Entrevistas

A contracorriente: el Opus Dei en Uruguay

A contracorriente: el Opus Dei en Uruguay

Hay instituciones que en virtud de su origen, sus supuestos fines no explícitos o su desmesurado poder –real o imaginario– provocan la curiosidad de la gente. El Opus Dei, corriente fundada por monseñor Escrivá de Balaguer en España el siglo pasado, es un buen ejemplo de éstas. En su último libro, El peso de la cruz, el politólogo Fernando Amado ingresa en el discreto mundo de la "Obra de Dios" y deja al descubierto algunas interrogantes que suelen asociarse a dicha agrupación. Cuántos miembros posee, cómo se organiza, qué objetivos persigue, cuánta es su influencia en la sociedad fueron algunos de los temas desgranados a lo largo de esta entrevista En Perspectiva.


(emitido a las 9.00 hs.)


EMILIANO COTELO:
¿Qué quiere saber usted sobre el Opus Dei en Uruguay? Sobre esta institución los uruguayos en general conocemos poco y especulamos mucho. Por ejemplo, a menudo se le atribuye un peso importante dentro de la Iglesia Católica, o se habla de la influencia que habría logrado en el pasado en algunos gobiernos. Lo cierto es que las preguntas se amontonan: ¿cuántos son los miembros del Opus Dei en nuestro país, ¿se trata de un movimiento elitista?, ¿por qué hace una apuesta tan fuerte a la enseñanza a todos los niveles?

Además existe gran curiosidad por algunas de sus costumbres. Algunos comparan su organización con la de una secta o una logia; otros ponen el acento en la práctica de la autoflagelación, que tanta difusión tuvo con la película El Código Da Vinci.

Y, por citar un ángulo polémico más, ¿qué es lo que está en juego en la rivalidad entre el Opus Dei y la Masonería?

Sobre todos estos puntos hay buenas respuestas en el libro El peso de la Cruz, una investigación sobre el Opus Dei en Uruguay que se publicó hace pocas semanas. Su autor es Fernando Amado, un joven politólogo uruguayo que el año pasado publicó En penumbras: la Masonería uruguaya 1973-2008 y en 2007 había escrito Desconfianza infinita: Lacalle, Sanguinetti, Batlle y Vázquez y la elección de las cúpulas militares.

Con Fernando Amado vamos a conversar en los próximos minutos, En Perspectiva.


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EC – Fernando Amado nació en setiembre de 1982, así que tiene 27 años. Es licenciado en Ciencia Política por la Universidad de la República, los oyentes pueden conocerlo también como dirigente colorado de Vamos Uruguay –de hecho ha sido electo diputado en octubre– e integra el Comité Ejecutivo del partido. ¿Cómo se relacionan esas dos facetas de tu personalidad (la ciencia política y la actividad política) con esta otra, la de escritor de libros de investigación?

FA – Yo trato de diferenciarlas y dividirlas claramente porque cuando empieza la mezcolanza es cuando realmente uno no llega o no anda bien en ninguna de las dos. La de la ciencia política yo creo que está de lado, fue una carrera que me encantó hacer por su cercanía a la actividad política, que es evidentemente mi vocación, pero yo no hago ciencia política, se lo dejo a mis amigos Chasquetti, Garcé y compañía que fueron profesores míos y que se dedican exclusivamente a la ciencia política. Yo lo que hago es investigación periodística en el tema de los libros y actividad política.

EC – Y de hecho esta actividad se ha convertido casi en una profesión.

FA – Sí, porque realmente el primer libro fue el que me enganchó para el segundo, el segundo para el tercero, y más allá de que la gente puede sentir que son temas taquilleros –y es cierto que son temas taquilleros los que he abordado en estas tres publicaciones– investigar es otra pasión, y sobre todo acercar una visión más realista de instituciones que tiene el país, que integran uruguayos, y que muchas veces se tejen muchas fantasías alrededor de ellas.

EC – Este libro es una derivación del anterior, ese que se centraba en la masonería uruguaya, ¿por qué?, ¿cómo fue ese proceso?

