El barrio Marconi: entre el estigma y la esperanza
Dicen que es la zona más peligrosa de la capital. Dicen que la policía no entra y que, cuando no hay otra opción, lo hace custodiada por la Guardia Metropolitana. Dicen que es un refugio de delincuentes, narcos y jóvenes problemáticos. Dicen eso y mucho más, pero hay gente que dice otra cosa. El inspector mayor Luis Mendoza, coordinador ejecutivo de la Jefatura de Policía de Montevideo, asegura que, si bien hay problemas, los agentes patrullan la zona y la situación está controlada. Sostiene que mucha gente que vive ahí es trabajadora y pide no estigmatizar a su población. Por su parte, Marino Giúdice, técnico de la Escuela de Oficios Don Bosco del Movimiento Tacurú, hace 20 años que se acerca al barrio para enseñarles un oficio a los chicos que se encuentran en situaciones complicadas. "No atendemos a pobrecitos, porque si muchos hemos salido no es porque hayamos sido pobrecitos, es porque la hemos peleado", expresa con la convicción de quien ha estado del otro lado.
(emitido a las 8.55)
EMILIANO COTELO:
Enfrentamientos entre bandas de narcotraficantes, asesinatos por venganza, automóviles incendiados y patrulleros apedreados.
A cualquiera de nosotros, este tipo de noticias lo lleva automáticamente a pensar en situaciones que se viven en favelas de Río de Janeiro o en ciudades colombianas o mexicanas.
Sin embargo, hechos de este estilo se han registrado en estos días aquí en Uruguay. Concretamente en el barrio Marconi de Montevideo, a pocos minutos del centro de la capital.
Según las crónicas de prensa, el choque entre dos bandas de narcotraficantes que pujan por el control de esa zona provocó un espiral de violencia que ya dejó tres asesinatos.
Pero los problemas en el barrio Marconi no comenzaron esta semana, sino que vienen creciendo desde hace tiempo. Ya el año pasado se realizaron varios operativos en la zona para cerrar bocas de pasta base o capturar delincuentes. Pero parece que en ese lugar la policía se encuentra superada.
¿Qué está pasando en el barrio Marconi? ¿Cómo se llegó a esta situación? ¿Qué hay que hacer, qué se puede hacer para volver a ordenar esa zona?
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EC - En primer lugar, Rosario, ubiquemos el barrio Marconi.
ROSARIO CASTELLANOS:
No es fácil ubicarlo, si lo buscan en un mapa de Montevideo no van a encontrar nada con la denominación de "Marconi". Viene a ser la parte de Cerrito al norte, sobre Aparicio Saravia. Hay algunas calles que de alguna forma lo delimitan: la propia Aparicio Saravia es el sector al sur de Aparicio Saravia, Juan Acosta, Enrique Castro, Carreras Nacionales, Timbúes, Chifflet, pero el delineado de las calles es tan irregular al agrimensor que hizo esto le temblaba el pulso, esto de damero no tiene nada que es bastante difícil. No obstante lo cual, he tratado de ubicarlo, creo que la referencia más clara es que sobre Aparicio Saravia a esa altura aparecen la escuela Bané y la escuela de oficios de los salesianos, los mismos que están en Tacurú unas cuadras más hacia avenida de las Instrucciones.
Hay que meterse, y lo hago porque sé que a esta hora la situación es calma. Pero mete miedo mucho más que las amenazas o lo que pueda significar lo que tú cuentas el propio aspecto de este lugar. Esto es la frontera de Montevideo, es el Montevideo que por lo general los que vivimos sobre la costa o cerca de la costa no vemos. Es muy difícil, salvo que viva acá, que alguien llegue a este lugar y empiece a transitar por calles, algunas de las cuales sí son pavimentadas y tienen cordón vereda, pero no tienen pavimento de vereda. Además, por esta forma de entrelazarse de forma irregular las calles, empiezan a surgir pasajes peatonales que creo que son una improvisación por la forma en que se han ido ubicando espontáneamente las viviendas.
