Entrevistas

IMM propone cobrar tasa a bolsas de nylon, para crear un "circuito limpio"

IMM propone cobrar tasa a bolsas de nylon, para crear un "circuito limpio"

Sólo con usar una bolsa de tela para las compras, una persona ahorraría más de 22.000 bolsas de nylon en su vida y contribuiría a reducir la contaminación que, por estos envases, afecta mar y tierra en todo el mundo. Las bolsas no se reciclan, ya que es más caro recuperarlas que hacer una nueva, y su número crece. Ante este problema global, Uruguay intenta ponerse a tiro. Néstor Campal, director de Desarrollo Ambiental de la Intendencia de Montevideo, explicó que se propuso una tasa de ocho centésimos por bolsa y que con ese dinero se comenzará un programa de reciclaje de envases plásticos, creando un "circuito limpio".

(Emitido a las 9.01)

EMILIANO COTELO:

Información de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos revela que aproximadamente se consumen cada año, alrededor del mundo, entre 500 billones y un trillón de bolsas plásticas.

Pero se recicla menos del 1% de esas bolsas. Es más costoso reciclar una bolsa plástica que producir una nueva. Entonces, ¿adónde van las bolsas?

Un estudio del año 1975 demostró que las embarcaciones transoceánicas arrojaban buena parte de los restos de plástico al mar. La razón por la cual los basureros del mundo no estaban inundados de plásticos era que la mayoría terminaba en el océano.

Las bolsas son arrastradas hacia distintos lugares de nuestra Tierra y hacia nuestros mares, lagos y ríos, y encuentran su vía hacia el mar en los desagües y en las cañerías. Se han encontrado bolsas plásticas flotando al norte del Círculo Ártico, cerca de Spitzbergen, e incluso mucho más al sur, en la zona de las islas Malvinas. De hecho, representan más del 10% de los desechos que llegan a las costas de Estados Unidos.

Las bolsas plásticas se fotodegradan, con el pasar del tiempo se descomponen en petropolímeros más pequeños y tóxicos, que finalmente contaminarán los suelos y las vías fluviales. Como consecuencia, partículas microscópicas pueden entrar a formar parte de la cadena alimenticia.

El efecto sobre la vida silvestre puede ser también catastrófico: las aves quedan atrapadas sin esperanza, según dice en una de sus diapositivas un PowerPoint que circula por Internet sobre este asunto, que incluye fotografías bastante fuertes, por ejemplo de aves al borde del mar, muertas, atrapadas en bolsas de plástico, o peces, incluso delfines que llevan en la boca una bolsa muy debajo de la superficie del mar.

Cerca de 200 diferentes especies de vida marina, incluyendo ballenas, delfines, focas y tortugas, mueren después de ingerir esas bolsas plásticas, que confunden con comida, dice otro texto.

Entonces, ¿qué hacemos? Si usamos una bolsa de tela podemos ahorrar seis bolsas por semana, es decir 24 bolsas de nylon al mes, o sea 288 al año, o sea 22.176 durante una vida promedio.

Bangladesh prohibió las bolsas plásticas; China prohibió las bolsas plásticas gratuitas; Irlanda fue el primer país en Europa en poner impuestos sobre ellas, y de esa forma, desde entonces, ha reducido su consumo en un 90%. En 2005 se prohibieron en Ruanda, y Israel, Canadá, India del Oeste, Botswana, Kenia, Tanzania, África del Sur, Taiwán y Singapur también lo han hecho, o están en proceso. En Estados Unidos el 27 de marzo de 2007 San Francisco se convirtió en la primera ciudad de ese país que prohibía las bolsas plásticas; Oakland y Boston están considerando hacerlo.

Las bolsas plásticas están hechas de polietileno, un termoplástico que se obtiene del petróleo, por lo cual, reduciendo su uso, además, se disminuirá la dependencia del petróleo extranjero. China, por ejemplo, ahorrará 37 millones de barriles de petróleo cada año gracias a la prohibición de bolsas plásticas gratuitas.

"Es posible enfrentar este fenómeno", termina diciendo el documento que circula en la web.

Eso es lo que se propone hacer la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM), que ha resuelto tomar medidas para enfrentar la proliferación de bolsas de nylon y todo el problema que acarrean en materia de contaminación. Para eso, busca la autorización de la Junta Departamental de Montevideo para cobrar una tasa a los fabricantes de bolsas de plástico, con el objetivo de facilitar la recolección de ese material y, al mismo tiempo, desestimular su uso.

