Entrevistas

Fuga de amoníaco desnuda carencias en prevención de desastres

Jefe del área médica de las policlínicas de UCM, doctor Carlos Baroffio: No sólo debe existir un plan sino entrenamiento permanente para cumplir los protocolos. Pero lo más importante es la prevención: ¿alguien sabe qué sustancias tóxicas y en qué cantidades transitan por Uruguay de paso entre Uruguay y Brasil? En algún momento eso nos va a pegar.

(Emitido a las 08.52)

EMILIANO COTELO:
Durante la mañana de ayer, a medida que surgía la información, la radio fue informando sobre el accidente que en la madrugada provocó lesionados, heridos y provocó inquietud y cierto grado de pánico en la zona del puerto de Montevideo y los barrios próximos.

Hoy todavía 27 personas continúan internadas en estado grave o delicado como resultado de esa explosión de un tanque de amoníaco ocurrida a bordo del pesquero coreano Sung Kyung 201, atracado en el muelle Florida de la terminal de la capital uruguaya. Una explosión que generó una nube tóxica que provocó graves quemaduras en las vías respiratorias de los tripulantes y trabajadores portuarios cercanos al lugar del hecho y que se esparció incluso por el centro de la capital. En varios puntos de la zona céntrica se sintieron sus efectos desagradables, destacan hoy las crónicas de prensa. En un primer momento hubo unas 70 personas afectadas, ahora la cifra ha quedado reducida a 27.

Una de las preguntas que me hacía ayer era: ¿funcionaron bien los planes de contingencia que el país tiene o debería tener para circunstancias tan críticas como éstas? Es un pronto quizás para hacer evaluaciones, y cuando consultamos ayer al general José María Rivero, director del Sistema Nacional de Emergencia, nos pedía más tiempo para sacar conclusiones, aunque admitía que algunos procedimientos no habían sido los más apropiados.

Para entrar al tema, dejando el abordaje más profundo para otra oportunidad, vamos a dialogar con el doctor Carlos Baroffio, jefe del área médica de las policlínicas de UCM, Unidad Coronaria Móvil, y colaborador de En Perspectiva. A ti te tocó estar ayer en la línea de fuego, en medio de esta emergencia.

CARLOS BAROFFIO:
Correcto, me tocó estar un poco detrás de la línea de fuego, en la mesa central de operaciones; fui citado aproximadamente a las dos de la mañana, cuando sucedieron los hechos, y fui a apoyar al coordinador en ejercicio en ese momento, sobre todo en la toma de decisiones, estando un poco detrás de la línea de batalla tratando de armar las estrategias.

EC - ¿Cuál es tu impresión de cómo se trabajó ayer en la madrugada y en la mañana?

CB - Te estaba escuchando y, efectivamente, tus apreciaciones son correctísimas. Yo iría un poco más allá, me preguntaría si los uruguayos realmente estamos preparados para enfrentar situaciones de real emergencia. Creo que la de ayer fue una situación más importante de lo que impresionó al inicio, porque el número de heridos fue significativo, sobre todo el número de intoxicaciones. Esto me hace pensar -y debería hacer pensar a las autoridades y a todos los que estamos involucrados en la asistencia pública y privada- si en situaciones de intoxicaciones o de derramamiento de productos tóxicos dentro de las áreas urbanas estamos realmente preparados para enfrentarlas con cordura y con la organización y protocolización que merecen estas situaciones de emergencia.

EC - ¿A nivel nacional hay algo organizado, esquematizado a esos efectos?

CB - Sí; está organizado todo el plan de emergencias y cada institución pública o privada en la asistencia, que forma parte de un eslabón asistencial, tiene a su vez sus protocolos y sus planes de desastre.

Indudablemente si estas cosas no se entrenan con la asiduidad que merecen, si no participamos todos en una especie de mancomunión en el desarrollo y el ejercicio del protocolo, muchas veces fallan. Nosotros en comunidad con el área móvil integramos un pequeño eslabón que hace a la estabilización y evacuación de los heridos del área de desastre, junto con el resto de las emergencias móviles de la Cámara de Emergencias Móviles, el SUAT y el SEMM.

EC - Además participaron el Hospital Central de las Fuerzas Armadas, el Hospital Policial, el Banco de Seguros, dependencias del Ministerio de Salud Pública; es un entramado de instituciones.

CB - Exactamente, y para coordinar todo ese entramado de instituciones, cada una de ellas tiene que tener su protocolo, que debe estar incluido dentro del protocolo general para una situación de emergencia. Esto se hace difícil a veces, más con la cultura de los uruguayos, cuando no entrenamos esas situaciones, y sobre todo cuando se producen situaciones de desastre vinculadas a derramamiento de productos tóxicos. Porque de repente en accidentes de tránsito múltiples, derrumbes o algunas otras catástrofes, podemos funcionar un poco más coordinadamente, pero -y esto es un gran desafío para nosotros y para el Sistema Nacional de Emergencia- cuando se produce el derrame de una sustancia tóxica las consecuencias pueden ser mucho más graves de lo que impresionan al principio...

EC - Claro, porque -para decirlo en términos obvios- el enemigo o el peligro estaba en el aire y no se veía.

