Entrevistas

Violencia entre jóvenes: un reacomodo de los valores fundantes del país

"2002 fue el fin de un siglo de estilo de vida batllista, basado en el concepto de la integración, de la tolerancia, del respeto por la diferencia" señaló a En Perspectiva el sociólogo Gustavo Leal. Esos son algunos de los valores fundantes del Uruguay, y actualmente parecen no tener vigencia. Leal dijo además que hay que recuperar el concepto de disciplina desde un enfoque positivo, una tarea que –según expresó– generalmente se esquiva porque se interpreta como un retorno autoritario. "Aquí se han corrido los límites demasiado [...] Los nuevos padres de estas épocas tienen mucha dificultad en saber cuál es el límite correcto", manifestó.


(emitido a las 7.40 hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
"Problemas de novios entre adolescentes", habría sido el motivo de la trifulca del domingo de madrugada que terminó en la muerte de Pablo Andrés Bayon de 19 años, tres adolescentes baleados y otros heridos.

Anoche, la jueza de Ciudad de la Costa, Adriana de los Santos, procesó a los cuatro jóvenes de Salinas que participaron en la riña del domingo de madrugada por el delito de "riña calificada con resultado de muerte y con lesiones". Además, el fiscal Gilberto Rodríguez pidió la detención del joven identificado por todos los testigos como homicida. Hasta ayer de noche no había sido ubicado pero confían en que hoy será hallado. Tampoco ha sido encontrada el arma homicida, un revólver calibre 22.

Esto ocurrió el domingo de mañana y todos los diarios se ocupan del tema con enfoques algo diferentes. Por ejemplo, El País describe lo que sucedió en el día de ayer: "Muchos de los jóvenes que participaron en la riña del domingo en Marindia se volvieron a encontrar ayer pero en la puerta del juzgado de Ciudad de la Costa donde fueron a declarar como testigos. No faltaron los gestos de amenazas a la distancia y los juramentos de tomar venganza, por lo que puede inferirse que la muerte de un joven no atenuó los decibeles de la rivalidad. Tampoco ha llevado a la reflexión sobre estas situaciones de violencia. ‘Más vale que lo agarre la Policía antes de que lo agarremos nosotros’, comentaban algunos de los amigos de Andrés que estuvieron ayer en el juzgado".

Estas dos barras de El Pinar y Salinas que se enfrentaron el día domingo viven a 11 kilómetros de distancia, no presentan una diferencia a primera vista, van al mismo baile, escuchan la misma música, visten igual e incluso en ambas barras hay, por ejemplo, hinchas de Nacional y de Peñarol.

"‘Esto empezó hace dos veranos, nos peleamos a las piñas varias veces, también en Atlántida, pero nunca hubo balazos. Los problemas empiezan porque ellos vienen a hacerse los matones a nuestra zona’, comentó por su parte Marcelo que ha formado parte de la barra de Salinas".

Otro testimonio dice: "Yo vi el lío, estaba preocupada por mis amigas y me acerqué. En ese momento sentí el dolor y pensé que era una pedrada pero cuando miré me di cuenta que era una bala. Por suerte la bala entró y salió y no me tocó ninguna arteria, no vi quien me disparó".

Esta es la crónica del diario El País. El Observador, que por un lado hace mención al supuesto origen del enfrentamiento en un noviazgo entre miembros de barras antagónicas, también aporta otra visión, una visión que quizás resulte conocida. Es una crónica y un encare que arranca con la rivalidad entre El Pinar y Salinas-Marindia que guarda un trasfondo futbolero: "En El Pinar tiene su base la denominada banda de El Pinar, un grupo de aproximadamente 20 hinchas de Peñarol que forman parte de la barra brava aurinegra, que van juntos al Estadio Centenario cuando juega su equipo y también en otras ocasiones como salir a bailar. Si bien no hay una identificación clara entre Salinas y Nacional basta una pequeña llama para que se encienda la mecha".

