Entrevistas

Poyet: "El club tiene que estar envuelto en el sistema de seguridad"

Poyet: "El club tiene que estar envuelto en el sistema de seguridad"

El ex futbolista y entrenador Gustavo Poyet sostuvo a En Perspectiva que hay que erradicar a las personas que generan incidentes en las canchas de fútbol y que se deben hacer cargo de la seguridad "el gobierno, la Policía, el rector del fútbol y los propios clubes". Poyet, quien jugó siete años en Inglaterra y luego fue asistente técnico en ese país, señaló que las medidas que se tomaron en Inglaterra son aplicables en Uruguay. "Se va a tener que gastar algo de dinero (...) porque para toda solución hay que gastar algo", dijo. Afirmó que el parate del fútbol por dos semanas no sirve, "pero si se para completamente y no vuelve hasta que no haya leyes, sí".

(Emitido a las 8.48 horas)


EMILIANO COTELO:
Esta semana, otra vez la conducta violenta de un grupo de hinchas obligó a paralizar la actividad del fútbol profesional uruguayo.

Lo mismo había ocurrido en marzo de 2006, a raíz del asesinato del hincha de Cerro Héctor da Cunha a manos de parciales de Peñarol. En aquel momento, el campeonato uruguayo de primera división se suspendió por dos semanas. En ese lapso, autoridades del gobierno, del fútbol y de los clubes discutieron y acordaron una serie de medidas.

Sin embargo, los incidentes entre hinchadas continúan produciéndose.

(Audio relato de 13 a 0)

Álvaro González Márquez: "Es una batalla campal en la cancha, entre hinchas de Danubio y de Nacional. Siguen entrando hinchas de Nacional por el sector de la tribuna visitante, de la cabecera visitante. Ahora los hinchas de Nacional han corrido a los hinchas de Danubio, algunos de ellos se entrecruzan. Mirá que no te exagero si te digo que hay 200, 300 personas en la cancha...

Ricardo Piñeyrúa: ... agarrándose a las piñas; terrible piñata".

AGM: "Algunos caen, los que caen pasan y los patean, los hinchas de Nacional corren a los de Danubio. Allá hay un señor que está en el piso, lo han agarrado entre cinco o seis hinchas, le pegan..."

(Fin)

EC - Cada vez que ocurre un hecho de este tipo, como el del domingo pasado en Jardines del Hipódromo entre hinchas de Nacional y Danubio, buena parte de los uruguayos nos preguntamos por qué tenemos que seguir arrastrando este problema si en el mundo ya hay experiencias exitosas en las que podríamos basarnos para encontrar una solución. Y, concretamente, el ejemplo que todos mencionamos de inmediato es el de Inglaterra.

Ese país padeció graves problemas y tragedias con muertes en las canchas por culpa de los hooligans. Sin embargo, sus líderes se decidieron a adoptar medidas fuertes e Inglaterra pasó a ser una referencia en la erradicación de la violencia en el fútbol.

¿Cómo logró Inglaterra encauzar esa situación? ¿Algunas de esas medidas son aplicables en Uruguay?

***

EC - Sobre estos temas vamos a conversar con Gustavo Poyet, ex futbolista, que jugó siete años en Inglaterra y luego regresó como entrenador durante otros dos años, hasta hace muy pocas semanas.

Te hemos ubicado en Zaragoza.

GUSTAVO POYET:
Sí, cerca del mediodía, en España, con mejor tiempo que en Londres; un poquito contento de volver a casa, pero también preocupado por el tiempo, que se está poniendo feo en Inglaterra.

EC - ¿En qué actividades andas últimamente?

GP - Después de que terminamos la relación contractual con el Tottenham, tomé la decisión de poner punto final a mi etapa de aprendizaje como entrenador, dejar de ser asistente y enfocarme en ser el entrenador en el futuro. Es un paso importante, creo que ya cumplí lo que me había planteado al principio. Se adelantaron un poco los tiempos, por el hecho de que en vez de terminar el contrato se rompió, se nos echó por la situación deportiva en la que estaba el equipo.

