Entrevistas

Estudiantes de UTU ganaron tres premios en concursos de la NASA

Estudiantes de UTU ganaron tres premios en concursos de la NASA

Mientras el Liceo 38 de La Teja preocupaba por la violencia y actitud de los adolescentes, la UTU generaba sólo buenas noticias: un primer, un segundo y un tercer premio alcanzados en un mes en distintos concursos organizados por la NASA. Fiorella Guedes y Gonzalo Pigni, dos de los jóvenes protagonistas de este proyecto, y Adela Giménez, una de las coordinadoras, contaron cómo fue esta "experiencia inolvidable" y contaron que al principio pensaban "que no iba a ser posible".

(Emitido a las 8.57)

EMILIANO COTELO:
Hace pocos días, los episodios de violencia en el liceo 38 generaron un foco fuerte de preocupación sobre la educación pública uruguaya. Pero, mientras todos estábamos pendientes de esa mala noticia, hubo un hecho diametralmente opuesto que pasó casi desapercibido: un grupo de más de cien estudiantes de UTU obtenía tres reconocimientos internacionales por su participación en los concursos para jóvenes organizados por la NASA.

En el correr de un mes, ganaron: el primer premio mundial NASA-Amis en la categoría ciudades espaciales con su proyecto Ecópolis; el segundo premio en las finales sudamericanas (NASA-Boeing), en la categoría estaciones espaciales, con el proyecto Bilu Guiday; y el tercer premio mundial (NASA-Air) en la categoría avión del futuro con su proyecto God’s Wind.

¿Qué significan esos éxitos? Porque además no es la primera vez que estudiantes uruguayos son premiados por la NASA: el liceo 4 de Maldonado fue el pionero en estas competencias el año pasado. Entonces, ¿dónde está el secreto de estos premios? ¿Qué camino abren para los alumnos, sus profesores y sus instituciones?

Para averiguarlo, estamos con la arquitecta Adela Giménez, una de las coordinadoras del proyecto en UTU, y con Fiorella Guedes y Gonzalo Pigni, dos estudiantes de 17 años.

Fiorella, ¿tú qué estudias en la UTU?

***

FIORELLA GUEDES:
Bachillerato Tecnológico en Informática, en el Buceo.

EC - ¿Y Gonzalo?

GONZALO PIGNI:
Yo estudio lo mismo.

EC - Primero vamos a hablar un poco con Adela. Porque ella, además de trabajar ahora con estos estudiantes de UTU, estuvo antes en el grupo que impulsó a los estudiantes del liceo 4 de Maldonado.

¿Cómo nació todo esto?

ADELA GIMÉNEZ:
Esto nació a instancias de una persona que tú entrevistaste en otro momento, el arquitecto Gaviraghi, que me planteó que había una serie de concursos internacionales para jóvenes. Él pensaba que en Italia era imposible hacer algo para presentarse, porque había una gran desmotivación para ese tipo de cosas, y pensaba que en Uruguay había posibilidades.

En aquel momento el director del liceo 4, Ángel Ramos, fue la persona que dijo "sí", cuando venía de una cantidad grande de no. A partir de ese momento se comenzó a trabajar fuertemente, las técnicas pedagógicas que se aplicaron –la tormenta de ideas– empezaron a dar resultados positivos en las instituciones educativas y se siguió.

EC - El arquitecto Gaviraghi es un profesional italiano especialista en arquitectura espacial que, además de desempeñarse en Italia, tiene un estudio en Argentina y uno en Uruguay, en Punta del Este.

AG - Ahora estamos trabajando en Montevideo.

EC - Tú trabajas con él en el estudio Exponential Design Lab.

AG - Yo soy su socia.

EC - Ese es el germen de todo esto, que prendió muy bien en Maldonado. ¿Por qué decidieron no quedarse en el liceo 4 de Maldonado y seguir sembrando esta idea?

