Entrevistas

Mateo Méndez: en el Interj "la burocracia ha ido matando ilusiones y proyectos"

Mateo Méndez: en el Interj "la burocracia ha ido matando ilusiones y proyectos"

Ante la casi insostenible situación en la que está sumergido el INAU, el padre Mateo Méndez renunció a la dirección del Instituto de Rehabilitación Juvenil. Entrevistado por En Perspectiva, el sacerdote expresó que "era de honestidad no seguir en este tema" y admitió que habían "caminos paralelos" que imposibilitaban llegar a acuerdos. Aseguró que el problema del Interj "no pasa por el dinero", sino por la falta de locales sumado a un "desgaste del funcionariado" y explicó que su objetivo no era desplazar a nadie, sino "poner en el centro de la propuesta al adolescente". "Parecería que hay como una necesidad de llevar las cosas a una especie de caos", concluyó.

(Emitido a las 7.34 hs.)

EMILIANO COTELO:
Se produjo el estallido de la crisis en el Inau: renunció el sacerdote Mateo Méndez a la dirección del Interj y el presidente del Inau, Víctor Giorgi, puso su cargo a disposición.

Hay una crónica de hoy en el diario El País que se remonta a las 2 de la madrugada de ayer, y cuenta que un agente de la Comisaría 19, de Canelones, llegó al Hogar Puertas del Inau con un adolescente detenido. El funcionario del centro de ingresos del Inau que abrió la puerta encaró al policía con una rotunda negativa: "a ese centro no ingresaría ningún detenido más". El policía se negó a irse -su orden era entregar al chico-, así que tomó las esposas, se colocó una de ellas en la muñeca y la otra en la muñeca del chico, y ahí permanecieron durante un buen rato hasta que finalmente regresaron a Canelones.

Así comenzó la jornada más tensa para los centros que dependen del Instituto de Rehabilitación Juvenil (Interj), del Inau. "Acá no se aguanta más, somos cuatro por turno y ya estamos pasados del cupo, no entra un solo gurí más", dijo uno de los funcionarios del Hogar Puertas.

En las primeras horas de la mañana, uno de los asesores del padre Mateo Méndez se comunicó al despacho del senador y precandidato del Partido Nacional Jorge Larrañaga para decirle que habían resuelto suspender la visita que Larrañaga tenía planeada para ayer a la Colonia Berro. El asesor del director del Interj invocó la situación de extrema tensión que se vive en el complejo del Inau para postergar esa reunión a una fecha a definir.

De todos modos, por entonces nadie imaginaba que unas pocas horas después el padre Mateo presentaría su dimisión, y menos que nadie lo imaginaba el propio directorio del Inau.


***


EC – Padre Mateo Méndez, buen día, gracias por acompañarnos.

MATEO MÉNDEZ:
Buen día, gracias a ustedes por la posibilidad de conversar.

EC – Usted terminó confirmando su decisión de renunciar ayer al caer la tarde, hace unas doce horas. ¿Cuál es su estado de ánimo en este momento?

MM – Yo creo que hay cosas que cuando se da como para concretarlas hay que hacerlas y no posponerlas. Y esto creo que es el resultado de conversaciones, de propuestas y de reuniones a todos los niveles tratando de buscar siempre los caminos que facilitaran un trabajo de acuerdo a la tarea que se nos encomendó que es atender los adolescentes en conflicto con la ley. Eso ameritó, desde que entramos hasta ahora, [un trabajo de] 24 horas sobre 24, sin días de descanso y sin horarios porque así lo entendimos; así ordenábamos un poco algunas situaciones que se estaban dando, que merecían una mayor atención y que exigían esos tiempos.

Pero esto también me parece importante decirlo: no es vida estar en esas 24 horas sobre 24 pendiente de situaciones que pueden tener otros encares y otras maneras de irlas solucionando.

EC – No es vida para usted, no es vida para el director de un instituto como éste, ¿de eso está hablando?

MM – Exactamente.

EC – También de sus palabras se desprende que la decisión que comunicó ayer es una decisión muy meditada, que no es algo apresurado.

MM – Yo creo que le llevó mucho tiempo a la interna del equipo nuestro, con algunos integrantes del directorio del Inau la conversación fue más afinada, más en profundidad. Y llegó un momento donde nos parecía que era cuestión de honestidad, de ser transparente en el vínculo con el directorio, con el equipo y con los directores del Inau con los que trabajamos juntos. Era de honestidad no seguir en este tema, decir que estamos como por caminos paralelos, haciendo propuestas y buscando solucionar sobre todo lo que tiene que ver con los espacios para los adolescentes.