Esto no es un asentamiento pero tiene las mismas características en cuanto a la construcción: materiales de desecho, son poquísimas las casas, más sobre Aparicio Saravia, que aparecen como terminadas, más o menos prolijas y pintadas. El resto es un cúmulo de materiales de cualquier índole, costaneros para las paredes, chapas viejas para los techos, restos de madera para hacer un cerco y delimitar un predio. Toda una condición de una absolutamente extrema pobreza en medio de la cual campea una mugre que no pueden imaginar. He visto camiones de la Intendencia que no dan abasto, porque aun en espacios que se han dejado libres, supongo que pensando en alguna placita con juegos infantiles, es muy poco lo que queda, tan alto es el pastizal, tantas son las bolsas de plástico tiradas, la mayoría de las esquinas son lugares de clasificación, claramente son basurales endémicos. Hay un lugar centro de clasificación puesto por la Intendencia que está impecable, la basura está en volquetas, quienes lo utilizan lo hacen en los mejores términos.
Hay una escuela en construcción que los obreros me aseguran que va a estar para este período, pero parece que le falta bastante; hay una policlínica, está la escuela Bané, está la escuela de oficios de los salesianos, hay un CAIF, hay una cantidad de servicios que seguramente están trabajando con esta población absolutamente carenciada.
EC - Tu descripción es muy gráfica y amarga, pero al empezar dijiste algo muy fuerte: "mete miedo". ¿Por qué?
RC - Por ejemplo yo me metí en estas calles, y había un grupo de jóvenes que vieron llegar mi auto, que está identificado como "prensa", se dieron vuelta y quedaron mirándome con mala cara. No sé si puedo adjudicarles malas intenciones, pero lo cierto es que de alguna forma me cohibieron, porque pegué la vuelta y volví hacia Aparicio Saravia. Por eso digo que esa realidad impone no sé si con justicia a gente como uno, que vive y pasea en otras condiciones, este temor que no sé en qué medida es o no justo para con quienes de repente simplemente me miraban con curiosidad.
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EC - Conversamos ahora con el inspector mayor Luis Mendoza, coordinador ejecutivo de la Jefatura de Policía de Montevideo.
¿Qué dice en general? ¿Coincide con lo que decía Rosario?
LUIS MENDOZA:
Estuve escuchando el tema del que estaba hablando. Es de suma preocupación, sin dejar de lado toda la seguridad de Montevideo, que es grande y con diferentes problemáticas, lo que usted habla del barrio Marconi nos tiene preocupados y principalmente ocupados en dar una respuesta.
EC - ¿Efectivamente este es un foco de preocupación fuerte para la Jefatura de Policía de Montevideo?
LM - Exactamente, esto como varios. Hoy se habla mucho de Marconi, pero esto nos pasó en otros lugares, por ejemplo en Cerro norte; la prensa le daba mucha difusión, y la policía hizo un trabajo represivo y principalmente preventivo, y hoy ya no es noticia. Es un problema social en el que estamos trabajando. Es verdad, no ocultamos la preocupación que tenemos por este tema, teniendo en cuenta que el menor falleció ayer.
EC - Es la última novedad de toda esa serie.
LM - Sí, falleció ayer, y estamos aumentando el patrullaje. Es una tarea preventiva y tenemos que hacer operativos.
EC - Vamos por partes. ¿Por qué la situación del Marconi es tan complicada en estos días? ¿Cuáles son las razones que se han juntado?
LM - Esto empezó con un homicidio a principios de año, el 27 de enero. Hay preocupación, estamos trabajando en el tema, hay que darle la importancia que tiene, pero tampoco podemos magnificar la situación. Hay problemas, no lo ocultamos, pero la situación no está desbordada, la policía tiene control, entra al lugar. Tenemos que dar tranquilidad a la gente, porque si bien hay algunos, no muchos, que están fuera de la ley, como este menor que estamos buscando por homicidio, mucha de la gente que vive ahí es gente de trabajo, gente de condición humilde pero que está dentro de las normas de convivencia y comunidad.
EC - Eso está claro.
LM - Nosotros tenemos que darle tranquilidad a la población que vive en la zona que la policía patrulla, tiene control.
EC - No es lo que se informó estos días en algunos de los reportes de prensa.
LM - Yo le digo la parte de la Jefatura de Policía.
EC - Por ejemplo, una de las crónicas del diario El País decía:
"En el barrio Marconi los policías no patrullan. Apenas ingresan al barrio por un hecho puntual de violencia. Saben que cada vez que van al Marconi deben ir acompañados por efectivos del Grupo Especial de Operaciones (GEO) porque son comunes las pedradas desde los asentamientos.
La Policía tampoco patrulla a baja velocidad como lo hace en otros barrios de Montevideo. Temen perder la vida o un ojo por un hondazo con un bulón o un plomo de rulemán que parte de cualquier rincón".