EC - Hoy te llamamos para consultarte sobre un tema que tú has traído por tu propia iniciativa en más de una ocasión a Uruguay. Tú has venido a explicar el ejemplo inglés, cómo se procesó el problema de los hoolingans.

¿Cómo hizo Inglaterra para cambiar su imagen del país de los hooligans a país ejemplo de no violencia en el fútbol?

GP - Primero que nada, lo que dijiste tú en la presentación es fundamental. Se sentó la gente responsable, que son varios y de distinta índole, y tomó la decisión de ponerle punto final de una vez por todas. Ese fue el primer paso, si no se juntan todos los responsables, no es posible. En este caso la ministra del Interior, el jefe de Policía, el presidente de la AUF (Asociación Uruguaya de Fútbol), el ministro de Deportes y sobre todo una representación de los clubes, porque al fin y al cabo es con ellos que está relacionada la gente que agrede, en este caso hinchas.

A partir de ahí se elaboró una ley, que tuvo que ser aceptada en el Parlamento y en el gobierno, con una cantidad de reglas cuya sanción iba creciendo dependiendo de la gravedad de los hechos. También se delimitaron claramente las responsabilidades; no es lo mismo que un incidente se produzca como se produjo, dentro del campo, que se produzca a una cierta distancia del estadio donde fue el espectáculo. Evidentemente hay también la responsabilidad de la Policía y el poder de la misma para actuar en distintas circunstancias, dependiendo del problema, y a partir de ahí las penas, que son la clave, porque, salvo que uno esté bajo la influencia de una droga muy poderosa o borracho, cuando le tocan la libertad en general se da cuenta, sobre todo si se la tocan a alguien muy cercano; no somos bobos, y cuando hay una penalización la gente siempre tiende a tratar de no producir esos hechos. Y se cumplió, que después es la clave.

Hay un crecimiento en la pena dependiendo de los hechos, pero también por lo reiterativo, si uno cae por segunda vez; hay un control enorme, la gente que va a los espectáculos públicos de esos equipos conoce perfectamente el prototipo, la cara, conoce perfectamente a las personas que pueden crear problemas. Es un control bastante grande; pero en Inglaterra eran miles, no se puede comparar. A través de eso –y con un poco de mano dura, si no, es imposible terminar con la violencia– se fue eliminando. Después se hicieron acuerdos internacionales, con controles cuando los equipos viajaban a jugar en otros países, incluso involucrando a la propia policía inglesa, que viajaba con los equipos a controlar. Control de pasaporte, control a todo nivel, para tener a esa gente controlada.

***

EC - A ver si esta síntesis que encontré es correcta: "En Inglaterra es ilegal saltar y entrar al campo de juego, arrojar objetos, gritar consignas racistas, entrar borracho al estadio o transportar alcohol en trenes o micros los días de partido".

GP - Está perfecto.

EC - Y las sanciones. Estos hechos son considerados infracciones relacionadas con el fútbol y en estos casos las personas que son sorprendidas en estas actitudes reciben una orden de exclusión de los estadios por tres años. Parece que esta categoría de "excluido" es la primera sanción, y la persona no necesita haber sido procesada para sufrirla. Después, los reincidentes pueden ser condenados a hasta 10 años de exclusión de las canchas e incluso pueden ser condenados a prisión. Hay un propósito muy firme de sacar a los violentos de los estadios. ¿De esta manera transcurren las cosas?

