Sobre accidentes en las rutas
Como en ocasiones de producirse accidentes de tránsito protagonizados por camiones de transporte o por ómnibus, es usual que en el programa que usted dirige se ocupen del tema, lo cual es positivo, me gustaría hacerle llegar mi aporte, en mi calidad de familiar directo de un chofer de empresa transportista de cargas.
Como se ha reiterado una y otra vez, la mayoría de esos accidentes se originan en una momentánea pérdida de conciencia del conductor, producida por el cansancio o la falta de sueño. Y en esas oportunidades se escuchan las voces de quienes reclaman por que no se les permita a los choferes efectuar tan largas jornadas de trabajo, como si a ello los llevara un afán desmedido de lucro. Incluso en los últimos días he oído expresiones sobre la falta de idoneidad de muchos conductores, que no dudo que en algunos casos sea cierto, pero en la mayoría de ellos no es así.
Para el manejo de un camión de carga pesada, de varios ejes, de un camión porta-contenedores, etc., las empresas exigen, además de experiencia, libreta profesional que lo habilite e incluso certificado de autorización para traslado de cargas peligrosas, para lo cual es necesario que el empleado haga el curso correspondiente.
Lo que sucede, y aquí está el nudo de la cuestión, es que la remuneración que percibe el conductor por su trabajo es insuficiente, no está acorde con la responsabilidad ni el riesgo de su tarea ni con el capital que maneja. Salvo excepciones, un obrero del transporte de carga percibe $ 30 (Treinta pesos) por hora trabajada y recién después de las 8 horas comienza a cobrar el doble por cada hora extra. Esta situación es la que obliga a los choferes a realizar por lo menos entre 12 y 16 horas por jornada para lograr un ingreso medianamente aceptable.
Hay ocasiones también, en que luego de una jornada de 10 o 12 horas y tras un breve descanso, un chofer deba realizar un viaje de toda la noche, al cabo del cual se reintegra a su trabajo diurno, con lo que se completan prácticamente 48 horas ininterrumpidas de trabajo, durante las cuales y en el mejor de los casos, al sobrevenirle el sueño y el cansancio, saca al camión de la ruta para dormir por dos o tres horas. Si le toca trabajar en el Puerto, aprovecha las largas esperas para cabecear un sueño y esto también nos lleva al tema del por qué nadie protesta ni se hacen gestiones para que se agilicen los trámites evitando las endémicas colas: el costo/hombre de espera por camión es totalmente ridículo sobre lo que significa en lo económico cada viaje para el empresario.
Por último y si no entendí mal, ayer escuché que las empresas transportistas de carga poseen en total 15.000 camiones y un número similar de choferes contratados. A nadie se le puede ocurrir que los vehículos van a estar funcionando durante 8 horas y parados las otras 16, por lo que es más que obvio que los conductores deban realizar jornadas muy superiores a las 8 horas. Si la renumeración fuera la adecuada, los obreros podrían optar por hacer más horas (la jornada de 8 horas ya es pasado) o las empresas tendrían que contratar más turnos de empleados.
Tienen la palabra las empresas, los sindicatos y el Ministerio de Trabajo.
Agradece su atención y lo felicita por el Programa,
Olga, de Pocitos.