"Estábamos con un amigo cantando canciones de Nacional y de pronto apareció una gurisa que no tendría más de 15 años. Empezó a decirnos de todo, ‘que aguante El Pinar’, y llamó por teléfono a amigos diciéndoles que le estábamos pegando", contó un joven a El Observador. Allí habría empezado la trifulca que luego derivó en una corrida hacia la parada de ómnibus sobre la ruta Interbalnearia donde se produjo el disparo que mató a Pablo Bayon. "Un muchacho de El Pinar sur, que prefirió mantener el anonimato, amigo de un integrante de la banda de El Pinar, afirmó que en la noche del sábado estuvo en la casa de su amigo donde había otros integrantes de ese grupo. ‘Eran las 22.30 de la noche y ya tenían ganas de pelear’, dijo. El fútbol y la discoteca son las únicas vías de escape".

La descripción de la situación de cánticos y desafíos entre hinchas de Nacional y Peñarol es parecida a la discusión previa que derivó en los ataques al hincha de Aguada Rodrigo Núñez.


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JAE – Estamos recibiendo a Gustavo Leal, que es sociólogo y trabaja desde hace muchos años con jóvenes en diferentes estados. El País arroja otra información en la tapa del día de hoy: "La Policía teme la irrupción de pandillas en Uruguay", y marca en la crónica que serían pandillas más parecidas a las que existen en Brasil y Argentina y no tanto a pandillas como las que conocemos en Centroamérica, como las ‘maras’. Pero me interesa saber su opinión al respecto.

GUSTAVO LEAL:
Yo creo que el hecho de este fin de semana hay que encuadrarlo en una situación del país que claramente ha tenido hechos similares en los últimos tiempos y en los últimos años. Desde mi punto de vista configuran claramente un giro de época en el estado de convivencia del Uruguay que comienza, como fecha de referencia, en el año 2002. En vez de agotarse un modelo -como se ha planteado muchas veces, que la crisis de alguna manera fue el epílogo de algo- yo creo que eso fue el inicio, un giro en la forma de convivencia del Uruguay y el fin de un siglo de estilo de vida batllista, de un estilo de vida basado en el concepto de la integración, de la tolerancia, del respeto por la diferencia, eso que todo el mundo identifica como lo que es propiamente uruguayo.

JAE – ¿Por qué 2002? ¿Tiene que ver esta crisis que usted menciona con los problemas económicos gravísimos que vivió el país?

GL – Creo que los problemas económicos gravísimos que vivió el país fueron el cambio cualitativo, lo que desbordó el vaso, pero esa gota, por más grande que haya sido, no puede ser tampoco vista como la única que llenó ese vaso. Creo que el efecto o la conmoción del año 2002 generó en el país un reacomodo muy importante de los valores y de los mitos fundantes del país. Los mitos fundantes son aquellas ideas fuerza que matrizan una forma de ser. El mito fundante de la solidaridad, el mito fundante de la necesidad de un país integrado, de que todos somos iguales, de que en este país tenemos maneras de resolver los problemas diferentes a lo que sucede en otros países, de que somos un país culto, etcétera. Hay una serie de mitos fundantes que de alguna forma revelan o construyeron ese estilo que podría llamarse el estilo de vida que impregnó el batllismo durante todo el siglo pasado; el batllismo como proyecto de país, como proyecto de convivencia del Uruguay.

Y el reacomodo de esos mitos pone en discusión ciertos valores que en determinado momento fueron estructurantes para el Uruguay, como por ejemplo el tema de la tolerancia, el tema de la no violencia, y nos encontramos con un sinnúmero de hechos cada vez más frecuentes donde por ejemplo la mediación de la palabra deja paso a la mediación del cuerpo o la mediación de la violencia más explícitamente.

JAE – Desde su experiencia, ¿cómo se sale de esta situación, cómo se revierte el panorama entre los jóvenes en este caso?