AG - Como grupo técnico, más allá del estudio y demás –somos un grupo de personas relacionadas con la Universidad de la República (Udelar) y la ORT, que nos juntamos, nos gusta mucho este tipo de trabajo–, vimos que era un trabajo positivo a los efectos de la educación, en el sentido de que generaba motivaciones, incentivos, y que después las personas seguían solas, no tenía que haber un grupo técnico permanentemente. Porque muchas veces se dijo que sin el grupo técnico no habrían ganado, pero no es así, la realidad muestra que el liceo 4 continuó, tiene un equipo docente espectacular, los resultados curriculares son cada vez mejores.

Y UTU abrió las puertas a proyectos de este tipo en una apuesta a empezar a unir escuelas, porque en estos casos han participado 100 alumnos de siete diferentes escuelas de UTU.

EC - ¿Cómo son estos concursos internacionales de la NASA? ¿A qué apuntan?

AG - Apuntan a visualizar gérmenes creativos en el mapa mundial. Lógicamente la NASA capitaliza todas esas ideas...

EC - ...no son iniciativas desinteresadas.

AG - No son gratuitas, está claro. Pero tiene un contrarresto: el uso de la imagen NASA, y que se empiezan a establecer vínculos directos con los estudiantes. En el caso de la UTU, la base lunar va a tener la visita en setiembre, cuando se inaugure, del arquitecto a cargo de todo el diseño interior de la verdadera base lunar de Estados Unidos.

EC - Habría que explicar lo de la base lunar, porque ustedes han estado trabajando en varios campos. Esto es lo primero que sorprende positivamente, todo el fermento que se ha generado allí.

AG – "Uruguay Crea", que es el proyecto de UTU para la innovación tecnológica en general, tiene cuatro áreas de trabajo: los tres concursos y la base lunar que se presentó al público en octubre del año pasado. La base lunar se hizo simulada en escala uno a uno, para que toda la población pudiera visitarla y opinar sobre ella.

EC - ¿Qué es la base lunar?

AG - Es un cilindro de 5,5 metros de diámetro por entre 7 y 9 metros de altura, con un interior diseñado para que los astronautas que la puedan usar tengan nivel y confort de vida, porque se ha visto que personas que viven juntas en un espacio reducido terminan enloqueciendo. Se han hecho experiencias en la Tierra, como la Biofer, en la que se aisló seres humanos y hubo que entrar porque se estaban por matar.

EC - El proyecto de la UTU comienza con la construcción de esa base lunar, ¿a partir de qué diseño?

AG - Hay limitantes de todo tipo. Primero, la base se lleva desde la Tierra, con la tecnología que se tiene: un cohete. Y el cohete tiene una capacidad de diámetro equis, entonces hubo que diseñar silos que entraran en ese cohete, con determinadas características, y a la vez llevar todo el equipamiento interno, para después armar la base, generar los espacios artificiales de atmósfera –no de gravedad– y además generar la comida.

EC - ¿Cuál fue la relación con la NASA en ese proyecto en particular?

AG - Hubo una invitación de la NASA a participar con ideas, porque no es un concurso. En este momento está toda la base lunar (las 37 páginas que se hicieron con apoyo de los infógrafos del Instituto de Estudios de la Construcción (IEC) y de la directora Carmen Muño) a evaluación en la NASA. Por esa razón, Kennedy está interesado en venir a Uruguay a ver la base en serio.

EC - ¿Cuándo va a ser eso?

AG - En setiembre.

EC - Ese fue el arranque de este trabajo...

AG - ..dentro de la UTU, Uruguay Crea, la base lunar y los concursos.

EC - Después llegaron los concursos.

AG - Se trabajó en ellos en enero, febrero y marzo.

EC - Eligieron trabajar en tres campos.

AG - Trabajamos en el área de innovación tecnológica en aeronáutica –ayudaron hasta coroneles retirados de la Fuerza Aérea–; se trabajó en la estación espacial para 20.000 personas y en Ecopolis, que es una demencia, es una ciudad en el cinturón de Kuyper...