LM - Eso es responsabilidad de la prensa que lo dice, pero en el caso nuestro se patrulla, por supuesto, se patrulla a la velocidad normal. Cuando van con el grupo de choque, como dice ahí, que es el regimiento de la Republicana, es cuando van a hacer allanamientos. Es decir, hay dos cosas, el patrullaje es el patrullaje normal, y es verdad, nos han lanzado alguna piedra, pero eso es un individuo, dentro de toda la población un individuo que lanzó una piedra, pero no solo en el caso Marconi, no podemos estigmatizar a Marconi, en otros lados también nos ha pasado. Ayer a mediodía andaba una patrulla del grupo especial preventivo que patrulla todo Montevideo y ahora está patrullando esa zona y de algún lugar se le lanzó una piedra que rompió un vidrio, pero se pone otro y se sigue patrullando. El grupo de la Guardia Republicana va cuando van a hacer allanamientos a diferentes zonas, ya sea Marconi, Cerro, Centro, cualquier lugar, va protegido para hacer allanamientos por orden judicial. Son dos cosas, una cosa es el patrullaje normal y otra es hacer un allanamiento para aclarar algún delito o lo que tiene que ver con el asunto de la droga; en el último caso va acompañado, es una regla de operaciones nuestra. En el barrio 40 Semanas se patrulla y, cómo no, es verdad, se reciben pedradas, pero eso no amerita que la gente no tenga el patrullaje como corresponde.
EC - ¿Hay efectivamente en el barrio Marconi una presencia fuerte de narcotraficantes, incluso de bandas de narcotraficantes que se disputan terreno? ¿Eso es lo que ha estado como telón de fondo de los enfrentamientos de estos días?
LM - Exactamente, eso es lo que se está manejando, se está trabajando.
EC - Esa es la interpretación que ustedes tienen.
LM - Estamos trabajando, para informar una cosa oficialmente tenemos que tener los elementos. Son versiones de prensa, que las trabajamos, se está trabajando también en información de inteligencia, que para asuntos de narcotráfico es importante, teniendo en cuenta que a veces es difícil conseguir testigos, la gente no se arriesga a hablar de esos casos. Pero las versiones de prensa hablan de eso, nosotros estamos trabajando. Para dar una versión tenemos que tener los elementos.
EC - Pero todos sabemos que las versiones de prensa en asuntos que tienen que ver con el delito muchas veces tienen como origen a la propia policía, se manejan con versiones o con interpretaciones que hace la policía.
LM - Sí, pero son informales; la versión oficial de la Jefatura es que tenemos el problema, se está trabajando en el caso, pero tenemos que tener sumo cuidado con el manejo de información para que no interfiera en la investigación. Por eso le digo, conocemos el problema, sabemos cómo es, no ocultamos la problemática, pero desde el punto de vista profesional tenemos que manejar la información con sumo cuidado porque viene de gente a la que le debemos una protección. Es muy delicado hablar de gente que trafica con estupefacientes, está la problemática pero somos muy cuidadosos porque está en investigación de la justicia.
EC - Le pregunto por otro aspecto que aparecía en una de estas crónicas: "Los narcos trabajan con total libertad en el barrio Marconi aprovechando las dificultades operacionales que tiene la Policía para introducirse en esa red intrincada de callejuelas que poseen los asentamientos de la zona".
LM - No, no, no en el Marconi sino en toda la ciudad los narcotraficantes siempre van a tratar de burlar a la policía, es el juego del gato y el ratón, pero la policía está trabajando, se ha procesado a mucha gente, se está trabajando. Usted habla de narcotráfico, pero también hay menores que han hecho hurtos y rapiñas en el transporte colectivo, la gente de la UNOT y las empresas están preocupadas. Se han llevado detenidos, se han puesto a disposición de la justicia de menores en el caso de menores. La policía está trabajando. Las versiones de prensa se respetan, tienen su fuente de información, pero la versión oficial de la Jefatura es que se está trabajando, somos conscientes, hay los homicidios que usted dijo, este año son cuatro hechos que nos preocupan que están relacionados con el mismo tema, son tres homicidios y una tentativa, incluyendo al menor que perdió la vida ayer. Estamos muy atentos, se está trabajando en forma de inteligencia e informaciones para tratar de dar seguridad y aclarar todos estos homicidios.
EC - ¿La cantidad de bocas de pasta base en el barrio Marconi es especialmente alta?
