Entrevistas

Prato: lo más urgente en Aduanas es "que todo el mundo cumpla con su trabajo"

Prato: lo más urgente en Aduanas es "que todo el mundo cumpla con su trabajo"

El profesor Ricardo Prato, nuevo director nacional de Aduanas, dijo a En Perspectiva que la cantidad de compartimientos estancos es uno de los problemas más grandes que tiene el país. En este sentido, resaltó la idea de "coordinar absolutamente todo con el Ministerio del Interior y con otras organizaciones vinculadas con la seguridad del Estado y la defensa nacional", pero agregó que "es imposible controlar todo lo que entra y sale". Destacó que lo más urgente en la Aduana es que todos cumplan con su trabajo, aunque aclaró que eso "es una aspiración que no se realiza instantáneamente".

(Emitido a las 8.55 horas)


EMILIANO COTELO:
La Aduana es un organismo relevante en la estructura del Estado uruguayo. Juega un papel fundamental en la fluidez del intercambio comercial y recauda la cuarta parte de los ingresos fiscales.

Por eso los debates en torno de la Aduana deberían estar centrados en su modernización y en la mejora de su eficiencia. Sin embargo, en general cuando la gente habla de la aduana no se refiere a esos temas, sino a contrabando y corrupción.

Este momento no es la excepción. La Justicia penal acaba de procesar con prisión a 11 funcionarios aduaneros y sin prisión a un asesor de la Dirección y a 25 despachantes de aduana.

Con ese telón de fondo, ayer cambió el director nacional de Aduanas: se alejó Luis Salvo y asumió en su lugar Ricardo Prato.

¿Qué perfil tiene Prato? ¿Cómo se parará frente a las irregularidades? ¿Cuál va a ser la impronta de su gestión?

Vamos a conversarlo con él.

***

EC - A comienzos de este mes, cuando se conoció que usted iba a sustituir al capitán Luis Salvo, el diario Últimas Noticias lo definió así: "Leal a Vázquez, socialista, incorruptible y con mentalidad de milico". ¿Usted se ve a sí mismo así?

RICARDO PRATO:
La gente hace una generalización muy grande con eso de la mentalidad "de milico". Si cuando alguien es recto y hace cumplir las normas jurídicas vigentes, como me ha tocado hacerlo en la Intendencia, se dice que tiene mentalidad de milico, es un problema de valoración. La expresión "mentalidad de milico" es una forma despectiva de referirse a unos funcionarios públicos que tienen una tarea muy complicada y que, sí, a veces tienen algunas rigideces para resolver las cosas, porque están sometidos a una jerarquía y no tienen ninguna posibilidad de discutir las órdenes, y hay que cumplirlas. En ese sentido quizá me parezca.

EC - Ubiquemos algunos antecedentes suyos. Usted tiene 63 años de edad, pertenece al Partido Socialista, es profesor de Educación Física; ¿trabajó en esa profesión?

RP - Vamos a corregir la información. Yo no soy profesor de Educación Física, yo estudié para profesor de Educación Física, pero nunca me recibí. Sí trabajé, porque al no existir reglamentación de la profesión, cualquier estudiante avanzado –y yo terminé los cursos de tercer año del Instituto– podía trabajar, y trabajé en varios colegios, trabajé en la Asociación Cristiana, hasta que me dediqué al arbitraje en handball, que fue mi último contacto con la educación física, en el año 95.

EC - Se hizo conocido durante el primer gobierno del Frente Amplio (FA) en la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM), en 1990, cuando el intendente era Tabaré Vázquez y usted desempeñaba el cargo de director de Inspección General de la IMM. ¿Aquella fue una designación política?

RP - Yo soy funcionario de carrera de la Intendencia. En aquel momento tenía la jerarquía correspondiente, y la decisión, que puede haber sido política, fue encargarme de un servicio que estaba intervenido y en manos de alguien que de repente el señor intendente en aquel momento entendió que no era la persona más conveniente. Después tuve que concursar para el cargo, cuando lo terminaron de definir claramente, y gané el concurso.

