Entrevistas

Durmiendo "con los ojos abiertos" por el abigeato

"Se terminó la paz. Acá es tierra de nadie ahora" lamentó el productor rural Richard Hernández. Ayer, con su padre y un grupo de vecinos, cortó la vieja ruta 5 como forma de protestar contra el abigeato. La noche anterior les habían matado seis animales del campo que explota su familia, a un kilómetro de Progreso. "Tenemos que dormir con los ojos abiertos", se queja Hernández y pide a las autoridades que hagan algo para "parar a los malandros".

(Emitido a las 7.42)

EMILIANO COTELO:
Las imágenes aparecieron ayer en la televisión y hoy aparecen en los diarios. Se trata de las consecuencias del abigeato en la zona de Progreso, departamento de Canelones.

Siul Hernández está indignado. Alguien entró a su campo, le mató seis terneros y les quitó las mejores partes. Ayer, junto a su hijo, decidió poner los animales muertos en la chata de un camión, cortó la vieja ruta 5, en Progreso, y protestó junto con otros productores.

Hernández tiene 72 años y es dueño de un establecimiento desde hace 53 años. La empresa es de tipo familiar y la lleva adelante con sus hijos. Tiene un total de 280 reses y 80 de ellas en ordeñe, que prestan sus servicios en 180 hectáreas de terreno.

Anteayer fue a recorrer el campo donde tiene 103 terneros, entre vaquillonas y novillos, de un año y medio. Esa tarea, una tarea rutinaria, le deparó una sorpresa: encontró un novillo de 350 kilos al que le faltaban los cuartos y las paletas. "Vine a la comisaría y lo denuncié. Me dijeron que iban a recorrer y a investigar", cuenta.
Sin embargo, al día siguiente, al salir de nuevo de recorrida, encontró otros seis bichos carneados durante la noche anterior.

Estamos con Richard Hernández, hijo de Siul Hernández, que también estuvo en la protesta que se desarrolló ayer cortando el tránsito en la vieja ruta 5.

EC – Hernández, sería bueno que usted nos contara con un poco más de detalle cuál es la situación que han estado viviendo.

RICHARD HERNÁNDEZ:
Hace ya cuatro o cinco años que sufrimos todo este tipo de abigeato y robo de las casas. Tenemos que dormir arriba de los caballos. A mí me desvalijaron la casa dos veces y a mi hermano una vez. No queda un vecino al que no le hayan tocado algo...Al que no la moto, la casa, el caballo o el buey. Animales atados no queda ninguno en la zona. Únicamente se venían salvando animales sueltos, pero estos animales que criamos nosotros, que son terneras Holando para el tambo, se crían mansas y es fácil agarrarlas en el campo.

El sábado de mañana mi padre encontró una carneada. Le habían sacado los dos cuartos, las dos paletas. En el conteo le faltaba una más, aparte de esa, pero como no tenía tiempo se vino. Y ayer de mañana, como todos los días, salimos a recorrer en el tractor él y yo y nos faltaban seis más. Entramos a buscar (esa parte del campo son más de 50 hectáreas) hasta que encontré en una parte -no de monte sino en la parte limpia del campo, una pradera- seis animales más carneados.

EC - Semicarneados, podría decirse.

RH – Destrozados. Porque se llevan sólo los cuartos y las paletas. A una, no sé cómo les dio el tiempo, pero le sacaron hasta la lengua. A las demás les dejaron todo íntegro. A una le sacaron la lengua, las achuras, el hígado, chinchulines, se llevaron todo de una.

EC - El sólo hecho del robo, del abigeato en este caso, cobra características más chocantes por el estado en el que dejaron a los animales.

RH - No da para utilizar nada, para aprovechar más nada, porque la carne estaba fresquita, se ve que fue en horas de la madrugada, pero ¿quién va a tocar algo? Capaz que le echaron cualquier porquería por arriba. Aparte, como se llevaron las mejores carnes, ya no hay mucho para aprovechar.

EC - ¿Ustedes viven cerca de la ciudad de Progreso? ¿A qué distancia están?

RH - A un kilómetro, nuestro campo está casi lindero con el pueblo.

EC - ¿Cómo se explica que se desarrolle este tipo de robos que incluye la propia tarea de carnear a los animales sin que nadie se entere? ¿Cómo matan a los animales, por ejemplo?

RH - Los agarraron con una piola o más bien a mano y los marronearon. Estaban marroneados y degollados.

EC - ¿Cuánto tiempo puede haber llevado carnear a estos seis animales?

RH - No eran menos de cinco o seis personas. Porque incluso llevaron como seis cuadras la carne al hombro, colgada de un palo (después lo encontramos). No cortaron ningún alambrado, salieron con la carne a la calle y la cargaron en un carro o en una camioneta. Había una huella pero no pudimos seguir nada porque es un camino de balastro.

EC - Ustedes han insistido: "Esto no es para comer".

RH – No. Es negocio. Eso va para vender en las villas esos chorizos baratos que venden a 25 pesos el kilo y la carne picada a 20 pesos el kilo. No existe. Lo único que existe son los chorizos del Pepe a 20 pesos el kilo. El señor ministro pone cosas baratas pero aquí no hay otra que parar a los malandros. No hay vuelta.

EC - ¿Ustedes tienen sospechas de quiénes pueden ser?