LM - No, no tenemos noción, hay bocas de drogas en todo Montevideo, se trabaja en eso, se están remitiendo a las diferentes justicias unas ocho o 10 personas diariamente, de las cuales nunca menos de tres o cuatro son procesadas o internadas en el INAU. Lo que pasa es que en el barrio Marconi se dio esta disputa, como le llaman ustedes, pero la droga es un tema que nos tiene preocupados, es una realidad que hay en todos los barrios, hay bocas de pasta base, es un problema social en el que se trabaja, muchas veces se procesa a una persona y otro familiar se hace cargo, pero si usted ve la cifra en que interviene la justicia es muy importante, no en este barrio, en todos los barrios. En el tema del Marconi que ustedes están trabajando hoy periodísticamente hay bocas, pero no podemos decir que es algo que no se puede dominar, que la policía no puede entrar. La policía entra, toma las precauciones del caso, cómo no, es un barrio en el que los coches policiales han sufrido pedreas, se toman las medidas, pero lo estamos trabajando permanentemente.
EC - Hubo una comisaría móvil en el barrio Marconi, y se levantó.
LM - Sí, exactamente, pero por otra causa, algunas comisarías móviles se levantaron.
EC - Fue una decisión que se tomó al final del gobierno del presidente Batlle.
LM - Sí, pero fue por estrategia también, porque no hay la cantidad de policías disponibles. Los vecinos con el asunto del problema de seguridad están solicitando en cada barrio una policía móvil. Está mal dicho, una comisaría móvil se mueve, esto no sería una comisaría móvil, sería una comisaría fija. Lo que se usa en todas las policías modernas es la movilidad, y nosotros para tener una garita fija, un policía en todos los barrios las 24 horas del día más los relevos precisamos una cantidad de policías que hoy no tenemos, entonces la estrategia que estamos usando, que se usa, es movilidad y sorpresa para el patrullaje y la prevención de la ciudad.
EC - Según las notas de prensa que se han estado publicando, los problemas en el barrio Marconi van más allá de los enfrentamientos entre bandas de narcos, que parecen haber sido lo más llamativo, lo más notorio en estos días.
LM - Al usar la palabra "narco" capaz que le estamos dando una denominación que no corresponde, son personas que están al margen de la ley y trafican con drogas. Porque estamos hablando de un menor de 16 años que falleció, tenemos otro concepto de lo que significa narco. Podemos hablar de hechos delictivos, pero hablar de narco de un botija de 16 años con todos estos problemas... Me parece que tenemos que atacar por otro lugar.
EC - Por ejemplo, decía la crónica de El País del 10 de enero: "La mayoría de las unidades que venden gas en el Marconi llevan guardias policiales o piden a sus clientes que se acerquen a una zona con más luz para entregarles la garrafa. Funcionarios de entes públicos sufrieron robos y agresiones por parte de algunos lugareños del barrio Marconi cuando concurrían a la zona a instalar o reparar servicios de agua, luz o teléfono. Muchos distribuidores de alimentos tampoco ingresan al barrio a repartir productos en los comercios. Tras citarse por teléfono con sus clientes, esperan en una avenida con presencia policial a que estos vengan a levantar la mercadería. Los comerciantes del Marconi deben contratar un flete o usar sus propios vehículos para ir a buscar los productos que necesitan sus locales".
¿Esta problemática tan amplia es la que ustedes constatan?
LM - Problemática hay, no le puedo decir que no, no voy a contradecir el artículo periodístico, el que publicó eso tendrá su información. La problemática existe, la policía está trabajando para contrarrestar los hechos delictivos en la zona, pero por la información que la policía maneja, las denuncias principalmente, no tenemos que sea tan así. Hay problemática, estamos trabajando, estamos ocupados en solucionar el tema, en darles la garantía necesaria a todos los habitantes de ese barrio, no es algo que esté fuera de control.
EC - Ha aparecido la comparación con una favela, y entre otras cosas una favela se caracteriza por ser una zona donde la autoridad del Estado queda desplazada.
LM - En este caso no. Las comparaciones a veces no se ajustan a la realidad. Las favelas de Brasil tienen su problemática, respetamos a Brasil como país hermano, en Uruguay tenemos la problemática, pero no nos podemos comparar con nadie. Somos conscientes de que hay un problema en el Marconi, estamos trabajando, pero no podemos decir que es tierra de nadie, que la policía no entra y que el Estado no tiene presencia de seguridad; si no la gente va a percibir que el Estado, la policía, el Ministerio del Interior abandonaron al Marconi, y el Marconi es un barrio como cualquiera de Montevideo, que tiene esta problemática puntual de los homicidios de que estamos hablando, pero no podemos decir que es tierra de nadie.
