Ministerio de Medio Ambiente le asigna un desafío al Polonio
El sábado 5 de setiembre comenzó una nueva etapa en la historia de Cabo Polonio. Tras la oficialización de su ingreso al Sistema Nacional de Áreas Protegidas, el balneario deberá enfrentarse a una serie de desafíos que ocupan tanto a autoridades como a la población del lugar. "El conflicto entre que muchos lo disfruten, pero a su vez, que se viva y se disfrute a su manera natural". Lea el informe de Espectador.com
Informe de Nicolás Batalla y Mariana Goday
A instancias del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, se realizó una jornada de festejos, que iniciaba simbólicamente este nuevo capítulo en la historia del balneario.
El festejo reunió a autoridades nacionales, autoridades locales, pobladores, vecinos de la zona, escuelas del departamento, periodistas y artistas, entre otros.
Se organizaron paseos en carro, caminatas, remontadas de cometas, espectáculos artísticos, proyección de documentales, entre otra serie de propuestas para que los visitantes pudieran disfrutar del lugar.
El área designada para integrarse al SNAP está formada por aproximadamente 26.000 hectáreas, de las cuales 5.000 son terrestres.
El poblado, una suerte de paraíso artesanal ubicado entre las dunas y el océano, está habitado por unas 20 familias, a las que se le suma una población intermitente que va y viene dependiendo de la época del año.
No hay calles ni luz eléctrica ni agua potable y, por raro que pueda parecerle a quienes viven en las ciudades, allí nadie las extraña. La entrada al balneario debe hacerse en camión o caminando y tras unos cuantos kilómetros atravesando dunas y un bosque de acacias, se abre a un lado una costa infinita y, al otro, se descubre el Cabo.
El discurso oficial
El festejo también reservó un lugar para escuchar a las autoridades locales y nacionales que se hicieron presentes, entre ellos, el ministro de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Carlos Colacce, el ministro de Trabajo, Julio Baráibar, el de Ganadería Agricultura y Pesca, Ernesto Agazzi, la ministra de Educación, María Simón y el ministro de Turismo, Héctor Lescano. También participó la directora de Medio Ambiente, Alicia Torres, y el intendente de Rocha, Artigas Barrios.
El primero en hacer uso de la palabra fue titular de la comuna, quien se refirió a las dificultades que significó incluir a Cabo Polonio dentro del Sistema Nacional de Áreas protegidas, por tratarse de una zona donde convergen distintos intereses.
"No propusimos nosotros la incorporación al Sistema Nacional de Áreas Protegidas porque pensáramos que por esa vía se solucionaban todos los conflictos que desde hace mucho existen y que seguramente por un tiempo continuarán existiendo en Cabo Polonio. Pero lo que sí tenemos es la convicción de que la ley de áreas protegidas genera ese ámbito para lograr los consensos mínimos y fundamentales".
Uno de los conflictos históricos de este lugar, al que hizo referencia en parte el intendente, tiene que ver con la propiedad de los terrenos.
El problema se remonta a la década de 1940. Hasta ese entonces la tierra pertenecía a Juan Carlos Pertuzo. En el año 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, el Estado inicia un proceso expropiatorio que no llega a concluir.
El tiempo fue pasando y la gente comenzó a llegar al balneario. Según los asiduos de la zona, primero fueron movimientos de estudiantes y luego grupos de pescadores que comenzaron a establecerse en el lugar y a construir.
En la década de 1990, la familia Pertuzo inicia un juicio reclamando su derecho a la propiedad, dado que el Estado no le había pagado la indemnización correspondiente al proceso expropiatorio.
En ese momento, el Estado se negó a pagar la suma correspondiente a la indemnización y un grupo de veraneantes que tenía construcciones en la zona se organizó en una sociedad anónima y compró parte de esas tierras con el objetivo de regularizar su situación.
En el año 2001 le pagaron a Pertuzo lo que el Estado se había negado a pagarle y se quedaron de esta forma con una parte de la tierra, así nació Gabasol S.A.
Esta sociedad anónima está conformada por 104 personas que no viven en el Cabo Polonio, sino que lo utilizan como lugar de veraneo. Poseen aproximadamente 200 hectáreas sobre la zona sur del balneario.