GP - Sí, además sin acomodos, sin diferencias según quién sea esa persona, si es el jefe de la banda o el mandadero –con todo respeto para el mandadero–, si es vieja o es joven: las reglas son para todos iguales. Incluso es muy inglés el hecho de dar ejemplos, lo que significa que si la persona que comete ese delito, el que sea, el más simple de todos, es el jefe de la banda o de la barra, seguramente tendrá mucho más repercusión que si es cualquier otra persona, como podríamos ser tú o yo, que prácticamente no se enteraría nadie de esa pena. Cuando le pasa a alguien grande, que uno piensa que es intocable, el resto se la empieza a pensar dos veces. Por eso digo, cuando estamos lúcidos nos podemos hacer mucho los vivos, pero cuando vemos que le pasa algo grave a alguien muy cercano, ahí empezamos a prestar más atención. La gente normal –no los que están bajo la influencia de alguna droga o los que tienen problemas alcohólicos– empieza a reaccionar muy rápidamente.

Y lo que has leído es lo más simple, empezaste por el principio, por lo más evidente y más fácil, porque no se dice que cuando una persona salta al campo lo hace para agredir, solo por el hecho de saltar comete una infracción...

EC - ...No hay alambrados, no hay rejas que separen las tribunas a las canchas.

GP - Por eso, por el solo hecho de entrar, de hacer una tontería y saltar por arriba de la publicidad y entrar al campo de juego. Seguramente el paso siguiente será si uno comete alguna infracción de agresión, de protesta o lo que sea, o si uno va en los trenes o autobuses los días de partido y está borracho y produce un incidente... Estamos hablando de la situación mínima, de que detecten que están cometiendo una mínima infracción. Las penas, evidentemente, crecen dependiendo de la gravedad del hecho.

EC - ¿Quién se ocupa de la seguridad en los estadios de fútbol?

GP - Hay un acuerdo, hasta un cierto punto es poder de la Policía, y dentro del estadio mismo es seguridad contratada por el club.

EC - Dentro de los estadios la seguridad está a cargo de los clubes.

GP - Sí. Evidentemente va a surgir un tema económico en Uruguay, no lo dudo, que es muy caro, que no es muy caro. Pero es como la seguridad en tu casa o la seguridad que uno quiere poner en una empresa, o sea, si uno quiere estar seguro, tiene que contratar a una empresa que se haga responsable, y que después, si se produce un hecho y fue incapaz de pararlo, corra con los gastos, con las penalizaciones, porque es la responsable de mantener la seguridad en un espectáculo deportivo.

EC - De todos modos, dentro del estadio hay funcionarios policiales que parece que no portan armas de fuego y cumplen una función de asistencia.

GP - Sí, están al frente de la mayoría de la gente que está cuidando, porque en general la gente que cumple la seguridad tiene las responsabilidades muy claras, no son guardaespaldas o esa gente de seguridad de las discotecas, grande, musculosa, que si te agarra, te destroza. Es gente común y corriente que tiene que cumplir una función, por ejemplo crear una barrera entre el aficionado rival y el local; en la tribuna hay toda una línea de gente de seguridad que impide el paso de un lado al otro. Es la cantidad de gente que cumple esa función, no la fuerza o el poder físico de cada individuo. La persona que está en el estadio sabe que esa persona de seguridad que está ahí en el momento en que haga algo contra ella viene otra pena, que está en las leyes, que incluyen la agresión o el impedimento a hacer su trabajo a una persona que está cumpliendo el rol de seguridad en el estadio.

EC - ¿Dónde y cómo se venden las entradas? Las entradas corresponden todas a asientos, no hay público de pie en los estadios.

GP - Esa fue una de las claves más importantes. El hecho de que el aficionado del equipo local cuando saca abono, el tique para todo el año, tiene que dar nombre, apellido, dirección: es un control importante. Y pasa a ser responsable de ese asiento, entonces si yo mañana no voy al fútbol por equis causa y te lo doy a ti, y tú vas y creas un problema, evidentemente la pena más grave es personal para ti, pero yo también soy responsable porque ese era mi asiento.

EC - Eso ocurre con la venta de los abonos, pero también ocurre con la venta de las entradas comunes y corrientes, todas son numeradas y con identificación.