FA – Se dio naturalmente, en plena investigación. Para recabar información para el libro En penumbras, sobre la masonería uruguaya, me topé con que muchos integrantes de la Masonería señalaban al Opus Dei como el portaestandarte más ortodoxo de la Iglesia Católica y por ende un rival en la cancha de la laicidad, un rival en el terreno de la ideología, en el terreno de una impronta que ambas instituciones quieren darle a la sociedad uruguaya y que han disputado durante todo el siglo XX por ejemplo; desde principios del siglo XX, cuando la Masonería y la Iglesia Católica disputaban claramente espacios de poder concretos, la división Estado e Iglesia ¿no?

EC – Sí, el libro sobre la Masonería tiene algunas páginas sobre esa rivalidad.

FA – Exactamente. Y eso despertó un poco la llama de decir bueno, acá también hay un grupo. Además creo que la sociedad uruguaya, como el mundo, se enteró mucho más de la existencia de un grupo selecto, ortodoxo, dentro de la Iglesia Católica a partir de la novela de Dan Brown, que es de ficción por supuesto y no revela la realidad de lo que es el Opus Dei pero sí nos permitió saber que existía un grupo de ese tenor. En Uruguay creo que también influyó bastante el episodio de los Peirano, en donde se vio involucrado también el Opus Dei debido a que la familia Peirano es una familia cuasi fundacional del Opus Dei.

EC – A los primeros voceros del Opus Dei con los cuales hablaste no les cayó bien que estos dos libros salieran casi juntos porque dijeron que eso implicaba poner al Opus dentro del nicho de "cosas raras".

FA – Sí, en realidad el Opus tuvo una apertura yo diría estratégica hacia el libro, institucional. El Opus me abrió las puertas a varias de sus actividades, pero desde el primer momento se percibió –y fueron explícitos en eso– que no era algo que les gustara que se escribiera sobre el Opus Dei. Menos, justamente, que se los pegara a la anterior publicación o como una continuación de investigación de otra institución con rasgos peculiares como el secretismo, la discreción, y nada más y nada menos que uno de sus enemigos o adversarios ideológicos, filosóficos –aunque ellos lo van a negar hasta el cansancio–. Entonces no cayó bien pero prefirieron transitar el camino de que tuviera un acercamiento al Opus Dei, que pudiera sacar sus cosas positivas y desmitificar una cantidad de cosas del Opus Dei y...

EC - ...tú tuviste una larga serie de entrevistas con integrantes del Opus Dei y visitaste distintas instituciones de la Obra, participaste en reuniones...

FA – Yo diría que conviví gran parte de la investigación con miembros de la Obra en el sentido de que participé en tertulias, en meditaciones –todas instancias que en el libro están bien especificadas de qué se tratan–, en misas especiales, visité la mayoría de sus centros, pude acceder a testimonios importantes de integrantes de la Obra.

EC – Por otro lado, en el acto de presentación del libro estuvieron presentes varios representantes del Opus Dei, ¿cómo hay que entender eso?, ¿estamos ante un libro que cuenta con el aval del Opus Dei?

FA – No, yo diría que todo lo contrario. Es más, luego de la presentación del libro, más allá de que es cierto que hay integrantes del Opus Dei –y me consta– que lo han leído, este es un libro prohibido para integrantes del Opus Dei.

EC – ¿Cómo que prohibido?

FA – Claro, el Opus Dei, y en el libro lo van a encontrar mucho más explicado este tema...

EC - ...sí, el libro habla de lo que en la jerga se conoce como el Index.

FA – El Index famoso que el Opus Dei sigue usando. Y tiene una práctica habitual: aquel integrante del Opus Dei que va a leer determinado libro acostumbra a preguntarle a su director espiritual si es aconsejable leer ese libro o no, y el director espiritual –que es en general un numerario, una persona célibe, que vive en los centros del Opus Dei y que dedica su vida al Opus Dei– es el que puede decirle "bueno, me parece que es buena lectura, o la verdad te aconsejo que no lo leas porque no te va a enriquecer en nada".

EC – ¿Y lo que tú dices es que este libro en particular, el libro El peso de la Cruz, fue colocado en ese Index?

