Uruguay frente al cambio climático
"Uruguay está mucho mejor que la mayoría de los países en vías de desarrollo", dijo el especialista en cambio climático Walter Baethgen. Destaca la existencia de un "buen" sistema de emergencia que "se está fortaleciendo" como uno de los diferenciales del país. En el agro señaló que diversificar los culivos y aumentar las reservas de agua serían medidas positivas para enfrentar el calentamiento global. "Cuando uno se pone a pensar en qué consiste mejorar la gestión de riesgos climáticos, lo bueno que tiene es que son cosas que tenemos que hacer y que son buenas para la sociedad de cualquier manera, no en nombre del cambio climático", afirmó.
(Emitido a las 7.58)
EMILIANO COTELO:
"El tiempo está loco".
Sin dudas, esta frase es un lugar común en nuestras conversaciones cotidianas. Que hace frío, que no llueve, que hay mucho viento; en fin, hablar del tiempo es algo recurrente.
Pero últimamente le hemos agregado una variante, cada vez es más frecuente que atribuyamos estos fenómenos al calentamiento global y su consecuencia, el "cambio climático".
Pero, ¿podemos hablar de cambio climático en nuestro país? ¿Cómo se manifiesta el cambio climático en Uruguay? ¿Cómo se monitorea ese fenómeno? ¿Cómo podemos hacerle frente? ¿Qué medidas debemos tomar desde ahora?
Vamos a tratar de responder a estas preguntas.
Estamos con el ingeniero agrónomo Walter Baethgen, uruguayo, con un Phd en Ciencias del Ambiente por la Universidad del Estado de Virginia, en Estados Unidos, que se desempeña en Estados Unidos, en la Columbia University, en el Instituto de la Tierra, y que ha participado activamente en el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de las Naciones Unidas, que fue galardonado con el Premio Nóbel de la Paz el año pasado.
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Ingeniero Baethgen, esta vez lo ubicamos en Uruguay. Lo ubicamos de vacaciones en La Paloma. ¿Cómo lo ha tratado el tiempo en esa zona en estos días?
WALTER BAETHGEN:
Bárbaro, lo más bien. Cuando uno viene a descansar el tiempo importa menos.
EC - ¿Cómo amaneció hoy?
WB - Lindísimo, un día espectacular.
EC - Para muchos, este es un verano demasiado fresco y, sobre todo, excesivamente ventoso. En varios balnearios o uno se resigna a lidiar con la arena que vuela o no puede ir a la playa.
WB - Entonces he tenido bastante suerte, porque hace pocos días que estoy y han sido unos días lindísimos, salvo un día que estuvo medio feo, lluvioso y frío. Parte de la variabilidad natural.
EC - A eso íbamos, en estas semanas escuché muchos comentarios de gente que, padeciendo esos inconvenientes con el viento o con el fresquito, decía: "he aquí el cambio climático".
WB - Es lo común, no solo aquí ni solo en vacaciones. Hablando de eso mismo, en Columbia doy una clase sobre este tema clima y sociedad, y el ejemplo que les pongo a los estudiantes para hablar de la atribución, cuánto se pueden atribuir los distintos fenómenos que uno vive al cambio climático, les planteo este ejercicio: imaginen que están mirando hacia el pizarrón y que a sus espaldas hay dos personas, una persona que fuma dos cajas de cigarros por día y una persona deportista, que no fuma, etcétera. Estando de espaldas oyen que uno de los dos tose, y por lógica uno dice que el que tose es el fumador, sin embargo también puede toser el no fumador que está entrando en una gripe.
Esto es igual, cuando existe un fenómeno climático extremo, una tormenta, inundaciones, un calor de 45 grados, la tendencia natural primera es a decir: "esto es una manifestación del cambio climático", y posiblemente lo sea, pero también puede ser parte de la variabilidad natural del clima, que tiene días extremadamente cálidos, tiene períodos en los que no llueve. Eso ha pasado a lo largo de la historia de la Tierra, con o sin intervención del ser humano. Es altamente probable que esta mayor variabilidad, esta mayor frecuencia de eventos extremos tenga que ver con el cambio climático, pero lamentablemente no es tan simple como para decir: "esto se debe al calentamiento global".
