(Emitido a las 7.55)

EMILIANO COTELO:
Completamos la panorámica de lo que queda, después del susto, con Marcelo Gallardo, nuestro corresponsal en Maldonado.

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Marcelo, ¿cómo pasaste el fin de semana?

MARCELO GALLARDO:
Tal como informó Índice 810 ese día, una fría sensación iba recorriendo a los operadores y vecinos de Punta del Este, sobre todo a la gente de José Ignacio, a medida que esa tenue mancha azulada, tirando a oscuro, que pintaba un mar bastante embravecido, con olas de dos metros, dos metros y medio, se acercaba a la playa La Juanita, en la desembocadura del arroyo José Ignacio en el Océano Atlántico. A medida que se acercaba la mancha el olor se hacía perceptible. Desde la medianoche, cuando se conoció el incidente, se disparó una fría sensación en los operadores políticos, en las autoridades locales y en las Fuerzas Armadas, para muchos una especie de pesadilla que recordaba lo que vivió el departamento de Maldonado en el año 1997 cuando se produjo el derrame del San Jorge.

Esto hasta las cinco de la tarde. Cuando salieron las autoridades, encabezadas por el titular de Ancap, Daniel Martínez, a precisar la magnitud del siniestro, la gente empezó a respirar de otra manera.

EC - ¿Ya está todo el mundo convencido de que no pasó nada, de que fue lo mínimo que podía ocurrir?

MG - Sí, la gente quiere pensar en cosas buenas, por la fecha y porque como en el inicio de todas las temporadas de verano está enchufada, haciendo todo lo que no hizo en el invierno para trabajar correctamente, para atender a los turistas que llegan en el verano. Es una sensación rara, sumar a todos los problemas esta incertidumbre, porque hay que liquidar trámites, arreglar cosas, poner las casas en alquiler, en el negocio comprar la mercadería que falta, y la incertidumbre de si vendrá o no gente, por más que las reservas de los hoteles están bien y los pasajes agotados.

Pero hubo una imagen muy fuerte: ayer de tarde había surfistas practicando el deporte en el mismo lugar donde 24 horas antes había estado la mancha.

EC - Sin problemas.

MG - Esa imagen tranquilizó, porque nadie va a hacer surf cabalgando arriba de una mancha de petróleo. Era algo así como: "Si están los muchachos, que conocen las corrientes marinas como nadie, que conocen bien la situación...". Parecía un aviso del Ministerio de Turismo.

EC - Hablando del ministerio, uno de los temores venía por el lado de qué cobertura se le daría a este accidente en la prensa argentina. ¿Hay alguna evaluación de eso? ¿Cómo fue tratada la noticia del otro lado del río?

MG - Cuando ocurren estos casos, sobre todo casos de seguridad, hay una extraña sensación en los operadores turísticos y las autoridades, aquello de quién les vendió las armas a los indios, quién nos traicionó, quién les dio letra a estos tipos para que nos prendan fuego del otro lado.

Las autoridades estaban procesando todo el análisis en la Terminal Este de José Ignacio, donde están los parques de tanques frente a la boya petrolera, allí se había instalado una especie de cuartel general, desde allí salía el helicóptero a hacer sobrevuelos para ver la magnitud del vertido. Entonces equipos periodísticos que han venido a trabajar en la temporada cuando vieron camionetas de televisión, guardias periodísticas, se acercaron a ver qué estaba pasando.
 
EC - ¿Pero cuál fue el encare? ¿Cómo evaluaron la repercusión que esto tuvo en Argentina? Porque siempre se teme que se desestabilicen las decisiones de último momento de turistas de ese lado.

MG - "Zafamos", al decir de un operador turístico de José Ignacio. Otros comentaron: "Nos perdonaron la vida", no por la magnitud del hecho sino por la magnitud de la versión que se da del otro lado. Hubo alguna preocupación porque algún medio argentino informó que la mancha había impactado en la playa Mansa, y no se precisaba cuál, porque tenemos la playa Mansa de Punta del Este en la bahía de Maldonado, pero también está la playa Mansa de José Ignacio, que es un lugar muy particular, donde hay personalidades muy conocidas de Argentina, como la empresaria Amalia Lacroze de Fortabat y la señora Mirtha Legrand, a menos de un kilómetro de la playa La Juanita. Era un cóctel muy difícil de tragar y bastante explosivo: una mancha de hidrocarburo en la puerta de la casa de Mirtha Legrand. Estaba todo servido en bandeja para que el asunto tuviera una cobertura muy amplia en los medios argentinos.