EC - ¿Existe en el Marconi una mesa barrial de seguridad?
LM - En el Marconi en sí no; se está trabajando en el barrio Borro, pegado. Eso corresponde a la seccional 12, en la seccional 12 hay mesas barriales.
EC - Pero no en el barrio Marconi específicamente. Se lo pregunto porque esas experiencias de cooperación entre la policía y los vecinos honestos, que muchas veces son las víctimas de la violencia, han dado buenos resultados en varios lugares.
LM - Exactamente, las mesas de convivencia involucran no solo a la policía, porque si bien la seguridad es responsabilidad del Ministerio del Interior, hay otros factores que influyen. Por eso es importante esa mesa, que aparte de policías y vecinos involucra al INAU y a la Intendencia. Porque si las calles, como usted comentaba con la periodista, no tienen luz, son chiquitas y están en mal estado, eso favorece a la gente que va a delinquir y perjudica el patrullaje. En la seccional 12 los comunales que corresponden están trabajando en la mesa. La mesa es relativamente nueva, se está planificando con el próximo gobierno, con el licenciado Pirotto, aumentar la presencia de las mesas de seguridad a fin de integrar a todos los barrios. Es una experiencia nueva a la que todavía le falta, pero la seccional 12, que tiene al Marconi, al Borro y otros más, está para ampliar las mesas de seguridad.
EC - ¿Qué otras medidas, qué otras líneas de acción están proyectando?
LM - Lo importante es el trabajo de información, de inteligencia en lo que tiene que ver con narcotráfico, y después la presencia del policía uniformado en lo tiene que ver con la prevención. Tenemos que apostar a prevenir tratando de que el vecino vea que el policía está cerca de él, la policía comunitaria es una medida muy importante, es una herramienta, un elemento que hace que la policía se acerque al vecino, lo escuche y conozca la problemática directamente, y que el ciudadano, el vecino vea en el policía a alguien que lo está protegiendo. Son desafíos que tenemos, con todos los problemas sociales que tiene este barrio tenemos que trabajar en un programa de patrullaje preventivo y acercamiento a la comunidad. En ese tema estamos hoy.
EC - ¿Qué comodidades tienen para desarrollar ese tipo de tareas?
LM - Las comodidades son las que tenemos para trabajar en todos los barrios.
EC - Concretamente, ¿se necesitan más policías?
LM - Policías se necesitan, pero no podemos poner como excusa que no hay policías, tenemos que duplicar el trabajo, el ciudadano está por encima de si hay policías o no, lo que quiere es que le den seguridad. Se han hecho trabajos en otros barrios, pero siempre resalta donde hay problemas; donde la policía ha hecho un buen relacionamiento y ha trabajado con la sociedad se están logrando los parámetros de seguridad para la vida normal de la gente. Este barrio está en la prensa, está estigmatizado, pero nosotros estamos trabajando con la población para darle seguridad. Repito, este barrio es uno de los tantos barrios de Montevideo, hoy está el problema ahí, pero la policía ha trabajado en otros barrios y ha tenido resultados. Ahora estamos en esto, espero que dentro de un par de días podamos volver a hablar para ver la evolución y contar qué trabajo se ha hecho y qué se ha solucionado, lo que la policía ha logrado en el trabajo preventivo con los habitantes de esa zona. Nos gustaría que usted siguiera la evolución de este tema.
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EC - El País (10 de enero): "Barrio Marconi: la inseguridad le ganó a los vecinos y comerciantes. Desplazó al Borro, Unidad Casavalle y 40 Semanas en el ranking de las zonas más peligrosas de la capital. Policía instala en el barrio la mayor cantidad posible de agentes".
La República (17 de febrero): "El barrio Marconi dominado por la ira, la sed de venganza y la muerte. Tierra de nadie. En pocas horas un crimen, tiroteos y un incendio intencional".
Últimas Noticias (17 de febrero): "Sangriento enfrentamiento por la venta de pasta base. El Marconi es escenario de una batalla que lleva ya un muerto y un herido".
Sobre lo que está ocurriendo en esa zona de Montevideo conversamos con el inspector mayor Luis Mendoza, coordinador ejecutivo de la Jefatura de Policía de la capital.