EC - ¿En el cinturón de qué?

[Risas]

AG - Es la salida del sistema Solar, en el vacío más vacío de los vacíos, que conectaría nuestra galaxia con otra. Es una megaconstrucción de 500 kilómetros de largo, con cilindros especiales en los que vive determinada cantidad de personas con toda la calidad de vida posible.

Lo interesante de estos ejercicios es que al salir de las variables normales de la Tierra, uno trata de hacer lo que piensa que es lo mejor para una sociedad, porque hay que armar una sociedad prácticamente de la nada. Salen cosas muy divertidas, y, a la vez, cuando volvemos a la Tierra tenemos que reflexionar. Es lo que les pasa cuando se reúnen: tiran decretazos de cómo tiene que ser la vida, y cuando hay que bajar a tierra no es tan fácil, las variables son muy complicadas, empiezan a tener ciertas explicaciones visuales de por qué tenemos una hecatombe ambiental, por ejemplo.

EC - Esta charla con la arquitecta Adela Giménez es la introducción, ahora viene la entrevista con los protagonistas de estos éxitos, de estos trabajos, hoy representados por Fiorella y Gonzalo.

***

EP - ¿Cómo les resulta esto de contestar preguntas en la radio? ¿Ya están acostumbrados? Algún entrenamiento ya han ido adquiriendo, supongo.

GP - La presentación en público del proyecto nos intimidó bastante.

EC - ¿Cómo reaccionaron cuando les contaron esta idea de los concursos, todo el proyecto Uruguay Crea?

GP - A mí siempre me interesó la parte de tecnología, imaginar, crear. Cuando lo plantearon primero pensé que no iba a poder hacerlo, por un tema de tiempo, por el estudio y otras actividades que tengo, pero después dije: "Es algo para la NASA, algo importante, algo que me gusta, que es inventar; inventar cosas, ideas, imaginar", entonces decidí dedicarle un poco de tiempo y me animé.

EC - ¿Tenías alguna afinidad con los temas de la carrera espacial?

GP - No con la carrera espacial, pero sí con lo que es robótica, electrónica, informática, siempre me gustó mucho.

EC - Y en tu caso, Fiorella, ¿cómo fue?

FG - Lo tomé como un desafío, y cuando me lo planteó el profesor Renzo Ghio pensé que era algo que no podía pasar en Uruguay. Porque uno piensa en la NASA y es algo muy lejano.

EC - ¿Conocían el antecedente del liceo 4 de Maldonado?

F - Sí, por los medios, nada personal. Cuando entré en todo este desafío empecé a aprender un montón, empezamos a desarrollar ideas, y yo misma quedé asombrada por los proyectos que hicimos.

EC - ¿En qué parte del horario de clase se cumplen estas tareas para los proyectos vinculados con la NASA y para la participación en los concursos?

FG - En horario extracurricular. En algunos casos, como el del IEC y el Instituto Tecnológico Superior (ITS)...

EC – Aclaremos de qué son esas siglas.

FG – Son otras UTU, una de Informática (el ITS) y la otra, de Construcción. En el caso de los alumnos de allí, como tenían clase de tarde y nos reuníamos de tarde, les arreglaron el tema de las faltas y se ponían al día después. En nuestro caso no, porque vamos de mañana.

EC - Adela, ¿de qué sectores de la UTU viene todo este grupo de más de 100 alumnos?

AG - En el Bilu Guidai hay de la escuela del Buceo –que son áreas de preparación tecnológica en informática–, del IEC y del Instituto Tecnológico Informático (ITI), que también tiene la parte de informática. Pero en otros proyectos hay personas de gastronomía, de cosmética, de la parte de infografía, y ahora se involucran las escuelas agrarias. El abanico posible de especialidades es enorme.

EC - Para ustedes implicaba trabajar fuera del horario de clase, un extra, sacrificar tiempo libre.

GP - Pero no fue desperdiciar ese tiempo libre, fue una experiencia inolvidable.

EC - Implicó intercambiar no solo con compañeros de ustedes de otras dependencias de UTU, sino también trabajar en equipo con profesionales mayores. En el caso del Bilu Guidai, ¿con qué tipo de técnicos trabajaron?

FG - Trabajamos con la arquitecta Giménez, con el profesor Ghio, que es un profesor de electrónica, tuvimos ayuda de los infógrafos de la Udelar y de la ORT, y tuvimos desde el principio el apoyo de Giorgio Gaviraghi. Tuvimos apoyo de todo tipo, de astrofísicos, porque como no hicimos el liceo no teníamos conocimientos de astronomía. Nos apoyaron y explicaron qué eran los puntos de Lagrange, por ejemplo, que era donde se iban a desarrollar las bases.

EC - ¿Cómo les resultó ese trabajo intergeneracional? ¿Era obvio que iban a poder intercambiar con ellos fluidamente?

GP - No sé si pensamos en eso al principio, pero se fue dando muy bien, nos relacionamos muy bien con todos, se formó un grupo que hasta hoy se sigue juntando, nos seguimos viendo, porque nos hicimos amigos. Aparte fue muy bueno conocer a todas esas personas, intercambiar ideas con ellas. Cuando fuimos a Maldonado conocimos gente de otros liceos, profesores, un montón de gente. No pensábamos que iba a ser tan bueno.

EC - Adela, ¿cómo ves esa parte del desafío, la integración de adolescentes con técnicos ya mayores y experimentados?

AG - Los primeros momentos son muy duros, porque los grandes tendemos a dar cátedra. Hay que armar espacios de participación, que inicialmente es algo complicado pero después se da naturalmente. Con ellos ahora hablo de igual a igual, no sentimos la diferencia porque se generó un lenguaje común y nos entendemos. Y eso pasa con todos los chiquilines, con los docentes, se genera en el centro educativo la capacidad de difundir el proyecto, de contar lo que hicieron, lo que pasaron. Porque tampoco es hacer una cosa toda seria, toda espantosa, como si crear fuera un sacrificio y la creación tiene que ser un acto de placer.

EC - Vamos a hablar del proyecto en el que ustedes estuvieron involucrados, el Bilu Guidai. Es una estación espacial. Los oyentes deben estar muy intrigados; explíquenles qué es esto.

GP - Consistía principalmente en generar una estación espacial para 20.000 personas. Primero había que desviar un asteroide desde una órbita hasta un punto que se llama el E-4, que es un punto de Lagrange, donde se genera, por fuerza de la gravedad de la Tierra y la Luna, una estabilidad donde los cuerpos no se trasladan, quedan estacionarios. Luego había que enviar una primera misión hacia el asteroide para conseguir minerales y materiales para generar un primer anillo, a partir del cual desarrollar varios anillos hasta crear la estación espacial. Había que crear todos los aspectos: robótica, higiene, sociedad, había que tener toda la habitabilidad para las personas en el espacio con lo que tenían.

EC - ¿Cómo se sintieron para meterse en semejante baile? ¿Qué herramientas sacaron a relucir cuando tienen 17 años y son estudiantes de UTU?

F - Al principio lo vimos bastante complicado porque creíamos que no teníamos los conocimientos suficientes.

EC - A eso iba la pregunta.

FG - Al principio creíamos que no iba a ser posible o que el producto no iba a ser tan bueno. Pero los técnicos que nos ayudaban nos informaban, comenzamos a absorber conocimientos, buscamos en internet, funcionaron como una guía y nosotros fuimos creando el conocimiento. Y lo que creamos fue impresionante, incluso hubo varios puntos que personalmente creo que nos distinguen de otros proyectos: primero que nada tratamos de recrear el ambiente en la Tierra, entonces creamos una gravedad variable y una gravedad similar a la de la Tierra, creamos una atmósfera para poder vivir, y principalmente no contaminamos el espacio, tratamos de hacer todo de la manera más ecológica, ya que si vamos al espacio es porque en cierta manera este planeta ya está bastante contaminado, tenemos muchos problemas de clima, entonces la idea era no contaminar el espacio.