GP - Sí, te pongo un ejemplo: si yo el año pasado estando en el Tottenham compraba cuatro o cinco tiques, estaban todos a mi nombre, no a nombre de la persona que iba al estadio, no me pedían esa identificación. Me estaba haciendo responsable yo de cualquier cosa que pasara. La gente que va al fútbol en general, o la mayoría, es siempre la misma, en Uruguay uno no se da cuenta por la cantidad, piensa que como es poca gente, capaz que rota. Pero no, los que van a ver a River, sean 1.000 o 5.000, son más o menos los mismos, entonces esa gente puede estar controlada muy fácilmente. Que un día vayan unos 100 y otro día vayan otros 100, bárbaro, pero el 90% de la gente que va a ver un equipo es la misma, gente que es aficionada y que va al fútbol. El que no va, va una vez cada tanto, pero no va nunca después. Es muy fácil de controlar. Evidentemente hay que tener la organización para hacerlo.

Ya sé que van a decir que es un tema económico; el problema es no ponerle a cualquier medida que se tome el pero antes de tomar la decisión. Si vamos a empezar por el otro lado, "si es caro, no lo podemos hacer", "si se necesita mucha gente, no lo podemos hacer", si después están los amigos que nos van a subvencionar y los vivos, no lo van a hacer. Si antes de ponernos a trabajar, ya le vamos a buscar la pega al asunto, es imposible que un día el fútbol uruguayo tome una decisión de este tipo.

EC - Escuchando cómo es el sistema de venta de entradas, una de las conclusiones que se pueden sacar es que los tiques se volvieron más caros y un sistema así excluye, echa a un tipo de público con menores posibilidades económicas. ¿Ha ocurrido algo de eso en el fútbol inglés?

GP - Sí y no. Sí en el aspecto de que los equipos poderosos evidentemente pasaron a tener una infraestructura muy importante y un sistema de seguridad muy importante. Por ejemplo, el Chelsea tiene los tiques más caros de Inglaterra, porque no todos los tiques del fútbol inglés cuestan lo mismo, cada club tiene sus propios tiques. Cuando uno incorpora tecnología, hay un gasto; volvemos al tema del control, si uno pone cámaras –como estuvieron puestas en el Estadio Centenario durante mucho tiempo– y les saca el partido que se merecen, el fútbol se puede beneficiar, porque yo conozco gente que no va al fútbol a partidos clave o especiales porque tiene miedo de que pase algo. Pero esa gente, si se siente segura y ve que han usado las cámaras para agarrar a la gente que crea problemas, por ahí vuelve al fútbol. Puede haber un pequeño incremento que haga perder a alguna gente, pero también va a volver otra. Eso es lo que tiene que hacer un espectáculo público: tratar de atraer a la gente, no de echarla. Si no, va a llegar un día en que nos vamos a quejar tanto que las entradas van a ser gratis, va a ser a puertas abiertas para que haya gente, y que pase lo que pase.

EC - Al pasar quedó mencionado otro elemento clave del sistema inglés, que es la instalación de cámaras de video de alta calidad para tener registrados los incidentes que, eventualmente, se produzcan.

GP - El conjunto de gente que tiene que hacerse cargo de la seguridad es mucha: el gobierno, la Policía, el rector del fútbol y los propios clubes. Si todo el mundo va a querer que lo pague el otro, es imposible, si todo el mundo va a querer zafar de la responsabilidad, es imposible. Es así de sencillo. Te repito, cuando hay violentos o cuando había hooligans acá, en Inglaterra se regeneraban, la gente quería ser hooligan -si mi amigo es hooligan, yo soy hooligan, y me sumo a eso-. Pero si no hay, no surgen nuevos, porque no están organizados, no pueden entrar al estadio, se tienen que presentar en comisaría durante 10 años los fines de semana: hay una cantidad de reglas. Entonces no surgen. Si uno trata de erradicarlos –y en Uruguay son ¿cuántos?, ¿500?, ¿200?, ¿1.000?– no se van crean más, pero si los dejamos que estén, la gente joven se va mezclando, prefiere formar parte de una bandita de criminales que de un grupo de gente normal que va a ver un espectáculo público. Por eso te digo, solo vemos las pegas del problema, pero no nos ponemos a pensar en los beneficios que puede traer para un deporte tan lindo, que queremos tanto en Uruguay y que es clave para la vida general de cualquier uruguayo.

