Entrevistas

Corbo: Prudente debió reflexionar si no lesionaba un bien superior

Corbo: Prudente debió reflexionar si no lesionaba un bien superior

Tras los incidentes del fin de semana pasado en el Estadio Charrúa y el Parque Central, el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), José Luis Corbo, sostuvo que "sería necesario modificar algunos aspectos de la normativa vigente" para "determinar mejores instrumentos de prevención" y mejorar el régimen punitivo. Además, dijo que en este tema no hay un solo responsable y aseguró que la AUF no puede hacer más de lo que legítimamente está habilitada para evitar estos incidentes. En referencia a la polémica decisión de Líber Prudente, opinó que el juez debió pensar si no se lesionaba otro bien superior antes de tomar la decisión de suspender el partido.

(Emitido a las 8.51)

EMILIANO COTELO:
Los partidos de fútbol que se disputan los fines de semana son el tema obligado de conversación los lunes cuando la gente se reintegra a sus trabajos. Pero lamentablemente cada vez se habla menos de goles o resultados y desde hace ya algún tiempo los disturbios, los detenidos o los hechos de violencia son una constante en las canchas. Es más, a cada rato las actividades deportivas terminan incluidas en las secciones policiales de los diarios, las radios o los canales de televisión.

Este fin de semana tuvimos una nueva perla de este largo collar: los incidentes del domingo en el Parque Central después que el juez Líber Prudente dejó sin efecto el partido entre Nacional y Villa Española y los disturbios que habían ocurrido el sábado en el estadio Charrúa, en el encuentro entre Peñarol y Racing, llevaron a que el gobierno resolviera tomar cartas en el asunto.

Por un lado, hay toda una discusión sobre si hay que cambiar la legislación para hacer frente a la violencia en el deporte y por otro hay un debate dentro de la organización del fútbol sobre cómo deben actuar los árbitros ante las demoras de los equipos al ingresar a las canchas.

Vamos a tratar de incursionar en esos dos grandes capítulos. ¿Quiénes son los responsables de lo que está pasando? ¿Cómo se logra salir de esta situación? El diálogo será con el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), el doctor José Luis Corbo.

***

A raíz de estos hechos de violencia que ocurrieron en el fin de semana, el gobierno habla ahora de cambiar la ley sobre violencia en el deporte que se aprobó hace un par de años ¿usted qué opina?

JOSÉ LUIS CORBO:
Opino que sería necesario modificar algunos aspectos de la normativa vigente, para no sólo determinar mejores instrumentos de prevención acerca de este fenómeno instalado (lamentablemente cada vez con mayor profundidad en la sociedad), también para establecer un régimen punitivo que pueda cumplir con esa finalidad que toda norma punitiva debe cumplir, que es persuadir al que pretende infringirla de manera tal que sea otra herramienta al servicio de la neutralización de los actos de violencia.

EC – Por ejemplo ¿qué tipo de modificaciones habría que introducir en esta ley?

JLC – Primero tipificar algunos otros fenómenos que pueden considerarse tentativas o actos violentistas y por otro lado, que las sanciones que se establezcan para aquellos que violan las disposiciones en la materia tengan un efecto mucho más contundente del que ahora tienen.

EC – Usted habla de no dejar margen para ninguna actitud que roce la violencia en el entorno de los espectáculos de fútbol. ¿Ir casi que a un tolerancia cero?

JLC – La norma no va a cubrir todas las posibilidades que el comportamiento humano refleja de manera permanente, pero sí puede contribuir a que esos comportamientos se encaucen de una manera más normal para no atentar contra los bienes jurídicos que la norma tutela.

EC – Pero antes de cambiar la ley ¿no habría que aprovecharla en todo el potencial que hoy tiene? ¿no habría que hacerla cumplir en algunas disposiciones que quizás hasta ahora no se tienen en cuenta? Por ejemplo, no parece que se esté utilizando la herramienta recluir a los violentos en las comisarías durante los partidos.