FA – Sí, fue colocado en ese Index en el entendido de que el Opus Dei entendió, y me lo han hecho saber, que era una buena investigación, que estaban conformes con el libro porque claramente no era un libro detractor de por sí, y que era una buena herramienta para que los que no integramos el Opus Dei entendamos qué es el Opus Dei y nos acerquemos. Ahora, no es aconsejable para aquellos que integran el Opus Dei; no quieren que los integrantes del Opus Dei lean el libro porque en él van a encontrar una cantidad de cosas que quizás ni conocen.

EC – Curiosamente, y seguramente, muchos de los lectores de este libro lo cuestionen por ser poco crítico con el Opus Dei. Ha habido en todo el mundo publicaciones mucho más punzantes, mucho más agudas. Por citar nada más que un ejemplo, que el propio libro a su vez utiliza en algunas de sus páginas, hay un sitio en internet opuslibros.org que recoge testimonios, artículos, de quienes se apartaron del Opus Dei. Entonces, ¿cómo es eso?

FA – Yo no diría que no es punzante, yo diría que es un libro que trata –al igual que los anteriores libros– de analizar a la Obra, como se llama popularmente al Opus Dei dentro del Opus Dei, de una manera objetiva, sin prejuicios, y tratando de poner los acentos en su justa medida. Yo me he encontrado con algunos lectores que me han dicho justamente lo que decías tú, que fui poco punzante o poco agresivo; nunca pretendí serlo desde el inicio de la investigación. También me encontré con otros que leyeron el libro y me dijeron "me llevé una peor imagen aún de lo que es el Opus Dei".

EC – Probablemente el capítulo más cuestionador sea el 11, que es el que incluye el testimonio de un ex numerario del Opus Dei José Rossengurt.

FA – Sí, fue difícil encontrar un numerario que haya estado unos cuantos años dentro del Opus Dei y que estuviera dispuesto a dar su testimonio. En Uruguay yo me contacté con varios de ellos pero no daban el paso de querer hablar para el libro. Muchos decían que quizás tenían algunos amigos todavía en el Opus Dei y que no querían herir sus sentimientos, otros lisa y llanamente me decían que tenían cierto temor a posibles represalias desde el punto de vista de que se les cerraran puertas en negocios, en trabajos, en la parte educativa –sabemos que la Universidad de Montevideo (UM) es una universidad muy prestigiosa del país–. Ha habido varias razones por las cuales ex miembros que no se han ido muy bien no han querido dar testimonios.

Por suerte me encontré con Rossengurt, un hombre que estuvo del 77 al 88 en el Opus Dei, que fue numerario, vivió en el Centro del Opus, fue célibe, era de aquellos que entregan su vida al Opus Dei. Fue un testimonio bien importante, por supuesto que es su experiencia personal, de la cual salió muy lastimado, muy dolorido, y sin duda pasadas varias décadas de su alejamiento todavía se nota que le ha marcado a fuego ese pasaje por el Opus Dei.

EC – ¿Desde qué óptica te plantaste frente a esta investigación? Tú dices casi sobre el final "soy una persona muy racionalista y no pertenezco a ninguna corriente religiosa ni filosófica". ¿Eso es una ventaja o es un inconveniente?

FA – Yo creo que es una ventaja debido a que no tengo atadura con nadie.

EC – Tú citas allí palabras del padre de una compañera tuya de preparatorio que te decía: "Es muy difícil tratar de entender los temas religiosos, que tienen un componente sobrenatural, haciéndolo desde el punto de vista terrenal".

FA – Sí, era de María Pérez Del Castillo. Es cierto, tiene toda la razón en el sentido de que es muy difícil abordar una temática cuyo componente es la fe desde alguien –en este caso yo– que carece de ese don. Es una doble tarea tratar de mantenerse objetivo, imparcial y sin entrar en el terreno de la descalificación o en el terreno de no dejar explícitamente clara algunas cosas por la ausencia de fe en uno, pero eso no inhabilita a tratar de acercarse a ver los comportamientos de una institución que convive con nosotros y que es muy importante para muchos uruguayos.


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EC – Cuántas personas integran hoy el Opus Dei en Uruguay, cómo viene la evolución de la presencia de la Obra en nuestro país, qué pasa con las instituciones que controla, cuáles son los pilares de su estrategia; de esos temas seguimos conversando en la segunda parte de esta entrevista con Fernando Amado.