EC - En aquella época usted tuvo varios momentos de protagonismo cuando se encaró la regularización de los vendedores ambulantes en el Centro de Montevideo. Fue por aquella gestión que comenzaron a decirle "el sheriff". ¿Qué le dejó aquella experiencia?

RP - Me tocó hacer cumplir la normativa de la venta callejera. No sé de dónde salió eso del sheriff, porque no es precisamente lo que me decían. Quizá no me llamaban con ese nombre pomposo, generalmente me decían alguna otra cosa...

EC - ...Digamos que no eran elogios, precisamente.

RP - No eran elogios, precisamente. Hicimos cumplir la norma, una norma discutida entre todos los actores que tenían que ver con el tema, una disposición de la Junta Departamental de Montevideo que contó con el beneplácito de comerciantes, vendedores y la población en general. Había que ordenar un desastre, de 1.100 vendedores callejeros en 18 de Julio quedaron 130, y hoy no quedan ni siquiera la mitad. Hubo que ordenar, que era lo que necesitaba la ciudad.

EC - En ese cargo de director de Inspección General estuvo 17 años.

RP - Estuve 16, de 1991 a 2007.

EC - Hasta agosto de 2007, cuando pasó al Ministerio del Interior (MI) como asesor de la ministra Daisy Tourné en políticas de seguridad y conocimiento institucional. ¿Hay que entender que ya en la IMM se había dado una reconversión desde los temas de inspección a los temas de seguridad?

RP - El señor intendente me había encomendado que yo fuera el enlace con la Policía, que es un soporte importante para el trabajo, es la prestación de garantías a los funcionarios en la custodia de edificios, en la realización de eventos, y eso me llevó a conocer más el tema de la seguridad pública. Y en tanto en otros países existen policías municipales, estaba en el aire la idea de que hubiera una policía municipal en Montevideo. Eso me llevó a informarme y formarme en esa perspectiva.

EC - ¿Lo sorprendió el ofrecimiento de la Dirección Nacional de Aduanas (DNA)?

RP - Me sorprendió a medias, ya había tenido algún atisbo de que era una posibilidad, pero en principio la idea era que por ahora no me retirara del MI. Yo había viajado al exterior, y cuando regresé supuestamente iba a integrar la comisión de apoyo a la DNA, que ayer anunció el señor ministro, pero dos días después me dijeron: "Mirá que no vas a la comisión, vas de director".

EC - ¿Quién se lo dijo?

RP - El señor ministro de Economía.

***

EC - Usted decía que hace unos meses ya tenía señales de que alguna responsabilidad vinculada con la aduana le venía, aunque no necesariamente con la DNA. Pero cuando el ministro lo llamó y le ofreció el cargo, ¿qué le pidió exactamente?, ¿para qué lo buscó a usted?

RP - Me pidió para que continuara impulsando la reforma de la Aduana, el proyecto de modernización de la Aduana, que tenía retrasos –ayer yo mencionaba que algún organismo internacional nos ha pasado algún rezongo por no cumplir los plazos–, y me habló de que en lo posible había que tratar de mejorar la imagen de la Aduana, que está muy descaecida.

EC - ¿Usted tiene una opinión, tiene una evaluación hecha de la gestión de su predecesor, el capitán Salvo?

RP - No; tengo información de las cosas que están proyectadas para la modernización de la Aduana, que todavía están muy retrasadas en el cumplimiento. Yo no puedo evaluar si eso se debe a la gestión de Salvo o a las dificultades inherentes a cualquier cambio en cualquier organismo del Estado.

EC - Pero, por ejemplo, a propósito de las irregularidades que están arriba de la mesa y en el debate, ¿ha logrado conformarse una composición de lugar, una idea de por qué han ocurrido estas cosas?

RP - Las irregularidades generalmente suceden por falta de controles. Si hay planes para llevar adelante y no se controlan, puede pasar cualquier cosa. Planificando y controlando lo planificado, supuestamente no deberían producirse desvíos.