JLC – Yo no quiero introducirme en un tema que escapa a lo que son mis responsabilidades, mis potestades y cometidos, ese es un asunto que está dentro del ámbito de las potestades y cometidos de la autoridad pública, que establecerá y determinará sus criterios de actuación.

Nosotros no escurrimos el bulto, aquí estamos ante situaciones donde hay corresponsabilidades sin ningún lugar a dudas, pero debemos tener presente que la mayor parte de estos hechos, de estas conductas o comportamientos de violencia se desarrollan generalmente fuera de los escenarios deportivos, a raíz o a consecuencia de espectáculos deportivos, pero fuera.

EC – ¿Por qué subraya eso?

JLC – Lo subrayo porque tanto en los episodios del día sábado en el estadio Charrúa, como los del día domingo en el Parque Central, no fueron dentro del escenario sino en el exterior de los mismos, donde naturalmente la AUF no dispone de facultades para actuar al respecto. Hay escenarios en los que quienes están legitimados para actuar no son los representantes o funcionarios de la AUF, sino quienes deben mantener y conservar el orden público.

EC – Usted está respondiendo a opiniones que –tengo entendido- circulan a nivel del gobierno respecto de una actitud de la AUF que, según se entiende, no es lo suficientemente activa en esta materia. Pero tengo un par de preguntas más a propósito de la ley. Por ejemplo, la Comisión Honoraria para la prevención de la violencia en el deporte, que se creó por la ley, tenía el cometido de elaborar un proyecto de reglamento general de seguridad en espectáculos deportivos, que después tenía que ser estudiado y aprobado por el Ministerio del Interior. ¿Ese reglamento se redactó?

JLC – La ley 17.951, que es a la que usted se refiere, establece toda una serie de disposiciones, es la norma vigente en la materia, instituyó esa estructura orgánica, esa comisión, con una serie de cometidos.

Yo le puedo decir que, más allá de la reglamentación precisa, hubo acuerdos en los integrantes de la comisión de la AUF a los efectos de crear las herramientas, los instrumentos e implementar mecanismos tendientes a neutralizar y erradicar eso que ya entonces, a la fecha de sanción de la ley, estaba de manera manifiesta en la sociedad y en los espectáculos deportivos.

EC – Pero lo cierto es que el reglamento general de seguridad en los espectáculos públicos no se ha redactado todavía.

JLC – No. Pero sí quiero decir que todos aquellos acuerdos en los que se establecieron múltiples medidas por parte de la AUF fueron cumplidos en su totalidad. Y diría más, la AUF, además de ser una entidad que está dentro del marco del derecho privado, desempeña una actividad de interés público y por lo tanto tiene también cometidos, deberes y obligaciones frente a la sociedad. Y cumpliendo con esas obligaciones y deberes en su oportunidad (como lo va a seguir haciendo), colaboró con la autoridad pública a través de la donación de determinadas herramientas técnicas, de detectores de metales, etcétera, además de aportar otra serie de elementos para procurar que se cumpliera la finalidad de la ley y preservar la seguridad en todos los escenarios.

Pero acá vuelvo a repetir y creo que esto es muy importante: nosotros no queremos hacer manifestaciones que establezcan determinaciones de tal o de quien como responsables de que estos episodios se sigan manifestando, hay corresponsabilidades.

EC – Está bien, hay corresponsabilidades, creo que esa es la sensación que tenemos todos. Pero al mismo tiempo continúa pasando el tiempo, continúan pasando los meses y los problemas no se solucionan, e incluso más de una vez uno tiene la sensación de que se agravan. Para cerrar uno de los temas que yo le había mencionado, ¿esta Comisión Honoraria sirve para algo en definitiva?

JLC – Sí, yo creo que sirve, porque hay representantes de todos aquellos que están vinculados de una manera directa e indirecta con los espectáculos públicos de carácter deportivo.

EC – Ayer en el programa Hora 25 de Radio Oriental habló, entre otras voces sobre este tema, la ministra del Interior, Daisy Tourné, y dijo: "no me gustan las comisiones de seguridad que no deciden nada ni tienen utilidad; nos hemos juntado varias veces, hablamos, somos todos amigos, pero no pasa nada y además quienes asisten no tienen poder de decisión". Hay un problema allí ¿no?