Ahora nos interesa recoger otra óptica.
Estamos con Marino Giúdice, técnico coordinador del Equipo de Desarrollo de la Escuela de Oficios Don Bosco del Movimiento Tacurú.
¿Desde hace cuánto está involucrado con esa zona de Montevideo?
MARINO GIÚDICE:
Mi compromiso con la propuesta educativa del Movimiento Tacurú viene de hace unos 20 años, pero esta institución está en la zona hace 40 años.
EC - ¿Qué es la Escuela de Oficios?
MG - Elegimos a los que no pueden acceder al liceo, a la escuela industrial, buscamos esa franja para hacer lo posible para que aprendan las herramientas, carpintería, corte y confección, cocina, electricidad, tenemos un pequeño tallercito de tornería en madera para cuando terminan tercer año, y algunas prácticas que nos llevan a trabajar en un proyecto integral con 30 y pico de educadores en una realidad que es bastante compleja. Elegimos a los que tienen situaciones más complejas.
EC - ¿Cómo se financia la escuela?
MG - Hay un aporte del INAU, que es bienvenido; este año estamos bastante complicados con el tema del financiamiento, estamos en la línea de la responsabilidad social empresarial buscando algunas personas institucionales que nos ayuden para llevar delante el proyecto.
EC - ¿Cómo han vivido allí, cómo ha vivido usted, desde la responsabilidad que desarrolla, toda esta serie de noticias que estos días han hablado de enfrentamientos entre bandas de narcotraficantes?
MG - Primero, yo no vivo acá, vengo a la mañana, hago una opción de venir todos los días de mañana, como otros educadores de la zona, muchísimos que venimos en ómnibus hasta este lugar, y a veces no tenemos la locomoción necesaria, tenemos un solo ómnibus que pasa por Aparicio Saravia. Es una realidad que nos conmueve, que nos compromete en el compromiso posible como educadores. Yo le puedo hablar como educador; quizás no sea el más indicado, a pesar de que hace unos años que estoy acá, para expresar el verdadero sentimiento que tiene la gente frente a las distintas situaciones de violencia.
Porque acá hay muchos tipos de violencia, y no es aceptada esa violencia, es un barrio que es como el galpón de la casa. Acá hay mucha gente que trabaja en otros lugares de Montevideo y no tiene locomoción, hay muchachos que no conocen el centro, lugares a los que no se puede acceder si no se camina mucho. Parece mentira pero es así. Entonces hay muchos tipos de violencia, esto vendría a ser la punta de un iceberg, el tema de lo que llamarían el consumo inapropiado de productos que hacen mal. Pero esto es general, en todo Montevideo es más o menos lo mismo.
Nosotros tenemos un compromiso que es posible, que no acepta la injusticia, un compromiso que mira desaprobando una cantidad de injusticia, pero no nos enfilamos solamente hacia el tema de la droga, acá hay muchos tipos de violencia. Por ejemplo, hay una violencia estructural que no depende solamente de nosotros, depende de todos. A mí me gustaría capaz que soy un atrevido que este tema se tratara con la profundidad que necesita y no en estas iniciativas que salen cuando aparece este tipo de cosas pero quizás no aparece durante todo el año cuando hay una cantidad de necesidades. Por ejemplo, hay muchachos que no tienen una comida entera diaria, para poder acompañar en el oficio tenemos un comedor al mediodía, algunos almuerzan en la escuela. Entonces hay muchos tipos de violencia, capaz que queda hasta feo comentarlo descontextuadamente, porque no estamos tratando con responsabilidad un tema.
EC - Resulta absolutamente oportuno que usted haga esa descripción e incorpore esos elementos. Como usted dice, lo mejor, lo más apropiado sería seguir de cerca la evolución de un barrio como el Marconi de manera permanente, cada tanto, y no hacerlo "al golpe del balde" cuando se producen hechos muy llamativos y chocantes como los que se han dado en estos días. También es cierto que ante una realidad que ha generado una cantidad de titulares, notas que pueden haber impactado a una parte de la audiencia, parece bueno aprovechar la oportunidad para saber de qué estamos hablando. Y en ese sentido lo que usted aporta es útil.