EC - Entonces, ¿qué es lo que los científicos han podido verificar con certeza? ¿Qué manifestaciones tenemos, indudables, del cambio climático en Uruguay?
WB - Hicimos un estudio con la gente del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA). Tenemos la suerte de que algunas de las estaciones experimentales tienen observaciones meteorológicas desde principios del Siglo XX, en La Estanzuela empezaron a obtener datos meteorológicos en 1915. Eso da prácticamente un siglo de observaciones, que es lo que se precisa para empezar a detectar cambios a la escala del cambio climático.
Salieron dos cosas de esos estudios. En primer lugar, que la temperatura mínima hacia fin de siglo ha aumentado, las temperaturas mínimas son las de invierno, y eso trajo que hacia fines del Siglo XX hubiera menos heladas y que los períodos con heladas fueran más cortos antes los períodos de heladas duraban más de un mes, ahora son más cortos y menos intensos, con temperaturas mínimas absolutas un poco más altas. Es decir, inviernos más cálidos.
La otra cosa importante es que las lluvias de primavera y verano han aumentado desde principios de siglo hasta hoy. Hoy las primaveras y los veranos son más lluviosos que a principios del siglo pasado.
En ciencia se usa la estadística para separar cosas que se dan por casualidad de cosas que se puede afirmar que existen. Y esos cambios han sido estadísticamente significativos, se puede asegurar que los inviernos se han vuelto menos intensos, las heladas menos frecuentes y más cortas y las primaveras y los veranos más llovedores.
EC - Mirando el informe que el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) divulgó el año pasado, Uruguay, el cambio climático aquí y ahora, en el capítulo a propósito del clima en Uruguay en los últimos 100 años, se mencionan esos dos cambios y se agregan dos más: el nivel del mar en las costas uruguayas subió 11 centímetros entre 1902 y 2003, un proceso que se acentuó en las últimas tres décadas, y que los eventos extremos, lluvias y temperaturas fuera de lo normal, han venido aumentando en frecuencia e intensidad en Uruguay y en la región. ¿Ustedes coinciden en que esos dos cambios también se han dado en los últimos 100 años?
WB - Sí, simplemente no hemos estudiado temas de zonas costeras y nivel del mar, pero sé que hay grupos que lo han hecho. La segunda afirmación, la mayor variabilidad, la mayor frecuencia, de eventos extremos también la hemos verificado.
EC - Está comprobado que en estos últimos 100 se han dado esos cambios en el clima de Uruguay. Pero, ¿podemos decir que esos cambios se deben al calentamiento global?
WB - Eso es lo que lamentablemente no es tan fácil de afirmar. Con el clima pasa otra cosa que la gente no conoce, el clima varía a diferentes escalas temporales. A escala de tiempo, de un día para el otro, dos o tres días hacia delante, uno está como estoy yo ahora en La Paloma, viene un frente frío del sur y la temperatura cae, de un día para el otro se pasa de 30 a 24 grados. Esas son variaciones del clima en la escala de unos pocos días.
La otra cosa es cuando en la zona del Pacífico tropical, que se llama El Niño, el océano está más caliente o más frío que lo normal. Se llama fenómeno de El Niño o de La Niña, y afecta la lluvia en distintos lugares del mundo, incluso en Uruguay. En el año de La Niña tiende a llover menos en la primavera. Eso también es variación del clima, pero a escala de meses. Cuando hay Niña, en los meses de primavera tiende a llover menos.
En la otra punta de la variabilidad temporal está lo que popularmente se llama cambio climático, son variaciones del clima a escala de muchas décadas o siglos. Ahí sí tiene que ver la acción del hombre, porque ha venido emitiendo gases con efecto invernadero, pero también tienen que ver algunas cosas naturales, como erupciones de volcanes.