 EC - Tengo varias preguntas de oyentes.

Dogomar (de Ciudad de la Costa) pregunta si es comparable el origen social de los hoolingans de Inglaterra con el de los barrabravas de Uruguay, si estamos hablando de fenómenos sociales y culturales similares, que puedan atacarse de manera parecida.

***

EC - Antes de pasar a la eventual comparación entre hooligans y barrabravas de nuestro país, otra pregunta a propósito del sistema inglés para prevenir la violencia en los estadios: ¿qué ocurre con la llegada y la salida de los hinchas? ¿Hay zonas de exclusión? ¿Cómo se maneja esto?

GP - En general, hay una cantidad de gente que está tan controlada que cuando va a un partido va bastante organizada. Está todo controlado por la Policía, entonces el acercamiento al estadio es todos juntos y rodeados; estamos hablando de aficiones complicadas, no de cualquier aficionado que va al campo en el mismo metro que el rival, el que se toma el mismo ómnibus en Montevideo, que no tiene ningún problema de vestir una camiseta u otra. Se los pone en un sector, están rodeados de seguridad, controlados, vigilados durante todo el partido.

Y la medida típica es que a los aficionados del equipo visitante, solo por el hecho de darle la facilidad al equipo local, porque está siempre ahí, se los mantiene en el estadio prácticamente media hora y se deja salir a toda la gente del equipo local. A los otros se los saca como en un embudo y se los lleva todos juntos hasta la parada de metro, la parada de ómnibus, la estación de trenes o lo que fuere. Volvemos a lo mismo, hay una organización policial que está muy controlada, el hecho de mantenerse en el estadio está aceptado por esos hinchas, vayan ganando o perdiendo. Como dije antes, es todo un proceso.

EC - ¿Qué pasa con los límites a los cánticos? Porque yo leía más temprano que una de las cosas ilegales es gritar consignas racistas, por ejemplo. Pero en general, ¿qué límites hay para los cánticos de las hinchadas?

GP - Han empezado a suspender estadios hasta el nivel UEFA. La otra vez hubo un problema bastante grave con el Atlético Madrid, porque hubo unos cantos, unas agresiones, que cuando son constantes –no cuando hay un simple grito, pero cuando hay una parcialidad, en este caso la parte que anima más, que se pone a usar cantos de ese tipo– la pena va directamente al club, por eso te digo que el club tiene que estar envuelto en el sistema de seguridad. Por lo que me he enterado hay unos cuantos dirigentes que están tratando de sacarse la responsabilidad, cuando son sus propios hinchas.

EC - ¿Qué pasa cuando el cántico de una hinchada es reiterado y claramente insultante hacia la otra? Eso es algo que se escucha todo el tiempo en los estadios uruguayos.

GP - Depende de la gravedad del canto y del insulto. Está claramente definido en una ley cuándo es un abuso racial o social o lo que fuera. No es el tema de usar o no una mala palabra, estamos hablando de cualquier insulto. En Inglaterra pasa en la calle, yo en la calle no puedo abusar racialmente a nadie, porque estoy cometiendo un delito; y lo mismo se utiliza para un estadio de fútbol. Ahí la gente de seguridad identifica a la gente que está cantando y le informa a la Policía, que va y la saca, y tiene que pagar lo que pone la ley. Y no existe el famoso vigilante, buchón, todas esas pavadas a que estamos acostumbrados en Uruguay para tapar a los que nos hacen mal...

EC - ...El ciudadano que observa esos comportamientos ilegales lisa y llanamente los denuncia, no tiene problema en denunciarlos.

