Aumento de la inseguridad preocupa al campo
Copamientos, robos, abigeato y cazadores furtivos, son algunos de los problemas que enfrentan quienes viven en el campo. Grandes distancias, bajos presupuestos y pobre infraestructura complican la actuación de la policía, que "tiene buena voluntad, pero muchas veces falta de recursos y de gente", explicó Adriana Bonomi, veterinaria que reside en el paraje Lorencita, sobre el kilómetro 191 de la Ruta 8, y que integra una de las comisiones de vecinos que trabajan en este tema. Sería bueno que se armaran mejor las comisarías, dijo, ya que "todo lo que pasa en la ciudad, que nos horroriza a los que vivimos fuera, lentamente está empezando a pasar en los pueblos".
(Emitido a las 9.06)
EMILIANO COTELO:
El miércoles pasado, un hombre de 84 años fue encontrado muerto en el galpón de su pequeño establecimiento de 10 hectáreas, en el paraje Andreoni, en el departamento de Lavalleja. La escena era estremecedora. El cuerpo del anciano estaba colgado boca abajo, amarrado por los pies a un parante, con las manos también atadas y con una mordaza de tela en la boca.
Quien alertó a la Policía fue otro productor, preocupado porque hacía más de una semana que no veía a su vecino. El homicidio aún no ha sido aclarado, aunque, por los indicios ubicados en la casa, se estima que el móvil fue el robo.
Es un caso extremo, es cierto, pero un ejemplo más de los problemas de inseguridad que afectan seriamente al medio rural. Copamientos, hurtos y robos de ganado preocupan de manera creciente a los habitantes del campo, un ámbito donde la respuesta policial, lógicamente, es más lenta que en la ciudad, por las distancias que implica.
En las recorridas de En Perspectiva por el interior hemos recibido varias inquietudes en esta materia. Por eso hoy, mientras el Parlamento discute qué hacer en el plano legal y el Ministerio del Interior ensaya nuevas respuestas, les proponemos conocer esta realidad desde el lado de la gente: cómo viven este clima quienes residen y trabajan en el medio rural.
En este caso nos vamos a trasladar a la zona del paraje Lorencita, sobre el kilómetro 191 de la Ruta 8, cerca de Mariscala. Estamos con la doctora Adriana Bonomi, médica veterinaria, vicepresidenta de la Sociedad Agropecuaria de Lavalleja (SAL) y presidenta de la Sociedad de Criadores de Cuarto de Milla.
Para empezar, vamos a ubicarte a ti y la actividad que desarrollas. Algo ya adelantábamos, pero vamos a dar más información sobre el establecimiento y lo que hacen ustedes.
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ADRIANA BONOMI:
Vivo en un establecimiento criador, en la zona de las sierras cercanas a Mariscala. Es un lugar muy lindo, muy pintoresco. Nuestro trabajo básicamente es la cría de ganado, caballos y lanares.
EC - ¿Tú vives de manera permanente en el campo?
AB - Sí, vivo permanente en el establecimiento La Lorencita.
EC - ¿Quiénes más residen allí?
AB - Durante la semana vive todo el personal, que los fines de semana sale, y mis padres.
EC - Veamos ahora cómo viven ustedes estos problemas de inseguridad, qué pasa concretamente en esa zona, qué realidad enfrentan los productores. Por ejemplo, ¿qué tipo de situaciones se dan allí?
AB - El mayor problema de nuestra zona quizás no sea el abigeato, que durante mucho tiempo afectó bastante a quienes se ocupaban de la parte de producción ovina alrededor de Mariscala.
EC Entonces el problema no es tanto el robo de ganado, que por lo visto sí afecta a algunas otras zonas. Vimos hace pocos días un caso muy fuerte, muy chocante en el departamento de Soriano.
AB - Hace cuatro o cinco años, cuando yo era presidenta de la SAL, ocurrieron casos muy graves en la zona de Lavalleja, con copamientos, con ataques sobre todo a personas mayores. Conocemos casos de productores que habían cobrado en la feria donde se les paga al contado y los estaban esperando para sacarles el dinero. También en zonas cercanas a Mariscala, en especial cerca de Pirarajá, en la costa del Cebollatí, ha habido robos de ganado importantes, sobre todo de ganado casi a término para faena. Algunos de ellos han sido exitosos y otros no tanto, pero los casos de abigeato se han dado. Lo más preocupante son los casos de copamiento y robo a los productores.