Según lo previsto en el proyecto de Rendición de Cuentas, la tasa sería de 8 centésimos por cada bolsa de nylon que se produzca.

Para hablar del tema, estamos con el licenciado en Geología Néstor Campal, director del Departamento de Desarrollo Ambiental de la IMM.

Usted escuchaba la introducción que yo hacía a partir del PowerPoint que circula por Internet. ¿Lo conoce, lo ha visto?

***

NÉSTOR CAMPAL:

Sí, y fue una brillante introducción, porque en pocas palabras, en tiempo reducido, fue una buena explicación de un problema que atañe a todos los seres humanos. Este es un problema mundial en el cual muchísimos países han tomado la delantera, y sobre el cual Uruguay tiene una ley específica (la ley 17.849), que declara de interés general la protección del ambiente contra la afectación que se derive de cualquier tipo de envases. Sin embargo, esa ley hasta la fecha no ha tenido el efecto que desearíamos, y este problema que usted relataba tiene a la escala del departamento de Montevideo las mismas características que señalaba a escala mundial.

EC - ¿Cuál es el diagnóstico de la Intendencia? ¿Qué problemas ambientales generan en Montevideo las bolsas de nylon, las bolsas de plástico?

NC - En el caso concreto de Montevideo tenemos algunos números que vale la pena conocer. Desde el punto de vista del impacto visual, en cualquier depósito de basura fuera de lugar, cualquier basurero, cualquier acumulación de basura, el 70% del impacto visual tiene que ver con las bolsas de nylon.

Después tenemos un fuerte impacto y un aumento de costos –un costo derivado para el ciudadano– del daño que hacen las bolsas de nylon en la red de saneamiento, que obligan a Operación y Mantenimiento de Redes, que es la parte de la Intendencia que trabaja con la red de saneamiento, que se ve muy poco desde arriba, y que continuamente está sufriendo obstrucciones y requiere limpieza, con unos costos altísimos, porque en cuanto a costos no es lo mismo extraer una bolsa de la calle que extraerla del saneamiento.

En tercer lugar tenemos un impacto ambiental muy fuerte sobre las playas. La bolsa de nylon, por su densidad, y sobre todo las más delgadas, que no solo las transporta el agua sino que fácilmente las transporta el viento, terminan en las playas. Eso genera muchísimos problemas, no solo los problemas biológicos descritos, sino problemas de impacto directo en la economía y a no muy largo plazo. Para limpiar las playas diariamente durante la temporada veraniega y varias veces por semana durante la invernal, empleamos una serie de máquinas que pasan y toman los residuos sólidos que contiene la arena. El problema es que las bolsas de nylon adhieren gran cantidad de arena y cuando las retiramos involuntariamente retiramos arena, que es muy difícil de desprender de las bolsas. Cuando eso se ejecuta diariamente, el volumen de arena que retiramos es grande, y el balance de sedimentación en las playas de Montevideo es estable o negativo, perdemos arena. Eso significa que existe un impacto sobre la playa. Además aumenta enormemente el trabajo que hay que hacer e influye directamente sobre el turismo.

EC - Veía en algunas notas de estos días que las bolsas de nylon afectan el funcionamiento de los barcos, y que en el puerto de Montevideo hay una tarea específica que consiste en limpiar el agua de bolsas de nylon.

NC - Exactamente, en la bahía de Montevideo, donde la circulación es restringida –esa es la característica que le da su valor de puerto–, desembocan dos cursos de agua importantes, que trasladan bolsas de nylon que se vuelan y que se acumulan en la bahía porque no tienen posibilidad de salida, y son levantadas por las hélices de los barcos. Eso ha obligado al puerto a comprar una embarcación específica que tiene la capacidad de pescar todo el nylon que flota para eliminar el problema. Pero mucho más racional que tirarlo y recogerlo, con el costo que ello tiene para toda la sociedad, sería hacer lo posible por tirar lo mínimo.

EC - Usted se refería a las consecuencias negativas que se derivan de la presencia de las bolsas de nylon que no van a parar a los contenedores, la presencia en la calle, en el ambiente, en el aire, en las playas de las bolsas de nylon sueltas. Pero ¿qué destino tienen las que forman parte de la basura? ¿Qué hace con ellas la IMM en las usinas en las que se reciben los residuos?