EC – Pero la gota que colma el vaso es la situación de estos días: tres motines sucesivos en esta semana, una fuga masiva, ¿estamos hablando de esos elementos?

MM – Sí y creo que esto es un poco la conclusión de la lentitud en tomar decisiones que tienen que ver con los espacios nuevos para una mejor distribución de los adolescentes, espacios, hogares o lugares de contención, que son los que hoy por hoy se están necesitando para que los adolescentes no queden como leían ustedes recién en la nota del diario El País, que no hay lugar, que no se puede recibir a este adolescente porque colocar un adolescente más puede suscitar en la interna del hogar Puertas -que es un hogar de transición donde los chicos están esperando el encuentro con el juez para la sentencia- desbordes, que se están dando. Esto amerita que haya lugares donde se puedan distribuir los adolescentes de acuerdo a los perfiles, a las edades, a las causas.

EC – O sea, usted está diciendo allí que uno de los motivos es la falta de locales.

MM – Falta de locales.

EC – Faltan más locales para la tarea del Interj y usted no ha tenido novedades en cuanto a que esto vaya a ser algo posible de concretar a corto plazo.

MM – Nosotros eso lo planteamos durante muchos meses. En algunos hogares donde hay demasiada población se hace muy difícil el trabajo, se hace muy difícil un proyecto educativo, se hace muy difícil llevar adelante una propuesta que tenga consistencia para ese adolescente que va a pasar ahí tres meses, seis, un año, tres, o cinco años.

EC – El primer problema viene por el lado de la falta de locales, ¿segundo motivo?

MM – La segunda cosa es que el personal que ha estado trabajando en Interj -sobre todo los que son de mayor tiempo, como educadores y funcionarios-, ha tenido un desgaste, una sobre carga. Que un educador o un funcionario trabaje 12 horas me parece que -para esta tarea de trabajar con menores en esta situación- es muy desgastante, es muy estresante y generalmente termina en una certificación médica, en una licencia médica, o en un pedido de traslado a otras dependencias del Inau para salir de este enmarañado mundo de los menores infractores.

Entonces acá viene la segunda cosa: hay un desgaste del funcionariado por esta sobre carga, y a veces por una falta de puesta a punto en su formación, en sus motivaciones, que no son solamente económicas, yo creo que hay otros elementos que el funcionario, el educador, debe tener para poder encarar la relación con el adolescente, siempre en esa perspectiva que marcamos desde que entramos: que es una relación educativa.

Cuando decimos una relación educativa decimos que es toda la persona del adolescente, en todas sus dimensiones, que encuentre en la relación con el adulto un espacio para hacerse planteos serios sobre su propia vida, sobre su proyecto de vida y sobre su futuro. Qué va a pasar de mí cuando yo salga de la institución y pase otra vez a integrarme o a mi familia o al barrio o a los grupos, qué es lo nuevo -y acá viene el desafío para la institución- que yo tengo en este tiempo que permanecí en la institución que me llevo como una herramienta para poder hacer que mi vida cambie.

Esto no se hace con personal cansado, con personal que viene desmotivado, con personal que muchas veces no cree en la rehabilitación del adolescente que pasó una, dos, tres, cinco, veinte, veinticinco veces por el lugar y no encontró el mordiente que le haga plantearse la vida de una manera diferente. Esto me parece que pasa no solamente por la motivación que el adolescente pueda tener sino por la motivación que el adulto le puede suscitar y despertar, y acompañar en ese proceso de internación, para que en esa riqueza que el adolescente tiene. Por eso siempre hablábamos de trabajar sobre lo sano y no sobre lo enfermo, sobre los valores que el adolescente guarda como una riqueza interior, que para llegar a ella hay que dar los tiempos, hay que dar la conversación.

Así que, segunda cosa: el funcionario que está desgastado, está cansado, y llega a una especie de rutina en la relación con los adolescentes.

EC – Pero usted fue más allá. En sus declaraciones de ayer dijo: "Yo creo que la institución –el Interj– tiene mucho de enfermo, tiene mucho de perverso y tiene mucho de corrupción", llegó a utilizar el término "corrupción".

MM – Creo que el presidente también hizo la explicitación después en las declaraciones que hizo a la prensa. Hay una gama muy amplia de lo que tiene que ver con corrupción. Corrupción es cuando yo vengo, me siento y dejo que pasen las horas y no me motiva para nada el trabajo que puedo estar haciendo con el adolescente; la corrupción puede estar dada -como decía el presidente- con una certificación médica; esas pequeñas cosas que se van sumando hacen que después esto se transforme casi en un hábito, y en el fondo el adulto lo hace para poder resguardar su propia situación personal de salud, síquica, física, y de...