GP - El tema pasa por el hecho de que uno está acostumbrado a no hacerlo, entonces es difícil que se haga salvo que esté loco, alguien muy especial. Es tan normal, te ponen tan claro desde el inicio las cosas que podés hacer y no hacer en la vida cotidiana, que después el fútbol forma parte de eso, de la vida cotidiana. Yo no sé si los hinchas que crean lío en Uruguay van por la calle pegándole a todo el mundo durante la semana, pero deberían, porque el fútbol es parte de lo mismo. Se toma como un momento más de la vida.

EC - Y aquí entramos en si la experiencia inglesa es trasladable o no a Uruguay. Podemos tomar como punto de partida la pregunta que hacían los oyentes sobre si el fenómeno de los hooligans se parece, tiene contacto con el de las barras bravas en nuestro país.

GP - El tema de los hooligans es muy parecido: es un grupo de hinchas de un cierto club que se unen, se forman, se identifican de una cierta manera –porque al final ya eran los famosos cabezas rapadas, con los tatuajes, todas estas cosas del tipo hooligan–, se identifican con una banda que va a alentar a un equipo y de paso destroza todo lo que haya de por medio sin razón alguna, solo por el hecho de sentir el poder de ser más fuerte que el rival.

EC - ¿Los orígenes sociales de los hooligans y los barrabravas son similares?

GP - En Uruguay puede ser que estemos un poquito por debajo en ese aspecto, pero a nivel de país es más o menos. Es difícil comparar el nivel en que se encontraban los hooligans en ese momento con el nivel que pueden tener ahora los que crean problemas, tiene que haber una diferencia a favor, de mejor nivel social en el caso de Inglaterra, pero a nivel país esa diferencia puede ser más corta, no tan grande. De todas formas: excusas. Cuando empezamos a buscar si hay un problema... no quiero poner ningún pero. Es aplicable, se tienen que hacer responsables los que son, se va a tener que gastar algo de dinero, porque para toda solución hay que gastar algo de dinero. Eso tiene que ser compartido por los responsables –en qué modo, se tienen que poner de acuerdo ellos–, se tiene que hacer una concientización general de la gente normal, del ciudadano normal, y a partir de ahí empezar a aplicar la ley. Que no haya acomodos, que no haya nadie más fuerte que nadie, que no haya tapados...

EC - ...Ahí viene otra de las observaciones que hacen los oyentes.

Raúl (de Canelones): "La diferencia es que en los países desarrollados las leyes se aplican y se cumplen; piensen, por ejemplo, en el tránsito. Acá eso es diferente".

Hay un problema cultural con respecto al cumplimiento de la ley acá.

GP - Pero ¿por qué? Porque en Uruguay uno sabe que siempre zafa, porque yo conozco a tal que conoce a tal, o porque el vecino es amigo de. Porque siempre estamos pensando en eso, en la más chiquita, en la viveza. A mí me gusta la viveza criolla hasta un punto, cuando nos pensamos que somos los más vivos del mundo, ahí pasamos a ser tarados, más que vivos. Tiene que haber un consentimiento total y tiene que ser general, del ciudadano normal, no tiene que ser solamente para el fútbol, el fútbol es la imagen porque es donde se ve más claramente, pero tiene que ser de todo el país. Yo creo, sinceramente, que es posible. Pero como no se quieren hacer responsables los que son responsables, no anda, si hay uno que se quiere zafar, no hay forma. Y si dejamos que el que está acomodado tenga más fuerza, en vez de ir para adelante vamos para atrás. Vamos a llegar al momento en que el que es más fuerte pega, el que pega más, el que asusta más o el que amenaza más es el que gana. Eso no tiene sentido.

EC - ¿Qué responsabilidad tienen que asumir los directivos de los clubes en cuanto a la relación con esos hinchas violentos? Algunos clubes que han iniciado esfuerzos por mantener coordinación con referentes de las barras bravas, incorporarlos a actividades del propio club, etcétera. ¿Qué dice la experiencia inglesa?