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EC – El peso de la Cruz, Opus Dei en Uruguay, ese es el título del libro más reciente escrito por Fernando Amado y con él estamos conversando esta mañana en nuestra entrevista central en En Perspectiva.

Opus Dei viene del latín, significa Obra de Dios. Ahora, ¿qué es el Opus Dei? Brevemente, antes de continuar con otras preguntas, no es una orden dentro de la Iglesia Católica...

FA – No, es un grupo, una corriente dentro de la Iglesia Católica Apostólica Romana que tiene características particulares, por ejemplo tiene línea directa con el papa debido a que en la "jerga jurídica" de la Iglesia Católica es una prelatura personal.

EC – Sí, el nombre es La Prelatura de la Santa Cruz y el Opus Dei.

FA – Exactamente, que tiene diferencias justamente con las demás congregaciones debido a que tiene su superior en cada país. En este caso el Opus Dei corre de costado en cuanto a su autoridad; tiene su autoridad máxima en el papa y línea directa con él, esa es una característica bien distinta.

Y la otra es que es una corriente claramente vinculada a su fundador. Sería imposible explicar el Opus Dei sin la presencia de San Josemaría Escrivá de Balaguer, con una importante presencia desde su fundación, porque en definitiva el Opus Dei nace a partir de visiones divinas de Escrivá en donde –según él– Dios le iba indicando que tenía que generar esa cosa que terminó siendo el Opus Dei.

EC – La gestación del Opus Dei ocurre en España en los años 30, ¿no?

 
 Monseñor Josemaría Escrivá de Balaguer (1902-1975)
FA – Sí, en 1928 es una de las visiones que tiene Escrivá, luego tiene otra en el 30. La vida de monseñor Escrivá de Balaguer está siempre caracterizada por una cantidad de visiones que le van indicando cómo seguir armando esa Obra de Dios.                                                                            

EC – Y uno de sus conceptos centrales es la santificación a través del trabajo.

FA – Sí, un concepto revolucionario cuando él lo empezó a manejar, debido a que estaba muy arraigada la idea de que para que alguien fuera santo tenía que estar casi que todo el día en una ermita rezando o vivir una vida de sacerdocio o enclaustrado. Una de las ideas revolucionarias que trajo monseñor Escrivá de Balaguer a la Iglesia, y por la cual sufrió acusaciones muy graves hasta el Concilio Vaticano II, fue que uno se podía santificar a través del trabajo ordinario y en el medio del mundo, es decir como periodista, como escritor, como político o como abogado. ¿Quién iba a poder imaginar que un abogado o alguien que se dedicara a las finanzas podía ser santo? Y sin embargo, uno de los conceptos claves para entender al Opus Dei fue el de poder santificarse haciendo bien su trabajo profesional diariamente y en el medio del mundo, no aislado en una ermita o enclaustrado.

EC – Sí, el padre Julio Elizaga, que no pertenece al Opus Dei pero que es consultado en el libro, destaca que ese concepto, que estaba en la doctrina de la Iglesia Católica, en realidad no tenía un acento hasta ese momento, pasaba desapercibido.

FA – Exactamente. El Concilio Vaticano II lo toma para sí y en definitiva llama a la santificación general, a la santificación mundial, y esa es una victoria que tiene el Opus Dei y monseñor Escrivá de Balaguer, que desde dentro de la Iglesia Católica había sido muchas veces acusado por eso, incluso hasta de ser portaestandarte de una "Masonería blanca", como se decía en aquel momento.

EC – Sí, uno de tus entrevistados te sugirió un título para el libro: "A contracorriente".

FA – Sí.

EC – ¿Por qué podría haberse llamado así, qué pasa con el Opus Dei que sus miembros se sienten a contracorriente?

FA – Quien me lo recomendó es un amigo cuya amistad fui forjando a lo largo de la investigación, y a contracorriente es porque ellos sienten que van a contramano de la modernidad y de las modas actuales.

EC – Por ejemplo a contramano de flexibilizaciones que la Iglesia Católica ha ido adoptando en los últimos años.