EC - Para poder trabajar en conceptos como ese, el hecho de que ustedes supieran de informática, que la especialidad de ustedes fuese la informática, implicó una base importante. ¿Qué cosas de lo que saben de informática los ayudaron?

FG – Todo. Por ejemplo, trabajamos con el profesor Ghio, que era nuestro profesor de electrónica el año pasado, porque para manejar las cosas dentro de la nave se usó mucho la electrónica. La nave es informatizada, electrónica, todo está robotizado, y al tener conocimientos toda esa parte fue mucho más fácil. La obtención de energía, todo, manejar las funciones básicas de la nave por medio de PLC (controladores lógicos programables).

GP - Todo tiene que estar programado dentro de la nave y eso se da con la informática. El manejo de información de datos es muy importante en una nave espacial, en la que está todo automatizado.

EC - Por ejemplo, ¿ustedes juegan con las computadoras habitualmente?, ¿son adictos a los juegos en computadora?

GP - No adictos por un tema de tiempo, pero a veces jugamos.

EC - ¿Y esa fue una herramienta que ayudó?

GP - Para la parte de imaginación, que fue lo que más usamos para esto, es una herramienta esencial, pero también las películas.

EC - ¿Por qué?

GP - Porque hay juegos que te muestran lo que puede pasar en ciertas circunstancias y vos lo podés prever. No tenés ni idea, capaz que no lo ves, pero en un juego sí. Hay juegos en los que tenés que usar la creatividad, la imaginación, el razonamiento, que fue otra de las cosas que más usamos. Como no teníamos mucho conocimiento de muchas cosas, teníamos que imaginar, razonar y a partir de eso sacar conclusiones. Ahí usamos muchas cosas.

EC - ¿Cuánto tiempo les llevó preparar el proyecto Bilu Guidai?

FG - El proyecto para la preselección del viaje a Maldonado llevó varios meses de preparación y trabajo duro. Y la preparación para el viaje mismo, para el concurso en Maldonado, llevó varias semanas de trabajo todos los días, tardes enteras haciendo lluvia de ideas, creando y tratando de organizar todas esas ideas.

EC - Arquitecta Giménez, ¿cuál es el producto final?, ¿qué es lo que entregan ellos? ¿Cómo redondearon el proyecto?

AG - Hay un formato de la NASA para lo que se tiene que entregar. Se trabaja en siete áreas estructurales: social, tecnológica, de arquitectura, supervivencia, etcétera, y hay que llevar cada una de las partes de ese paquete prearmado. Generalmente son productos de 40 páginas, en las que hay que meter la parte infográfica, que es uno de los fuertes que ha tenido Uruguay hasta ahora, y es la que apuntala las ideas de los alumnos.

EC - ¿Por qué estudiantes secundarios de Uruguay tienen estos resultados? ¿Dónde están los secretos de la formación o de las habilidades que les permiten triunfar en estos concursos?

AG - Esto prueba que la educación genera productos buenos, pero hay que hacer más fuerza para que la persona que adquiere conocimientos se dé cuenta de que los puede usar. El conocimiento adquirido con utilidad. Al entrar en estos proyectos en los que cada idea se puede usar, cualquier idea puede ser valiosa, la potencia de proposición que toma un ser humano es enorme. Yo lo veo en ellos. Incluso si involucramos escuela –tengo la curiosidad de involucrar una escuela–, apuesto que también termina ganando un concurso. El uruguayo es un ser creativo.

