"Orgullo de ser uruguayo" por el asado más grande del mundo
El Asado más grande del mundo, con el que Uruguay ingresó una nueva marca en el Libro Guinness de los Récords, dejó "muy conformes" a las autoridades del Instituto Nacional de Carnes (INAC). Daniel Sparano, miembro del instituto y participante de la organización, señaló: "estoy con una satisfacción muy grande, con el orgullo de ser uruguayo y haber hecho esto". Según dijo, la intención fue "darle nombre y apellido a un producto de altísima calidad como la carne uruguaya, que es reconocida en todas partes del mundo", y sostuvo que este es un golpe publicitario muy grande y que "hay que aprovechar el momento".
(Emitido a las 7.44) EMILIANO COTELO: Las portadas de los diarios de esta mañana tienen un común denominador: los titulares y las fotografías a propósito de lo que ocurrió ayer en la Rural del Prado. El País: "Uruguay conquistó el récord de asado y ya está en el Guiness". El Observador: "Elogio a las brasas". Últimas Noticias: "Un aplauso para el asador". La República: "Récord: 20.000 uruguayos nos comimos 12.000 kilos de asado, no sobraron ni 100 gramos". La Diaria: "Epopeya del vacío. Uruguay entró ayer al Libro Guinness de los récords con el asado más grande del mundo". Y se acompaña ese título con una foto de carácter casi épico, en la que se ve a algunos asadores esgrimiendo los grandes cubiertos de parrilla con los que trabajaron. Están de espaldas, con los brazos en alto, recibiendo el saludo del público en el momento en que se anuncia el récord Guinness. Todo en medio de un ambiente de humo que pautó el ruedo central del Prado en la víspera. Hablando de humo, también se destaca la foto de El Observador, que muestra el ruedo con los asadores en un momento del mediodía con sol, pero con el humo como gran protagonista, rodeando a los asadores, a la carne y al público. Otras tomas son más generales. Es el caso de la de Últimas Noticias, que muestra cómo se dispusieron las parrillas, con esos rayos saliendo del centro del ruedo. Algo parecido aparece también en el diario La República. Pero la foto más redonda, la más espectacular, es la de El País, una foto aérea del ruedo en la que se ve no solamente a la gente que manejaba la carne, sino también al público alrededor, esperando en la cola para tener su almuerzo. Lo cierto es que desde ayer Uruguay ostenta el récord Guinness por haber hecho el asado más grande del mundo, en una parrilla única de 1.500 metros y con 1.254 personas de distintos puntos del país que llegaron para asar 12.000 kilos de pulpa de primera. De esta manera, Uruguay desplazó a México, que había obtenido la distinción con una parrilla de 1.200 metros y 8.000 kilos de carne vacuna. Luego, 23.000 personas degustaron el asado ayer en la Rural del Prado. Estamos con Daniel Sparano, técnico rural y uno de los miembros más activos en el Instituto Nacional de Carnes (INAC) en la organización del acontecimiento de ayer. ¿Contento, satisfecho? *** DANIEL SPARANO: ¡Por favor! EC - Supongo que también agotado. DS - Sí, agotado, pero con una satisfacción muy grande, con el orgullo de ser uruguayos y haber hecho esto. Hay que pensar que hubo más de 2.000 voluntarios haciendo esto... creo que solo con voluntarios se podía hacer. Si los parrilleros hubieran sido contratados, se habrían ido todos cuando se puso la carne sobre el carbón, cayeron las primeras gotas de grasa y empezó a ahumar. EC - ¿No se calculó bien ese factor humo? DS - Estaba calculada la ansiedad que podían tener los parrilleros de poner toda la brasa, con toda la carne. Nosotros les pedimos que la pusieran de a poco, pero humo iba a haber igual. Por suerte eso no fue argumento para que fracasara la fiesta. EC - ¿Sobrevivieron todos los asadores?, ¿no hubo que internar a ninguno? DS - Fue increíble, no hubo ningún asmático que llevar de apuro, nada. Lo más impresionante fue la buena onda, que se transmitió en todos lados. El gran elemento fueron los asadores, que era gente con ansias de pasarla bien, de hacer su trabajo con mucha alegría. Eran grupos de gente, grupos de amigos que vinieron a hacer el asado y que le dieron una tónica a todo el evento que se fue trasmitiendo. Esa alegría, ese dinamismo se fue trasmitiendo de los asadores a los cortadores y al público, que tuvo que esperar horas. Sin embargo, no se escuchó ni una