(Emitido a las 9:05)

EMILIANO COTELO:
"Ladrón ya formas parte de nuestras vidas". Así, con la palabra ladrón acompañada de signos de admiración, está titulado un aviso de 9 x 7cm, que se publicó el viernes y también ayer domingo en el diario El País en las páginas de información nacional.

El texto fue escrito por la víctima de un robo que está procurando comunicarse con el ladrón y le dice: "Robaste el 13 de setiembre a la hora 21:00 mi casa de Punta Gorda, rompiste la caja fuerte a marronazos, te llevaste dos laptops -Sony y Acer- más otras cosas. Estoy dispuesto a pagar más de lo que te pueden pagar en el mercado y de los impuestos me encargo yo".

Finalmente se ofrece un número de teléfono celular y una casilla de correo electrónico y se asegura absoluta reserva.

Que la víctima de un robo llegue a pagar para recuperar sus pertenencias es lamentablemente algo que ocurre con cierta frecuencia en nuestro país, pero en general a iniciativa de los ladrones. Sin embargo, no es habitual que la oferta venga de la víctima y mucho menos que venga a través de un aviso en la prensa.

Por eso este caso ha dado mucho que hablar este fin de semana y hasta ha tenido derivaciones a nivel parlamentario. Vale la pena entonces conversar con quien decidió tomar esta iniciativa tan original y tan riesgosa.

***

La persona que contrató este aviso se llama Rafael -eso lo suponíamos por la casilla de correo electrónico que se ofrecía al final del texto-, pero Rafael no tiene inconveniente en dar su nombre completo. Se trata de Rafael Guerra.

¿No le preocupa identificarse?

RAFAEL GUERRA:
No, evidentemente no. Ya lo he hecho y aparte es increíble porque ha trascendido, me han llamado desde Argentina inclusive.

EC – ¿A qué se dedica usted?

RG – Soy empresario inmobiliario en Montevideo.

EC - ¿Qué edad tiene?

RG – Más de 40... después de los 40 no cumplo más.

EC – Según tengo entendido usted y su familia estaban de viaje en el momento del robo.

RG – Estamos en este momento de viaje.

EC – Usted sigue ahora fuera del país, ¿dónde?

RG – Estoy en Brasil en Porto Galinhas.

EC – ¿Y cómo se enteró?

RG – Por mi cuñado que me llamó al celular. Yo había tomado la decisión de apagar el celular toda la semana, ya lo había acordado así con la empresa, con la familia, que se quedaran tranquilos pero que lo iba a dejar apagado, porque soy una persona de mucha actividad comercial y el celular de vacaciones pasa a ser una tortura.

EC – Pero...

RG – Pero por debajo de la puerta del hotel apareció una carta diciendo que nos comunicáramos con mi cuñado, y después todo lo demás.

EC – Su casa tiene sistema de alarma con servicio de respuestas.

RG – Correctísimo.

EC – Pero falló.

RG – Evidentemente.

EC – ¿Cuánto tiempo estuvieron dentro de la casa los ladrones?

RG – Se estima que más de tres horas.

EC – ¿O sea que usted tiene un primer problema con la empresa de seguridad?

RG – Ni hablar.

EC – Eso es un dato impresionante ¿no?

RG – Estremecedor, porque lo único que tienen que hacer cuando suena la alarma es ir hasta ahí y esperar en la puerta de la casa hasta que ubiquen a alguien relacionado con la familia o a nosotros mismos. Vamos, abrimos la casa y verificamos si hay algún problema. Pero eso no se dio así, los ladrones evidentemente tienen buen manejo de los sistemas de seguridad porque entraron e hicieron sonar la alarma, pero después la anularon y se quedaron adentro.

EC – ¿Los vigilantes fueron y no constataron nada?

RG – Nada y no se quedaron, se fueron. Acá hay un tema que no es menor, no tengo alarma con conexión telefónica, es por intermedio de radio. No vayan a pensar que simplemente cortando el cable de teléfono ya quedó la casa desprotegida, no, es alarma con radio.

EC – Es todo un tema de discusión el hecho de que se contrate un servicio de este estilo y después no funcione ¿no?

RG – Es frecuente en varios servicios en Uruguay, no solamente de esto.

EC – Yendo al aviso en sí, el comienzo del texto es bastante impactante. Dice "Ladrón ya formas parte de nuestras vidas". ¿Qué quiso decir con eso?