JLC - Eso es un problema de la ley, pero además es un problema de la concepción sobre lo que debe ser la actuación de la comisión. Este tema lo hablamos el otro día con la señora ministra y está bien, se puede cambiar la comisión, se puede cambiar su cometido, sus representantes, pero si hablamos de estos fenómenos de violencia en el deporte, no creo que sean excepcionales ni ajenos a los fenómenos de violencia en cualquier otro ámbito de la sociedad.

Es decir, vemos el incremento de la violencia en todos los escenarios. No es que particularmente en el deporte se da una tendencia extraordinaria o especial, sino que es parte de esa violencia que desgraciadamente está instalada a nivel universal, como fruto de toda una serie de razones (que no viene al caso en estos momentos estar expresando, pero que muchos las conocemos). Aquí hay un problema cultural que subyace y sobre lo cual la Asociación –se lo puedo asegurar– está aportando mucho, aunque lo está haciendo en silencio y anónimamente. Y eso no va a tener efectos ni consecuencias de un día para el otro, pero que somos conscientes de esa realidad y estamos trabajando para tratar de cambiarla, no tenga ninguna duda.

EC – Para ir dejando alguna conclusión, me preocupa el hecho de que hay una ley (que ya tiene dos años y medio) en cuyo alcance se confió en su momento, que creó por ejemplo una comisión... los uruguayos tendemos a crear comisiones a cada rato y también tendemos a ser escépticos con respecto a las comisiones, pero esta en particular parece no haber sido muy efectiva y vale la pena consignarlo. Por allí no estamos teniendo resultados...

JLC – Es una comisión que no está en la órbita de la AUF, que tiene un representante en una comisión integrada por muchos. Yo comparto con la ministra que los instrumentos que previó la ley no han dado los resultados esperados, pero ahí tenemos que modificar la ley y como la AUF no es ni el Parlamento, ni el Poder Ejecutivo, ni está en sus competencias el elaborar o sancionar leyes, vamos a esperar y vamos a dar ideas. La ministra sabe –no tiene ninguna duda- cuál es nuestro espíritu en la materia.

Habrá que modificar la ley o modificar las estructuras orgánicas para tratar de que se cumpla mejor los fines que esa misma ley o la que venga persigan.

***

EC – En alguna de las respuestas anteriores usted ingresaba en la explicación de lo que ha hecho la AUF, de qué manera ha contribuido en procura de soluciones al problema de la violencia en los espectáculos deportivos o en el entorno de los espectáculos deportivos. Pero hay algunas cosas que vemos que ocurren y ante las cuales parece que no se hace nada.

Algunos ejemplos: los barras bravas; hay barras bravas violentos, que están identificados y que siguen yendo a las canchas. Segundo: hay un manual de procedimientos de la AUF que prohibe que las hinchadas exhiban banderas del equipo rival o que contengan mensajes violentos o xenófobos, pero basta mirar a las tribunas para darse cuenta que una disposición como esa no se está haciendo cumplir.

Tercero: estamos viendo en los últimos tiempos algo que ha venido de la Argentina, una costumbre que pensábamos que era del otro lado, que es que en las calles aparecen pegados afiches de Nacional con consignas contra Peñarol o viceversa y que en las canciones de las hinchadas los cantos contienen letras cada vez más violentas.

¿No hay pasividad de las autoridades del fútbol ante ese tipo de hechos?

JLC - ¿Cómo usted las controla? ¿La AUF dispone de servicios de seguridad para detener a las personas que portan determinado elemento? ¿La AUF cuenta con recursos materiales o tiene potestades legales para detener a un ciudadano que está pegando un afiche en un árbol o en una columna? ¿La AUF tiene potestades legítimas o recursos suficientes para detener vándalos que en malón invaden los escenarios y pasan por arriba de su personal de recaudación? ¿Es potestad de la AUF prevenir o reprimir esos fenómenos?