Entre esa variabilidad de meses, asociada con el fenómeno de El Niño, por ejemplo, y la variabilidad de muchas décadas o siglos que es el cambio climático, entre esas dos escalas temporales, también hay variaciones del clima que se llaman variabilidades decádicas. Hay lugares del mundo donde hay suficientes datos y está bien documentado. Por ejemplo en Sahel, al sur del Sahara, o en el nordeste brasileño, hay décadas en que la lluvia tiende a estar debajo de lo normal, tiende a haber sequías más frecuentes que lo normal, y décadas en las que pasa lo contrario, la lluvia tiende a estar por encima de lo normal y hay menos sequías, menos frecuentes.
Entonces cuando uno ve cambios desde principio de siglo a fin de siglo le queda la duda hoy no hay manera de sacársela de si esos cambios en las lluvias se deben a que estamos en una escala decádica. Por ejemplo, puede haber ocurrido que a principios de siglo estuviéramos en unas décadas con lluvias por debajo de lo normal y después entramos en un grupo de décadas en que la lluvia aumentó, y podríamos entrar en décadas en este siglo en que volviera a bajar la lluvia. Estaríamos hablando de variaciones de clima a escala decádica. O si esos cambios que observamos desde principios de siglo hasta hoy van a seguir ocurriendo. En ese caso estaríamos hablando de cambio climático.
Es muy difícil comprobarlo, habría que disponer de datos de por lo menos 150 o 200 años, para ver si esto realmente es parte de un ciclo o es una tendencia que va a seguir manifestándose en el futuro.
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EC - En resumen, según dice el Informe mundial sobre desarrollo humano, en el capítulo Uruguay, el clima en Uruguay en los últimos cien años ha tenido algunas manifestaciones claras de cambios. El análisis de las variables climáticas y los niveles del mar en Uruguay muestra cambios en el último siglo, y los más destacados son: la temperatura aumentó 0,8 grados en el siglo XX, la temperatura media actual es mayor en primavera y verano de lo que era a principios del siglo pasado, y la temperatura mínima se ha elevado a lo largo de todo el año. A su vez, los períodos de heladas, o sea, el tiempo entre la primera y la última helada del año, son más cortos, y la severidad y frecuencia de estas heladas se han reducido.
Por otro lado, las lluvias aumentaron dentro del territorio nacional aproximadamente un 30%, partiendo de 1.000 milímetros a principios del Siglo XX, hasta unos 1.300 milímetros hacia fines del siglo. Este cambio se observa, sobre todo, en primavera y verano.
En nuestro país, el nivel del mar subió 11 centímetros entre 1902 y 2003, un proceso que se acentuó en las últimas tres décadas. Y los eventos extremos, lluvias y temperaturas fuera de lo normal, han venido aumentando en frecuencia e intensidad en Uruguay y en la región.
Eso es lo que se sabe que ha ocurrido, quizás haya habido otros cambios en el clima, pero esos son verificables, hay mediciones que permiten sacar esas conclusiones.
Entonces, ¿cómo podemos enfrentar el cambio climático?
WB - Hay dos grupos de acciones fundamentales para enfrentar el cambio climático.
En primer lugar, la acción del hombre tiene un efecto sobre estos cambios en el clima, fundamentalmente a través de emisiones de gases con efecto invernadero, que son los que provocan el calentamiento global. Entonces, un grupo de acciones tiene que estar destinado a reducir las emisiones de estos gases que causan el calentamiento global. En la jerga del cambio climático a eso se le llama mitigación del cambio climático o del calentamiento global.
El otro grupo de acciones parte de la base de que incluso en el más optimista de los escenarios, si toda la humanidad cortara drásticamente las emisiones de gases con efecto invernadero, lo que ya se emitió en los últimos siglos es un volumen tan grande que hay una inercia en la atmósfera que hace que durante las próximas décadas los cambios sigan existiendo. Entonces el segundo grupo de acciones necesarias es lo que tenemos que hacer para adaptarnos a los cambios climáticos, cómo enfrentar los cambios que ya están ocurriendo y que probablemente sigan ocurriendo.
EC - Vamos a ver los dos tipos de medidas. Veamos primero las que apuntan a mitigar el calentamiento global. Esas son las medidas más conocidas, ¿cuáles son?