En Cabo Polonio, toda la zona marina es de dominio público. Además hay algunos predios de propiedad estatal y otros que son propiedad de particulares.
Guillermo Scarlatto, coordinador general del SNAP, explicó a Espectador.com qué sucede hoy en día con las construcciones del lugar.
"Las construcciones existentes en Cabo Polonio son, en todos los casos, construcciones de carácter irregular. Ninguno de los casos tienen las habilitaciones correspondientes. Lo que está planteado es que en el proceso del plan de manejo, que se inicia ahora en los próximos meses, sea lo más riguroso posible en términos técnicos, también lo más riguroso posible en términos de la participación y consulta con los distintos actores. La meta es ordenar la situación de esas construcciones, que terminarán siendo regularizadas, suponemos. En otros casos implicará modificaciones y en los casos que se evalúe que están mal ubicadas y no corresponde su permanencia, serán eliminadas".
Esta nueva etapa retoma el proceso inconcluso de regularización tanto de la tierra como de las propiedades, y puede desencadenar, como afirmó Scarlatto, en la destrucción de algunas casas.
El intendente de Rocha fue muy claro sobre cómo se generó esta situación: "Yo sostengo que cuando todo está prohibido, prácticamente todo está permitido. Cada cual hace lo que puede, si lo dejan, y si no lo dejan, no hace. Es mucho mejor que tengamos normas que digan qué es lo que se puede hacer en Cabo Polonio y que es lo que no se puede hacer".
El proyecto establecerá algunos sectores donde las construcciones son permitidas bajo determinadas condiciones y otros donde no.
Básicamente, esto dependerá de dos criterios: uno que tiene que ver con cómo afecta determinada edificación al área y otro que evaluará los aspectos jurídicos relacionados a la propiedad de la tierra.
Evidentemente, las construcciones que están en terrenos propios tendrán más probabilidades de regularizarse que las que estén en terrenos ajenos, ya sea del Estado o de terceros.
Esto plantea una situación compleja para los pobladores del lugar, específicamente para las 20 familias que no viven en la zona que es propiedad de Gabasol.
No obstante, el coordinador general del SNAP aclaró que estas situaciones tratarán de ser contempladas.
"Los criterios no son de remoción (de las familias), sino de buscar la mejor forma de su permanencia y el desarrollo de sus actividades en mejores condiciones que las actuales, si es que eso es posible. Eso está planteado de esa manera, dado que hay personas que viven allí hace muchos años y que tienen allí su medio de vida".
Gabasol está iniciando, por otra parte, un proceso de regularización de sus edificaciones, según informó Gonzalo López, uno de los integrantes de la sociedad anónima.
"Nosotros estamos empezando un proceso de regularización de las viviendas actuales. Nosotros somos propietarios de pleno derecho del predio y de las casas y siempre teníamos la discusión con las autoridades sobre la regularidad de las casas. Ahora contratamos una consultora para hacer un estudio de impacto ambiental para hacer un proceso de regularización de las casas existentes".
En el discurso oficial también hizo uso de la palabra el presidente de la Asociación Civil de Cabo Polonio, Marcos Carámbula, quien también hizo referencia a la importancia de solucionar conflictos y buscar la inclusión.
"Nos sentimos muy contentos de esto, pero también necesitamos de aquí en más ser partícipes de lo que se va a construir en este lugar, partícipes en serio, y hacia todos. Queremos que este lugar lo podamos construir entre todos, ese es mí deseo, y ese es el deseo también de nuestra comunidad".
En lo que respecta al resto de los vecinos, las expectativas respecto a las inclusión de Cabo Polonio en el SNAP son positivas, aunque también manifestaron sus dudas respecto a la forma en que se llevará adelante el proceso.
Eddy, uno de los residentes del balneario, contó cómo llegó al lugar y cuáles son sus miedos ante esta nueva realidad.
"Me trajo hace 15 años un amigo, ahí empecé a venir todos los años, hasta que hace cinco años, cuando hacía siete meses que estaba acá, decidí quedarme. Pagaba alquiler en Montevideo y vivía acá. (Respecto al ingreso al SNAP), puede estar fantástico, el tema es que en realidad hagan las cosas que estuvieron diciendo por todos lados que iban a hacer y que no han hecho, por ejemplo unos baños químicos que trajeron ayer (viernes) y que mañana (domingo) ya no van a estar".
