Entrevistas

Prótesis revolucionaria directo desde Rivera

Enrique Ostrovski fabricó su primera prótesis de fibra de carbono como un favor a un amigo. Una década después, su nombre es conocido en todo el mundo por la calidad de su trabajo. Sus prótesis, más livianas que las tradicionales, tienen un sistema de presión uniforme en el muñón que permite realizar movimientos con normalidad. Entre sus "pacientes" más famosos se encuentran el ex futbolista Darío Silva y Blanca Filippini, la niña que sufrió una múltiple amputación de sus miembros. Este riverense autodidacta tiene varias ofertas para trabajar en el exterior pero asegura que de su ciudad natal nadie lo saca. Desde allí, a metros de la frontera con Brasil, reparte sus productos junto a su hijo, desdeñando amenazas de muerte, denuncias y la falta de apoyo oficial.


(emitido a las 8.54 hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
Si nos ubicamos en el campus de Maldonado, el 11 de enero fue un día muy especial. Allí famosos de distintos países participaron en un partido de fútbol a beneficio de la Fundación Niños con Alas.

¿Qué tuvo de particular? La gran estrella de la actividad fue Darío Silva, quien, vistiendo una camiseta celeste con el número 14 en la espalda, anotó un gol de penal que igualó 1 a 1 al equipo de Uruguay con el de Argentina.

(Audio gol)

JAE - Tal vez muchos recuerden por qué fue importante ese día para Darío Silva: porque dos años y cuatro meses después de haber perdido parte de la pierna derecha en un accidente automovilístico volvía a una cancha de fútbol. El milagro lo permitió la obra de Enrique Ostrovski, un hombre de 64 años, técnico en fibra de vidrio, que le fabricó una prótesis de fibra de carbono al ex delantero de la selección uruguaya.

Hace algunos días Ostrovski volvió a ser noticia por sus prótesis. Este hombre, oriundo de Rivera, le fabricó dos prótesis a la pequeña Blanca Filippini, la niña de Salto a la que le amputaron las dos piernas como consecuencia de una infección generalizada.

Hoy vamos a conversar con Ostrovski para conocer en qué consiste su trabajo y en qué ha cambiado su vida desde que su nombre empezó a hacerse conocido en todo el país.

***

JAE - Su nombre es conocido en Uruguay y en la región.

ENRIQUE OSTROVSKI:
Perdóneme: en el mundo entero.

JAE - Más aún.

EO - He recibido felicitaciones del mundo entero, de Alemania, de Inglaterra... incluso vino gente de Alemania para hacerse una prótesis conmigo.

JAE - Usted está en Rivera.

EO - Sí, en la ciudad de Rivera.

JAE - ¿Cerca del límite?

EO - Sí, es una ciudad sola, una calle la separa de Livramento, de Brasil.

JAE - Entonces, siendo un hombre conocido mundialmente, ¿por qué sigue en Rivera?

EO - Porque a esta altura no quiero salir, no quiero aventurar por ahí, quiero vivir una vida tranquila y ayudando a mucha gente que necesita. Tengo una propuesta de dos años en Israel, tengo una propuesta de Estados Unidos, Pennsylvania, donde están los ex combatientes de Vietnam, varias veces me hicieron propuestas, pero yo les digo: de Rivera nadie me saca. Voy a seguir acá, hay mucha gente que ayudar aquí en Uruguay, impresionante.

JAE - Usted dice que también gente del exterior ha ido a Rivera a verlo.

EO - Sí, de Alemania vino un señor al que le hice una prótesis. De Paraguay; la semana que viene va a venir uno de Chile, combinamos ayer; otro de San Pablo.

JAE - ¿Por qué se distinguen sus prótesis a nivel internacional?

EO - En el mundo no hay iguales a la mía.

JAE - ¿Por qué?