WB - Los actores principales son los grandes emisores, que son los países industrializados, los países de Europa, Estados Unidos, etcétera, y los países que están en un estado de desarrollo extremadamente acelerado, como China, India, Brasil, Sudáfrica, etcétera. Todos podemos contribuir, pero esos son los actores fundamentales, los países desarrollados, que son los que más han emitido a lo largo de los últimos siglos, y los países que se están desarrollando en este siglo, a esas tasas tan aceleradas, que tienen la elección de hacerlo de una manera sustentable, con emisiones de gases con efecto invernadero razonables, o hacerlo como se hizo en el pasado.
EC - Es un mensaje dirigido a China o India.
WB - China, India, Brasil, Sudáfrica, son los grandes actores. Eso en cuanto a mitigación. Un gran titular es lo que ha empezado en Bali, en Bali empezaron las tratativas para tener un acuerdo que va a venir después de que termine el Kyoto, en el cual esos países van a tener un rol fundamental. Ese es un grupo de acciones; como ciudadanos, como parte de la sociedad, todos tenemos un granito de arena para aportar, pero los grandes actores son esos países.
Lo otro es más interesante y ahí sí hay un rol para todos, es cómo nos adaptamos, cómo enfrentamos el cambio climático.
EC - Porque aun si se tomaran medidas drásticas con las emisiones de gases con efecto invernadero, cambio climático vamos a tener porque hay todo un arrastre, un efecto inercia inevitable. Entonces, ¿cómo enfrentamos esos cambios?
WB - El Informe de Naciones Unidas dice que la temperatura ha aumentado 0,8 grado en el siglo XX y por otro lado que ha aumentado mucho la frecuencia de eventos extremos. Como sociedad, que en un siglo la temperatura aumente menos de un grado no parece difícil de adaptarse, 0,8 grados en un siglo no parece una cosa demasiado drástica. Lo que sí afecta a la sociedad es que los eventos extremos, los eventos dañinos, se vuelvan más frecuentes. Un enfoque pragmático, efectivo de cómo adaptarnos tiene que tener en cuenta eso, desde que existe la humanidad, desde que existe el ser humano en la Tierra, ese ser humano ha enfrentado riesgos climáticos, el éxito de las sociedades ha sido ser capaces de adaptarse a esos riesgos asociados con el clima. Ahora decimos: a esos riesgos climáticos tenemos que agregarles nuevos, si veníamos adaptados a enfrentar una cierta frecuencia de sequías e inundaciones, tormentas, huracanes, etcétera, ahora vamos a tener que adaptarnos a una frecuencia mayor. Eso es lo que ahora llamamos la gestión de los riesgos climáticos.
Cuando uno se pone a pensar en qué consiste mejorar la gestión de riesgos climáticos, lo bueno que tiene es que son cosas que tenemos que hacer y que son buenas para la sociedad de cualquier manera, no en nombre del cambio climático. Por ejemplo, tener un buen Sistema Nacional de Emergencias para estar preparados y cuando hay una crisis relacionada con algún evento climático rápidamente salir a responder, ser capaces de manejar riesgos y no crisis. En Uruguay se está haciendo un esfuerzo muy bueno, el Sistema Nacional de Emergencias ya era bueno con relación al resto del mundo y esta región, pero ahora se está fortaleciendo con un proyecto de Naciones Unidas.
Otro ejemplo, en el sector agropecuario, que es uno de los que más dependen del clima, lo ideal es tener sistemas productivos menos vulnerables a esos riesgos climáticos. Hay una coyuntura hoy en la cual la soja es un negocio realmente muy bueno, muy atractivo, por lo tanto yo puedo decidir destinar todo el establecimiento agropecuario o la mayor parte a plantar soja, y además planto un tipo de soja y lo planto en unos pocos días, o sea que todo está uniformizado en ese establecimiento, pero si hay un año desfavorable para la soja, va a ser un desastre ese establecimiento. En cambio puedo decidir sacrificar un poco de la rentabilidad esperada en el plazo inmediato y diversifico, hago algunos cultivos de repente menos rentables pero que enfrentan mejor una sequía, escalono la siembra de las distintas especies a lo largo del tiempo, cosa que si viene un momento desfavorable no me afecte todas las plantaciones. Busco la manera de que todo el sistema productivo sea menos vulnerable a la acción de los eventos climáticos.