Patricia Jaurena, integrante la Asociación Civil Cabo Polonio, contó porqué vive ahí y cuáles son las cosas que espera que se respeten en el lugar.
"Yo esencialmente soy una persona que no puede estar lejos del mar, sufro mucho en la ciudad con el cemento, el tránsito, con la vorágine de los horarios. Un día llegué a trabajar acá en el 2000 y lo sentí como mi lugar en el mundo y nunca más volví a Montevideo. (Los vecinos) no queremos la luz eléctrica, respetamos cualquier otra opinión, pero nos inclinamos más hacia una energía alternativa".
Joselo, uno de los personajes más emblemáticos de la zona, perteneciente a la cuarta generación de pescadores de Cabo Polonio, explicó qué problema encontrará solución con este régimen.
"Obviamente que se tiene que proteger el área, porque están pescando el gatuzo con las hembras preñadas, que vienen a parir a la playa. Por cada hembra que muere, que rinde la mitad menos que una que no está preñada, matan ocho crías. Ya no hay casi. Arman redes y cosas dentro de los barcos, rompen todo. La cacería de lobos marinos es muy habitual, vienen muy seguido acá a las islas, escuchás los tiros. Las islas parecen un pueblo, todas iluminadas y nadie dice nada".
La Puerta del Polonio
En su discurso, el ministro de Turismo y Deportes, Héctor Lescano, anunció la creación de la Puerta del Polonio, un centro de servicios que se creará sobre la Ruta 10, en la entrada al balneario.
"Ya comienza este lunes el trabajo para lo que se llama la Puerta del Polonio, que es creo una contribución importante para este sistema", aseguró el secretario de Estado.
Este emprendimiento consistirá en la centralización de una serie de servicios en la entrada al balneario, que tienen que ver con la venta de pasajes, estacionamiento, información turística, entre otros.
Antonio Carámbula, subsecretario de Turismo, explicó los detalles de este emprendimiento.
"Estábamos en un llamado que se cerraba este lunes por una inversión de unos 900.000 dólares. Básicamente, la parte principal de la inversión es en la entrada del Polonio que incluye la mejora del estacionamiento para los automovilistas, del estacionamiento para los transportistas y un área de servicios que permita dar una mejor calidad a la gente que acuda al Polonia. Estamos hablando de no más de 350 metros cuadrados de estructura cerrada, eso incluye servicios higiénicos, dos salas de exposiciones, una sala de venta de pasajes una sala de espera un centro de información turística y básicamente es eso".
Este proyecto despertaba cierta inquietud por parte de Gabasol, por considerar que si se mejoran las condiciones de ingreso al balneario, seguramente se incremente la circulación de público y esto termine siendo nocivo para la zona.
Desde el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) se aseguró que esto no será así. Por el contrario, parte de este trabajo estará abocado a disminuir la erosión que ocasionan los viajes en la zona.
Este verano se comenzó a utilizar un sistema de transporte similar al que se usará a partir de que funcione la Puerta del Polonio y ya se obtuvieron muy buenos resultados: con un número de ingresos similares al del año anterior, la cantidad de viajes se redujo a la mitad. Además, la obra se hace fuera del área sensible, en un lugar donde no se generan impactos importantes.
La jornada del sábado marcó el final de una etapa y el comienzo de una nueva para Cabo Polonio. Si bien nadie sabe en qué va a desembocar este proceso, parecería que todos son concientes de que el éxito del proyecto depende de que la suerte del balneario se construya contemplando los intereses de todos los actores de la zona.
Una de las últimas en hacer uso de la palabra fue la ministra de Educación, María Simón, quien sintetizó en buena medida las conclusiones que se pueden sacar de la jornada.
"Si no se permite nada, se puede hace cualquier cosa, pero si se hace cualquier cosa a la larga no se puede hacer nada porque se va a destruir un patrimonio. Se trata de disfrutarlo, de solucionar un conflicto que naturalmente se da y es un conflicto. Un conflicto entre que muchos lo disfruten pero a su vez que se viva y se disfrute a su manera natural, no se trata de reservarlo en una cajita".