RG – Lo que quise es que el aviso se leyera. Tengo la ventaja de que como estoy en el rubro inmobiliario participo mucho en la elaboración de avisos para mi empresa, para que el aviso atraiga clientes. Entonces tengo cierta facilidad para eso y la apliqué para este tema. Dije "si pongo la palabra ladrón evidentemente va a llamar la atención".

Y que "formas parte de nuestra vida" estoy convencido, no por este hecho. Hace años que estoy convencido de que los ladrones conviven con nosotros.

EC - ¿Es por eso?... los ladrones forman parte de nuestras vidas, esa es la idea.

RG – Claro. En este caso le estoy hablando al ladrón puntual que entró a mi casa pero "formas parte de nuestra vida" es genérico.

EC – Usted declara que le robaron dos computadoras y otras pertenencias. ¿Qué valor especial tenían esos objetos que lo llevó a usted a tomar la iniciativa de una negociación con los ladrones?

RG – Valor en dinero, no mucho. El valor en afecto no se puede expresar, es demasiado fuerte porque uno se pone muy sensible y eso es lo que más me preocupó. Por eso decidí que el aviso era lo que mayor efecto iba a causar. Ningún ladrón iba a estar motivado a llamarme para venderme eso porque podía pensar "esto no vale nada" y ni siquiera se tomaba la molestia, de repente lo terminaba tirando o tratando de pasarlo por 50 pesos.

EC – La publicación del aviso tiene su costo, además va a estar el costo de lo que usted pague o esté dispuesto a pagar a los ladrones. Esta es una pregunta que han hecho varios oyentes en estas horas, ¿qué es lo que hay entonces en estos objetos? ¿Información por ejemplo?

RG – Hay dos cosas totalmente distintas. Afectos por un lado, son regalos que fueron recibiendo mi señora, mi hija y uno de mis hijos a lo largo de su vida. Son afectos, regalos personales de padrinos, de tías, del padre de mi señora que falleció el año pasado, o sea que son cosas que no tienen valor en dinero, tienen valor sentimental. Yo no soy una persona que le dé valor a ese tipo de regalos pero mi señora y mi hija sí, entonces más que nada esto es por ellas.

La información que yo perdí de las laptops la puedo recuperar pero me llevaría muchísimas horas de trabajo. Y mi hija había estado trabajando durante todo el año haciendo videos para sus amigas porque próximamente cumplen 15 años. A ella le encanta regalar esas cosas y tiene seis o siete meses de trabajo en su laptop con eso. ¿Por qué no pagar por ello si en definitiva? Si lo tengo que volver a hacer me va a salir mucho más caro en horas de trabajo.

EC – Yo le hago estas preguntas porque no es frecuente que la víctima de un robo resuelva publicar un aviso en la prensa dirigido a los ladrones. Todos hemos conocido algún caso de gente que negoció con los ladrones pero no a partir de un aviso en los diarios. ¿Por qué tomó esa decisión? ¿Usted ya había pasado por experiencias de este tipo? ¿Conoce amigos o familiares que hayan tomado este tipo de iniciativas?

RG – No, tal vez lo que a mí me facilita tomar la decisión es que estoy vinculado concretamente al diario El País y al Gallito Luis por mi rubro. Tengo acceso directo a todos los gerentes del diario y cuando me surgió la idea lo primero que hice fue llamar a uno de los gerentes y preguntarle qué le parecía y él me contestó que entendía que no había mayor problema, que si yo lo quería hacer estaba bien.

Y llamé a mi empresa, les dije "armen el aviso y mándenlo". No es que tuve que ir a una agencia, hacer una maratón o una carrera de obstáculos para lograr publicar el aviso. A través del celular, desde aquí de Brasil, en menos de un minuto y medio yo me quedé tranquilo que el aviso iba a salir publicado.

EC – ¿Y usted se asesoró con abogados sobre un paso como este?

RG – En decisiones como estas jamás me voy a asesorar con un abogado. Cuando los sentimientos están en juego no voy a ir a hablar con un abogado, voy a asumir mi responsabilidad como ser humano, pero voy a ir para adelante siempre.

EC – Se lo pregunto porque entre otras cosas hay quienes consideran que al pagarle a los ladrones usted podría estar incurriendo en el delito de receptación.

RG – Habrá que analizarlo y si estoy cometiendo un ilícito me haré responsable.

EC – Sería una receptación muy particular porque usted estaría pagando por objetos robados que casualmente le pertenecían a usted ¿no? Supongo que esto es discutible.