EO - No hay, ya fue patentada y la mayoría de la gente de esos países está interesada en la prótesis. La característica de la mía es primero el peso, es livianita, y el secreto está en el muñón, el envase del muñón, es un sistema de presión uniforme en el muñón, tanto abajo como arriba de la rodilla. Es diferente de las otras modulares que tienen un envase de termoplast que queda flojo en el muñón. Ahí mandan poner vendas y polyfom para rellenar, pero es un sistema que no tiene firmeza. Darío Silva se apoyaba en la derecha para patear con la izquierda, y con cualquier otra prótesis al apoyarse la prótesis se iría para un lado o para el otro; sin embargo con mi sistema uniforme de presión queda prensada en el muñón. La prótesis acepta todos los movimientos del muñón, como si fuera una pierna normal, ahí está la diferencia. Siempre digo que en un caso de esos no interesa la parte estética, pero usted mira una pierna y la otra y no nota que una es una prótesis, queda igual a la otra. Es un trabajo artesanal, de medida, cada uno una medida. Es un trabajo lento porque es artesanal, no da para industrializarlo.

JAE - ¿Cómo surgió esta idea? ¿Dónde la elaboró para que tenga este rasgo particular?

EO - Yo prácticamente soy autodidacta, hace más de 40 años soy técnico en fibra, fabricaba carrocerías de buggies, esos cochecitos areneros que hay en Punta del Este y en Montevideo, hasta que un día, 10 años atrás, vino un amigo mío que tenía un amigo en las afueras de Rivera, en la campaña, que era viudo y tenía seis hijos chiquitos para criar, pero le habían amputado una pierna y andaba en un carro a caballo con dos muletas, un sacrificio enorme. Vino ese amigo, me pidió, y le dije: "Yo no estoy en eso", pero quedé conmovido. Por la materia prima no tenía problema, pero me tenía que asesorar sobre la parte del muñón, la variación, el tiempo de cicatrización, todo eso. Estuve cuatro meses en Porto Alegre, con varios conocidos allá, médico, cirujano, me asesoré bastante. Vine y le hice la prótesis a ese muchacho, le doné la prótesis. A los 20 días me aparece acá, llegó, bajó del carrito a caballo, sin muletas, sin nada, caminando normalmente, loco de contento.

Y ahí comenzó, pasaron uno y otro, me interesé en esa parte y comencé a perfeccionar y a elaborar prótesis. Después vino un canal de Montevideo, me hizo un reportaje; el primero fue un amigo de acá de Radio Rivera, Freddy Fernández, que me hizo un reportaje para el diario El País. Fue por ese reportaje que entré en contacto con Darío.

De lo de Darío hace poco. Darío estaba en España, mirando un programa de televisión, "Ideas y proyectos humanitarios", una cosa así, y apareció la nota del diario El País, mi foto y una foto de una prótesis que hice para un muchacho de acá; el hombre andaba en bicicleta con la prótesis. "Riverense fabrica prótesis", decía, y Darío me llamó por teléfono. Ahí nos encontramos. En ese momento estaba haciendo prótesis cortas, de la rodilla para abajo, y veía que con las prótesis modulares largas para cuando está amputado arriba del muñón la persona tiene que tirar una cuerdita del costado para sentarse. Ahí comencé a pensar: la persona, con el problema que tiene, si se olvida de eso, al sentarse se cae, y se complica. Y empecé a desarrollar un tipo de rodilla con un sistema hidráulico.

JAE - Fue todo invento suyo. Usted comentaba que es autodidacta.

EO - Es invento mío, nunca me gustó copiar nada, siempre me gustó idear, como en el caso de la gurisita. Le doy un ejemplo de mi sistema, la gurisita de Salto.

JAE - Blanca.

EO - ¿Vio que filmaron un tipo de paralela de unos dos metros de largo? Eso es inventado por mí también.

JAE - Y una muñeca.

EO - Ahora te voy a explicar de dónde salió la idea de la muñeca. La madre tenía que agacharse y sujetarla por la cintura para que agarrara equilibrio, pero de esa manera no iba a agarrar equilibrio. Entonces le hice una paralela de dos metros, más o menos, ahí pongo la prótesis y la dejo paradita, porque ella no tiene brazo izquierdo, no tiene apoyo para una muleta, bastón nada. Saqué la medida –es todo regulable, altura, todo–, la pongo allí y queda afirmada en las axilas, paradita en la paralela. Y le llevé una muñeca de regalo para que se adaptara a mí, y se encariñó con la muñeca. Entonces la pongo paradita en una punta de la paralela y pongo la madre adelante a dos metros con la muñeca. La tendencia de la gurisita es ir derecho a la muñeca, ahí comienza a dar pasitos.

JAE - Empieza a aprender a caminar.