FA – Sin lugar a dudas. El Opus Dei sigue siendo un refugio para aquellos católicos que sienten que la Iglesia Católica no debe pasar por un proceso de aggiornamiento. Incluso hay prácticas que después del Concilio Vaticano II muchas corrientes de la Iglesia Católica dejaron de practicar y que el Opus Dei sigue practicando con intensidad, por ejemplo la utilización de latín en varios de sus cantos; hay algunos testimonios en donde se muestra claramente que hasta hace unos años la catequesis se daba con libros de catequesis de la época preconciliar, la mortificación espiritual...

EC - ...la autoflagelación.

FA – Hay dos mortificaciones: la mortificación espiritual y la corporal. La espiritual es la que practican los supernumerarios y tiene que ver con no llevar a cabo algunos placeres de la vida que los podrían hacer pero prefieren ofrecérselos a Dios.

EC – Los supernumerarios son los que no están cien por ciento comprometidos con la Obra.

FA – Exactamente, para los supernumerarios a veces se usa la caricatura de "una familia grande, con muchos hijos". Es aquella familia que tiene su trabajo, sus actividades profesionales, sus hijos y pertenecen al Opus Dei.

Después están las mortificaciones corporales, un capítulo que sin duda ha generado mucha fantasía alrededor de la gente. El puntapié inicial lo dio El Código Da Vinci y la película posterior, en donde se mostraban escenas de autoflagelación corporal muy duras. Eso era una película, una novela, era ficción, la realidad es que en Uruguay existen uruguayos numerarios –porque es una práctica exclusiva para numerarios y numerarias, es decir aquellas personas que viven para el Opus Dei– que practican la mortificación corporal. Esta se traduce en la utilización del silicio, que es una malla con pinchos que se pone en el muslo de la pierna y se utiliza dos horas diarias –siempre dentro de un centro del Opus Dei– y una vez por semana se practica la utilización de la disciplina, una especie de látigo con el cual se autoflagelan en la espalda mientras recitan una oración, práctica que dura lo que dura la oración.

EC – El libro incluye fotografías del silicio y la disciplina, los instrumentos que se utilizan para eso. De nuevo acá el Opus Dei lo que hace es conservar una práctica que la Iglesia Católica tuvo en el pasado.

FA – Sí, no hay nada de misterio, lo dice Elizaga en el libro. Cuando Elizaga hizo el seminario para seguir su camino hacia el sacerdocio no sólo usaba el silicio y la disciplina sino que también se bañaba con agua fría y una vez por semana dormía en el piso. Son prácticas que la Iglesia Católica ha ido abandonando y el Opus Dei conserva. Conserva en el entendido de que son buenas para forjar el espíritu, para forjar el temple. Son opciones ¿no?


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EC – ¿Cuánta gente integra el Opus Dei hoy en Uruguay? El libro incluye números actualizados.

FA – Sí, números actualizados que brindó la oficina de Información del Opus Dei.

EC - Son 662 miembros y 1.300 cooperadores.

FA – Exactamente, 662 miembros significa 662 personas que han entablado una relación contractual con el Opus Dei, una relación de recíprocas obligaciones, y ahí podemos discriminar entre supernumerarios, numerarios, numerarias auxiliares, que son aquellas mujeres que se dedican exclusivamente a las tareas de limpieza y de cocinar para los centros del Opus Dei, y los agregados, que es una variante de los numerarios.

Después están los cooperadores, que son un número importante, hay 1.300, donde podemos encontrar una cantidad heterogénea: hay cooperadores que no profesan la religión católica –incluso hay algunos cooperadores que son judíos– y también hay una cantidad de cooperadores que están en un paso previo o un paso intermedio, no pertenecen y no llevan el plan de vida del Opus Dei, que es un muy exigente del punto de vista espiritual. Es un plan de vida que empieza en la mañana temprano ya ofreciéndole el día a Dios, con misa diaria, comunión diaria, y una cantidad de obligaciones; en definitiva los cooperadores se mantienen en un estado intermedio.

Yo diría que la gran fuerza del Opus Dei no son sólo la cantidad de los cooperadores y los miembros sino también la familia del Opus Dei.

EC - ¿Qué es "la familia"?