Los operadores de Punta del Este saben cuándo la prensa argentina tiene pantalla fría y saben cuándo tienen pantalla caliente. En verano sobre todo tienen pantalla fría, no tienen muchas cosas fuertes, el miedo era que apareciera la placa roja de Crónica con la famosa marcha. Hace poco ocurrió cuando lo de Botnia, la placa roja salió con la noticia: "Congelarían depósitos bancarios de argentinos en Uruguay". Ese era el miedo, que se magnificara un incidente que fue mil veces menor que el del San Jorge.

EC - "Zafamos", entonces.

MG - Sí, pero no solo por el hecho de que el accidente fue menor, sino por la repercusión negativa que no hubo. Ayer la imagen de los surfistas corriendo olas en el lugar donde había estado la mancha fue suficiente para que los operadores respiraran tranquilos y volvieron a preparar las cosas para esta temporada que está a un par de días de comenzar.

EC - Cada vez que ocurre algún inconveniente en la boya de José Ignacio con el manejo del crudo se escuchan voces disconformes con el hecho de que esa planta de Ancap esté ubicada en ese lugar. Este fin de semana no fue la excepción. De ahí que el propio presidente de la empresa, Daniel Martínez, consultado sobre el tema, remarcara que durante la década de 1970 se discutió la posibilidad de la relocalización. Pero destacó que en realidad solo ha habido dos accidentes.

(Audio Daniel Martínez.)

"Es como mover La Teja, a mí me encantaría mover la refinería de La Teja, pero de repente necesito tres o cuatro mil millones de dólares para moverla. En todo caso hay que hacer un balance y ver los momentos de los temas. La realidad nos dice que con buenos procedimientos en los hechos, o no acontece, como pasó en los últimos 20 años, o son absolutamente mínimos. Ha habido pequeños accidentes que han sido siempre rápidamente controlados. Este, si bien fue pequeño, fue un poco más notorio, pero en general se puede acotar. Aunque es estar con un Jesús en la boca permanente."

(Fin.)

EC - Sobre la boya petrolera instalada en José Ignacio, ¿cuál es el ambiente en la zona, allí en Maldonado y Punta del Este?

MG - La gente de José Ignacio es muy particular, protesta hasta por la cantidad de carteles que hay en las arterias de tránsito, no quiere carteles publicitarios, quiere conservar ese lugar de una manera muy particular, sin ser fanática del ambiente. Pero la imagen de un petrolero descargando ahí a veces golpea mucho. Esa tarde, cuando estábamos esperando la información oficial, se hizo presente el propietario de una de las chacras que están frente a la boya petrolera –allí están Marcelo Tinelli, Alán Faena, Francisco ‘Pancho’ Doto, una serie de personajes que están frente a la boya–, que quería a hablar con el bombero que oficia de guardia en la puerta de la boya, y su manera de expresarse demostraba un acabado conocimiento de la operativa, en el sentido de que está latente.

En el año 81 hubo un incidente que todos recuerdan, en medio de un temporal fenomenal, en pleno invierno, un barco español pasó entre la boya y la costa sin dominio del timón. Fue un incidente menor porque el barco pasó, pero la gente se pregunta qué habría pasado si hubiera habido un petrolero. Está ahí, presente todos los días. En la década del setenta se generó una polémica muy fuerte en Punta del Este por la instalación de la boya, los operadores se pusieron con los tapones de punta para pararla. Pero del otro lado el interlocutor era el entonces comandante en jefe de la Armada vicealmirante Hugo Márquez, un personaje con el cual era bastante difícil mantener una polémica.

EC - ¿Cómo está Punta del Este hoy?

MG - Llovió, cayó bastante agua, el cielo está color plomo por donde se mire. Esperamos que esto pase, se abra el cielo, vengan temperaturas altas y, sobre todo, lleguen los turistas. Hay un cierto movimiento, ayer hubo una movida muy fuerte, llegaron 4.000 turistas en tres barcos, la bahía de Maldonado presentó un espectáculo muy fuerte, con tres buques de gran tamaño, uno de ellos con 2.300 turistas, que llenaron las calles y le dieron un color particular. Navidad es una fecha muy especial, los argentinos son muy católicos, pasan la fecha en Buenos Aires y a partir del 26 empiezan a venir, eso ocurre siempre.

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Edición: Mauricio Erramuspe