RG – Hay tantas cosas para resolver en nuestra Constitución y en el aspecto judicial de nuestro país que si me voy a poner a analizar desde el punto de vista jurídico esto evidentemente voy a perder todo. Entonces la decisión es si quiero recuperar las cosas o no.

Soy una persona mayor, de la parte jurídica me haré responsable. Espero que esto no sea tan grave como para que me genere un antecedente negativo, ojalá que genere un antecedente positivo desde el punto de vista de que tenemos que ser conscientes que tenemos un problema social muy grande en el Uruguay y que nos tenemos que empezar a hacer cargo.

No decir, como vi en la prensa, que la culpa la tiene la ministra del Interior. Eso es descabellado, esto es un problema que ya viene de 25 años para atrás.

EC – De eso, de las derivaciones políticas me interesa consultarle también. Pero antes han llegado una cantidad de preguntas y comentarios de los oyentes, por ejemplo, Leandro quiere saber si usted hizo la denuncia, porque si la hizo y puso el aviso está dificultando la investigación.

RG – Yo no hice la denuncia, la hizo mi cuñado. No sé lo que denunció y ni siquiera sé al día de hoy todo lo que me robaron en mi casa; tres horas debe haber dado para mucho.

En todo caso ampliaré la denuncia en su momento. Desde el punto de vista jurídico si antes de ampliar la denuncia recupero parte de las cosas, evidentemente no las voy a denunciar.

EC – En el aviso hay una frase particularmente enigmática. Usted dice "estoy dispuesto a pagar más de lo que te pueden pagar en el mercado y de los impuestos me encargo yo". ¿Qué es eso de los impuestos me encargo yo?

RG –  Soy empresario y mes a mes pago muchos impuestos. Hay una ironía en ese mensaje, como diciendo "uruguayos, vamos a avivarnos porque la verdad no da para más". No puede ser que los amigos de mi hija le comenten a mi hija que el otro día fueron a bailar y les robaron los celulares, las camperas, o sea, no da para más. Ya pasó a ser una moda esto de robar. No puede ser que cuando una abuela va a cobrar en el BPS 3.000 o 4.000 pesos haya un "chorro" para robárselos.

Es un tema cultural, es mucho más grave de lo que cualquier uruguayo se imagina. Nos calentamos porque la selección uruguaya no le gana a Ecuador y no nos calentamos por esto, es increíble.

EC – ¿Usted no cree en la actuación policial en estos casos?

RG – La gente no cree en la actuación policial. Por ejemplo, cuando la gente tiene cosas para desechar de sus casas -sillas, sillones- no piensa "che el otro día fui a hacer la denuncia a la comisaría y no tenía donde sentarme. ¿Por qué no le regalo al comisario las sillas, los sillones, la mesa, todo lo que vamos a tirar, la tele vieja? De repente les viene bien". Capaz que el policía dice "che, que bien la gente, vamos a defenderlos un poquito mejor". Creo que arranca por ahí. La gente no mira al policía como realmente es, pero el policía va a trabajar por dos "mangos" y pretendemos que nos cuiden. Yo con que agarren a los violadores y a los asesinos ya me quedo conforme, lo demás ya es un problema de la sociedad.

EC – En este caso, suponiendo que la actuación policial sea efectiva y que la justicia después también siga adelante, lo que en todo caso se conseguiría sería el procesamiento y la eventual condena de los ladrones. Lo que aparece difícil en estos casos es la recuperación de los objetos robados.

RG – Esa es la primera sensación, por eso pongo el aviso: la posibilidad de recuperarlos. Saber que el valor no es muy importante en el mercado, o sea que llevarlo a un reducidor no le va a dar mucha plata, es lo que me motiva a poner el aviso. Sino la persona después que robó desecha lo que robó porque dice "esto no vale nada, ¿para qué lo quiero?". Pero si yo pongo el aviso se entera que estoy dispuesto a pagar y va a decir "bueno tengo la oportunidad de hacerle algún peso más" y mi señora y mis hijos de recuperar los afectos, es el objetivo de esto. Y recuperar las horas de trabajo que tendríamos que reinvertir para las cosas que tenemos dentro de las laptops, pero no es lo que nos quita más el sueño.

***

EC – Ahora voy a otro tipo de preguntas que también aparecen entre los oyentes. "¿No cree que al proceder de esta manera también se está exponiendo a nuevos riesgos, por ejemplo cuando se produzca el contacto con los ladrones, si es que se produce? ¿No le preocupa terminar herido?"