NC - Todos los residuos sólidos urbanos que son recogidos desde los contenedores van al vertedero de la ciudad y allí simplemente se entierran, de modo que esas bolsas se acumulan y generan un volumen que es totalmente inaprovechable. Estamos desaprovechando un bien que tenemos que importar, porque la bolsa de nylon es un subproducto del petróleo, y en segundo lugar acumulamos un elemento que no contribuye en nada al territorio. Por lo tanto, ¿por qué la bolsa de nylon no se recupera? Es muy simple, porque sobre todo la más delgada no tiene valor y al no tener valor, el costo de recuperación es mucho más alto que el costo de hacer una bolsa nueva, por lo tanto el número de bolsas es cada vez mayor, y eso crece, crecería linealmente si la población se mantuviera constante, pero, si no, crece exponencialmente.

EC - Al introducir esta tasa de 8 centésimos de peso por cada bolsa plástica, ¿qué se busca?

NC - La introducción de la tasa es parte de un conjunto de medidas, si uno analiza únicamente la introducción de la tasa no puede entender el objetivo. El conjunto de medidas tiene que ver con lo que la ley 17.849 le comete a la Intendencia.

El Poder Ejecutivo les comete a los gobiernos departamentales a coadyuvar en la ejecución de los planes de gestión de envases y a viabilizar un sistema de recolección selectiva para su clasificación y valorización. Para cumplir con eso que dice la ley, la IMM tiene que manejar un bien que tiene valor nulo, clasificarlo y revalorizarlo. Creemos que es razonable aplicar el principio –hoy bastante claro en todas partes del mundo– de que el que genera el problema ambiental tiene que colaborar a su resolución.

EC - La Intendencia va a cobrar esta tasa para recaudar un fondo con el cual se va a llevar adelante el reciclaje de las bolsas de nylon.

NC - Exactamente.

EC - Hay un proyecto para reciclar las bolsas de nylon con los dineros que se recauden con esta tasa. Pero ¿es posible hacerlo?, ¿es posible extraer de la basura, de los residuos, las bolsas de nylon para después procesarlas?

NC - Eso tiene varios pasos, por eso digo que esto es parte de un conjunto de medidas, que articuladas funcionan bastante bien. (Irlanda es un país ejemplar en esto, pero hay muchos.) Este año, entre agosto y setiembre, comenzaremos a colocar los contenedores naranja en la calle. El contenedor naranja es el complemento de una medida que emprendió la Intendencia, que es la bolsa naranja. La preclasificación en el hogar es una medida clarísima que coadyuva a la recuperación de la bolsa. Entendamos por qué: el plástico es muy difícil de recuperar cuando está contaminado con otros elementos, en cambio cuando se mantiene junto con plástico es posible recuperarlo. Por lo tanto hay una primera etapa, que ayuda al problema, que puede hacerse en la casa de cada uno de nosotros.

En segundo lugar, la tasa promueve una determinada conducta, porque una vez que la sociedad uruguaya madure este problema y entienda su importancia, está libre para la imaginación de cada uno –del comerciante, del que introduce el producto– inventar métodos para volver a colectar la bolsa de plástico que entrega.

EC - Por un lado la Intendencia llevará adelante un reciclaje, pero por otro los privados pueden encarar sus iniciativas.

NC - Su parte de la iniciativa. Vamos a suponer un método muy simple, hipotético, porque hay muchísimos: el almacén Don José da bolsas de plástico a sus clientes cuando van a comprar algo, pero Don José no quiere pagar la tasa; supongamos que él introduce las bolsas al mercado y que es el sujeto de aplicación de la tasa. La idea es que la tasa solo se pague por las bolsas que no se recuperen, por lo tanto, si José introduce 1.000 bolsas por mes, pero recupera 400 o 500, solo paga por las 500 que no recuperó. ¿Cómo puede recuperarlas? Supongamos que José le dice a su cliente: "Yo te doy una bolsa de nylon, te cuesta un peso, y cuando me la traigas de vuelta te devuelvo el peso". Esa bolsa de nylon usada José la acumula y alguien tiene que ir a levantarla, llevar ese plástico, clasificarlo dentro de las distintas categorías y promover con ello un circuito limpio.