GL – Yo creo que en el caso de los adolescentes y los jóvenes en primer lugar hay un problema del mundo adulto en relación a los jóvenes. Hay que recuperar por ejemplo el concepto de disciplina con un contenido positivo y democrático, que no necesariamente está presente en la forma en cómo se educa a los jóvenes en el contexto de los centros educativos en general. Han perdido como referente el concepto de la disciplina. Creo que también hay una dimensión bastante fuerte vinculada a ciertos valores, esta idea de si de alguna manera se han reconfigurado los valores que estructuraron un modelo de ser de la sociedad. No queda claro cuáles son los valores fundantes de esta nueva época.

Yo siento que la mayoría del sistema político del país piensa que estamos saliendo de esa situación y que esto es pasajero. Mi impresión es que el Uruguay cambió cualitativamente y que si no se toman en cuenta otras características de cómo es el Uruguay estamos respondiendo a una realidad que no es. Si uno ve las cosas que suceden en el ámbito de los liceos públicos, y también de los liceos privados, en referencia al tema de la disciplina por ejemplo, ahí permanentemente hay una disputa simbólica, incluso por quién es el que manda, por quién es el que tiene el control de un centro educativo...

JAE - ...si ese tema ha estado arriba de la mesa también a partir de hechos notorios que se han dado en los últimos tiempos.

GL – Claro, y si uno lo mira en perspectiva uno diría que estas cosas no necesariamente sucedían hace 25 años; las instituciones de socialización del país tenían mucho más poder, mucho más peso simbólico. Aquí se han corrido los límites demasiado, y ha habido cierta permeabilidad por parte del mundo adulto en general...

JAE – ...claro, pero da la impresión de que el abordaje aquí es de diferentes ámbitos: el familiar, el del entorno del joven, también el de las instituciones, el liceo, el Estado. El asunto es cómo se puede articular todo eso para revertir la situación.

GL – En primer lugar tenemos que tener en cuenta que esto que sucedió, al igual que lo que sucedió en Aguada, no nace de sectores que estén totalmente excluidos del Uruguay y que sean absolutamente pobres. Ese es un dato a tener en cuenta porque muchas veces se ha dicho; aunque yo hablé de 2002 lo que yo estoy diciendo es que en 2002 hay un cambio cultural fundamental en el país que se expresa en que sectores medios que tienen dificultades de integración tengan este tipo de conductas anómicas.

¿Cómo se revierte esto? Hay cosas que se revierten en el mediano plazo pero también hay una gestualidad vinculada al control social, a la disciplina, a los valores, a una propuesta de un país que tenga un rumbo de integración claro, que es relevante. El tema de la autoridad, de la disciplina, de los valores, del poner límites es un campo que en general se lo esquiva porque pareciera que hablar de estas cosas es proponer un retorno autoritario, y creo que es un punto central porque yo siento que hay muchas instituciones que le han perdido el pulso a lo que implica tener a cargo la responsabilidad de generar un encuadre educativo, generar...

JAE – ...¿pero por ejemplo qué institución?

GL –  ...por ejemplo la institución educativa me parece que es...

JAE - ....¿el liceo, Secundaria?

GL – Los liceos en general, no hablo de los liceos públicos solamente. Y por otro lado también hay un modelo de familia que ha ubicado los límites que los padres le pueden plantear a los adolescentes que creo que también se ha corrido demasiado. Los nuevos padres de estas épocas tienen mucha dificultad en saber cuál es el límite correcto o cuál es el límite de esta época en relación al límite que a ellos le impusieron cuando eran adolescentes.


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JAE – ¿Hablar de estas cosas es como el perro que da vueltas para agarrar su cola? ¿Estamos siempre embarrados y siempre situados en el mismo lugar? Es una pregunta que dejo planteada para reflexionar juntos sobre esta situación.

Por ejemplo Javier dice que "en Atlántida hace cinco años más o menos le dieron una paliza a un joven que terminó en el CTI del Clínicas". Carlos, de Canelones dice: "Es una gradual involución en la que los padres dejaron de prestar atención a los hijos antes de 2002".

Y después hay otra pregunta de Tavo de Las Piedras: "¿Puede ser una de las causas los contenidos violentos de la televisión?".