EC – Es una pregunta interesante, usted dice que no ¿que no es potestad de la AUF?

JLC – Lo que pueden hacer los clubes y las dirigencias de los clubes es tratar de establecer directivas en lo interno, tratar de que no se promuevan este tipo de comportamientos; hacerlo mediante aquellos mecanismos que están a su alcance, pero cuando se producen esos fenómenos que escapan a todas las directivas, a todas las instrucciones, a todas las voluntades de la dirigencia ¿quién debe actuar?

EC – Usted está contestando implícitamente su propia pregunta, dice que tienen que actuar las autoridades públicas.

JLC – Creo que es una respuesta que está en el sentido común, nosotros no podemos hacer más de lo que legítimamente estamos habilitados para hacer.

La AUF puede crear mecanismos tendientes a que se tome conciencia de todo lo que está pasando; a que se adopten todas las medidas posibles en el camino de la persuasión; a que no se convoquen o no se reúnan más a individuos que se sabe que van a cometer actos de violencia, pero cuando eso refiere a actuar sobre los derechos individuales, sobre las libertades de traslación de la personas, ya no es la AUF ni su dirigencia la que puede actuar. Entonces pongamos las cosas en sus debidos ámbitos, determinando cuales son los roles de unos y de otros.

EC – Pero a nivel de las dirigencias de clubes ¿no se puede hacer más? ¿Y la AUF no puede forzar a los clubes a que por ejemplo saquen de las tribunas a los hinchas más violentos de sus barras bravas?

JLC – ¿Cómo puede un dirigente? ¿A usted le parece que puede ir a una barra brava y sacar a alguien cuando hay cincuenta tipos en una tribuna? ¿Lo saca con su cuerpito o con cuatro o cinco compañeros? No...

EC – En estas declaraciones que citaba, la ministra Tourné señalaba: "los dirigentes saben bien quienes son los violentos y hacen muy poco para alejarlos. Hace mucho tiempo que con Danubio y Cerro no tenemos problemas –decía la Ministra Tourné- y esas eran hinchadas difíciles, sin embargo los dirigentes lograron alejar a los elementos violentos. O sea que si se quiere se puede".

JLC – No tengo dudas de que en muchísimos casos el dirigente debe actuar para evitar que aquellos individuos que están identificados participen de los espectáculos; debe evitar que haya donación o entrega gratuita de entradas para aquellos individuos que ya están reconocidos como violentistas, como personas que van a generar comportamientos irregulares. Eso lo deben hacer los dirigentes y sé que en muchos casos lo han hecho, es lo que estamos pregonando permanentemente y tratando de que se cumpla. En eso no tengo ninguna duda y estamos totalmente de acuerdo con la ministra.

Pero también debemos tener presente que cuando se trata de espectáculos a los que concurren miles de personas, es muy difícil para cualquier dirigente poder controlar el comportamiento de todas esas multitudes o de parte de las mismas. La AUF, en ese sentido, está permanentemente actuando, estableciendo directivas, procurando que la dirigencia cumpla con los fines que debe cumplir cualquier institución deportiva.

Hay situaciones en las que –por eso dije que hay corresponsabilidad- esas directivas no se han cumplido por parte de los clubes, eso es absolutamente cierto, pero vamos a seguir actuando en ese sentido. Pero usted compartirá conmigo –como le decíamos el otro día también a la ministra– que cuando eso hay que imponerlo coactivamente, ya no está legitimada ni la AUF ni la dirigencia de los clubes para hacerlo, escapa a esos roles, no hay potestades para actuar de esa manera.

EC – ¿Usted se siente respaldado por el gobierno? ¿O en estos temas que usted ahora está explicando desde la posición de la AUF se está dando un choque de posiciones con las autoridades?