FA – La familia del Opus Dei viene a ser todos aquellos integrantes que sin haber firmado o haber contraído ese compromiso contractual con el Opus Dei, y por ende pertenecer oficialmente al Opus Dei, participa en actividades organizadas por la Prelatura del Opus Dei: meditaciones, retiros espirituales, centros de formación. Hay un caso en la política muy claro, el del doctor Carlos Delpiazzo, ex ministro de Salud en el período del doctor Lacalle, del que mucho se ha hablado en cuanto a su acercamiento al Opus Dei y mucho se ha tejido acerca de su pertenencia real al Opus Dei lo cual técnicamente no es cierto; él no pertenece al Opus Dei porque nunca sintió ese llamado y nunca dio el paso de integrarlo formalmente. Otra cuestión es que sí pertenece a la familia del Opus Dei, que es una categoría que yo utilizo en el libro...

EC - ...sí, son como distintos círculos ¿no?

FA – Sí, vendría a ser aquella gente periférica del Opus Dei que sin asumir el compromiso de vivir 24 horas el espíritu del Opus Dei se siente atraída por las enseñanzas de su fundador y participa en una cantidad de actividades de la Obra.

EC – Tú en el libro analizas la evolución que ha tenido la presencia del Opus Dei en Uruguay desde que dio sus primeros pasos acá en 1956. Son por lo tanto 53 años de presencia en Uruguay y la conclusión a la que llegas es que hoy por hoy el Opus Dei se encuentra estancado.

FA – Sí, desde el punto de vista de la cantidad de gente se encuentra estancado. Tuvo un crecimiento muy grande en la época de la dictadura, en los 70-80, sin duda influido por la presencia de Escrivá de Balaguer en Argentina y en Chile, donde vino más de una vez a dar sus tertulias de evangelización y de proselitismo católico. Muchos de los que recién estaban ingresando al Opus Dei cruzaron el charco y se vieron maravillados por el carisma de Escrivá de Balaguer. En lo que creo es un error imperdonable, muchos de sus detractores califican a Escrivá de Balaguer como una persona carente de carisma, y yo creo que quizás hay una cantidad de cosas para decir sobre Escrivá de Balaguer pero no que no tenía carisma. Basta con ver los videos de lo que eran sus tertulias para ver que era un hombre que se paraba en una tribuna, ante 5.000, 6.000 personas, y lograba tener un diálogo fluido y casi natural con sus interlocutores. En ese período tuvo un crecimiento muy grande en cuanto a cantidad de gente, luego se ha estancado. En estos años sí ha crecido, y sigue creciendo, en cuanto a infraestructura.

EC – A eso iba. El Opus Dei llega a estos 53 años en Uruguay con su cantidad de miembros estancada pero habiendo completado la instalación de un entramado muy amplio de instituciones, sobre todo aquellas que abarcan el terreno educativo pero no sólo éste. Yo estaba haciendo una lista porque creo que esa es una de las informaciones relevantes que tiene el libro, permite al lector ubicarse ante la presencia física del Opus Dei en la sociedad uruguaya. Tiene tres preescolares que funcionan con la marca Our Kids, un colegio para varones (Monte VI), uno para chicas (Los Pilares), un instituto pre universitario (PREU), una universidad (UM), el instituto de Estudios Empresariales de Montevideo para postgrados y especializaciones, una escuela de hotelería y gastronomía (Del Plata), dos escuelas agrarias (una de varones, que es Los Nogales, y otra de chicas, Las Camelias), dos emprendimientos caritativos en la zona de Casavalle, en Montevideo (El Cadi y Los Pinos), 11 centros de formación y residencia de numerarios y un centro de retiros en las afueras de Montevideo (La Cantera). Es una infraestructura muy fuerte a partir de la cual la Obra tiene todas las condiciones como para afirmarse en la sociedad uruguaya.

FA – Sin lugar a dudas. El Opus Dei ha montado una estrategia para tener lo que no tenía al principio, porque esas son un poco las historias y anécdotas sobre las evoluciones de las instituciones realmente. El Opus Dei cuando se instaló en el Uruguay era absolutamente pobre y tenía solo una escuela, que era el centro Iará, en donde vivían los dos primeros integrantes del Opus Dei que vinieron de España. Aquello era de una austeridad republicana, había muy poca cosa y realmente había mucha instrucción, mucha formación espiritual, pero poca infraestructura. A lo largo de todos estos años el Opus Dei ha ido logrando –yo creo que inteligentemente– armar un entramado de instituciones y de infraestructura no sólo para retener lo que ya tiene sino para lograr avanzar en el crecimiento de la Obra y de la expansión de las ideas inspiradas por Escrivá de Balaguer.