EO - A agarrar el equilibrio, que es lo principal. Después de que agarre equilibrio va a caminar sola sin problema ninguno, va a correr, le prometí al padre que la iba a hacer correr, quedó impresionado.

JAE - Blanquita Filippini es una niña, va a ir creciendo.

EO - Saqué un cálculo, más o menos lo mínimo es una prótesis por año, más unas dos o tres modificaciones en la altura, hasta que llega el momento de cambiar la prótesis porque el muñón se va desarrollando, va creciendo. Le prometí al padre que hasta los 18 años le iba a dar asistencia y le iba a donar la prótesis. Si yo llego a parar de trabajar, hay un gurí mío que tiene 25 años, que viaja conmigo, que ya está haciendo prótesis, y él va a cumplir con eso.

JAE - Su hijo trabaja con usted.

EO - Sí, trabaja conmigo; somos dos, nomás.

JAE - ¿Nadie más trabaja en el taller?

EO - No, es una mano de obra especializada que no hay, es medio complicado. Yo cada cuatro o cinco meses paso 20 o 30 días en San Pablo dando un curso de manipulación de fibra de carbono en una industria aeronáutica. No hay mano de obra especializada. Trabajamos los dos, viajamos, atendemos a la gente.

JAE - En el caso de Blanquita Filippini se había dicho también que Darío Silva iba a colaborar, a ayudar en la prótesis.

EO - Sí, en la televisión dicen que Darío me compró las prótesis. El asunto fue que cuando yo supe de la gurisita, fui al hospital Pereira Rossell. La directora del hospital, muy amable, me dejó entrar a ver la gurisita, hablé con la madre y quedé medio impresionado, la madre me dijo que el Ministerio de Salud Pública le iba a donar la prótesis. Ahí yo dije: con todo lo que ha sufrido, con esa prótesis va a sufrir más todavía, porque ya la conozco.

JAE - Era una prótesis de dos kilos de peso.

EO - Pesaba dos kilos cada prótesis. Fíjese una gurisita de tres años cargando cuatro kilos. Además no le entraba en el muñón, tenía una hebilla con un cuero arriba para sujetarle la prótesis en la piernita. Impresionante aquello.

JAE - ¿Y la suya?

EO - La mía pesa 400 gramos, y usted la mira paradita y no nota que es una prótesis, la piernita, el color, todo. Ella ya se adaptó, la madre habló en la televisión, me llamó dos veces llorando emocionada, que ya está dando unos pasos, está caminando la gurisita. Es una satisfacción que uno siente.

Y Darío Silva, yo fui al hospital, me encontré con él y le dije: "Che, Darío, vamos a donar entre los dos un par de prótesis para la gurisita, que la van a lastimar, le van a donar unas que no le hacen bien", y me dijo: "No hay problema". Quedó en eso, ese par de prótesis que donamos con Darío Silva. Ahora ya no tiene más nada, ahora soy yo el responsable, yo y mi gurí, de acá en adelante toda prótesis que le dé va a ser donada por mí. Con Darío donamos ese par, y la mayoría de la gente dice que Darío me compró la prótesis. La verdad es esa que le dije.

JAE - ¿Cuánto cuesta una prótesis?

EO - Eso depende, aquí yo no doy precio. Pero es más barata que muchas modulares que hacen en Montevideo. Hay unas prótesis alemanas que valen tres veces más que la mía, y sin embargo no dan el resultado que da la mía. Yo hago un precio bastante accesible para que toda la gente pueda tener una prótesis y vuelva a caminar, tenga una vida nueva.

JAE - ¿Puede ser 5.000 dólares?

EO - No, 4.000 dólares.

JAE - Y las suyas están por debajo del mercado. ¿Por qué hay una diferencia de precio en el producto?

EO - Yo estipulé ese precio. La materia prima es cara, yo saco un porcentaje para mí, es lógico, mano de obra, tengo que sobrevivir, pero con ese valor estoy conforme. Saco mi ganancia, vivo tranquilo, sin problema ninguno.

JAE - Hay varios mensajes de oyentes de todo el país. Por ejemplo, uno dice: "Ese tesoro de persona y su conocimiento no puede perderse, hay que apoyarlo y rodearlo de estudiantes". ¿Ha tenido ocasión?