EC – ...¿pero sólo eso quiere decir el término "corrupción" en este caso?

MM – No, yo creo que hay otros elementos adentro de la institución que hacen que esto se traduzca en falta de controles en la relación con los adolescentes, con los adultos.

EC – ¿Hay episodios oscuros en la relación entre funcionarios y adolescentes?

MM – Yo creo que este tipo de trabajo se presta para mucho de eso. Por lo tanto, desde que hemos entrado hemos sido muy exigentes en lo que tiene que ver con las requisas, con la entrada de cosas; los días de visitas no se permite que los adultos entren a los lugares si no han pasado por una requisa que tratamos de hacer cada vez más exigente y más seria.

EC – ¿Ahí está uno de los puntos? Quiero decir, usted más allá de reconocer que las condiciones de trabajo de los empleados del Interj no son las adecuadas, ¿pretendió apretar clavijas y ese fue uno de los problemas, ahí se encontró con resistencias?

MM – Yo creo que hay un modo de ser, un modo de vivir, un modo de relacionarse a la interna que uno prefiere en estos casos. Es decir, si en esto no se logra tener un corte en el cual haya transparencia en el manejo y en los vínculos del adulto con la institución y con los adolescentes, esto no puede avanzar como un proyecto educativo y no deja que la propuesta educativa avance porque el material humano que me está formando los equipos de trabajo muchas veces no tiene la motivación suficiente como para llevar adelante el proyecto.

EC –¿Pero los funcionarios resistieron los cambios que usted impulsaba?

MM – Yo creo que ha habido funcionarios que entendieron de primera mano que lo que nosotros proponíamos no era desplazar a nadie sino poner en el centro de nuestra propuesta al adolescente. Para nosotros siempre fue, y lo seguirá siendo, en todo trabajo que encaremos como éste o parecido a este, el adolescente. La razón de la institución es la figura del adolescente y no la de los adultos. Para nosotros, el ochenta por ciento del tiempo que hemos utilizado en este trabajo ha sido ocupado por el adulto y no por el adolescente.

EC – Ahora, cuando usted aceptó el ofrecimiento que le llegó del gobierno para dirigir el Interj usted sabía con lo que se iba a encontrar. Porque de algún modo la sociedad uruguaya sabe, por supuesto no los detalles -uno no está allí adentro-, pero los problemas del Inau, sobre todo del Interj, son conocidos. Usted además habrá tomado sus recaudos y habrá avanzado un poco más en el conocimiento de ese panorama. ¿Por qué cinco meses fueron para usted suficientes como para decir "esto no lo puedo arreglar, con esto no puedo"?

MM – Lo decíamos cuando apenas comenzábamos la tarea y algún periodista preguntó: "¿El Interj es como usted se esperaba o es peor?". Yo dije que para mí es peor de lo que yo pensaba. Entonces esto es lo que hace difícil armar proyectos y propuestas educativas de mayor amplitud, de mayor integración del adolescente en el trabajo, de que se sienta protagonista de la vida de contención o de su hogar, que sienta que allí no está esperando que el tiempo pase para que se pueda ir pronto y que a lo mejor no vuelva más. Mucha gente pensó que nosotros llevábamos un librito donde estaban todas las recetas para cada una de las situaciones y cuando nosotros dijimos "el proyecto hay que armarlo" lo armamos entre todos: entre el director, los educadores, los funcionarios, los técnicos, personal de servicio y los adolescentes, y -por qué no- las familias de los adolescentes integradas a la propuesta para armar un proyecto educativo en el centro o en el hogar.

Esto sin duda alguna se vio como una cosa prácticamente imposible porque aquí las motivaciones de quienes están integrando el hogar o el lugar de contención no son iguales, ni la razón por la cual algunos están aquí es el adolescente: es un empleo, un traslado, un pase en comisión.

Ese tipo de cosas hacen que esto se transforme en una especie de círculo vicioso que no deja consolidar propuestas, en que no se cree que el adolescente pueda asumir una actitud nueva, que pueda descubrir que él  puede ser mejor, que puede rechazar determinadas actitudes de desprecio, de desvalorización de su persona porque viene de tal o cual barrio, con tal o cual situación.