JLC – No, en absoluto, ningún choque. Al contrario, siento que el gobierno está actuando de la manera que corresponde actuar. El otro día, cuando fui invitado, tuvimos una extensa conversación con el presidente de la República en ejercicio, con la señora ministra del Interior, con el señor ministro de Turismo y Deporte, todos en aras de contribuir para ese fin común, para ese interés general en el que todos debemos estar comprometidos. Yo siento que el gobierno está tratando de hacer lo mejor posible para evitar esto, pero no es fácil, y la AUF va a prestar siempre su más decidida colaboración. Acá no hay enfrentamiento con nadie... a veces salen versiones periodísticas que no responden a la realidad, pero uno no va a estar permanentemente dando respuestas a versiones que no son verosímiles.

Lo que yo puedo decir con absoluta propiedad es que tanto por parte del gobierno, como por parte de la AUF, está el propósito común de tratar de adoptar todas las medidas que unos y otros tengamos a nuestro alcance para que esto no suceda más, pero no es fácil.

EC – ¿Qué le planteó el gobierno a usted?

JLC – La preocupación por todos estos elementos, estuvimos hablando del resultado eficaz o no de la comisión a la que usted se refería, las posibilidades de modificaciones legales en la materia, etcétera.

Yo le planteo el episodio de ayer: ¿es o no un acto de violencia lo que pasó frente a la AUF?

EC – Usted se refiere al grupo de hinchas de Nacional que marchó desde la sede de Nacional hasta la sede de la AUF para protestar por la quita de los puntos.

JLC – Sí, protestar y algo más, porque también hubo insultos... a veces no está la agresión física, pero hay otro tipo de violencia, y ¿la AUF qué hace? En este caso, cuando tuvo conocimiento de que se estaba preparando esto, se puso en contacto con la autoridad policial y se adoptaron las medidas, además de que se procuró que no hubiera la menor incidencia frente a los manifestantes.

Hay una violencia que -queramos o no- está instalada y no sólo en el ámbito deportivo, sino en todos los ámbitos de la sociedad, donde todos –y cuando digo todos son todos– debemos asumir cuáles deben ser nuestros comportamientos para tratar de que estos fenómenos puedan neutralizarse. Y cuando digo todos deben estar incluidos los agentes que directamente participamos en los escenarios sociales, pero también aquellos que hacen referencias a los acontecimientos que se producen en esos escenarios, y ver como los manejamos y ver si cada forma o cada estilo de información o difusión de eso es para atemperar o para incrementar.

EC – Lo que pasa es que apelaciones como las que usted está formulando en este momento, se han hecho en distintas ocasiones en estos últimos años. Es muy razonable que todos los involucrados en problemas como estos se reúnan, discutan y trabajen en soluciones, pero lo cierto es que transcurre el tiempo y las soluciones no se dan. Mientras que todos hemos visto que hay países donde vivieron inconvenientes de violencia entorno al deporte quizás hasta más serios que los nuestros (por citar un caso, el problema de los hooligans en Inglaterra), que lograron enfrentarlo y salir adelante. ¿Qué pasa, por qué acá no damos con la tecla? ¿Qué es lo que está frenando la instrumentación de una fórmula?

Desde la audiencia por ejemplo hay mensajes que consultan por qué no se contrata asesores que conozcan la experiencia internacional.

JLC – Porque en materia de asesores la autoridad pública cuenta con unos muy capaces y muy eficientes. Pero no es sólo asesorar al respecto, es que esos asesoramientos puedan ser implementados debidamente y se cuente con los recursos necesarios y suficientes para que puedan llevarse a cabo y yo le puedo decir que...

EC – ¿Es un tema de recursos entonces lo que está frenando las soluciones en Uruguay?

JLC – No. Digo que en algunos casos esos asesoramientos son para ser implementados en sociedades distintas a las nuestras y donde sí se puede contar con recursos tecnológicos que hoy no están al alcance de sociedades como las nuestras o de entidades públicas o privadas como las nuestras.