CB - Claro, y además perdura, entonces las víctimas pueden ir surgiendo a medida que va pasando el tiempo, con el correr de las horas pueden aparecer las consecuencias de alguna sustancia tóxica, como en el caso del amoníaco surgieron las insuficiencias respiratorias; hubo pacientes que habían sido trasladados en buenas condiciones a los centros asistenciales pero que en la evolución entraron en una rápida insuficiencia respiratoria que mereció la intubación orotraqueal y la asistencia ventilatoria, con lo cual casi llegamos al máximo de tolerancia de los respiradores de nuestros CTI, que fueron prácticamente todos ocupados. Esas situaciones son realmente graves y personal e institucionalmente creo que no estamos bien preparados para enfrentarlas.

EC - Tengo entendido que los afectados fueron trasladados especialmente a los nosocomios más cercanos al puerto de Montevideo, lo que provocó en ellos una especie de saturación.

CB - Al principio fueron trasladados al Hospital Maciel y al Banco de Seguros porque eran los más próximos; mientras se desataba la respuesta de las emergencias móviles para hacer un traslado coordinado y avisar a los centros asistenciales que van a recibir pacientes, en qué condiciones, cómo y a qué hora, se produjo una acumulación de pacientes en esos centros, que los desbordó; después esto se compaginó un poquito, el cuartel de Bomberos tomó las riendas de la situación y los pacientes empezaron a ser trasladados coordinadamente. Nosotros desde nuestra cabina comunicamos al Hospital Central de las Fuerzas Armadas y al Hospital Policial las situaciones que estábamos viviendo y que íbamos a empezar a trasladar algunos pacientes, con lo cual dentro de cada una de esas organizaciones se desató el plan desastre en sus distintos niveles de complejidad.

EC - Pero esa decisión de disparar el plan desastre, ¿tuvo la velocidad que debió haber tenido?

CB - Personalmente pienso que no. Insisto, al principio parecía un hecho puntual, la explosión de un tanque, el derramamiento de una sustancia tóxica, la generación de una nube tóxica, en una hora en la que además por suerte no había una gran concentración de población en la Ciudad Vieja...

EC - Sí: tuvimos la suerte de que ocurrió de madrugada y no había prácticamente viento.

CB - Exactamente.

EC - Porque un viento fuerte desde la costa hubiera generado muchos más problemas.

CB - Hubiera sido más extensa la zona a delimitar. Lo importante es que al haber sido en la madrugada se evitaron las consecuencias secundaria de un desastre como este, que son las que tú mencionabas: el pánico y la reacción de los seres humanos ante una situación de estrés, lo que seguramente ocasiona otros heridos, otras lesiones, accidentes de tránsito, una cantidad de cosas que vemos a la salida de un estadio o de un cine cuando se produce una alarma.

EC - Hoy no tenemos más tiempo para ocuparnos de esto, pero como yo te había llamado antes y te había pedido que hicieras una suerte de evaluación, quizás tengas dos o tres puntos que valga la pena mencionar sobre lo primero que te llamó la atención ayer para dejar el tema abierto.

CB - Lo que más me alarma, debe alarmarnos a todos y es el gran desafío, es que por nuestro país -este es un dato muy importante-, por nuestras fronteras desde Argentina y hacia Brasil, como país de pasaje entre dos grandes potencias, entre dos grandes países, no te puedo decir -tú vas a poder averiguar- la cantidad de camiones que pasan llevando productos tóxicos de un lado al otro. Hemos tenido la gran suerte de que no haya habido ningún accidente grave, con derramamiento de alguna sustancia tóxica, pero es una realidad que en algún momento nos va a pegar. Entonces creo que el gran desafío es evaluar correctamente la situación, ver si está correctamente legislado el pasaje de camiones o embarcaciones con sustancias tóxicas, si está correctamente autorizado y si las autoridades saben que durante tal período va a haber alguna sustancia tóxica circulando por nuestra República para tomar las medidas preventivas. Yo soy un fanático de esto: en estas cosas hay que actuar preventivamente; cuando se desencadenan hay que actuar de la mejor manera, con protocolos y con profesionalismo, pero hay que actuar preventivamente, ese es el gran desafío.

EC - Un oyente, Juan, dice que sabe de primera mano que hubo cosas que se hicieron mal, por ejemplo que las personas afectadas debieron haber sido desnudadas y bañadas, lo que no se efectuó en el primer momento, que eso recién pasó cuando llegaron las emergencias médicas. ¿Puede ser?

CB - Sí; sucedió.

EC - O sea que en el manejo de las víctimas por parte de los bomberos, que fueron los primeros que trataron con ellas, habría habido acciones que no eran las más indicadas en una situación como esa.

CB - En ese momento se pensó que era lo más indicado. Coincido con el general Rivero en que hay que tomarse unas horas para hacer una autocrítica y una correcta evaluación de lo que sucedió. Nosotros lo estamos haciendo en nuestra interna porque también cometimos errores, por ejemplo nos acercamos demasiado a los hechos hasta que pudimos delimitar una zona de seguridad que estaba a aproximadamente 500-600 metros de lo que había sucedido en el puerto: es allí donde deben estacionar las ambulancias que se ocupan del traslado.

EC - Ustedes se acercaron demasiado, ¿pero a quién le correspondía delimitar la zona de seguridad?

CB - Eso les corresponde a los primeros que llegan al área del desastre, que en este caso fueron los bomberos, y al cuerpo médico de Bomberos, que es el que delimita el área de desastre porque es quien tiene el material y los equipamientos apropiados -máscaras, equipos- para hacer el primer triage dentro de la zona -la selección de los heridos y la clasificación- y el traslado hacia el centro de evacuación, que es donde estamos nosotros.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón