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La conexión local con el "Arca de Noé Vegetal"

En Noruega, a 1.000 kilómetros del Polo Norte, existe la denominada "Arca de Noé Vegetal", destinada a preservar todos los cultivos comestibles del mundo. Una especie de seguro de la supervivencia ante el cambio climático. Uruguay aún no ha resuelto su participación en ese proyecto, si bien en los próximos meses se podría atender la invitación que ya recibió el país. El informe de Fabián Tiscornia repasa cómo.

(Emitido a las 8.37)

EMILIANO COTELO:
Algunos la llaman "el Arca de Noe Vegetal". Esta iniciativa busca preservar los principales cultivos comestibles del mundo, con el objetivo de garantizar la supervivencia de una serie de especies esenciales, entre ellas, por supuesto, a nosotros, los humanos.

A fines de febrero nos ocupamos En Perspectiva de este emprendimiento cuando el proyecto se volvió realidad y quedó habilitado el edificio del depósito, construido especialmente a 1.000 kilómetros del Polo Norte.

La noticia, de por sí, era interesante y alentadora. Pero, luego de leer los informes de prensa, a nosotros, como periodistas de esta parte del planeta nos quedaron varias preguntas abiertas. Si la idea es conservar semillas de todo el globo, ¿cómo participa Uruguay de este proyecto? Y, en caso de respuesta negativa, ¿existe en nuestro país alguna iniciativa similar?

Hoy les proponemos conocer las respuestas a estas y otras preguntas.

El Arca de Noe Vegetal fue impulsada por el Fondo Mundial para la Diversidad de los Cultivos y quedó inaugurada el 26 de febrero pasado, en una isla del archipiélago de Svalbard, en Noruega, a 1.000 kilómetros del Círculo Polar Ártico.

Durante la ceremonia de presentación, el primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, explicó que "la diversidad biológica está amenazada por las fuerzas de la naturaleza y las acciones del hombre". Y agregó: "esta bóveda es nuestra póliza de seguros contra amenazas como guerras, desastres naturales o cambio climático".

En su etapa inicial el arca almacena 268.000 muestras distintas de semillas, enviadas por más de 100 países. De todos modos, la capacidad de la bóveda le permite albergar hasta cuatro millones y medio de muestras y 2.000 millones de simientes.

Rodeado por enormes paredes de cemento y una puerta blindada, con alarma y sensores para detectar la presencia de los osos polares, este bunker fue construido a 130 metros por encima del nivel del mar, para evitar que sufra una inundación en caso de que los glaciares de Groenlandia o el Ártico se derritieran por el calentamiento global.

El arca fue empotrada sobre una montaña de piedra arenisca, impermeable a la actividad volcánica, los terremotos y la radiación.

Alrededor del edificio la temperatura exterior nunca sube de los 3 grados bajo cero, lo que garantiza que las semillas permanecerán congeladas incluso si falla el sistema de enfriamiento que tiene la cámara.

El proyecto tuvo un presupuesto cercano a los nueve millones y medio de dólares y fue financiado por el gobierno noruego.

La situación en Uruguay

En el Arca de Noé Vegetal ya existen muestras de alfalfa, espárrago, chaucha, cebada, albahaca, acelga, zanahoria, lenteja, tomate, cebolla, papa, espinaca, trigo y arroz, entre muchas otras variedades.
Yo dije al pasar que más de cien países enviaron semillas.
Pero, ¿Uruguay es uno de ellos? ¿Qué participación tiene Uruguay en este proyecto?

Fabián, tu estuviste trabajando en este tema.  ¿Qué pudiste averiguar?

FABIÁN TISCORNIA:
Que Uruguay recibió una invitación para enviar sus semillas a este a través del Banco Genético Nórdico, encargado de administrar la bóveda. La invitación llegó el 30 de julio de 2007 pero hasta el momento el gobierno no respondió a esa convocatoria.

El responsable del Banco de Recursos Genéticos del INIA-La Estanzuela, Federico Condón, dijo a En Perspectiva que se comunicó la llegada de la invitación al Comité Nacional de Recursos Fitogenéticos, que funciona en la órbita del Ministerio de Ganadería. Sin embargo, por el momento se decidió dejar la invitación en suspenso porque se prefería no resolver de manera apresurada.

EC - ¿Ese fue todo el análisis uruguayo sobre si participar o no en el Arca de Noe Vegetal?

FT - No. Luego el tema se discutió en la Asamblea de países firmantes del Tratado Internacional de Recursos Fitogenéticos, en noviembre de 2007. En esa oportunidad los países del llamado Grupo Latinoamericano expresaron su temor de que las empresas que comercializan semillas puedan llegar a utilizar este proyecto para beneficio propio. Por eso, pretenden que exista un marco muy claro y definido que, entre otras cosas, establezca que estas semillas no puedan emplearse para otros fines que no sean la preservación.

De todos modos, creen que este aspecto se solucionará y por eso entienden que en los próximos meses terminarán enviando sus semillas según el responsable del Banco de Recursos Genéticos del INIA-La Estanzuela.

"En cierta forma hubo una decisión de dejarla en suspenso, pero no en forma indefinida. Yo supongo que en el correr del próximo año y medio, dos años, Uruguay y otros países de Latinoamérica, van a estar enviando materiales a este banco de germoplasma como forma de hacer respaldo de seguridad de colecciones de valor", dijo Condón.

¿Qué se hace en Uruguay?

EC - Lo cierto, entonces, es que por ahora Uruguay no participa del Arca de Noe Vegetal.

FT - De todos modos, en el país existe hoy una iniciativa de conservación de semillas. El INIA posee un banco de germoplasma que trabaja con una gran variedad de cultivos como trigo, maíz, arroz, eucaliptus y especies hortícolas.

EC - Sí, recuerdo que cuando estuvimos con la Tertulia Agropecuaria en La Estanzuela, en octubre del año pasado, nos contaban que allí tienen unas 15.000 muestras de distintos cultivos en los cuáles el INIA trabaja en mejoramiento genético.

FT - Condón explicó que más allá de las investigaciones, el banco del INIA permite conservar las semillas a plazos de más de 50 años. "La humedad de la semilla se baja por medio de un procedimiento a menos de un 5 por ciento, después se envasa en un sistema de sobres herméticos que impiden el cambio de humedad con el medioambiente y después se congelan a 20 grados bajo cero. Yo puedo tener esa semilla, si entra en muy buenas condiciones tanto sanitarias como fitosanitarias, como de germinación congelada por períodos muy largos, de más de 35, 50 años", explicó.

EC - En definitiva, entonces, podría decirse que nosotros tenemos nuestra propia "Arca de Noé vegetal" criolla.

FT - Sí... ahora solo resta saber si, además de conservar nosotros mismos nuestras propias semillas, Uruguay se suma al proyecto del "Arca de Noé" global y asegura, por otra vía, la preservación de nuestra investigación y también nuestra producción.