Pero además de eso, en el caso de los hoolingans, si bien se pudieron corregir muchos fenómenos de esa desatada violencia que era tradicional, en los escenarios de Inglaterra se producen y se siguen produciendo fenómenos de violencia inusitada, no es lo que nosotros vemos por televisión, hay que recabar bien la información. Y en los países desarrollados que cuentan con asesoramiento, con recursos, con medios, con políticas mucho más avanzadas que las nuestras, vemos todos los días los actos de violencia tremenda en escenarios deportivos... en Italia, España, Bélgica. Es decir que no es tan fácil la corrección de estos fenómenos.

EC – Pero han avanzado mucho, independientemente de esos inconvenientes que todavía se dan, es admirable ver jugar partidos en estadios donde no hay un tejido separando la cancha de la tribuna.

JLC – Claro que es así, no se lo voy a discutir, y lo es porque se aplicaron políticas por parte de la autoridad pública que quizás, como usted denominó anteriormente, eran de tolerancia cero. Esas políticas determinaron, con sus efectos no sólo represores sino persuasivos, que no se produjeran más aquellos hechos de violencia, pero eso –repito- no está en la órbita de la AUF, nosotros no somos los que legislamos y no somos los que aplicamos la legislación, somos los que gobernamos y administramos una disciplina deportiva a la que concurren multitudes. Pero el control de las multitudes no puede estar, ni debe, ni está a cargo de quien organiza esos espectáculos.

EC – Desde la audiencia hay oyentes que discrepan y que dicen que la AUF tiene algunas potestades. Por ejemplo, cuando ve que en una determinada hinchada aparecen banderas del otro cuadro –del cuadro rival- pueden adoptarse sanciones para el equipo al que representa esa hinchada.

JLC – Que venga la persona que plantea eso y conozca el reglamento, los estatutos, las disposiciones de la AUF y va a ver que es absolutamente imposible, porque eso afecta la expresión de derechos individuales, no está en nuestras manos. ¿Cómo vamos a sancionar a un club –que no está previsto en la normativa- porque un participante o dos o cinco lleven una bandera? Lo que debemos hacer es solicitar el auxilio de la fuerza pública para decirle "señor, ese es un comportamiento ofensivo a lo que es la manifestación deportiva, por favor haga retirar a esas personas o les sustrae la bandera". Pero no puede hacer más la AUF y lo hace.

Acá no se conocen muchas cosas porque nosotros no tenemos que estar haciendo apología de lo que hacemos y de lo que no, pero le puedo asegurar que es mucho más importante lo que hemos evitado que lo que hemos hecho.

***

EC – Esta pregunta que viene ahora no incluye para nada una justificación de los hechos violentos que se dieron en el Parque Central luego de que se frustrara el partido entre Nacional y Villa Española, pero creo que es importante saber qué dice el presidente de la AUF sobre la decisión del juez Líber Prudente al dejar sin efecto el partido porque Nacional no estaba en la cancha, en el césped mismo del Parque Central, en la hora fijada para el comienzo.

JLC – Antes que nada debo destacar mi respeto, mi consideración personal y profesional con relación al doctor Líber Prudente, que además ha traído como consecuencia un afecto especial hacia él. Lo que yo voy a expresar a título personal no va a rozar en lo más mínimo la valoración que tengo con respecto al señor y al árbitro Líber Prudente a quien tuve la oportunidad de conocer y dirigir en mi calidad de ex presidente del Colegio de Árbitros.

Pero voy a dar una opinión personal sobre el particular: de ninguna manera vamos a justificar los hechos de violencia desatados después que se suspendió el partido, algo que ha sido reconocido además muy valientemente por la dirigencia del Club Nacional de Fútbol, que tampoco lo justifica ni los admite. Y esto hay que destacarlo, ya que valora a un estamento de la sociedad que siempre es enjuiciado muy críticamente no sólo en los medios [...], que es la dirigencia del fútbol.

Las normas, y mucho más cuando se trata de normas punitivas, deben tratar de cumplirse con la mayor estrictez y rigurosidad posible para que se alcance la protección del bien jurídico que se tutela. En este caso hay una norma que trata de proteger como bien jurídico la regularidad y la seriedad de los espectáculos públicos, el comienzo en hora, etcétera. A veces se dan circunstancias excepcionales y extraordinarias en las que el cumplimiento estricto y riguroso de esa norma puede derivar en la lesión de un bien jurídico de categoría superior, por ejemplo, como en este caso, la seguridad personal.