***

EC - Fiorella y Gonzalo estuvieron en el proyecto Bilu Guidai, una estación espacial. A propósito de ese proyecto, Eduardo, de Goes, dice: "Muy linda la nueva arca, pero ¿quién va a ser el nuevo Noé y cómo decidirá quiénes serán los tripulantes favorecidos?". ¿Tuvieron que pensar en ese tipo de asuntos?

FG - Cuando se creó la base, la estación estaba pensada para 20.000 personas. La construcción de nuestra estación se dividía en cuatro etapas, y en cada una llevábamos un grupo de 5.000 personas. En la primera etapa eran 5.000 técnicos, gente capacitada para la construcción y la implementación de la estación, y hubo un montón de discusiones entre los compañeros sobre qué tipo de personas íbamos a llevar, si íbamos a llevar a cualquiera que quisiera ir o íbamos a hacer algún tipo de estudio psicológico para ver posibles reacciones o patologías. Se resolvió que se harían estudios en la Tierra antes de que viajaran, estudios psicológicos para descartar algún tipo de locura. Pero es algo poco previsible, en el espacio, al cambiar el hábitat, la forma de vida, pueden sufrir alguna descompensación; es uno de los puntos críticos del proyecto.

AG - Además sacaron a todos los de más de 40 años.

EC - ¿Por qué los sacaron?

AG - La idea era la juventud. Para la primera etapa, para las primeras 5.000 personas, pusimos un margen, entre 18 y 35 años, personas que tuvieran conocimiento y a que su vez fueran jóvenes, por una cuestión de vitalidad, para desarrollar la nave, y porque serían los que después desarrollarían la vida, los que se procrearían, y no tenían que ser, no una carga, pero tenían que ser las personas más productivas para la nave.

EC - La arquitecta Giménez se tapa la cara, horrorizada por lo que acaba de escuchar.

Desde el punto de vista del esfuerzo, ¿cómo ha ido evolucionando esto? Porque la primera experiencia, la del liceo 4 de Maldonado, fue a puro pulmón, a puro voluntariado, esfuerzo de los alumnos, de sus familias, de algunos profesores y con muy pocos recursos disponibles.

AG - En 2006, cuando la primera experiencia de presentación, era una cosa muy nueva dentro del sistema educativo y no se entendían las consecuencias que podía generar. Se almorzaba lo que traían las mamás de los muchachos del liceo, porque a veces no había ni plata para comer, por el volumen de personas que había; fue un montón de gente de Montevideo a Maldonado, dormíamos todos juntos en un apartamentito que nos prestaron. Hubo que armar una colecta para pagar los envíos, y fue una odisea conseguir los pasajes en 2007 cuando se ganaron concursos en forma contundente. En la UTU alumnos y docentes, gracias a los consejeros de UTU, que apuesta fuertemente a todo el proyecto, hemos tenido un apoyo que para lo normal nos sentimos muy mimados: comida, viático, transporte; estos muchachos han estado muy protegidos en todo el proceso de presentaciones.

EC - ¿También hay empresas privadas que contribuyen, que respaldan?

AG - En lo que tiene que ver con base lunar –no en los proyectos de concurso–, va a ser posible no solo por la participación de cada escuela de UTU involucrada, sino además por varias donaciones, que ya están comprometidas, del material que se necesita de empresas privadas. De hecho, las gigantografías que se van a exponer en junio en el Planetario son donadas por la empresa Copyplan; donadas de buena fe, sin ningún tipo de compromiso, de nada. Así todo, desde los lápices. Personalmente me siento muy protegida por un montón de instituciones que están dando apoyo a todo esto. El tema básico es el espacio de ellos.

EC - Y si lo llevamos al plano individual de ustedes, Fiorella, Gonzalo, el proyecto Bilu Guidai se terminó, ya obtuvo un premio, el segundo premio en las finales sudamericanas; ¿ahora vienen otras etapas?

AG - Por ahora no.

EC - ¿Y qué pasa con ustedes?, ¿cómo los marcó este trabajo?