protesta. Es la primera vez que veo colas enormes con gente que estaba alegre. Se fue trasmitiendo algo que terminó en una explosión de alegría, en todo el Prado gritando "Uruguay". Cuando las agencias de publicidad trabajan para las ferias internacionales muchas veces nos cuesta hacerles poner la bandera uruguaya y la palabra "Uruguay", pero eso es lo que nos identifica. EC - Ahora que ya pasó, ¿cuál era el objetivo central de una organización como esta y de salir a competir por el asado más grande del mundo? Para muchos esto de los récords Guinness es una frivolidad. Algunos compatriotas no entienden muy bien por qué un instituto con participación gubernamental se embarcó en una aventura como esta. DS - Cuando se logró el récord, cuando el ministro Agazzi y el presidente de INAC, Alfredo Fratti, gritaron "Uruguay" y todo el público, los parrilleros, los bomberos, pegaron ese grito, ahí ocurrió (...) fundamentalmente la reafirmación del orgullo de ser uruguayo. Y cuando uno se pregunta por qué el desgaste que hicimos para lograr esto, la respuesta es: porque hay que darle nombre y apellido a un producto de altísima calidad como la carne uruguaya, que es reconocida en todas partes del mundo por su sanidad y su calidad, por la idoneidad de los industriales para comercializarla, sin problemas de incumplimiento. Sin embargo, otros países tienen mucho marketing hecho anteriormente y muchas veces, por ejemplo, la carne uruguaya se vende como carne argentina, aprovechando el marketing que hizo Argentina en la década pasada. EC - ¿Esa asociación de la marca Uruguay con un producto como la carne de alta calidad se logra con algo como lo de ayer? DS Con algo como lo de ayer, a nivel internacional se logra que se conozca otra vez la palabra "Uruguay", que es algo que tenemos que pelear. Antes nos conocían por el fútbol, ahora desgraciadamente tenemos pocos partidos internacionales, entonces hay que reafirmar el origen del producto, sobre todo cuando tenemos una industria frigorífica que está en manos de empresas extranjeras. Entonces, reafirmar la expresión "carne uruguaya", "carne de alta calidad de Uruguay" es darle propiedad al país, no a una marca. EC - ¿Se logró eso ayer? ¿Qué evaluación se hizo de la repercusión? DS - Eso se logró, por un lado, por la cantidad de prensa extranjera que cubrió el evento. Yo tengo hijos en España y ellos me decían que en internet aparecía que nos íbamos a jugar a hacer el récord del asado más grande. Claro, quizás ellos, interesados por mi participación en el hecho, estuvieran más atentos. Pero accedimos a la prensa internacional, a la que es muy difícil acceder. De hecho cuando salimos al exterior vemos cómo cuesta tener alguna nota en la prensa internacional. En estos casos se nota, se utiliza y aparecemos. Pero no era el único foco. EC - ¿Qué otros objetivos había? DS - El otro objetivo era en la interna, hacer conocer dentro de Uruguay mismo qué es la cadena cárnica, cuáles son los distintos eslabones y qué influencia tiene en la economía uruguaya. Por eso trajimos más de 5.000 niños, porque cada uno de estos eslabones necesita gente que trabaje en ellos. Se buscó enseñarles a estos niños muchos venían del interior cuáles son los distintos componentes en los cuales se podrán ubicar en el futuro en lo laboral. Hay que hacerles ver que en el campo tenemos gente que maneja tractores, que hay tecnicatura para trabajo agropecuario, que en la industria frigorífica tenemos desde el que lleva el ganado a los corrales, hasta el que faena, el que usa el cuchillo en el desosado para separar la carne del hueso, el que la mete la carne en cajas, el que trabaja en una firma exportadora. Hay un montón de actividades estrechamente vinculadas, que son eslabones de esta cadena tan importante en el país y un poco el motor de nuestra economía. Es importante hacer ver todo esto, porque es importante formar gente para ese futuro. EC - Yo le decía que hay unos cuantos mensajes de oyentes escépticos con respecto a esto. Por ejemplo, Carlos, de Canelones pregunta: "Si ese asado no es pan y circo, ¿qué es?". DS - A veces necesitamos un poco de pan y circo para sentirnos un poco felices. Porque muchas veces vemos todo lo negativo, todo está mal, el uruguayo es típicamente así, somos todos jueces de fútbol para decir si era penal o no era penal, técnicos para decir por