EC – Al pasar anoto que seguramente este listado que acabo de manejar da para la discusión, porque desde el Opus Dei puede responderse que no todas esas instituciones pertenecen a la Obra como tal. Y es cierto, porque por ejemplo varios de los colegios pertenecen a ASPROE (Asociación Promotora Educativa) o a la Asociación Cultural y Técnica, instituciones que se han ido creando a partir de iniciativas de padres.

FA – Sí, yo ahí sí no me quedo en las medias tintas. Si bien jurídicamente no pertenecen a la Obra es notorio, por el proceso de investigación que realicé pero además por los testimonios y por un montón de información que incluso está en el libro, que esas instituciones más allá de los tecnicismos responden al Opus Dei; sus directivos son del Opus Dei, muchos de sus preceptores en el caso de los colegios son integrantes del Opus Dei, y es notorio que hay una impronta notoria, sobre todo en las instituciones que tratan de brindar educación y formación, de formación católica y de formación desde el punto de vista del Opus Dei. O sea que técnicamente no, pero es una práctica que el Opus Dei ha realizado en todo el mundo esto de generar instituciones o asociaciones u organizaciones "pantalla" a los efectos de que no pertenezcan al Opus Dei y por lo tanto tampoco sean embretadas en algún momento con la Prelatura.

EC – Tú hablas de tres pilares en la estrategia del Opus Dei: la conquista de los intelectuales, el poder económico y el prestigio educativo.

FA – Sí, la conquista de los intelectuales es algo que ellos lo dicen explícitamente, lo decía su fundador y hoy lo reivindican todos, que es fundamental para el Opus Dei; cuando llegan a un país, una de las principales batallas es conquistar a los intelectuales. ¿Por qué? Porque ellos parten del entendido de que las sociedades mejoran a través del conocimiento que puedan verter los intelectuales y que puedan hacerle llegar a toda la sociedad. Una de las imágenes que utilizan es la de la montaña, la idea es que los que están en la cima logren bajar el conocimiento hacia abajo. Entonces la conquista de los intelectuales para ellos es clave, es uno de los factores fundamentales que tiene el Opus Dei y por eso cuando desembarcan en un país lo primero que tratan es de conquistar a los intelectuales, que generalmente están en las universidades. Por ello si uno mira –y en el libro hay una cantidad de ejemplos– los principales y primeros integrantes del Opus Dei en Uruguay son prestigiosos abogados, juristas, etcétera, del Uruguay que en aquel momento eran estudiantes de derecho o estudiantes de otras universidades.

El poder económico es fundamental para poder desarrollar toda esta tarea de la que hablábamos, la infraestructura y la retroalimentación natural para que haya más miembros.

Y la tercera pata que sin duda es importante es que ellos han logrado en distintos países, y Uruguay no es una excepción, vender o mostrar instituciones con un alto prestigio educativo hacia fuera para que naturalmente padres que no son del Opus Dei quieran mandar a sus hijos a las mejores instituciones. Y ahí está la UM, el PREU, etcétera, que gozan de mucho prestigio por la calidad de la educación que brindan y en definitiva también sirve a veces como un anzuelo para que muchos chicos que van a esas instituciones terminen "pitando", como se dice en el Opus Dei – pitar es la palabra que se utiliza cuando alguien termina queriendo ingresar al Opus Dei–.

EC – Desde la audiencia tengo una cantidad de mensajes pero elijo este de Leandro que a propósito del listado de centros que yo recién repasaba dice: "El Opus Dei tiene mucho menos infraestructura que la colectividad judía, que la Compañía de Jesús, y ni que hablar que tiene menos infraestructura educativa que los padres Salesianos, no exageremos juntando datos sin contextualizarlos".