FG - Como proyecto, vamos a seguir trabajando juntos, tanto en la base lunar como en futuros proyectos que surjan de la NASA. La idea es formar un equipo de trabajo, invitar a otros compañeros a integrarse y seguir generando proyectos, ver los productos que se pueden conseguir, que son impresionantes. Yo personalmente estoy en el tercer año de UTU, que es el último, el año que viene seguiré en facultad. Esto nos marcó de una manera increíble: el apoyo, sentir que te valoran tus ideas; entonces creo que el año que viene, por más que no pertenezca a la institución UTU, voy a seguir involucrada en todos estos proyectos porque me interesaron y me marcaron de verdad.

EC - ¿Esto los reorienta profesionalmente? ¿De ahora en adelante van a cambiar los planes que tenían y van a dedicarse a una aproximación a la ingeniería espacial, la aeronáutica? ¿Pasa algo de eso?
GP - Yo tendría que pensar un poco mejor eso de cambiar los planes. Yo sé lo que quiero ser, analista de sistemas, programador, si llego a ingeniero, ingeniero en sistemas. Pero quiero ayudar a los compañeros que van a seguir concursando, quiero pasarles la idea, trasmitirles lo que nosotros sentimos para que ellos quieran hacer estos proyectos, que son buenos proyectos.

EC - Tu idea es seguir trabajando desde el nivel universitario con los nuevos estudiantes de UTU.

GP - Claro, ayudarlos, como nos ayudaron a nosotros los infógrafos de la Udelar y de la ORT.

EC - ¿Alguno del grupo piensa en la NASA, por ejemplo? Eso implica emigrar, cambiar la cabeza en ese sentido.

FG - Ser astronauta no se le planteó a ninguno. Creo que después de esto es inevitable que todos inclinemos nuestra carrera, nuestra profesión, lo que queremos seguir, al área de lo espacial y a seguir investigando desde nuestra área, desde nuestra profesión, en qué podemos colaborar con futuras bases o estaciones espaciales, estar involucrados en el tema.

EC - En el corto plazo, en estos meses, ustedes tienen trabajo que hacer en difusión, a eso están dedicados. ¿Cómo es esta parte del intercambio?

GP - Nuestro grupo creó una página en internet, un blog, en el que pusimos fotos, contamos anécdotas de lo que nos pasó, ideas, para trasmitirlo a las personas. Y les contamos a compañeros, en mi UTU les conté a varios compañeros que están en primero –yo estoy en tercero–, les dije que si querían les podíamos dar más información, y les interesó la idea.

EC - ¿Tienen un esquema de recorridos?

AG - Hay un esquema de recorridos de este grupo a las escuelas del interior, que se va a comenzar a hacer a partir de mediados de junio. Un docente y un alumno van a ir, van a contar la experiencia y van a jugar un rato con técnicas de brainstorming en cada una de las escuelas y los chicos que participen.

EC - ¿Les entusiasma eso?

GP - Sí.

FG - Al principio, cuando se planteó la idea del proyecto, hubo muchos alumnos que no lo creían posible, entonces decidieron no participar, pero al ver los resultados que se obtuvieron, al ver el producto final, hay muchos interesados, ahora todo el mundo quiere participar y se formó un equipo de trabajo enorme.

GP - Muchos que dijeron que no, ahora dicen: "¡Ah, ¿por qué no dije que sí?!".


***

EC - ¿Cuándo se podrá visitar la base lunar?

AG - En setiembre.

EC - En el Planetario.

AG - No, la exposición en el Planetario en julio, va a ser de gigantografías. La inauguración de la base va a ser en setiembre. La idea es que para entrar a la nave te pongas un traje espacial, va a haber escenografías armadas por estudiantes de UTU, monstruos... Es un juego.

EC - ¿Dónde va a ser eso?

AG - En la península de Punta Carretas, donde está el faro.