EC - En estos días se ha hablado mucho de su fama de "incorruptible". Incluso usted mismo hizo mención a esa fama ayer en el discurso cuando asumió, dijo: "Mi fama de ser incorruptible no se construyó con palabras, se construyó con hechos. Yo no pienso tirar por la borda 45 años de trabajo recto porque algunos quieran hacer alguna cosa mal y me quieran involucrar". ¿A qué aludía con eso de que "algunos quieran hacer alguna cosa mal y me quieran involucrar"?

RP - Es evidente que cuando uno trabaja en un cargo en el cual existen posibilidades de mirar para el costado... Hay un titular hoy en un periódico que habla de la "vista gorda"...

EC - ...Es el título de Brecha hoy, que revela detalles del expediente judicial sobre la aduana. "Vista gorda" es el título sobre una foto del capitán Salvo. Y añade: "Testimonios señalan que Salvo conocía las maniobras. Su ex asesor lo confirma, todo era puesto en conocimiento del director nacional".

RP - Yo nunca hice la "vista gorda" con ningún problema de los que me pasaron por delante. Al contrario, generalmente fui bastante tenaz en que si algo no estaba bien, se corrigiera. Siempre hay alguno que tiene algún amigo, algún amigo de un amigo que te conoce y de repente te plantea la posibilidad de que mires para otro lado porque ese amigo se lo pide. Conmigo eso no camina, no funciona.

EC - La aduana enfrenta uno de sus problemas más graves con este caso de las "propinas" que recibían funcionarios del Aeropuerto de Carrasco de despachantes. Hay toda una discusión a propósito de cómo funcionaba esto, si era una extorsión, si los funcionarios amenazaban con trancar un trámite de un determinado producto que ingresaba o salía si no se les pagaba esa propina. Y también se discute si el despachante tenía opción o no, porque también está la otra interpretación, que los despachantes formaban parte de toda esa maquinaria. Ese es el caso que está arriba de la mesa.

El director anterior, Luis Salvo, intentó hacer cambios de jerarcas para mejorar el problema. ¿Cómo piensa encararlo usted? Se lo pregunto porque quizá estas no sean de las cosas más graves que la gente imagina a propósito de la aduana, pero todos habíamos escuchado hablar de esto o habíamos conocido ejemplos. Entonces, ¿cómo piensa manejar esta parte?

RP - En principio, la actividad de la aduana viene de muchos años atrás y nunca se puso a tono con las necesidades de los tiempos actuales. Yo ayer comentaba con unos asesores y con gente de Aduana que antes de la época de los contenedores cuando venía un barco tenía que estar atracado a muelle dos o tres días porque tenían que descargar las cosas con grúas, bultos y cosas por el estilo. Había mucho tiempo para hacer los trámites, mucho tiempo para hacer las cosas, en definitiva todo el mundo sabía que un barco pasaba tres días en el puerto y eso daba tiempo para que los trámites –quizá no todos imprescindibles– se hicieran sin ningún inconveniente.

Ahora cuando viene un barco a puerto es prácticamente "toco y me voy", paso, descargo equis cantidad de contenedores y salgo a la carrera, y los pasos aduaneros que existen quizá no sean los más adecuados para la época. Ahí se produce un contacto entre funcionarios y usuarios que están preocupados por que su mercadería salga rápido, y si se quieren llevar adelante los pasos de los actuales procedimientos aduaneros, puede terminar mal.

Uno de los puntos del proyecto de modernización es ver si todos los pasos que actualmente se dan son estrictamente necesarios, si algunos controles no se pueden realizar a posteriori para evitar el contacto físico entre usuarios y funcionarios, sobre todo porque la tecnología actual, la informática, permite resolver esas cosas de otra manera.

EC - ¿Esa es la solución?, ¿evitar el contacto físico entre el usuario y el funcionario? Seguramente muchas personas vinculadas con el comercio exterior se estarán preguntando, ante el cambio de director, cómo se hará, cómo sabrán que de ahora en adelante se terminó el tema de las propinas, que de ahora en adelante los trámites van a ser los que tienen que ser.