RH - No, para nada. Al único que conocemos bien (y está suelto porque lo han agarrado 22 veces y lo han largado 40 veces) es el famoso Taby, ladrón de caballos, que nos llevó tres que nunca más pudimos recuperar, como a todos los vecinos le ha llevado caballos. Ese está suelto y está a dos kilómetros de acá. Vive en la zona de Vista Linda. Y estaba el primo de él, que era "El Abuelo", a quien por suerte lo mató hace poquito un hombre. "El Abuelo" vino a robarlo y el hombre lo mató. Ahora está preso el hombre. Entonces no puede ser. La Policía no puede actuar porque los jueces los largan. ¿Qué hacemos? Si viene otro, me mata a mí o lo tengo que matar. Porque si me viene a robar, ¿lo dejo?

EC - Esta vez se cansaron y decidieron cortar la ruta. Pusieron en la chata los animales tal cual habían quedado; cosa que seguramente resultó muy impactante para todo aquel que pasó por allí...

RH – Sí. El pueblo acompañó bastante. Y los vecinos. Es un pueblito chico Progreso y hasta hace unos años atrás éramos todos como hermanos. Dormíamos con las puertas abiertas, todo tranquilo. Pero ya se terminó la paz. Acá es tierra de nadie ahora. Las casas son un infierno. Hubo un accidente en Progreso en la ruta 11, en el que fallecieron cinco personas. Se accidentaron a las 6.00 de la mañana y a las 5 de la tarde le estaban desvalijando la casa a una de las accidentadas. Y no terminó ahí. El jueves operaron a la hermana, que también fue accidentada, y fueron y le llevaron el resto, muebles, todo lo que le quedaba en la casa, heladera, todo, todo, todo, todo. Hay entregadores en la zona. No sé, ellos saben bien. Y los chorros están sueltos.

EC - Hizo declaraciones el comisario de Progreso, Luis Rodríguez.

RH - Sí, que creo que fue el encargado...

EC - Dijo que los casos de abigeato fueron más intensos en los meses de frío, que actualmente los niveles de este delito son normales. Aunque también reconoció que quizás las cifras no reflejen toda la realidad porque muchas veces no se radica la denuncia. ¿Qué dicen ustedes?

RH - Mucha gente está cansada de hacer denuncias y a veces llamas al 911 y te demoran media hora, una hora. A veces tenés que salir a perseguir vos los animales. Yo estoy cansado de salir con los vecinos, de ir al Borro, a Conciliación, a 40 Semanas, a Toledo, acá a Vista Linda, que es adonde van los caballos, que los carnean. Como me han robado tengo cientos de días de andar buscando animales míos y de los vecinos, porque les doy una mano también. Pero no se puede, es inútil.

EC - La Policía reconoció que no cuenta con recursos suficientes para los patrullajes porque tiene que abarcar una jurisdicción de 112 kilómetros cuadrados y 20.000 habitantes.

RH - Sí, pero yo anoche escuchaba a la ministra que decía que están bien de policías, que por ahora la van llevando bien. Lo dijo anoche por televisión. Estaba en Punta del Este o no sé dónde. Y no es así, por algo el sindicato de la Policía dice que no cobran lo suficiente, que no los respaldan. ¿Quién tiene razón?

EC - Hace muy pocos días apareció en la prensa información a propósito de policías del departamento de Canelones que son entrenados especialmente para combatir el abigeato, que incluso están tomando clases prácticas sobre caballos, marcas de caballos, etcétera...Como que hay una intención de avanzar en este tipo de operativos.

RH - Seguro, pero todavía no se ven los resultados. Ahora tenemos que dormir con los ojos abiertos. Se quedará uno de día trabajando y el otro hace la guardia de noche. No podemos pagar sereno acá, porque hay campos por todos lados, estamos rodeados de campo, tenemos como 200 hectáreas y es muy difícil, hay 300 reses. Es difícil controlar todo. Lo más práctico es controlar a los bandidos.

EC - ¿Cómo les fue con la protesta en sí? Ustedes estaban entorpeciendo el tránsito. Eso generó molestias, broncas a determinada gente.

RH - Sí, causó molestias. Incluso hubo algún vecino que pedía que retiráramos el tractor o algún camión para pasar porque tenía que llegar al trabajo y se le hacía tarde. Pero lamentablemente uno también llega a todo y no es capaz de descansar ni medio día. Si se enojó algún vecino, que disculpe, pero la mayoría estamos todos doloridos acá en el barrio, me apoyaron y vamos a seguirlo haciendo si es necesario.

EC - Esa era la pregunta final: ustedes están planteando una situación difícil de solucionar. ¿Qué viene ahora, después de una protesta como la de ayer, cuando ya llegaron al extremo de instalar un piquete, con lo polémica que es esa herramienta de lucha?

RH - Ahora vamos a ver si nos podemos reunir a conversar con el señor ministro o alguien más, que nos den alguna idea, a ver qué solución le encuentran a esto. Porque no podemos seguir así. Anoche no me carnearon, pero todavía no fuimos a recorrer todo el campo. Capaz que vamos ahora y encontramos dos animales más muertos, o pasado mañana, no sabés. Vos cuidás dos días y el tercero te mataron. Vamos a esperar a ver si nos atienden, si hacemos alguna reunión, conversamos, que nos aclaren algo, yo qué sé.

***

EC - La familia Hernández entiende que la pérdida que sufrió este fin de semana es de unos 2.800 dólares. Sin embargo, agregan que la proyección del daño es sustancialmente mayor, porque, según le explicaron al diario El País, lo que perdieron fueron hembras, que en el futuro serían madres y que cuestan 20.000 pesos cada una.

----------------------------------
Edición: Ma. Eugenia Martínez