EC - Vamos a esos otros detalles, copamientos y robos a los productores.
AB - Cerca de donde yo estoy, un productor había cobrado en la feria y lo golpearon, lo ataron. Como siempre, la costumbre en campaña es que los vecinos se ven, se saludan, y cuando se ve la falta de eso uno empieza a sospechar que algo pasó. Más que nada no estamos acostumbrados a que pasen esas cosas en el interior, estamos cambiando nuestras costumbres. Capaz que todos nos negamos un poco, pero nos damos cuenta de que los robos han llegado a los pueblos, a los establecimientos, y nos preocupa bastante porque en el interior todo el mundo dejaba la puerta abierta, no tenía ningún tipo de cerrojos, rejas, alarmas, y ahora en Minas ahora llama la atención la cantidad de alarmas que se venden para los establecimientos.
EC - ¿Cómo hacen para protegerse en una casa o en un establecimiento agropecuario?
AB - La primera medida que todo el mundo ha tomado es tener perros de gran tamaño, de carácter muy fuerte, que muchas veces son difíciles de manejar no todo el mundo lo sabe hacer, pero es lo principal y es lo más fácil de tener. Tras hablar con distintos productores a quienes han robado, cerca de Minas o que están cerca de la carretera, que son los establecimientos más fáciles de robar, me he enterado de que están poniendo alarmas conectadas con las comisarías más cercanas. Siempre y cuando tengan electricidad, porque en mi departamento hay zonas en las que no hay electricidad, entonces ese mecanismo no se puede utilizar. Y todos sabemos que la distancia va en contra, porque la policía no puede estar inmediatamente en el lugar. Todo es muy difícil, porque la caminería es muy buena, los camiones cargan el ganado robado y en una hora o dos pueden estar muy lejos de la zona, igual que los que roban las casas.
EC - Tú mencionabas algunas medidas de protección que se están tomando. Por un lado recurrir a perros de gran tamaño y por otro la instalación de sistemas de alarma en las casas algo en lo que hace un tiempo ni se pensaba. ¿Qué otro tipo de precauciones? Por ejemplo, ¿qué pasa con las armas?
AB - A esta altura en el campo no hay nadie que no tenga un arma. En mi caso el uso de las armas no me gusta mucho, las tenés que tener por seguridad, pero hay que tener alguna educación para manejarlas bien. Es muy difícil salir a disparar, porque uno nunca sabe cómo va a reaccionar el que está del otro lado. Muchas veces uno tiene un poco de miedo, porque de repente quiere amedrentarlo pero va en su contra. Yo sé que mucha gente está armada, que sale, que dispara, en general todo el mundo lo hace para asustar al que está del otro lado, pero la gente que se dedica a eso es cada vez más agresiva y uno intenta amedrentarla, pero capaz que le disparan y por defender cosas materiales pierde la vida.
EC - ¿Qué ocurre con la actuación policial? ¿Cómo es la capacidad de respuesta, tanto en un hecho ya consumado como antes, qué posibilidades de prevención tiene la policía en el medio rural?
AB - Yo al principio me enojaba mucho, porque me parecía que todo era muy lento, que no se accionaba bien. Pero uno empieza a trabajar en las comisiones con la policía y se da cuenta de que tiene la mayor voluntad de tratar de solucionar estos problemas.
EC - Por lo visto hay un trabajo conjunto, se han formado comisiones para estudiar y enfrentar este problema.
AB - Sí, la SAL mantiene un contacto fluido con la policía, básicamente porque hay mucha gente que desconoce cómo se vive en el campo, y además porque los productores pueden dar muchas ideas para ver cómo solucionar esto. El punto es que la policía tiene buena voluntad, pero muchas veces tiene falta de recursos y también falta de gente. En mi caso, tengo problemas con los cazadores furtivos, que hasta me iluminan la casa con los focos para cazar los carpinchos que están en el arroyo ahí cerca.
EC - Vamos a detenernos en esta otra situación. Porque hemos hablado de problemas de abigeato, de problemas de copamiento, de robos a productores, pero también se da este otro tipo de casos, la llegada de cazadores furtivos a un establecimiento agropecuario. ¿Cómo es esto?
