(emitido a las 7.52 hs.)


(Audio Uruguay-Costa Rica.)

EMILIANO COTELO:
Así relataba Álvaro González Márquez anoche por 13 a 0 en El Espectador el final del partido. Al lado de él estaba el Profe Ricardo Piñeyrúa, que confesaba casi lo mismo, que él no soportaba ya esa tensión.

RICARDO PIÑEYRÚA:
Es verdad, fue una gran tensión, uno hace una prédica de que el fútbol hay que disfrutarlo pero a veces se hace muy difícil por todo lo que está en juego, como en el partido de ayer y esa posibilidad de ir al campeonato del mundo. Esa ambición que tienen todas las selecciones del mundo de estar en el principal evento produce una especie de drama que tiene también su cosa de encanto, uno también lo vive con una intensidad muy grande y que creo que ayer lo vivieron todos en el Estadio Centenario.

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
Valió la pena, ¿no?

RP – Claro que valió la pena. Yo viví tres estados emocionales diferentes. El primero fue el de esa tensión brutal, yo me imaginaba cómo estarían los jugadores y cómo estaba toda la gente en ese momento, esa explosión de gritos que Álvaro reflejaba –yo siempre lo envidio a Álvaro porque él va liberando tensión en la medida en que va ejerciendo su relato, es un esfuerzo físico, en cambio todos los demás estamos ahí, contenidos, esperando que termine el partido. Pero ver las caras de toda la gente –ayer fue muchísima la gente que estaba en el entorno nuestro, en la cabina, en el estadio, por todos lados– cuando terminó el partido fue una cosa de liberación.

Yo hacía mucho tiempo que no veía a la gente quedarse tanto tiempo en el estadio con la selección una vez terminado el partido, los jugadores dieron como una vuelta olímpica, se estaban yendo pero volvieron a saludar a la gente y la gente se quedó, y después al final vi algunas imágenes hasta de festejos en algunos lugares.

JAE – Yo estaba sacando la cuenta, fueron 20 partidos ¿no?

RP – Sí señor.

JAE – 20 partidos son 1.800 minutos, o sea 30 horas. Estuvimos 30 horas mirando a Uruguay a lo largo de este año y medio.

RP – Sí.

JAE – 30 horas de tensión, sufriendo –y muchas veces disfrutando– el comportamiento de nuestro equipo.

RP – Sí, primero fue la tensión, después fue esa cosa de liberación y de gozo de decir "bueno, vamos al campeonato del mundo". Desde hace bastante tiempo tengo la idea de que el campeonato del mundo es algo mucho más importante de lo que en realidad nos damos cuenta, no digo ya como fútbol sino como país. Y después me entró una cosa que se las debo confesar, y es con qué rapidez cambiamos la visión del fenómeno de estar en el Mundial por la otra, por la de "apenas clasificamos con Costa Rica". Creo que nos cuesta mirar hacia los costados. Estaba mirando hoy las declaraciones en algunos medios del técnico francés y si se las pusiéramos en la boca a Tabárez serían exactamente las mismas, porque ayer clasificaron al Mundial otros equipos y los resultados fueron 1 a 1, 1 a 0, creo que hubo un 2 a 1 de Eslovenia. El estado de tensión que se vive en ese tipo de partidos creo que no permite que se juegue de una manera muy suelta, libre. Ayer Uruguay tuvo momentos –desde el comienzo del segundo tiempo hasta los 26 minutos con el gol de Abreu– en el que lo pasó por arriba a Costa Rica y pudo haber hecho dos o tres goles, pero no hacía ninguno. Después que hizo el gol creo que la liberación de la tensión le generó una situación en la cual Costa Rica encontró una situación de gol y lo convirtió, y casi perdemos.

JAE – Es como que la selección se distrajo.

RP – Es como que estaba preparado. Es parecido a un examen para el que uno estudia todo pero se le mete en la cabeza que le van a preguntar "A" y llega ahí y le dicen "B" y se queda mirando diciendo "pero esto no estaba previsto". Creo que no estaban preparados para que les hicieran ese gol y cuando se lo hicieron les costó horriblemente recuperarse. Hay una acción de Tabárez que me parece que fue muy importante, la entrada de Fernández le dio un poco más de aire porque Lodeiro, que había jugado muy bien, estaba muy cansado, ya no influía en el partido. La entrada de Fernández le dio un poco más de aire, se juntó con Maximiliano Pereira por la zona derecha y empezaron a salir de ese asedio en el que los había metido Costa Rica.