RP - Eso está dentro del proyecto de modernización, se están estudiando los procedimientos, la normativa, y eso nos va a dar fórmulas para cambiar cosas que de repente son innecesarias. Había –y hay todavía– toda una tradición en la aduana de que toda la mercadería debe ser prácticamente tocada por algún funcionario para ponerle un sello, para hacer algo. Y a esta altura del partido, con la información que llega previo a que el contenedor llegue al puerto o al aeropuerto, a los puntos de ingreso al país, ya se puede saber qué es lo que hay, en qué casos hay el riesgo potencial de que no sea lo que dice ahí, y existen métodos no intrusivos para revisar las cargas y detectar si cumple o no con lo que se dice que se trae.

EC - Pero a corto plazo, a partir de su designación y como decisiones políticas, ¿qué puede hacerse?

RP - Asegurarse de que los trámites se cumplan en plazo, poner el énfasis en eso.

EC - Pero por ejemplo, ¿usted va a tener inspectores para controlar eso?

RP - Hay que pedirle al personal jerárquico que haga las cosas que tiene que hacer, por ejemplo controlar. Yo no te puedo decir hoy que no lo estén haciendo, quiero ver cómo funciona.

EC - ¿Qué va a pasar con los despachantes de aduana que han sido procesados? Se exponen a que se les retire la licencia para operar como despachantes, según la legislación vigente.

RP - El procesamiento es el principio del trámite judicial; no necesariamente deben ser sancionados por ser procesados. Es a partir de la condena que surge la perspectiva de que puedan ser sancionados y eventualmente suspendidos en su calidad de despachantes.

EC - Usted da esto como criterio firme y resuelto: en este momento no va a haber ninguna resolución con respecto a las licencias de estos despachantes, hay que esperar que siga el proceso, hasta el momento en que eventualmente haya condenas. Si no hay condenas, las licencias se mantienen vigentes.

RP - La normativa que rige a los despachantes, tanto legal como mediante decretos, establece eso. Ya lo hemos consultado con el señor ministro de Economía, y así va a hacer.

***

EC - ¿Qué va a pasar con la comisión de notables que se creó hace pocos meses para recibir denuncias de corrupción en la aduana?

RP - Por mi parte –lo conversé muy por encima con el señor ministro de Economía– la idea es que continúe.

EC - ¿Va a seguir funcionando? ¿Es realmente necesaria una comisión?

RP - Una comisión o algo que analice las denuncias anónimas o no que puedan llegar...

EC - ...¿Por qué no las analiza usted, directamente, por ejemplo?

RP - Porque lleva mucho tiempo, es una tarea que puede insumir un tiempo que se necesita para otra cosa. La experiencia del MI con el 0800-5000 es muy buena, sirve que alguien separe la paja del trigo, y vea de dónde vale la pena seguir adelante las investigaciones y dónde son temas que de repente cuando se acumulen sobre la misma situación darán lugar a una investigación. Que haya un grupo de gente que analice con tiempo las denuncias y eventualmente recibe a los denunciantes, facilita las cosas para indicar los cursos de acción.

EC - ¿Qué cambio es el más urgente en la Aduana? ¿Ya tiene una definición en ese sentido?

RP - No, todavía estamos en la etapa de informarnos. Lo más urgente puede ser que todo el mundo cumpla con su trabajo, pero eso es una aspiración que no se realiza instantáneamente.

EC - Por ejemplo, el ex director Luis Salvo decía que el alto promedio de edad de los funcionarios (54 años) impedía ser más efectivo en el control del contrabando. Usted dice que el promedio es aún más alto.

RP - Según la información que yo tengo, el promedio está entre 57 y 59 años.

EC - Salvo decía que ese alto promedio de edad impedía ser más efectivo en el control del contrabando. ¿Qué se piensa hacer para mejorar ese lastre?

RP - Primero, no creo que los funcionarios viejos sean un lastre...

EC - ...Me refería al problema que implica un promedio de edad tan alto.

RP - El tema es que no hubo autorización para renovar personal. Ahora existe alguna posibilidad de llenar algunas vacantes. En la Rendición de Cuentas hay una norma que promueve el retiro incentivado de funcionarios, lo que va a generar más vacantes. Hay una pequeña ventana hasta el 1º de marzo para hacer nuevos ingresos. Quizá no se necesiten los 1.700 funcionarios que tenía antes la Aduana, pero con 1.100 hay cosas que no se pueden hacer.