RG – Es evidente que uno pensó eso, pero me voy a quedar siempre con la esencia del ser humano. Yo creo que tener un ladrón de frente no implica tener un asesino, me parece que son dos cosas totalmente distintas.

Creo mucho en el destino, creo mucho en mis convicciones como ser humano y si el destino me depara eso habrá sido un error de mi parte. Creo que debemos tener precauciones cuando tomamos unas copas y salimos a manejar, cuando hacemos un montón de otras cosas y no cuando intentamos recuperar algo que tiene un valor afectivo. Creo que si evaluamos el riesgo con una calificación hay mucho menos riesgo que salir a manejar borracho.

EC – Y hay otros riesgos ¿no? De algún modo usted estaría sentando un precedente -el de ofrecer dinero por sus objetos robados- con lo que usted también se expondría a que volvieran a robarlo para volver a negociar con usted la devolución. ¿Cómo ve esa otra parte de la cosa?

RG – Yo ya tomé mi decisión por el lado de los valores. Soy una persona que no le gusta tener muchos valores en su casa, de hecho no soy un consumidor de valores, por ejemplo los cuadros y esas cosas no me interesan. Me gusta el arte, pero entiendo que lamentablemente –y no me quiero tirar a los artistas en contra- pagar una fortuna por un cuadro para tenerlo colgado en la casa con el riesgo de que se lo roben no tiene mucho sentido. Los cuadros son espectaculares pero a veces valen mucho dinero y se crea un mercado negro con su robo.

Entonces yo voy a tomar mis precauciones desde el punto de vista de la seguridad de mi hogar evidentemente, pero la precaución más grande que voy a tomar es no tener valores dentro de mi casa ni en mi vida personal, valores que puedan estimular a un ladrón a sacármelos.

Evidentemente, si me vuelven a robar lo afectivo no voy a tomar la misma medida. Creo que hasta este momento tenemos una sensación a nivel familiar de distensión por el hecho puntual de que sabemos que con este aviso hicimos lo máximo posible para sentirnos bien con nosotros mismos. Podemos decir "bueno no fue que dejamos tiradas las cosas que nos regalaron, no fue que abandonamos todo eso afectivamente porque nos fuimos de viaje, no. Cometimos un error, no nos protegimos lo suficiente como para que no entraran". Tal vez no contratamos la empresa de seguridad más profesional -no sé si hay una más profesional en el Uruguay- desconocemos muchas cosas, pero sí hicimos un esfuerzo máximo que trasciende, entonces nos sentimos más tranquilos.

Queremos recuperar las cosas, pero creo que si no las recuperamos la tristeza no va a ser tan fuerte porque logramos un mecanismo que nos distiende y nos relaja un poco.

EC – Desde la audiencia, por ejemplo, Graciela dice:"La delincuencia pasa a ser un excelente medio de vida si te pagan con creces por devolver lo robado". Como que usted podría estar generando un nuevo tipo de delincuencia o un mejor negocio con la delincuencia con iniciativas como esta.

RG – Tenemos que ser objetivos, la delincuencia convive con nosotros. Acaba de llegar un bancario del extranjero que está siendo indagado porque un montón de uruguayos perdieron 800 millones de dólares en sus ahorros. Entonces ¿de qué estamos hablando? ¿Yo soy el culpable de esto? No, de ninguna manera, los culpables somos todos los uruguayos, es el ser humano, es su esencia. Cada vez que vemos un niño pidiendo en una esquina y no atendemos ese caso estamos alimentando la delincuencia para el futuro. No tiene nada que ver lo que yo hice, yo estoy intentando recuperar afectos -y pagar por eso, es verdad- pero no estoy generando más delincuencia.

De lo que me voy a encargar es de explicar en mi zona de influencia, a mis amigos, todo lo que entiendo que tienen que hacer para que nos los roben. Si la gente se cuida bien y no se "regala", tal vez el ladrón ya no esté tan estimulado a robar. Si no está tan estimulado a robar porque es difícil, tal vez bajamos la delincuencia, pero tenemos que ser todos los uruguayos. En la medida en que no nos cuidemos nos van a seguir robando y esta modalidad se va a hacer más frecuente.