MG - Nosotros tenemos un compromiso que nos invita a debatir sobre la realidad mostrándola de cualquier manera frente a los muchachos, que nos tienen mucha confianza, la familia del barrio, para que quede descalificada esa actitud violenta, que quede avergonzada, porque es una actitud cruel, dominante, abusiva, corrupta, asesina. Sin embargo no es la única situación. Nosotros no tomamos parte en un compromiso que apunta a difundir títulos, ni uno solo, por ejemplo bandas, tiroteos, apodos, esas cosas descalifican también y no nos hacen bien, no están haciendo bien, hay que entenderlo. No están haciendo bien, descalifiquemos sacando los títulos. Son gurises, son pibes que crecieron en la violencia y responden con violencia, entonces descalifiquemos sacando los títulos, porque estamos acostumbrados por este sistema perverso a que los títulos nos dominen, y los títulos nos están haciendo bolsa.
Yo no sé lo que pensará mañana cuando aparezca alguien de la institución, porque hoy el director y el subdirector están en un encuentro profundizando en estos temas, cómo acompañar, cómo trabajar en una comunidad responsable distintas situaciones en las que elegimos estar, porque nos encanta, porque aquí hay mucha gente buena, la mayor parte de la gente es buena, la mayor parte es gente de trabajo, usted no sabe la riqueza que hay en este barrio, no se imagina. En este y en otros, pero en este barrio está la vida. ¿Usted sabe las creatividades que han salido de acá? ¿Usted sabe que de este barrio, por ejemplo, salió un proyecto que tiene que ver con reciclaje de aluminio que es brillante? ¿Usted sabe que en este barrio se construye constantemente, con un esfuerzo que no se puede expresar, la vida de todos los días, y mucha gente de la que hay acá va a trabajar a otros lugares de Montevideo y cuando va a pedir trabajo y le preguntan dónde vive cuando contesta que vive en el Marconi, que vive en Aparicio Saravia, simplemente le dicen que después la van a llamar y no la llaman más, cuando no le dicen que lamentablemente no la pueden tomar? Yo lo puedo contactar con muchachos y muchachas que han vivido esto, que a nosotros nos da vergüenza ajena, porque estamos tratando de insertarlos en el mercado laboral, y así hay que ponerlo en los proyectos. ¿Se da cuenta de la crueldad de esta realidad? No puede ser que sigamos la onda de pensar en estas realidades como cuando los terremotos, nos ocupamos del terremoto del hambre o de la sed cuando aparece la punta del iceberg. Capaz que lo que estoy diciendo es un disparate.
EC - Capaz que es un disparate, pero capaz que es interesante, capaz que es válido, y por eso lo estamos escuchando con la inquietud de conocer más. A partir de la experiencia que desarrollan en la Escuela de Oficios, nada menos que allí mismo en el barrio Marconi, ¿qué otras líneas de acción se están llevando adelante o deberían llevarse adelante?
MG - Voy a abrir una ventanita: nosotros cada poco, para poder conseguir el campamento, hacemos una jornada que se llama "Matinée bailable", en este mismo lugar. Aquí atrás fue donde se desarrolló el encuentro violento, como se puede desarrollar cualquier encuentro violento dentro de la escuela; tratamos de trabajar en la prevención, el sistema preventivo de Don Bosco nos invita a trabajar en esa línea, como en otras instituciones, porque acá hay 16 instituciones que trabajan en la misma línea, yo no le voy a enseñar nada a nadie ni se me ocurriría, pero trabajamos en eso. Esa jornada de matinée bailable empieza a las ocho de la noche y termina a las doce, los mismos muchachos que se encontraron el otro día por ahí, y también la policía, están presentes en esas matinées bailables. Hemos tenido cuatro o cinco y nunca ha pasado nada, y no es porque acá adentro se trafique ni nada que ver. Mantenemos frente a esta realidad un compromiso que nos invita a mostrar estas situaciones que avergüenzan, pero desde la confianza con el otro. Yo le puedo decir al Cosita: "Elegiste vivir una vida miserable", pero lo conocimos desde que era un niño, y si no nos entendió eligió lo que eligió.
Pero otros, la mayoría, eligen otro camino, que es el camino que nos hace venir todos los días acá porque nosotros también salimos de un lugar como ellos buscando que logren apropiarse de herramientas para que en ese lugar donde se vive una situación violenta o difícil ellos mismos, con sus propias elecciones, traten de transformarla. Es un trabajo bestial. Y hacer una matinée de las ocho a las doce de la noche a nosotros nos resulta de lo más entretenido, no le voy a decir que nunca tuvimos miedo ni temor, por supuesto que lo tenemos, pero nos vinculamos con la policía comunitaria, pueden pasar por acá, y a veces pueden pasar y otras veces no pueden pasar porque los apedrean. Sí, es parte de la realidad. Es una realidad que conversamos, pero eso está bueno conversarlo entre familias. Si ustedes quieren ser de la familia, venir y pasar de vez en cuando y trabajar en la familia está bueno, pero ventilar al sol los trapitos de la familia no me parece nada bueno.