Ese circuito limpio es el que permite la recuperación de la materia prima y además sustituye parte de una tarea que todos los montevideanos somos conscientes de que se está haciendo mal, que es la tarea de la clasificación libre con intervención sobre el contenedor, que tenemos que sustituir por un sistema diferente, que dé fuentes de trabajo a gente que está en condiciones muy difíciles o que entró a la condición de clasificador por haber estado en condiciones muy difíciles.

EC - Esta es una parte muy compleja de estos planes, porque el hecho de desestimular el uso de las bolsas plásticas va a tener consecuencias en el mercado laboral. Las fábricas que elaboran estas bolsas van a tener menos trabajo y quizás tengan que despedir empleados. Usted dice que habría alternativas de empleo por otro lado en los proyectos de reciclaje. Hay que ver si una cosa empata con la otra.

NC - Sin duda. Pensemos cuántas de esas bolsas de plástico que empleamos son realmente necesarias y cuántas no lo son. Cuando vamos a algún supermercado, muchas veces salimos con ocho, diez, doce bolsas de plástico; algunas veces solo por comprar un litro de algo que venga en botella de vidrio salimos con dos o tres bolsas para el mismo objeto, porque no resisten el peso. De modo que agregamos al envase de lo que compramos, sea de vidrio o de plástico, dos o tres envases más. Eso es un uso irracional. Además esa bolsa normalmente no puede ser utilizada con eficiencia ni siquiera para la basura, porque no tiene el tamaño adecuado para el recipiente.

Con la tasa no vamos a eliminar el uso de la bolsa plástica, no puede eliminarse porque la bolsa plástica es un objeto, en algunos casos, necesario.

EC - No se la va a eliminar pero probablemente se va a reducir la cantidad de bolsas.

NC - Esa es la idea, reducir las innecesarias. Eso significa que esa bolsa tiene que ser sustituida por otro recipiente, por lo tanto lo que cambia usted es el material con que realiza el recipiente, no el número total de recipientes. En ese caso la industria de la generación de recipientes no variaría mucho, podría variar la materia prima, podría pasarse de una materia prima con origen importado a una con origen nacional; podría haber una inventiva mucho mayor para generar en todos la convicción de utilizar bolsas reusables varias veces; la Intendencia va a hacer la campaña. Entonces, se genera un nuevo mercado de una cantidad de productos que sustituyen este envase "use, tire y acumúlese en el medioambiente, que si sale de la vereda de mi casa no importa mucho", concepto que parece irracional para una sociedad.

Y lo tenemos que modificar, por dos razones, primero porque tenemos la convicción de que ese es el camino correcto, y segundo, porque tenemos una ley que dice exactamente eso, no dice otra cosa ni es interpretable de otra manera. El texto de la ley es clarísimo.

***

EC - Las preguntas y los comentarios de los oyentes se amontonan, está claro que el asunto interesa, apasiona; pocas veces hemos tenido tanta participación de los oyentes como en este tema. Es difícil trasladarle todas las inquietudes, pero hay varias que vienen por el lado de la creación de esta tasa que se propone en la Rendición de Cuentas, esta tasa de 8 centésimos por cada bolsa de nylon que se produzca. Una tasa que pagaría ¿quién?, ¿el fabricante o el supermercado, el almacén?

NC - Depende del producto, paga quien introduce el envase al mercado.

EC - El cuestionamiento viene a propósito de la voracidad fiscal de la Intendencia. Se observa que lo primero que se hace es introducir un nuevo tributo, en este caso una tasa, sin tener mucha certeza sobre cómo se va a emplear ese dinero. ¿Qué responde ante esa sospecha, a ese escepticismo?

NC - En primer lugar, la ley reglamentada en julio de 2007, que es una ley del gobierno nacional, dice en los artículos 2º y 3º que la responsabilidad es de los propietarios o representantes de marcas de productos que se comercialicen en el mercado interno en este tipo de envases, por el diseño, operación y mantenimiento de los planes de gestión de residuos de estos envases.

Quiere decir que no estamos cumpliendo las leyes que nos costó bastante redactar y que están vigentes. Por lo tanto, la Intendencia está cumpliendo con la ley.

En segundo lugar, se crea una actividad nueva, que es tratar de reciclar el producto. Si se lee el texto de la ley se ve claramente cuál es el destino de ese dinero, y además cómo ese dinero tiene una influencia directa en otro problema, que es otro problema mayor de la sociedad uruguaya, no solo un problema mayor de la Intendencia.