EC - El capitán Salvo tuvo dificultades en la relación con los funcionarios, en los últimos meses desde el sindicato pedían, lisa y llanamente, el relevo. ¿Qué piensa hacer en ese plano, el vínculo con el sindicato de funcionarios?

RP - Si no me equivoco, hoy mismo tengo una reunión con la gente del sindicato. Yo soy trabajador, conozco la problemática de los trabajadores, y teniendo oídos se puede llegar a ver cuáles son los temas que realmente importan; teniendo en cuenta, por un lado –los trabajadores lo saben–, que en este momento ya hay disposiciones presupuestales que no van a poder ser modificadas hasta dentro de dos años.

EC - ¿A qué se refiere?

RP - Ya se terminó la Rendición de Cuentas, los temas salariales, por ejemplo, en este momento están fuera de discusión. Seguramente podremos mejorar algo en condiciones de trabajo, en infraestructura, en equipamiento, hacer cumplir las disposiciones sobre la carrera funcional que puedan estar retrasadas, todas esas cosas que se pueden realizar entre un sindicato que defiende sus intereses y una dirección nacional que administra correctamente la tarea.

EC - Paso a otro de los frentes que hacen que la aduana dé que hablar. Desde la Policía siempre se han señalado dificultades para coordinar con la Aduana, por ejemplo en el combate al narcotráfico. Usted acaba de pasar por el MI; ¿qué va a hacer con este problema de los compartimientos estancos?

RP - Es uno de los problemas grandes que tiene el país, la cantidad de compartimientos estancos. Yo vengo con una idea de coordinar absolutamente todo con el MI y con otras organizaciones vinculadas con la seguridad del Estado y con la defensa nacional. Ya le pedí una entrevista a la señora ministra del Interior para conversar con ella y con los directores nacionales involucrados con temas relacionados con la aduana –la Dirección de Contralor del Tráfico Ilícito de Drogas, la Dirección Nacional de Información e Inteligencia, INTERPOL, Migración–, de forma de trabajar coordinadamente, porque es la única manera de que el Estado uruguayo optimice sus recursos, que deje de tener chacras independientes.

EC - Vuelvo sobre el tema pero con algunos casos concretos. El prosecretario de la Presidencia, Jorge Vázquez, que además es el titular de la Junta Nacional de Drogas, ha criticado el bajo porcentaje de incautación de droga en la aduana, cuando, según ha dicho, en otros países es ese organismo el que incauta la mayor parte de la droga que ingresa. ¿Qué se debe cambiar para mejorar en ese aspecto, esa carencia?

RP - Con el licenciado Vázquez vamos a tener una reunión en los primeros días de la semana que viene para ver cuáles son las necesidades. En definitiva es el cruce de información, es por ese camino que se detecta. La mula común y corriente por lo general no es algo fácil de detectar sin información previa.

EC - El juez Jorge Díaz, que ha intervenido en casos recientes de narcotráfico, ha señalado que los traficantes recibían avisos para evitar trasladar la droga en algunos momentos, avisos que les llegaban desde la aduana.

RP - Habrá que coordinar para que quien intervenga en el trabajo no avise.

EC - Suena elemental eso. ¿Cómo lo traduce en términos prácticos?

RP - Tendremos que ver cuáles son los caminos de pasaje más habituales y tratar de que en esos lugares haya gente de confianza.

EC - Otro organismo con el cual hay que coordinar es la Secretaría Nacional Antilavado de Activos. Ayer entrevistamos aquí al titular de esa repartición, Ricardo Gil Iribarne, que advertía que algunos controles en las fronteras no están funcionando bien. A partir de este caso, de esta operación de ingreso clandestino a Brasil de metales procedentes de nuestro país, mencionaba como problemas el formulario que deben llenar los viajeros con la declaración jurada sobre el ingreso o egreso de valores por más de 10.000 dólares, y la inspección de vehículos. Esta organización que acaba de caer traficaba metales entre Uruguay y Brasil, y llegó a pasar 200 kilos de metal disimulados en automóviles, que nadie encontró. ¿Cómo ve ese tipo de carencias?