GP - Me parece notable lo que acabás de decir, que tengan ese tipo de relación. Pero que no haya reincidencia, se lo pone en la ley. Yo te doy una chance, pero no te puedo dar dos. Entonces, si te tomo como referente de mi barra brava tremenda y a la semana siguiente rompés todo en un estadio de fútbol, se acabó, y no hay más arreglo.

EC - Los referentes de las barras bravas dicen que el fenómeno de la violencia los ha desbordado a ellos mismos, que aparece otra gente que no está bajo su responsabilidad que no pueden controlar.

GP - Por eso somos todos iguales en Uruguay, somos todos uruguayos, de corazón, es la misma reacción que tiene la ministra cuando dice que ella no es responsable, es la misma reacción que tiene la Policía que se quiere sacar la responsabilidad, la misma que tienen los presidentes de los clubes. Te pongo un ejemplo: los presidentes y directivos de los clubes tienen la parte más importante en una cosa bien sencilla: ellos saben quiénes son. Eso es clave para toda la investigación y todo el proceso que se vaya a hacer, lo clave es identificarlos, y ellos saben. Pero ¿tienen la seguridad de que la ley se va a cumplir detrás de ellos para ser partícipes de esas decisiones, para decir quiénes son? Porque, claro, el típico uruguayo, tú, yo y el presidente de cualquier equipo, dice "si yo digo quiénes son, después me vienen a buscar a mí". Eso es típico de Uruguay. Entonces, si no tenés todas las bases detrás y todas las leyes que se cumplan, como decía el oyente, es imposible, no vamos a llegar nunca. Te pongo un ejemplo, ¿por qué podría volver el fútbol en dos semanas? La gente no analiza, pero podría volver...

EC - ...¿Sirve para algo esta suspensión que se ha adoptado ahora?
    
GP - No, pero si se para completamente y no vuelve hasta que no haya leyes, sí. Si dentro de dos semanas pasa algo en el gobierno y a cualquier partido político o al que está en este momento –y no digo porque sea el Frente Amplio, si fueran los colorados o los blancos, igual– le conviene que el fútbol vuelva para tapar otras cosas, volverá. Y si los que tienen más fuerza en el fútbol están en el mejor momento y tienen posibilidades de ganar el campeonato, o les conviene más que al otro, volverá. Y va a volver por otras razones, no por las que debería volver, que tendría que ser la seguridad...

EC - ...Tú dices que solo tiene sentido que se retome el campeonato si en el ínterin se adoptan medidas drásticas de fondo que ataquen de una buena vez este problema.

GP - Total, si queremos realmente erradicarlo; si no, se tiene que parar. Y será igual que se juegue dentro de 40 años, me da igual a mí. Yo sé lo que van a decir los clubes: que no pueden pagar los contratos. Pero al fin y al cabo, se quejan de que si no va gente a los estadios, no pueden pagar los contratos, se quejan de que si no hay fútbol... Entonces, tomá la decisión de realmente erradicarlos. Ahí va a ir más gente al estadio, vas a poder pagar mejores contratos y capaz que vemos mejor fútbol. Pero como te dije antes, si de entrada ponemos las pegas para que no se haga nada... No se hizo nunca nada, han matado gente y no se hizo nada. Cuándo, no lo sé. El poder de decisión, las decisiones y las responsabilidades son claves para que pueda pasar algo; si no, olvídate. Otra vez. Y la verdad es que me duele. Yo no estaba en Inglaterra cuando lo mostraron, pero lo mostraron y no es la imagen que yo quiero que den de Uruguay. Por ejemplo, la imagen que da hoy Inglaterra en lo deportivo a nivel mundial es muy agradable: un campo de fútbol sin rejas, la gente ordenada, estadios llenos, fútbol de primer nivel.