Entonces, estos estigmas que la propia institución a través de sus trabajadores le va marcando al adolescente son un elemento de no cambio, de no descubrir en sí mismo la riqueza y las posibilidades de cambio de su propia vida porque el adulto que está pasando o está en su vida no le ayuda. Nosotros pudimos hacer algunos avances lentos, como tener un mayor vínculo con los adolescentes, seguir apostando a lugares más abiertos, con mayor posibilidad de participación, con mayor intervención de los adolescentes en la toma de decisiones, en los horarios de la cotidiana. ¿Por qué hay que armarle todo, por qué hay que darle todo, por qué hay que hacerle todo?, si el adolescente tiene mucha capacidad. Entonces, si yo no creo en el adolescente...

EC - ...pero lo que me queda como duda es si estas dificultades que usted acaba de describir quizás podrían haber sido enfrentadas con mejor suerte si al nombrarlo a usted como director del Interj se le hubiesen asegurado recursos suficientes, por ejemplo. Más dinero para contratar más funcionarios y eventualmente para mejorar los sueldos de los que merecieran quedar, más dinero para contar con más locales o acondicionar mejor los locales con los que se cuenta y pongo simplemente el factor dinero para mencionar uno de los tantos que quizás, en un apoyo político notorio de las autoridades, hubiesen podido cambiar su gestión. Mi pregunta es: ¿a usted le faltó apoyo?, ¿esperaba más apoyo de las autoridades?

MM – Siempre en las conversaciones con el directorio se habló de que el Interj no tiene problemas económicos.

EC – ¿Cómo que "no tiene problemas económicos"?

MM – Que el dinero está. ¿Qué es lo que falta acá?

EC – El dinero está pero no hay locales suficientes, hay locales deteriorados...

MM – No pasa entonces por el dinero. Cuando nosotros entramos en agosto se nos dijo que en enero del año 2008 comenzó a trabajarse y a ponerse a punto el Sarandí, un hogar de contención de máxima seguridad que se está reconstruyendo, que fue destruido por motines. Entonces comenzó en enero, estamos a un año de haber cumplido el propósito de la puesta a punto del edificio y todavía no está terminado, va a llegar abril -con suerte- de este año para que ese lugar [esté pronto], al cual todos estamos mirando con expectativa porque va a dar posibilidades que los adolescentes que así lo necesiten puedan tener un lugar de mayor contención. Que la reconstrucción de un edificio lleve un año me está hablando de que la urgencia de los lugares no está entendida en formas iguales y esto pasa porque los tiempos de las instituciones o los tiempos de quienes han asumido la recuperación de ese lugar no son los tiempos de los adolescentes, siempre dijimos que la institución tiene sus tiempos...

EC – ...pero entonces hay autoridades que pudieron haber modificado el curso de las cosas por encima de usted y no lo hicieron. ¿Dónde está la responsabilidad, por qué no se puede en el Interj?

MM – Porque yo dije siempre que la burocracia se ha instalado y la burocracia ha ido matando ilusiones y proyectos de cosas que se pueden hacer en mucho menor tiempo.

EC – La burocracia es un término que ya es demasiado amplio ¿no?

MM – Pero tiene concretamente cosas muy puntuales. Si una empresa privada se pone a trabajar, funciona mucho más rápido. ¿Por qué la institución pública cuando se pone a trabajar sus tiempos son más lentos y su temor en la concreción de las cosas va a largo plazo. ¿Por qué tiene que ser así?

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
Me surge la pregunta con respecto a intencionalidad digamos. El término burocracia es bastante amplio como decía Emiliano, seguramente hay un tema de capacidad pero sobrevuela por allí la idea de intencionalidad para que esto realmente quede de esta manera. ¿Es así? ¿Encuentra que hay gente que está buscando el caos como usted catalogó en algún momento en el Interj?

MM – Yo creo que en todo lugar siempre hay gente que va a respaldar propuestas, iniciativas que puedan oxigenar y otra gente que le conviene esto, porque de esto siempre hay alguien que saca réditos o personales o grupales o políticos o sindicales.

JAE – ¿Y usted encontró gente que está interesada en sacar provecho de esto?

MM – Yo creo que de aquí uno va descubriendo como que hay una mediocridad en esto.

EC – ¿Al sindicato usted lo responsabiliza?

MM – Nosotros con el sindicato tuvimos una relación de ida y vuelta, creo que se trabajó con cierta amplitud, se manejó y se llevaron a conversaciones algunos acuerdos que nos parecían que correspondían y estaban bien. Ha habido conversaciones, sentadas, búsqueda de soluciones, no solamente con nosotros sino con parte de nuestro equipo.