Me parece que el resultado no se ajusta a la realidad, Uruguay fue realmente más que Costa Rica. Pero la cantidad de situaciones de gol y la mala puntería o la impericia que tuvo Uruguay para resolverlo... es como que estaban agarrotados y que la tensión del partido les impidió poder llegar a situaciones de gol. Ese es un tema que debe resolverse porque se estaba definiendo la clasificación al Mundial y creo que esa presión se sentía. Ayer, cuando los vi bajar del ómnibus les miraba las caras a los jugadores y miraba al estadio y me imaginaba un millón de personas mirando el partido y un país entero esperando que ellos 11 hicieran lo que tenían que hacer para ir a un campeonato del mundo... a veces uno no se da cuenta de la responsabilidad que les ponen ¿no?

JAE – Sí, totalmente. Te preguntaba sobre la evolución porque ahora estamos más cerca de jugar el Mundial que del comienzo de las Eliminatorias. Quedan siete meses desde que la pelota empiece a rodar en Sudáfrica. La selección cambió bastante, hay 17 jugadores que estuvieron en el proceso y que no estuvieron contra Costa Rica. ¿Cómo queda el equipo plantado, cómo queda el proceso, cómo ves el final de estas Eliminatorias en cuanto a jugadores y estilos de juego?

RP – A mí me parece que acá hay dos cosas. La primera es que en este proceso de Tabárez participaron más de 60 jugadores. Ayer estaba leyendo precisamente que en el período de Maradona en la selección argentina pasaron más de 55 jugadores; esto es algo que siempre ha pasado y que sucede constantemente, hay una cantidad de jugadores que van apareciendo, es un proceso muy largo –son tres años prácticamente–, entran y salen jugadores.

Yo creo que de aquí en más hay varias cosas que deberán ser analizadas. La primera es que cuando Tabárez empezó en este proceso tenía una teoría de cómo debía jugarse el campeonato –como debía jugar Uruguay, cual debería ser el sistema táctico base– que no pudo aplicar, porque aquella idea de jugar con el 4-3-3 no le funcionó y terminó haciendo todo tipo de variantes, fundamentalmente jugando con dos líneas de 4 y dos puntas o como lo hizo en los últimos partidos a partir de Ecuador –también lo había hecho contra Paraguay– con tres hombres en el fondo y 5 volantes, alguno medio como enganche o más suelto. Tuvo que ir variando tácticamente de acuerdo a los jugadores que tenía.

Yo creo que hay una base del equipo que es la que él va a proyectar hacia el campeonato del mundo y tendrá que tomar decisiones, algunas muy duras, porque debe haber muchos jugadores que tuvieron muchos partidos con la selección que no van a tener lugar, porque entre otras cosas van apareciendo otros que sí lo tienen. Por ejemplo ayer podemos poner el caso de Lodeiro. Lodeiro jugó un buen partido, sobre todo cuando se animó, se soltó y empezó a jugar al fútbol que él practica se transformó en un jugador importante, o sea que aparentemente tendría que tener un lugar para el Mundial. ¿En lugar de quién?, de algunos de los otros que jugaron. Me parece que ese es un tema muy complejo que tendrá que ir viendo el técnico, pero hay una base que creo que no la va a tocar, con los jugadores más sólidos en cuanto a su presencia en la selección.

Creo –por lo menos así lo ha dicho todo el mundo, no sé si es cierto– que es más fácil jugar el Mundial que jugar las Eliminatorias, como que el Mundial se juega con otra serenidad que no es la que se tiene en las Eliminatorias. Uruguay va a tener que mejorar mucho para tener una buena actuación en el campeonato del mundo. Es un equipo que tiene virtudes, sobre todo defensivas y físicas, de estructura, de lucha, y que le falta bastante técnica, no tiene un buen juego. El tema es que yo no sé si tiene alguien que se lo pueda dar. Ayer Lodeiro mostró algo, quizás pueda ser una de las alternativas y capaz que necesita alguno más, pero [a Uruguay] le falta esa calidad futbolística y yo creo que la sentimos. Uruguay se los lleva por delante, choca, empuja, pero como que todo es apurado y a la fuerza, le falta un toque de distinción para jugar al fútbol.


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RP – Vale la pena disfrutar que hemos conseguido volver a un campeonato del mundo. Si miramos el mapa y vemos cuáles son las 32 selecciones que clasificaron descubrimos que después de Eslovenia somos el país con menor cantidad de habitantes de los que están en el Mundial. Me parece que ese también es un dato que vale la pena, porque a veces no nos damos cuenta de la magnitud que tiene para un país como Uruguay poder estar en una competencia donde hay inmensas potencias, y donde hay inmensas potencias, como China, que quedaron afuera.

EC – Además contribuimos a que se cumpliera lo de que todos los campeones del mundo fueran al Mundial.

RP – Exactamente, los siete campeones están en esta copa del mundo. Ojalá gane un campeón mundial, no quiero que sean más los campeones del mundo –es medio reaccionario lo mío–, me encanta que el "club" sea estrecho y que no todos puedan decir "soy campeón del mundo".

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