Y voy a poner un ejemplo que no es mío, sino que lo recibí en las conversaciones y en las consideraciones de este tema; de acuerdo a la reglamentación y a las ordenanzas de tránsito usted debe –cuando está circulando por cualquier vía- respetar las luces de los semáforos y si está detenido en una esquina solamente puede avanzar cuando se enciende la luz verde. Pero en el momento en que usted está en condiciones reglamentarias de emprender la marcha, se cruza una persona de avanzada edad que no respetó esas luces. Entonces usted, en el cumplimiento estricto de la norma, dice "no, yo tengo la luz verde, voy a avanzar" y embiste a la persona. ¿Usted actuó en debido cumplimiento de la norma? En la respuesta a esa interrogante está de alguna manera la respuesta a la pregunta que usted me hizo.

Creo que aquí había un cumplimiento estricto del reglamento y bienvenido sea que así siempre se dé. Pero cuando se pueden configurar circunstancias extraordinarias o excepcionales porque ese cumplimiento estricto puede lesionar otro bien jurídico superior, creo que debemos por lo menos tener un instante de reflexión para ver si continuamos o evitamos provocar la lesión a aquel otro bien que es mucho más relevante en significación.

EC – Entiendo lo que dice, pero me quedan algunas dudas. Por ejemplo: ¿el reglamento dice que en un caso como el del domingo lo que hay que hacer es suspender el partido? Porque yo tengo a la vista el artículo 99 [del reglamento interno del Colegio de Árbitros] y lo que dice es que: Los árbitros deben hacer respetar estrictamente la hora fijada por los órganos competentes para la iniciación de los partidos, los que indefectiblemente tienen que comenzar a la hora estipulada. No admitiendo, salvo que dichos órganos lo establezcan expresamente, ningún tipo de tolerancia. Para ello los equipos serán prevenidos por el árbitro, oportunamente, a los efectos de su integración y formación para cumplir con el horario establecido". No está dicho qué es lo que pasa si el equipo no está efectivamente a la hora en la cancha.

JLC – Eso lo dice otra norma, lo dicen los artículos 72 numeral 1, 2 y 3 [del reglamento general de la AUF].

EC – ¿Esos artículos dicen que lo que hay que hacer es cancelar el partido?

JLC – Sí, dice si se suspende el partido, cuáles son las consecuencias, suspensión, sanciones deportivas, económicas, etcétera.

EC – Entonces voy a la pregunta de si lo que está previsto en el reglamento es racional o no, porque usted recién aludía a las consecuencias que puede tener una medida en un determinado contexto y sobre todo a consecuencias en materia de seguridad en este caso. Pero aún si no hubiese existido el riesgo de violencia (porque también es muy difícil de evaluar si va a haber violencia o no), una decisión como la del domingo obligaba a irse para su casa a miles de personas que habían pagado su entrada, que habían programado ese domingo, esa tarde, ése como su paseo, como su diversión, entonces ¿ahí no hay un bien a tutelar también?

JLC – Ese es otro bien a tutelar también, que además está protegido por disposiciones y ordenanzas municipales y reglamentos en materia de espectáculos públicos.

EC – La pregunta es si en el fondo no está mal el reglamento, si la sanción para un caso como el del domingo de una llegada tarde de unos minutos –no estoy hablando de un equipo que no entra a la cancha por supuesto– no debería ser de otro tipo. ¿No tendría que ser una sanción que no afectara al público?

JLC – Yo comparto con usted que hay bienes, en este caso de categoría superior, que había que proteger y que desgraciadamente la propia redacción normativa no lo permite, como la razón lo está determinando. Acá hubo un instructivo emanado del Colegio de Árbitros que le exigía a los árbitros la aplicación con la mayor rigurosidad posible de esta materia de comienzo de los partidos en la hora fijada, y el señor Prudente se remitió a la aplicación de ese instructivo, esas directivas del Colegio de Árbitros.