EO - Yo nunca tuve apoyo ninguno, cuando fui a patentar eso al LATU, el LATU me pagó la patente porque yo no tenía plata. Varios amigos me apoyaron para ir al LATU antes de que alguien me copiara, agarrara una que hice o viniera, mandara hacer una prótesis y le sacara la copia. Nunca tuve apoyo ninguno, fui acá a la Intendencia varias veces a pedir un préstamo para la pequeña industria y microempresas, pero esa plata nunca aparece, no le dan al que necesita. Fui a un homenaje que me hicieron en la Junta Departamental de Rivera y dije eso: ¿adónde va esa plata? De vuelta no la van a mandar, pero para el que necesita no se la dan. Hice un esfuerzo, salí a flote, conseguí realizar eso, lo patenté, está certificado por el LATU. Y el jueves de la semana pasada fui a Montevideo porque me dieron el Premio Pyme.

JAE - ¿Qué significa ese premio para usted?

EO - Ese premio vale, es un reconocimiento que le dan a uno.

JAE - ¿Ha tenido contacto con estudiantes? Hay otro mensaje, de Inés, que dice: "Estaría bueno que el señor ensañara lo que él sabe y así se formaran otras personas".

EO - Tendría que estudiar bien cómo hacer eso. Ya varios me han hablado sobre eso, pero todavía no entré en esa parte, porque he tenido varios problemas, denuncias de que no estoy inscrito en Salud Pública. Me citaron de un juzgado de Montevideo, fui con abogado, hablé con el juez. Porque en Uruguay no hay facultad, instituto, nadie que forme un protesista, la mayoría se va a Buenos Aires, compra un título, un certificado de curso, viene y lo registra en Salud Pública, y ahí está habilitado. Yo le dije al juez: "Ese sistema de prótesis es mío, ¿quién me lo va a enseñar? Yo se lo tengo que enseñar a ellos", y me dijo: "Váyase tranquilo, hermano, no hay problema ninguno". Y es la verdad, es una cosa que no existe, que es única.

JAE - Usted es técnico en fibra de vidrio. Comentó hace un rato que va a San Pablo a dar cursos.

EO - Sí.

JAE - ¿Quién lo denunció?

EO - Otro ortopedista, uno de acá de Rivera que tiene un certificado frío –voy a ser claro, cuando tengo que decir las cosas las digo, no tengo miedo a nadie–. Ese me denunció porque no estaba inscrito en Salud Pública. Y después otro de Montevideo.

Otra cosa, yo tengo una constancia de la comisaría y jefatura de que recibí tres amenazas de muerte, me dicen: "Pará de fabricar esas prótesis y pará de donar prótesis, si no, te vamos a limpiar". Al final uno no entiende, quiere ayudar a la gente y...

EO - ...¿son amenazas de gente de Rivera?

EO - No, de ahí.

JAE - ¿De Montevideo?

EO - Para mí es gente de ahí a la que le estoy "pisando los cayos", porque la gente me prefiere a mí, deja de sufrir porque le hago una prótesis con la que se siente bien, camina y trabaja de nuevo, como hay una cantidad en todo Uruguay. En todo Uruguay tengo prótesis donadas por mí, yo veo la necesidad de la persona, que los parientes no pueden ayudar; tengo más de 30 pedidos anotados de prótesis para donar. Es que no puedo, no tengo capital, yo vivo de mi trabajo. Pero he donado varias en Montevideo, dos o tres.

JAE - ¿Cuántas prótesis ha fabricado desde que empezó?

EO - Perdí la cuenta, pero muchas más de 500. No voy anotando, voy haciendo, nomás. Viajo viernes y sábado, voy a todo Uruguay, saco el molde de la persona en la casa y después le llevo la prótesis. Quedan locos de contentos porque es complicado moverse 500 kilómetros en silla de ruedas, en ómnibus. Entonces salgo un tiempito los viernes, agarro el auto con el gurí, recorremos por ahí y volvemos el sábado.

JAE - Es una actividad a pedal, son usted y su hijo.

EO - Sí, porque es una artesanía. Lo mismo que hacer vasos de yeso, madera, juguetes de madera. Es una artesanía, no da para industrializar, entonces no tiene sentido poner 10, 20 personas. No es una industria, es una artesanía.

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Transcripción: María Lila Ltaif