, donde se ha insertado algo que es típico en toda nuestra sociedad. `Ser´ significa `tener´. Si no tienes no eres. Y la cuestión de no tener futuro, de no visualizar el futuro, con lo cual se pierde absolutamente la significación misma de la vida. Yo no tengo futuro, yo no valgo nada... Y si yo no valgo nada, nada vale. Pero si al mismo tiempo, todo vale. Vale cualquier instrumento, vale cualquier mecanismo para poder obtener una satisfacción inmediata de un deseo o de una necesidad".

Esto va mucho más allá del territorio colombiano. Según decía Thoumi, la solución no pasa por políticas como las que se vienen desarrollando sino por aceptar el verdadero problema y atacar duramente a la desintegración social que vive Colombia, que también se puede apreciar en otros países, como en Uruguay.

"Se puede continuar con todas la políticas si se quiere, se puede manipular las cifras, que son fascinantes, en los últimos cinco años en Colombia se ha fumigado más coca de la que había, mi conclusión es que Colombia no produce cocaína.  Si uno acepta las cifras de las ONU y del gobierno colombiano, en Colombia no se puede producir cocaína, cada año fumigan más de lo que hay. Es decir, la situación es tan descabellada como eso y se sigue y se sigue y se sigue... La conclusión es que el problema no se resuelve con políticas, requiere reformas en comportamientos, requiere cambios en la sociedad", dijo Thoumi.

En Colombia se habla mucho de que el problema está generado por un choque externo, que proviene de una coyuntura internacional que influye fuertemente en lo local, pero Thoumi no está de acuerdo con esa visión: "Las drogas en Colombia son sintomáticas de problemas mucho mas profundos. Colombia es hoy el productor de dólares falsos más grande en el mundo, el primer productor de sicarios, que se exportan ya a México, por ejemplo, al cartel mexicano. Colombia es el primer productor de secuestros, es posible que México lo supere este año. Es el primero o segundo exportador latinoamericano de prostitutas. Es el segundo país de número de desplazados en el mundo. Es el segundo país en número de niños guerreros".

Y, al mismo tiempo, todo esto ha generado en Colombia la expansión de industrias legales relacionadas con este ambiente de ilegalidad constante. Por ejemplo, Colombia exporta chalecos antibalas, se usan blindajes colombianos en autos de Arabia Saudita y agentes de seguridad colombianos trabajan en Afganistán e Irak.

Colombia ha sido uno de los países hacia donde más se ha enfocado las políticas antidrogas. Ya en 1969 Nixon le declaró la guerra a las drogas y anunció políticas al respecto. Reagan hizo lo mismo en la década de los 80 pero, lo cierto es que, el problema sigue más vigente que nunca.

En Colombia está el famoso "Plan Colombia", que se basa en la fumigación de las plantaciones de coca y en el cual Estados Unidos gasta un billón de dólares anuales, además de tener casi 1.000 efectivos en territorio colombiano. Esto no ha provocado resultados positivos ya que la droga sigue saliendo de Colombia y sigue llegando al mercado sin que haya variaciones de precios.

Rossi indicó que el Plan Colombia se ha convertido oficialmente en un programa antiguerrilla por esa supuesta vinculación que hay entre la guerrilla y las drogas: "Por lo tanto, se ha convertido en una cuestión antiguerrillera, además en función de esta nueva doctrina militar que se esta aplicando y que dice que uno de las grandes amenazas es el terrorismo. Y la guerrilla colombiana, las FARCS y el ELN han aparecido en abril del 2001 en la lista de las organizaciones terroristas internacionales junto con Sendero Luminoso, junto con los Paramilitares Colombianos y junto con un listado inmenso de organizaciones islámicas."

Hay una militarización de la lucha contra las drogas, como ha pasado en Colombia y como también pasará en el Plan México, que fue anunciado recientemente. El Plan México será apoyado por Estados Unidos, aparentemente no habrá presencia de efectivos estadounidenses en territorio mexicano como si lo hay en Colombia, pero se busca la intervención militar para solucionar el tema. Según Rossi, los resultados han sido nulos, más producción en Colombia, el mercado es cada vez más grande, cada vez con mayor variedad, cada vez más naciones vinculadas en el tránsito de drogas y organizaciones dedicadas a las drogas cada vez más fuertes y potentes. Ese ha sido el resultado, según Rossi, de la política antidrogas que viene liderando Estados Unidos desde hace 30 años.
Por lo tanto, tanta plata invertida en algo que no da resultados, tiene que tener otros intereses ocultos:  "Lo que está en juego entonces son intereses estratégicos que nada tienen que ver con el narcotráfico, que se convierte efectivamente en una excusa más. Por lo tanto, narcotráfico, terrorismo y otras amenazas son un conjunto de instrumentos que efectivamente permiten a Estados Unidos una presencia territorial y una presencia militar que es absolutamente necesaria en este momento para un advenimiento de su hegemonía".

Ya sea por el petróleo, el agua u otros recursos naturales, Estados Unidos necesita estar presente en la región y parece que las drogas son la excusa perfecta. Esta es la misma visión del francés Alain Labrousse.