qué no ponemos a aquel y tenemos sentado en el banco a aquel otro. Y en este tema, por supuesto que hay gente que considera que es pan y circo y se queda en eso. Yo creo que hay algo más: la reafirmación del orgullo de ser uruguayo, eso se notó en las 23.000 personas que en el momento en que se dio el premio del récord Guinness gritaron "Viva Uruguay", pero además porque entre esas 23.000 personas que trabajaban en medio del humo o que esperaban paradas para degustar el asado que participó en el premio Guinness no se oyó ni una discusión. Es la primera vez que veo colas de gente con alegría. EC - Otros oyentes preguntan cómo se financió la actividad. Usted mencionó el papel importante que jugaron los voluntarios. ¿Qué costos hubo para el INAC y para los sectores privados involucrados? DS - Los costos fueron esponsorizados. Fue todo con mucha buena voluntad, por ejemplo, las dos gremiales de la industria frigorífica, Asociación de la Industria Frigorífica del Uruguay y la Cámara de la Industria Frigorífica, donaron la carne. Entonces, uno de los elementos que podía ser más caro, fue donado. Los cortadores, que eran uno de los puntos clave porque había que cortar muchísima carne, fueron todos voluntarios de las dos gremiales de carniceros, la Asociación de Carniceros y la Unión de Carniceros del Uruguay, más la Federación de Obreros de la Carne. También la Federación y la Asociación Rural participaron, con todos los jóvenes rurales que participaron haciendo asados, e incluso en otros lugares hicieron un asado tradicional, un cordero a la cruz. Hubo un montón de trabajo voluntario y de gente que apoyó con donaciones. Pero, por supuesto, hubo todo un costo. Para eso fue lo recaudado por la venta de entradas. Hubo que contratar presentadores, una empresa de producción, la parte de limpieza, la seguridad, las baterías de baño. Cuando se habla de comprar 6 toneladas de carbón en bolsa la cosa ya se empieza a complicar. Hubo que importar de Brasil los tenedores y los cuchillos para los asadores, porque aquí no había la cantidad necesaria. Hubo que atar un montón de elementos, pero valió la pena. Quizás sea pan y circo, pero a veces necesitamos un poco de eso, porque necesitamos reafirmar nuestra condición de uruguayos. EC - Otro oyente dice: "En Argentina ya están programando un asado de 30.000 kilos, nos puede durar poco el récord". No sé si es cierto, pero ¿qué pasa si otro país resuelve poner una marca más alta? ¿Está la disposición a volver a pelear por el Guinness? DS - Ah, no... No sé. Cuando el doctor Fratti, en una conversación privada, me comentó el tema del premio Guinness y de hacer el asado más grande del mundo, sentí miedo. No es fácil armar una cosa de estas, uno arranca con susto, con escepticismo. Pero después se va poniendo la camiseta y se va dando cuenta de la importancia que puede tener un evento de estos. Creo que está bien hacerlo, pero no creo que esté en la mente de ninguno de nosotros la idea de ir aumentando la apuesta. EC - Ayer el ministro Agazzi en determinado momento dijo que si otro país supera este récord, Uruguay hará otro para recuperarlo. DS - Si nuestras autoridades lo piden, lo volveremos a hacer, sin dudas, y más con el éxito que se tuvo. Fue un evento que 15 días antes tenía todas las entradas vendidas, la gente apoyó hasta en eso, en comprar las entradas temprano. Y nos apoyó el tiempo, porque unos días antes estábamos jugados a que tendríamos que suspenderlo y sin embargo fue un día muy lindo. Si hay que hacerlo se va a volver a hacer, pero se pueden proyectar otras cosas. Esto es un golpe publicitario muy grande en el momento, hay que aprovechar el momento. Los medios nos preguntaban por qué no hacer esto todos los años, ya no buscando un récord sino como un evento. Son cosas que se pueden hacer, sobre todo por la felicidad de la gente que participó. Para mí lo más llamativo fue eso, la alegría con la que se participó. *** EC - Las crónicas de esta mañana cuentan que al ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Ernesto Agazzi, se lo vio sumamente emocionado cuando se conoció el veredicto del jurado del Guinness. Saltó, bailó y gritó con un grupo de asadores que lo abrazaban efusivamente. Y cuando lo consultaron, contestó: "Sí, estoy realmente emocionado. Sí, canté y bailé, y creo que hay que hacerlo por las cosas de la patria".