FA – Es una visión, yo no me voy a poner a hablar de otras instituciones a las cuales no he investigado, yo he investigado al Opus Dei, el oyente tiene todo el derecho a decir lo que le parezca. Lo que sí es claro y creo que no pasa desapercibido es que ha habido una apuesta importante, por lo menos a lo visual y a lo marketinero, de lo que son las instituciones del Opus Dei y del prestigio que tienen. No en vano vimos ayer que el presidente Tabaré Vázquez fue a la UM a un homenaje a Mariano Brito, y eso no pasa asiduamente en instituciones de la Compañía de Jesús o de los Salesianos.

EC – Pero ahí hay toda una paradoja incluida, porque tenemos un presidente de la República masón –probablemente de los pocos que hemos tenido en décadas– que sin embargo ha mantenido una buena relación con el Opus Dei. El Opus Dei por ejemplo aplaudió fervorosamente el veto del doctor Vázquez al proyecto de ley que incluía la despenalización del aborto, por citar otro caso. Ahora lo tenemos participando en un acto de homenaje al ex rector de la UM.

FA – Sí, es un presidente masón que además es de izquierda y en algún momento del pasado se ha manifestado como marxista, lo que es claramente muy contradictorio con el Opus Dei, y asimismo ha logrado sin duda una muy buena relación con el Opus Dei a partir de dos instancias muy importantes. Una es la que usted señalaba, el veto del doctor Vázquez a la ley de despenalización del aborto fue muy bien recibida dentro del Opus Dei.

Por otro lado, Vázquez siempre ha intentado cuidar la relación con la Iglesia Católica, con Cotugno, y ha mantenido una actitud desde el punto de vista institucional muy amable con la Iglesia Católica.

Y después hay una cosa puntual, él toma partido –y es nada más y nada y menos que el presidente de la República quien toma partido– para que se habiliten los títulos para los cursos de profesorado de algunas carreras que se dictan en la UM. Él mismo interfiere ante el Codicen después de una prolongada lucha que tuvo la UM para lograr la habilitación de esos títulos y ante la incidencia de Vázquez se logra la habilitación, cosa que era muy importante para la UM. Por ende uno a priori podría decir que en 2004 probablemente el doctor Vázquez no debe haber cosechado muchos votos de integrantes del Opus Dei pero en este período ha logrado que el Opus Dei lo vea con mucho respecto y que realmente tengan una visión positiva acerca de su mandato.

EC – Y ya que estamos hablando de política, una última pregunta. Tú trabajas en el libro a propósito de las especulaciones que se han hecho sobre la influencia del Opus Dei en la política uruguaya, y en especial en algunos períodos de gobiernos posteriores a la dictadura, y la conclusión que sacas es que eso es un mito.

FA  - Sí, así como hay algunos prejuicios y algunas fantasías que en el libro quedan confirmadas, en el caso de la política diría que ha habido influencia en cosas muy puntuales, no ha habido una influencia del Opus Dei corporativa o nítida. Estuvo el mito de que en el gobierno del doctor Lacalle hubo un ascenso al poder del Opus Dei; había algún ministro que pertenecía al Opus Dei, caso Mariano Britos que fue ministro de Defensa Nacional, pero la realidad es que sólo el ministro de Defensa Nacional era integrante del Opus Dei en el gobierno de Lacalle y que el gobierno de Lacalle no fue un gobierno opusdeista.

En el gobierno del doctor Batlle también hubo especulaciones debido a la presencia de algunos integrantes del Opus Dei en el gobierno; y en definitiva cuando uno pasa raya los integrantes del Opus Dei que hubo en el gobierno de Batlle fueron el ministro de Trabajo y actual rector de la UM, Santiago Pérez Del Castillo –que era idóneo para la tarea y que además entra al gabinete luego de la crisis de la coalición con los blancos– y el diputado Jorge Barrera.

O sea que en definitiva la influencia no ha sido tal, eso es más mito que otra cosa, la influencia del Opus Dei quizás va por otro lado.

EC – ¿Por dónde?

FA – La influencia en la sociedad, la influencia en la educación, la influencia en tratar de impulsar y de permear a la sociedad de lo que es su forma de entender la vida, lo que son las enseñanzas de Escrivá de Balaguer y lo que hablábamos hoy más temprano, la santificación del trabajo, tratar de que la gente se acerque a esas ideas.


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