EC – Su aviso ha tenido derivaciones políticas varias. Por ejemplo, el diputado del Partido Colorado, Daniel García Pintos, cursó un pedido de informes al Ministerio del Interior para conocer cómo reacciona ese ministerio ante un anuncio como el suyo. También se pregunta hasta qué punto incidió en su decisión de publicar el aviso el caso de la fiscal Mirtha Guianze, que en el mes de mayo –se sabe- decidió negociar directamente con delincuentes para recuperar un teléfono celular que le habían robado y que contenía información –una agenda de teléfonos- muy valiosa. En su momento generó polémica que una fiscal entablara una negociación con un ladrón por un celular. ¿Usted imaginaba este tipo de repercusiones?

RG – No y me parece lamentable. Tengo que ser totalmente sincero, me parece lamentable que un político que nos está cobrando por estar donde está se preocupe cuando sale un aviso en la prensa. ¿Por qué no se preocupa antes de todos los ladrones que hay? ¿Es la ministra del Interior? No, él eligió ser político, él está cobrando por ser político, que se haga cargo de este tema. Pero no porque yo pongo un aviso va a hablar con el Ministerio del Interior. Yo quiero recuperar diez cadenitas y cuatro monedas, no pueden hacer política con esto. Si quieren hacer algo que trabajen, que resuelvan el tema, ellos eligieron estar donde están.

La gente los votó, les depositó su confianza, no le depositó la confianza para que le preguntaran a Rafael Guerra o al Ministerio del Interior qué había hecho con este aviso, es un aviso de prensa.

EC – ¿Usted conocía el caso de la fiscal Mirtha Guianze? ¿Pesó de alguna manera a la hora en que usted resolvió lo suyo?

RG – Lo conocía. Conozco cientos de casos de "transas" de dinero por cosas robadas, pero no de ahora, de cuando era un adolescente. Hace más de veinticinco años que estamos en democracia, se suponía que con la democracia íbamos a mejorar un montón de cosas, y a nivel social cada vez estamos peor.

¿Qué me importa lo que hizo la fiscal? Ella necesitaba su celular, andá a saber cuántas horas de trabajo invirtió en él. ¿No valen nuestras horas de trabajo?

¿Sabes el trabajo que da tomarse diez días de vacaciones con tu familia? Poder compartir cosas íntimas, tener tiempo para dedicarle a los niños, justamente para que en el futuro no se vean estimulados por cosas negativas, que la sociedad uruguaya alimenta permanentemente.

Me indigna que la política se meta en esto. Si se meten que se metan a fondo pero para hacer cartel no, la verdad que no. No les autorizo a usar mi nombre -y lo quiero dejar bien claro- no autorizo a ningún político a usar mi nombre para darse cartel.

EC – ¿Ha tenido ya alguna respuesta de parte de él o los ladrones?

RG – No, hasta el momento no.

EC – Porque también he escuchado decir que este tipo de ladrones no leen los diarios.

RG – Esto trascendió, me llamaron de Argentina y hay gente que me comunicó que el tema se había conversado hasta en Colombia. Los ladrones están enterados y también hay un hecho puntual, yo no estoy en el país, eso complica un poco la situación. No voy a darle mucha más trascendencia. [A partir] de mi llegada al Uruguay veré si se resuelve el tema 24 o 48 horas después. De repente el ladrón tiene un corazón enorme y dice "la verdad metí la pata, le voy a tirar por debajo de la puerta las cadenitas..." y la historia terminó ahí.

Ya que esto trascendió tanto -y más allá de las repercusiones legales y todos esos cucos que toda la vida nos dicen-, de repente el ladrón tiene un gran corazón, me tira las cosas por debajo de la puerta y simplemente se da cuenta de que lo que está haciendo no está bien, y ojalá no lo vuelva a hacer. De repente es un drogadicto que lo necesita porque la sociedad no se encarga de él y no puede aguantarse, entonces encontró una solución a su adicción, no lo sé, no sé quién es el ladrón.

EC – Aclaro también que desde la audiencia hay mensajes de oyentes que entienden la situación y comparten los pasos que tú has dado. Menciono dos ejemplos. Adrián de Malvín dice: "Cuando compramos cosas sin preguntar mucho, por ejemplo en Mercado Libre, de algún modo somos también facilitadores del robo ya que este tipo de situaciones existe". Teresa de Maldonado dice: "Nadie que no haya pasado por una situación similar puede cuestionar la decisión de Rafael" y te manda su deseo de suerte.

RG – Le agradezco mucho.