EC - ¿Va a haber una contabilidad separada de esta tasa?, ¿se va a rendir cuentas sobre cómo se utiliza su dinero?

NC - Exactamente, cualquier tasa tiene que ser proporcional al servicio prestado.

EC - ¿Se va a informar claramente a la población cómo se emplea?

NC - Se tiene que informar claramente cómo ese servicio prestado es equivalente con respecto a la tasa. Para el ciudadano de Montevideo, que dice "ahora me van a colocar 8 centésimos sobre una bolsa de nylon", más allá de la cifra, que para unos puede ser irrisoria y para otros onerosa, ¿cuánto le cuesta hoy al ciudadano de Montevideo la bolsa de nylon? Vamos a hacer un cálculo bien simple: supongamos que tomamos un funcionario para resolver este problema que tenemos que resolver, no hay salida, no podemos tener los arroyos como los tenemos, con árboles y montes que parecen arbolitos de Navidad con las bolsas de nylon colgadas. Si un funcionario tuviera que recoger esas bolsas, una a una, yo pediría que cada uno hiciera el cálculo de cuánto sería el máximo que esa persona podría juntar. Vamos a decir un disparate, vamos a decir que en una hora ese funcionario junta 200 bolsas de nylon; resulta que 200 bolsas de nylon por 8 centésimos son 16 pesos. De modo que esa tarea le significaría al funcionario 16 pesos la hora. Con lo que cuesta un funcionario, ¿alguien puede pretender que con 16 pesos por hora se pueda mantener? No. Quiere decir que esto es una mínima parte del costo de recuperación de la bolsa cuando sale fuera del ciclo.

EC - Usted decía que no solo se va a introducir esta tasa, sino que además habrá una campaña de sensibilización para crear en la gente la cultura de la bolsa propia, para evitar que se recurra a la bolsa de nylon y volver a mecanismos como la "chismosa", la bolsa de red o un bolso para traer lo que se compra en un supermercado, en un almacén.

NC - Si uno piensa eso racionalmente, si fuese voracidad fiscal, cuando uno crea una tasa sobre un bien y quiere obtener recursos de ese bien, no desestimula su uso, sino que lo estimula, para obtener la mayor cantidad de recursos. Si usted crea una tasa sobre un bien y simultáneamente desestimula al máximo el uso de ese bien, está demostrando que el objeto no es la recaudación, porque va en contra de su propia recaudación.

Más allá de la excelente exposición que hizo usted al principio, invito a ver información sobre este tema en Internet; en la lista de países que usted señaló, en la que no solo hay países que son clásicos por su preocupación por el medioambiente, sino que hay países de todo el mundo, del más amplio espectro, este problema ya fue discutido, ya tiene enorme cantidad de antecedentes y esas sociedades son las que los uruguayos admiramos cuando tenemos oportunidad de viajar, vamos a los parques, a la costa y decimos: "Acá no se ven bolsas de nylon, y qué sucia que está Montevideo". Pero si usted entra en la página del gobierno de la ciudad de Dublín, en Irlanda –donde tengo dos hijos–, va a encontrar que hay un ticket para sacar su bolsa de basura que cuesta 4 euros, o sea 120 pesos cada vez que usted saca la bolsa de basura. Dependiendo de cuál sea la basura que contiene, el ticket puede ser de 4, de 3 e incluso creo que hay uno un poco menor. Irlanda ha avanzado lo que ha avanzado porque ha trasladado a los ciudadanos el costo de mantener la ciudad limpia. Y si nosotros queremos una Montevideo limpia necesitamos dos cosas: cambiar el comportamiento para disminuir los costos, y cubrir esos costos. Ambas cosas son complementarias.

EC - ¿Cuándo empieza la campaña?

NC - El Departamento de Desarrollo Ambiental tiene un grupo especial, el Equipo Técnico de Educación Ambiental, que ya está trabajando en la campaña. No olvidemos que esto es una propuesta de la Intendencia para la consideración de la Junta Departamental de Montevideo, donde seguramente la discusión de un tema que apasiona se va a enriquecer por la calidad de las personas que la integran, que probablemente hagan modificaciones. Luego habrá una reglamentación, habrá un período en el que habrá que madurar cada uno de los instrumentos y su aplicabilidad.