AB - Es bastante común, en la época de crisis se hizo un poco más agudo, pero muchas veces ese tipo de comportamientos empieza como una necesidad y termina como una costumbre.
EC - ¿Qué hace el cazador furtivo?
AB - En general, caza las especies que están supuestamente en extinción o que está prohibido cazar. Es una carne que se vende muy bien, entonces comenzaron cazando carpincho para ellos, pero terminaron teniendo un gran negocio. En este momento sabemos que se comercializa a muy buen valor la carne de carpincho y es muy común ver a los cazadores en los campos de noche, con focos, con armas. La policía siempre ha tratado de responder lo mejor posible cuando he llamado, pero vienen dos en una camioneta y antes tienen que ir a buscar otro para que se quede en la comisaría, porque no hay nadie más.
EC - A ti en particular esta situación se te ha dado varias veces.
AB - Sí, hace años que se da.
EC - Cuando se da, la respuesta es llamar a la policía. ¿Adónde llamas?, ¿hay una comisaría cercana? ¿Cómo es eso en el campo?
AB - La comisaría más cercana está en el poblado de Mariscala, a 15 kilómetros, pero quienes entran al establecimiento por la noche a cazar tienen sus entradas, y la noche y sobre todo la serranía y los árboles de la costa del arroyo sirven muy bien para que no sea fácil agarrarlos.
EC - ¿Cómo reacciona la policía cuando recibe la llamada?
AB - Viene inmediatamente, trata de venir lo antes posibles, tiene que conseguir a alguien para que quede a cargo de la comisaría, pero a veces tiene incluso problemas de combustible. En general los vecinos tratamos de apoyarlos siempre, debemos ayudarlos para que puedan movilizarse con soltura. Muchas veces tienen el problema de no tener combustible en las camionetas.
EC - Ahí hay limitaciones para el accionar policial que capaz que no nos imaginábamos. Por un lado, en esa comisaría hay dos efectivos en el horario de la noche, y si tienen que venir a verificar qué es lo que ocurre con un problema de cazadores furtivos no pueden dejar la comisaría sola, tienen que ir a buscar a un tercero para que cubra ese lugar.
AB - La mayoría de las veces, sí.
EC - Hay una primera pérdida de tiempo en ese sentido. Y luego está el detalle de que puede ocurrir que no tengan combustible para la camioneta.
AB - Sí, también ha pasado, tienen escasez de combustible. Mi casa queda a 15 kilómetros, no está en la otra cuadra, y los problemas que se suscitan en el interior son a kilómetros de distancia. No es muy fácil desenvolverse bien cuando el combustible no es abundante.
EC - ¿Qué pasa? ¿No tienen combustible para llegar al campo?
AB - El combustible lo tienen, pero muchas veces no tienen para reponerlo.
EC - Entonces acuerdan que la recarga corre por cuenta de ustedes en la estación de servicio tal o cual.
AB - A veces sí. Y lo hago con mucho gusto porque en el interior todavía somos todos conocidos, sabemos que están tratando de hacer lo mejor que pueden, entonces la ayuda, no solamente a la policía, sino también a otras entidades, se hace normalmente, es costumbre.
EC - Pero por lo visto hay que resolverlo puntualmente ante cada denuncia.
AB - No siempre, pero suele suceder y a uno le parece que esas cosas no deberían suceder.
EC - Tendría que haber un sistema por el cual el combustible estuviera disponible.
AB - Más que nada por la distancia que deben recorrer ante una denuncia. Yo estoy a 15 kilómetros, pero hay gente que está a 40, en ir y venir son 80 kilómetros. La necesidad de combustible de la policía del interior es grande.
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EC - La descripción que has hecho de cómo suceden las cosas cuando hay un problema con cazadores furtivos y el productor decide llamar a la policía es muy ilustrativa de los problemas logísticos, de las carencias logísticas con que se mueve una comisaría en el medio rural. Pero sigamos un poco más, ¿cómo continúa ese hipotético caso? Finalmente llegan los policías al lugar, ¿y?