RP - Con respecto a la declaración, ahí hay que mejorar, porque se está haciendo un poco como un formulario más a llenar, que hasta le complica las cosas al viajero...

EC - ...Eso está claro...

RP - ...Es un papelito al que nadie le presta atención...

EC - ...Iribarne decía eso: ya bastante complicación es para el turista, para el viajero, como para que después no sirva para nada.

RP - Hay algunas ideas con respecto a eso, para mejorar esa información y para mejorar el criterio de selección de las inspecciones. Hay que tener claro que es imposible controlar todo lo que entra y sale, hay que saber cómo se selecciona y cómo se apunta para elegir lo comprobable.

EC - ¿La incorporación de tecnología no es una solución, por ejemplo más escáneres?

RP - La incorporación de más escáneres está planteada en el proyecto de modernización; pero no es posible para el país costear escáneres para todos los puntos de frontera. Se plantea la posibilidad de tener escáneres móviles que funcionen en distintos lugares y de esa forma dificulten el ingreso.

Pero igual, existe una frontera muy permeable, incluso se puede pasar no por los pasos de frontera, sino por otros lugares y después circular por rutas, en las cuales quizá haya que instalar algunos controles.

EC - Teniendo en cuenta ese tipo de desafíos, ¿alcanza con la cantidad de funcionarios que tiene hoy la Aduana? ¿Acá tenemos un problema de pocos funcionarios? ¿O es otro el asunto?

RP - Es necesario coordinar con las demás instituciones que tienen que ver con el tema. La Policía nacional puede cumplir un importante papel en la colaboración, sobre todo en el contralor interno de las rutas, en el control de algo que circula y que de repente no ingresó por un punto aduanero. Si se controlan las rutas, se pueden encontrar cosas que no pasaron por la aduana.

EC - Usted no habla de incorporar funcionarios, no necesita más funcionarios en principio.

RP - Sí, se necesitan más funcionarios, porque además seguramente se nos van a ir más funcionarios por este incentivo y por el alto nivel de edad. Seguramente vamos a decrecer el número de funcionarios a la brevedad, y hay que reemplazarlos para hacer las funciones en las cuales sí o sí es elemental que haya funcionarios en el lugar. Las máquinas no solucionan todo, facilitan que de repente donde hay una cantidad de funcionarios pueda haber menos, porque una máquina hace buena parte del trabajo. Pero a las máquinas las tienen que observar personas que tienen que tener la suficiente perspicacia para distinguir lo que la máquina ve.

EC - ¿Qué curso va a seguir la reforma de la Aduana?

RP - Hay distintos comités trabajando en eso. Son 16 proyectos, cuatro financiados por el Banco Mundial y 12 financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo. Hay un trabajo por delante que va desde la normativa a la infraestructura. Seguramente la infraestructura va a ser lo más fácil y más rápido, porque en definitiva es resolver si compro o no, qué compro, y ya está más o menos encaminado. Otras cosas pueden ser más lentas, por ejemplo hacer un nuevo Código Aduanero, que es una de las metas de este proyecto, no es solo la redacción, hay que organizar la discusión de modo que todos los actores opinen, para que llegue al Parlamento con un consenso importante, tenga un trámite rápido y no llegar con un articulado sobre el que todos discrepan y que se transforme en una discusión interminable en el Parlamento.

EC - ¿Cómo se van a resolver esos textos?

RP - Seguramente se va a tratar de que todos los actores vinculados con el tema aduanero participen en las discusiones previas. La experiencia del Debate Nacional de Defensa, en el cual participé –algo impensable hace unos años, que SERPAJ (Servicio de Paz y Justicia), militares, civiles que no tienen nada que ver con la tarea militar opinaran sobre el tema–, fue un ejemplo bueno de cómo se puede llegar a consensos y dejar las cosas allanadas para la posterior discusión parlamentaria.

***

Transcripción: María Lila Ltaif