Seguramente habrá que modificar esta normativa, porque el derecho (como decía un gran maestro en la materia, el señor Carnelutti, que los que tenemos mediana formación jurídica sabemos a quien nos referimos) es la vida y hay que ir adecuando las normas a lo que los fenómenos humanos están determinando y no dejarlas esclerosadas y cristalizadas para que después no tengan nada que ver con lo que van siendo los comportamientos y las actitudes humanas.

Por eso hay que modificar esa normativa, hay que aplicarla mucho más adecuadamente a lo que es la normativa FIFA, donde no son los árbitros los que determinan estas posturas, sino que son inspectores y veedores, etcétera.

EC – En otros países ¿se suspende un partido en estas condiciones?

JLC – No, se suspende por parte del veedor o por parte de un inspector designado a tales efectos cuando se dan circunstancias muy excepcionales.

EC – Por eso, en un caso como éste de llegada tarde de tres, cuatro, cinco minutos el partido ¿no se juega?

JLC – En general yo diría que se juega, y por eso comparto con usted en que hay que tener presente esos otros bienes, no solo como el que dije yo de la seguridad y prevenir que eso podía desatar fenómenos de violencia, sino lo que significaba el costo de concurrir a ese espectáculo para mucha gente. Algunos nos han comunicado que venían del interior de la República especialmente, etcétera. Todas esas cosas, el ejecutor de la norma las debe tener presente en algún momento, porque no debemos transformarnos en autómatas.

EC – Sobre todo en un momento en el que se está tratando de que la gente vuelva al fútbol, que las familias vuelvan al fútbol.

JLC – Efectivamente esa es la realidad y no justifica ninguno de los episodios de violencia que después se manifestaron. No digo que esto fue inédito, porque tiene antecedentes en el fútbol uruguayo cuando hace muchos años el árbitro suspendió un partido de Sudamérica y Cerro por la misma razón, pero no había sucedido después de tantos años otro episodio igual y nos sirve a todos para aprender, para reflexionar...

EC – Usted entiende que hay que modificar el reglamento.

JLC – Hay que modificar algunas cosas y hay que modificar también la actitud con la que debemos aplicar las normas, eso es muy importante. Y aquí volvemos a un fenómeno cultural en el que la AUF (en todos los ámbitos en que puede tener potestades, roles o cometidos a cumplir) está procurando que se tome conciencia de cuales deben ser los mejores comportamientos. Para ello hemos celebrado un convenio (lo que demuestra cómo estamos colaborando y cómo el gobierno respalda los quehaceres de la AUF) por el cual el Ministerio de Salud Pública presta asistencia multidisciplinaria para los chicos y jóvenes de los distintos clubes afiliados a la AUF. Esto es tendiente a formar buenos deportistas y mejores personas, ya que esta asistencia multidisciplinaria trata de sicólogos, de médicos y cantidad de especialistas que procuran que, a través de los clubes y de quienes se integran a ellos, los jóvenes se formen para un comportamiento individual y social mucho mejor.

Y la AUF lo hace en silencio, con programas acordados con el Ministerio de Salud Pública. Estamos en ese camino, desgraciadamente no tenemos las herramientas ni las potestades para adoptar otro tipo de medidas, pero vamos a seguir contribuyendo y colaborando para que episodios de esta naturaleza no se den, porque nos lesionan a todos. Y desgraciadamente –y lo decimos en este caso de manera egoísta- el centro de imputación de las responsabilidades recae en que si se tuviera conocimiento acabado de las cosas no se debería hacer.

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Nota de redacción:

A continuación de la entrevista con el presidente de la AUF, en La Tertulia Ana Laura Rivoir, Gonzalo Delgado, Heber Gatto y Juan Carlos Doyenart abordaron el tema de la polémica desatada tras los incidentes del fin de semana.

En medio del debate, el doctor Corbo se comunicó con el programa para efectuar algunas aclaraciones que consideró necesarias. Este es el diálogo mantenido con los contertulios.