Después la gente propiamente del barrio tendrá muchas cosas que decir, supongo, de esta realidad, algunos que no pueden salir a la calle, es como en una familia con problemas. Yo trato de llevar esta conversación a una situación que me parece que tendría que darse en los distintos lugares. Yo vivo en Maroñas y nosotros con los vecinos nos entendemos para buscar nuestras salidas en lo que tiene que ver con algunas dificultades que también son entre vecinos, porque el que pasa y se mete también es un vecino. Entonces estas cuestiones que cada uno tiene que ver en su barrio y en su realidad nos invitan a mirar estas situaciones que son crueles y violentas, a asumir el compromiso de mirarlas de costado, a mirar esta situación como que no nos gusta, no participamos en esta situación. Cuando organizamos una matinée o una convivencia no nos gusta que nos vengan a manosear a la escuela, buscamos la forma de que no suceda, lo conversamos con las redes, con las instituciones. Hay situaciones que son muy complejas, necesitaríamos un centro que trabajara más profundamente este tema, pero no excluyendo, un centro que juntara cabezas para trabajar integralmente esta realidad que no se agota en el tema de la droga.
EC - Ustedes hacen un trabajo invalorable con la Escuela de Oficios y lo que la rodea, pero como usted mismo contaba, a veces tienen éxito y a veces no, y hay incluso jóvenes que los rechazan. Entonces, ¿cómo se hace para entretejer ese barrio donde están los que quieren salir adelante y se toman la educación, por ejemplo, con responsabilidad, y están también los otros, los que delinquen fuera del barrio e incluso allí mismo? ¿Cómo se arregla esa convivencia?, ¿cómo se arregla el barrio para que no tenga ese estigma que usted citaba, que es un lastre más para quienes quieren salir adelante?
MG - Por supuesto, pero usted sabe que cuando apunta con un dedo tiene tres dedos que lo apuntan a usted. En mi caso particular soy una persona llena de defectos, que tiene más defectos que virtudes, sin embargo frente a una realidad que nos condiciona y nos cuestiona no nos paramos a mirarnos los defectos, miramos las cuestiones que nos hacen elegir para tratar de ser más libres todos los días. De eso es que hablamos con los gurises, hablamos de la sexualidad, del cambio de dinero, de lo político, de la espiritualidad, si vas a la macumba, vas a los bautistas o a los evangelistas. Porque hay que hacer una opción en la vida, llega un momento en que se van a tener que ir, en tercero se van, lamentablemente, a nosotros nos gustaría que se quedaran un año más. Pero se van. Entonces ahí cuando está solo frente a la realidad tiene que practicar aquellas elecciones que practicó todos los días, porque nosotros nos vamos a las seis de la tarde pero ellos se quedan en el barrio, y el barrio a la tarde es otro mundo, ellos lo saben. También los que tienen el oficio de apropiarse de lo ajeno, de los curros, ellos también lo saben y saben que no están haciendo bien.
Nosotros frente a esa realidad no podemos menos que conversarla, dialogarla; yo no la elijo, y si la eligen un alumno y un ex alumno les voy a ir acompañando los pasos en la medida que pueda, sin pegarme, para, si me dan la oportunidad, decirles: "Mirá para atrás, no te está haciendo libre, esto te está jodiendo la vida". En esa condición es que logramos mantener un contacto casi adecuado para acompañar en el barrio, que es lo que más pretendemos. Ahora, el que hace carpintería tiene que aprender carpintería, el que hace corte y confección, hay exámenes como en cualquier lugar, no atendemos a pobrecitos, porque si muchos hemos salido no es porque hayamos sido pobrecitos, es porque la hemos peleado, hay que elegir, y hay momentos en que tenés que elegir. Hay championes que salen 2.600, 2.700 pesos, y bueno, muchacho, arreglate con los de 500, los de 300, y buscale la forma, porque la otra plata la precisás para otra cosa, porque la calidad de vida tiene mucho que ver con la violencia. En esas cosas trabajamos, y no nos alcanzan el día ni la mañana ni la tarde.
***
Transcripción: María Lila Ltaif