AB - Muchas veces no pasa nada porque la misma naturaleza sirve de escondite a los cazadores, y otras veces son exitosos. Obviamente hay algo que no funciona muy bien, porque después de detenerlos, al otro día hay una pasada por el juzgado y de repente uno pasa más tiempo que ellos, o está al mismo tiempo que ellos declarando, pero como no son agarrados con la prueba del delito, con la pieza de caza, no pasa absolutamente nada. En general a los productores todo ese tipo de cosas que se han hecho habituales les crean unas pérdidas muy grandes.
EC - ¿Por ejemplo? Es bueno aterrizar esto con datos, con información. ¿Qué tipo de pérdidas puede generar la presencia de cazadores furtivos?
AB - Los productores en este momento utilizan mucho los alambres eléctricos, en general en las costas de los arroyos es donde tenemos las tierras más fértiles, tenemos las praderas, los animales de más valor, y a raíz de esa andada con focos los animales rompen los alambrados, se lastiman. También me ha pasado que en la oscuridad me han matado algún animal de valor que tengo en la pradera. Y si uno hace la sumatoria de todos estos años de horas de trabajo, de arreglo y de animales lastimados o muertos, el resultado es más que considerable.
EC - Teniendo en cuenta la lentitud y las dificultades de la respuesta policial, ¿cómo procede un productor?, ¿qué haces tú cuando ves que los cazadores furtivos están allí con los focos? ¿Existe la tentación de actuar con un arma de fuego?
AB - No solo existe la tentación, sino que la gente muchas veces te dice que deberías hacer eso. Es un riesgo que uno corre, porque sale a disparar con un arma para evitar una pérdida económica para el establecimiento pero puede terminar con algo fatal. Mi idea no es salir a matar gente. Uno lo que quiere es que no entren más, entonces el uso de armas es complicado porque tira un tiro para asustarlos, pero no sabe cómo va a responder el que está del otro lado, y de repente por evitar que cacen un carpincho me dan un balazo. No tengo ganas, es una forma de generar un poco más de violencia. En muchos casos te dicen que de ese modo te hacés respetar, que se asustan y que no van más, pero me queda la duda de que sea así. En mi caso particular no quiero correr ese riesgo.
EC - Entonces no disparas ni siquiera al aire.
AB - No, en esos casos llamamos a la policía, porque independientemente de que sea exitosa o no en agarrarlos, al otro día todo el pueblo, toda la zona se entera de que la policía estuvo de recorrida. Esa gente sabe que cuando va y la vemos llamamos a la policía. La chance de que las venidas de la policía sean exitosas o no depende de lo rápido que llegue. Es lo único que hacemos.
EC - En cuanto a la relación con la policía en esas comisiones de las que hablábamos antes, ¿qué iniciativas, qué soluciones han surgido?, ¿de qué mecanismos han hablado, qué forma formas de colaboración pueden darse entre los productores y los servicios de seguridad?
AB - Las comisiones han ayudado a la población rural a entender que hay delitos que son muy difíciles de seguir si no hay una información concreta. Cuando se embarcan en camiones, en poco rato están muy lejos del lugar, los productores ayudan muchas veces, pero nos han hecho comprender que si las 24 horas no existe una información concreta es muy difícil de rastrear. Todos los abigeatos que ha habido en la zona cercana a Mariscala, en los que ha habido embarque de animales, han sido imposibles de rastrear, no se sabe dónde están. La policía siempre nos pide colaboración, que informemos si vemos gente extraña, si vemos movimientos extraños, cosa que es bastante común cuando uno circula por los caminos. En una zona llegaron a poner una garita en el camino donde te pedían hasta la cédula, porque allí era muy común el robo de animales, porque era un poco solitario.
EC - Yo me he encontrado con ese tipo de garitas en algunos lugares del campo, en un cruce de caminos perdidos, con un señor que en plena noche observa qué tipo de vehículos pasan. Se trata de iniciativas de los propios vecinos.
AB - Sí. Esas iniciativas son muy buenas. La campaña es en un lugar solitario, los caminos no son sumamente transitados. Tenemos que poner un poco de voluntad todos nosotros, no podemos pretender que la policía, sabiendo que tiene poca gente, que tiene pocos medios, mejore la situación si no la ayudamos.
EC - ¿Han llegado a pensar en servicios privados de seguridad?
AB - Sí, muchos productores han pensado en eso, y a la larga vamos a terminar en algo de eso.