Y otra cosa que tenemos los uruguayos: tenemos muchas cosas para copiar al mundo entero, sea a quien sea, y sea quien sea que esté a cargo a nivel político, y en general copiamos lo malo. Tendríamos mil cosas para copiarles a los argentinos pero les copiamos lo malo, y tendríamos mil cosas para copiarles a otros países y les copiamos lo malo; lo bueno no lo copiamos nunca, porque ellos son distintos, por la clase social, por el poder económico o por cualquier excusa. Pero lo malo lo copiamos de cualquier país, del mejor del mundo o del peor.

EC - No copiamos lo bueno...

GP - Se nota que me afecta.

EC - Se te nota muy involucrado en el tema, muy comprometido, muy preocupado por lo que está pasando, pese a que no estás acá.

GP - Porque es evidente, porque yo cuando vine a Inglaterra vivía en Uruguay, y llevé las leyes, me las ofreció un amigo porque surgió el tema de que habían matado al hincha de Cerro frente a la casa de mis padres. Las presenté, y aprovecho que estamos al aire para decir que la única que intentó tener un relacionamiento fue la embajada británica en Uruguay, que se portó 10 puntos. El resto, cuanto más lejos de mí, mejor, porque "uh, si lo tenemos, tenemos un problema, porque vamos a tener que empezar a aplicar leyes"...

EC - ...Tú más de una vez has explicado acá en Uruguay cómo hicieron los ingleses, la embajada británica trajo expertos en el tema que dictaron charlas en Montevideo. ¿Qué pasó con esos esfuerzos?, ¿qué recuerdas?

GP - Muy lindo, muy bonito, la verdad que muy bien, pero Inglaterra es Inglaterra. Es lo que te digo, empezamos por el final, por lo que no se puede hacer. Uno se tiene que adaptar a las condicionantes de cada país, no podés comparar un país millonario, con un poder económico brutal, que van a poder meter una cantidad de tecnología de primer nivel con otros que no. Pero hay formas, porque atacaron a una plaga de miles y miles de hooligans –porque eran miles– y nosotros tenemos que atacar cientos. Ya ahí hay un gasto distinto, porque no necesitamos la tecnología que tiene Inglaterra, porque son mucho más detectables, porque nos conocemos, porque yo conozco al amigo del otro que sabe que aquel fue el que rompió todo, porque nos conocemos todos en Uruguay. Entonces, todo ese poder informático, ese poder tecnológico –que va a ser una de las primeras pegas que van a poner en la primera reunión, si se reúnen–, ya se puede descontar, porque se puede hacer una ley, no sé si está hecha, con la prensa. Hay lugares en el mundo en que la prensa cuando participa en actos violentos tiene la obligación de filmar y presentar la filmación a la Policía. Muy sencillo. Hay formas de solucionar con acuerdos, pero basados en la ley y aplicada, que es lo más difícil.

EC - Tú fuiste presidente de la Organización Nacional del Fútbol Infantil desde 2005 hasta mediados de 2006, designado por este gobierno. ¿Qué vínculos tienes hoy con el Poder Ejecutivo como para empujar este tipo de debates y más que nada decisiones?

GP - Tengo una de las cosas más bonitas, te lo comparo con otra cosa: soy católico pero no practico. Y en el tema político tuve la suerte de no estar en Uruguay por muchos años, por eso no me pude identificar con ningún grupo político, por eso no tengo problemas en colaborar con nadie, porque eso es un problema nacional, no es un problema de colores o de nivel social o de nivel adquisitivo, es un problema de todos. No es un tema solamente de gobierno, yo los hago responsables porque me molesta que la gente diga que no, pero se tiene que involucrar todo el mundo. Lo tienen, lo tuvieron, lo tuvo la embajada británica, la embajada británica en Uruguay tiene gente espectacular trabajando, que son súper amables y estoy seguro de que les encantaría ayudar al país a hacerlo; porque hay gente uruguaya trabajando en la embajada británica, por supuesto. Las leyes están abiertas al haberlas. Hay mil formas, pero si se quiere y se está organizado, si no, es imposible.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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Decreto sobre espectadores en el fútbol en Inglaterra y Gales (16 de noviembre de 1989)