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Sucesivas reformas a la "plegaria de los judíos"

Transcripción de la versión en latín de la "Plegaria de los Judíos", antes de la reforma impuesta por el Papa Juan XXIII en 1959.

"Oremos también por los pérfidos judíos, para que Dios nuestro Señor quite el velo de sus corazones, y ellos también reconozcan a nuestro Señor Jesucristo. Omnipotente, sempiterno Dios, que ni aun a los judíos excluyes de tu misericordia: oye los ruegos que te hacemos por la obcecación de aquel pueblo; para que, conociendo la luz de tu verdad, que es Cristo, sean liberados de las tinieblas."

Transcripción de la versión en latín de la "Plegaria de los Judíos", reformada y aprobada por el Papa Juan XXIII en 1959.

"Oremos también por los judíos, para que Dios nuestro Señor quite el velo de sus corazones, y ellos también reconozcan a nuestro Señor Jesucristo. Omnipotente, sempiterno Dios, que ni aun a los judíos excluyes de tu misericordia: oye los ruegos que te hacemos por la obcecación de aquel pueblo; para que, conociendo la luz de tu verdad, que es Cristo, sean liberados de las tinieblas."

Transcripción de la versión en latín de la "Plegaria de los Judíos", reformada y aprobada por el Papa Benedicto XVI en febrero de 2008.

"Recemos por los judíos. Que Dios Nuestro Señor ilumine sus corazones para que reconozcan a Jesucristo, Salvador de todos los hombres. Dios, omnipotente y eterno, tú que quieres que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, concede, propicio, que, entrando la plenitud de los pueblos en tu Iglesia, todo Israel sea salvado".

Versión en español de la "Plegaria de los judíos", reformada y aprobada por el Papa Pablo VI en 1970. (Esta plegaria se lee actualmente en distintos idiomas en todas las Iglesias del mundo que no celebran la Misa en latín)

"Oremos por los judíos: que el Señor Dios nuestro, que los eligió primero entre todos los hombres para acoger su palabra, los ayude a progresar siempre en el amor de su nombre y en la fidelidad a su alianza. Dios omnipotente y eterno, que has dado tus promesas a Abraham y a su descendencia, escucha la súplica de tu Iglesia, para que el pueblo primogénito de tu alianza pueda llegar a la plenitud de la redención."