En estos últimos tiempos estábamos buscando soluciones para el tema de los lugares, que se había enlentecido la toma de decisiones y creo que aquí hay gente en el sindicato que está bien intencionada, hay otra que probablemente no lo esté. Pero no me pongo a juzgar personas sino que creo que a la vista a veces aparecen cosas que uno dice bueno ¿por qué estas medidas?, ¿por qué llegar al límite en estos momentos tan particulares del año?, ¿por qué llevar a tomar medidas que no siempre han ayudado a destrabar sino más bien a enlentecer y a complicar? Parecería que hay como una necesidad de llevar las cosas a una especie de caos para que en este caos pueda pasar algo, como la renuncia nuestra y la puesta a disposición del cargo del presidente del Inau. Yo creo que son cosas que muestran que no estamos hablando un mismo lenguaje y no estamos trabajando en la misma línea, que para nosotros es el adolescente.

EC – Se está planteando que si el hogar Puertas no vuelve a su cupo original de 12 internos los funcionarios pueden llegar a entregar las llaves. ¿Si ese planteo se levantara, las cosas se facilitarían? ¿Hay algún margen para que usted vuelva a la dirección del Interj.?

MM – No, no, ya estuvo planteado ayer, estuvimos conversando con el presidente de la República, él plantea la situación...

EC - ...usted habló directamente con el presidente, ¿el presidente lo llamó?

MM – Sí. La decisión de cortar aquel vínculo, de poner límites a esta situación, la hemos pensado mucho, hemos barajado estas cuestiones y no da la posibilidad de que nosotros de hoy para mañana solucionemos el asunto. ¿Por qué? Porque estamos hablando de cupos en los hogares y de posturas de directores y de funcionarios en los hogares que dijeron "esto es una medida gremial, esto no se levanta, esto va a ser así", entonces, cuando hay una postura radical...

El director de la Colonia Berro, Óscar Olenchut, había tomado su licencia y cuando apenas se reintegró anteayer a su tarea se encontró con situaciones tan complicadas, tan enredadas y tan de negociaciones, y esto es lo que cuesta más entender: ¿por qué tengo que estar negociando con un director para que me reciba un adolescente cuando su tarea es la de recibir tantos adolescentes como cupos tenga en su propio hogar? El director de la Berro no puede tener dos, tres, seis horas de conversación con un director para que le reciba un adolescente, para destrabar que ese adolescente no se quede en el juzgado, o no se quede en una comisaría, o no se tenga que quedar en la dirección de la Berro con el director pasando la noche allí porque en los hogares no lo aceptan porque tiene un perfil complicado, porque es siquiátrico y porque tiene 18 años de edad y vino del Comcar con unas medidas porque se había fugado del Interj y había cometido un delito. Y porque tenía deudas saldadas con el Inau el juez decreta que vuelva a la Colonia para que cumpla la pena, con 18 años, después de haber pasado por el Comcar.  El director de División habla con el juez y le dice "no tiene razón que este hombre vuelva al Interj cuando cumplió una sentencia en el Comcar", ¿por qué no se le deja libre?, ¿por qué este hombre no vuelve a la normalidad de su casa y de su familia y destrabamos esta situación?

EC – Se lo nota abrumado, se lo nota francamente desbordado.

MM – Entonces este tipo de cosas son las que van haciendo y van limando...

EC - ...entonces la renuncia es indeclinable.

MM – Por supuesto. ¿Sabe por qué es indeclinable también? Porque estamos como jugando a "las esquinitas" para ubicar adolescentes en los hogares porque los cupos no dan, porque los espacios no dan -como dijimos al principio- porque los funcionarios no alcanzan, porque no tenemos un lugar para atender patologías siquiátricas independientemente del hogar y del lugar de contención, porque no tenemos un lugar adecuado para trabajar el tema de las adicciones -que hay un alto consumo-. Este tipo de cosas hacen imposible una tarea, y no es que lo planteamos la semana pasada; esto estuvo conversado hace tres, cuatro meses, diciendo lo que necesitábamos para poder hacer que la propuesta del adolescente por el Interj sea una propuesta como dice el título: un instituto técnico de rehabilitación.

EC – Le agradezco estas respuestas esta mañana. Obviamente queda para conversar todo otro capítulo que es desde qué lugar puede usted eventualmente contribuir a otra etapa en el Interj, o qué va a pasar con usted, qué planes tiene usted después de semejante cambio. Volvemos a conversar en cualquier momento.

MM – Yo les agradezco mucho el tiempo que nos han dedicado, el respaldo, el apoyo y la posibilidad de conversar con la audiencia, muchas gracias.

***

EC – Estaba mirando otra frase del padre Mateo dicha en el día de ayer: "El adulto se está perdiendo la oportunidad de dejarse enseñar por alguien que, aún siendo infractor, tiene algo para decirme. En el Interj hay que aprender a escuchar".