EC - Supongo que es conveniente extender los sistemas de riego.
WB - Sí, donde es posible, donde la rentabilidad lo permite, tener sistemas de riego. Hay muchos sistemas de riego que no tienen por qué insumir una gran inversión. Tener un sistema de riego que no sea demasiado caro y tenerlo como una baraja escondida en la manga: si es un año desfavorable me aseguro una cierta rentabilidad en las zonas donde puedo regar. No necesariamente hacer toda una inversión muy grande, una infraestructura cara, en muchos casos alcanza con tener ese riego como una cosa que puede salvarnos en un momento embromado.
Otra cosa mucho más elemental, en Uruguay en el caso del agro un tema crítico es la falta de agua en verano. Todas las tecnologías que permitan maximizar el almacenaje de agua en el suelo van a ayudar.
Lo cierto es que teniendo la mejor información disponible, por ejemplo de cómo va a venir la estación de crecimiento en los próximos años, que se puede hacer, cada vez se mejora más, incluso teniendo y aplicando las mejores tecnologías, con los más diversificados sistemas, con los riesgos minimizados, al productor agropecuario le van a pegar años malos. Por más que haga todo bien, por más que tenga la mejor información, siempre le van a pegar años malos.
EC - Ahí entran otros instrumentos, por ejemplo los seguros.
WB - Exacto, hay que buscar instrumentos que permitan transferir aunque sea parte de esos riesgos. El ejemplo más claro es el seguro. En Columbia hemos estado buscando mecanismos que permitan establecer programas de seguros accesibles en el agro. Porque los programas de seguros que existen en el mundo son muy caros, entonces en el primer mundo en Estados Unidos, en Europa todos los seguros son altamente subsidiados, pero eso es algo que ni en Uruguay ni en América Latina es sostenible. Entonces hay que idear sistemas de seguros más baratos.
Una de las variaciones de seguros más promisorias son las que se llaman índices climáticos, uno asegura no una pérdida o un daño en un cultivo o en una producción ganadera, sino un nivel de lluvia mínimo por debajo del cual la producción que estamos asegurando se ve sensiblemente afectada. Eso tiene como enorme ventaja que la única cosa que hay que monitorear es el valor de índice climático que se asegura, no hay que salir a hacer inspecciones a ver si murió ganado, si el cultivo está afectado, etcétera. Eso ha bajado muchísimo los costos de los seguros. Hoy tenemos proyectos en África Occidental, en América Central, en países y en condiciones en que los productores agropecuarios nunca habrían podido acceder al seguro y a través de esta modalidad lo están haciendo.
EC - ¿En Uruguay cómo estamos en cuanto a preparar este tipo de medidas que permitan enfrentar las consecuencias del cambio climático?
WB - Uruguay tiene varias ventajas, sigo hablando del sector agropecuario. El INIA es realmente bueno, yo que ando bastante por el mundo le digo que podría ser la envidia de varios países de la región y de otras regiones del mundo. Eso es fundamental por lo primero que le decía, las tecnologías. Tiene un Sistema Nacional de Emergencia que ya es bueno y que está siendo fortalecido. Lo que está faltando, fuera del tema agropecuario, es un plan de ordenamiento territorial. Pero a fin de año tuvimos un evento en el Edificio Libertad y me quedé muy contento porque el ministro Arana explicó que se estaba por lanzar un plan de ordenamiento territorial. Para el tema costero es fundamental, en esta región de Uruguay, en Rocha, en muchas regiones del este se ha hecho un desastre por construir en zonas no apropiadas, se han destruido playas, se han eliminado dunas. Eso es lo que está faltando para terminar de hacer una acción realmente efectiva.
En general y en resumen, Uruguay está mucho mejor que la mayoría de los países en vías de desarrollo.
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Edición: Mauricio Erramuspe