EC - Las empresas privadas de seguridad están muy extendidas en el medio urbano. ¿También empiezan a aparecer en el campo?
AB - No sé si están apareciendo, pero a más de uno le ha pasado por la cabeza en algunos momentos la idea de utilizarlas.
EC - Y con respecto a la policía, más de una vez se han anunciado servicios de policía montada. ¿Qué se sabe de eso?
AB - Cuando yo era niña y vivíamos afuera, siempre recibíamos la visita de la policía, que venía a caballo, hacía una recorrida por la zona. Había ese tipo de cosas. En este momento quizás sería bueno volver a esa costumbre, porque te da otro panorama: tú andás a caballo, no andás con las luces prendidas; en la noche las cosas se ven mucho mejor a caballo. No digo que tengan que andar solamente de noche, pero el saber que la policía anda por la zona es otra señal de que no es tan fácil entrar al campo y decir "esto es tierra de nadie y hago lo que quiero".
EC - Está claro que para esa y otras alternativas de la policía lo primero que surge como obstáculo es un problema presupuestal. El hecho de que una camioneta de una comisaría ande con el combustible justo es muy elocuente en ese sentido. Entonces, en las comisiones que se han formado entre productores y policías, ¿se han llegado a institucionalizar mecanismos permanentes de colaboración, tanto en dinero como en especias, en materiales? ¿Cómo viene esa parte de la posibilidad de reforzar a los servicios policiales desde el sector privado?
AB - Afuera no solo con la policía, sino también con las policlínicas, con las escuelas, hay comisiones integradas por los padres, por los que se atienden en las policlínicas, por los vecinos. Esa colaboración ha existido siempre, en el interior hay muchas cosas que funcionan muy bien porque cuentan con el apoyo de los vecinos de la zona.
EC - Tengo acá un mensaje de Gonzalo, que dice: "En la ciudad de Florida hay seccionales que reciben donaciones de combustible en forma mensual". ¿Ustedes han armado esquemas de ese tipo?
AB - No están estipulados mensualmente, pero cuando surgen problemas, incluso mecánicos o de cubiertas, siempre se recurre a los vecinos, porque si tenés que cambiar las cubiertas, lo tenés que hacer ya, no dentro de dos meses cuando llegue el dinero. En general los vecinos toman la iniciativa de ayudar a la policía y a otras entidades con una inmediatez que no tiene la jerarquía superior. En el interior eso se ha manejado desde siempre y sigue existiendo, la ayuda a la policía está, uno nunca la deja a pie porque cuando la precisa, la necesita en ese momento y tiene que estar. Entonces una forma de retribuirle esa prontitud es ayudar para que siempre tenga la posibilidad de estar cuando la llaman.
EC - ¿Por dónde pueden venir soluciones más permanentes? ¿Qué es lo que ustedes han discutido?
AB - Sería bueno que hubiera más policías por seccional. La seccional nuestra es muy grande, las distancias son grandes, y debería haber un poco más de movimiento. Una camioneta sola quizás no sea la solución. Se tendrían que armar mejor las comisarías del interior, porque todo lo que pasa en la ciudad, que nos horroriza a los que vivimos fuera, lentamente está empezando a pasar en los pueblos, en las estancias. Todavía podemos detener un poco ese tipo de delitos porque no se han afianzado como en la ciudad.
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EC - A propósito de la entrevista, del testimonio de la doctora Adriana Bonomi, ha llegado una cantidad de mensajes de los oyentes.
Por ejemplo, Rodrigo dice que lo que ocurre en el campo podría combatirse "si se utilizara a todos los efectivos del Ejército que no hacen nada. Si los soldados patrullaran se terminaría el problema, el inconveniente es que el pasado no nos suelta y no nos animamos a ese tipo de soluciones".
Otros oyentes cuentan que, según su propia experiencia, la policía no le pide una guía a nadie.
Otro testimonio dice: "En El Pinar un grupo de vecinos paga mensualmente la nafta en Ancap para que la use la policía. Se encontró esa salida, pero no debe ser así". Y dice un oyente de Paso de los Toros: "Si se va a una solución con seguridad privada, ocurrirá lo mismo que ocurre en las ciudades: sigue habiendo robos, sigue habiendo violencia".