Entrevistas

La Iglesia Católica se lanza de misión en Montevideo

La Iglesia Católica se lanza de misión en Montevideo

La Arquidiócesis de Montevideo comenzará una campaña mediática con el objetivo de recuperar el terreno perdido ante otras manifestaciones religiosas o la simple falta de fe. Miguel Pastorino, director del departamento de Comunicación Social en dicha jurisdicción eclesiástica, constató una "paulatina desaparición de lo que se conoce como la cristiandad" y explicó: "La idea es anunciar a Jesús, anunciar el evangelio, la presencia de Dios en la vida cotidiana de la gente". Entrevistado por En Perspectiva, señaló que la Iglesia viene desarrollando una fuerte acción social "pero tal vez ha descuidado la atención espiritual de los fieles", aunque aclaró que se busca "evangelizar sin entrar en una especie de competencia religiosa por ganar adeptos". Asimismo, se refirió a algunos temas polémicos como las acusaciones de pedofilia contra sacerdotes en diferentes partes del mundo. "En Estados Unidos el tema purificó a la Iglesia, la renovó espiritualmente", indicó.


(emitido a las 9.09 Hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
Desde hace algunos días en radios y en canales de televisión se incluyen avisos publicitarios con el siguiente mensaje:

(Audio.)

"Jesús está aquí, y donde está Jesús estamos nosotros.
Felices Pascuas de Resurrección.
Iglesia Católica.
Misión Montevideo".

(Fin del audio.)

En el caso de la televisión las imágenes que acompañan estos spots son variadas. Por ejemplo, aparecen imágenes del bautismo de un bebé, el abrazo de un niño y una monja, un rosario colgando del espejo delantero de un vehículo que hace ruta en la noche, o un joven tomando de la mano a una anciana. Son avisos que no pasan desapercibidos porque, al menos por aquí, no se ve todos los días a la Iglesia Católica haciendo publicidad a través de los medios de comunicación masivos.

¿Qué llevó a la Iglesia Católica de Montevideo a embarcarse en una campaña de este tipo? ¿A quiénes apunta y qué es lo que se busca con esta campaña? Para responder estas y otras preguntas nos acompaña esta mañana el sacerdote Miguel Pastorino, director del departamento de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Montevideo.


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JAE – ¿Cómo es que surgió esta idea de campaña?

MIGUEL PASTORINO:
Esto viene desde muy atrás, porque en 2005 la Iglesia de Montevideo tuvo un Sínodo donde se replanteó mucho su accionar en cuanto a su misión. Y luego de la conferencia general de obispos en América Latina, que fue en Aparecida en 2007, los obispos de América Latina a nivel continental exhortaron a todos los católicos de América a lanzarse a un nuevo impulso misionero. De algún modo porque la Iglesia es consciente de que en los últimos tiempos, incluso se puede decir en los últimos siglos, va desapareciendo paulatinamente lo que se conoce como la cristiandad, ese ser católico por herencia cultural; en realidad la fe viene por el anuncio de la palabra y porque yo creo como adulto y decido estar en esta fe. Entonces esto exige un mayor dinamismo misionero de salir. El documento de los obispos de América dice "pasar de una pastoral de mantenimiento a una pastoral misionera". ¿Qué quiere decir? Pasar de estar simplemente atendiendo al que viene a ir a la fuente del evangelio de Jesús, que es "vayan y hagan discípulos míos anunciando mi mensaje".

Esto viene trabajándose desde hace años. En la Arquidiócesis hay un proyecto pastoral que abarca tres períodos grandes: el primero fue de 2008 hasta 2010, de una revitalización interna de la fe, porque uno no puede dar lo que no tiene; uno puede saber mucho, pero si no tiene una experiencia real de fe a la hora de trasmitir, como dice San Pablo, "es metal que resuena". Entones obviamente se requiere primero vivir una experiencia hacia adentro que nos renueve y después sí...

JAE - ... ¿Qué significó esta primera etapa?

MP – A nivel de las parroquias, a nivel de los colegios, a nivel de los movimientos eclesiales, significó buscar ciertos objetivos como por ejemplo fortalecer más la presencia de la Biblia dentro de las comunidades, tener más espacios de oración, más espacios de reflexión de la fe. Es decir, buscar aquellos espacios que nos hacen a nosotros crecer en la fe con mayor intensidad. Esto obviamente se va llevando en cada lugar de manera distinta, pensemos que así como Montevideo es muy heterogéneo la Iglesia también, y también hay experiencias muy diversas, pero todas apuntando al mismo objetivo.

A partir de 2010 la Iglesia se lanza de misión en Montevideo concretamente, porque esto es de la Arquidiócesis de Montevideo. La misión no es sólo hacia fuera, es hacia adentro; es compartir la fe, compartir aquel tesoro que la Iglesia tiene con todos. Y cuando uno habla de compartir la fe y con todos quiere decir llegar por todos los medios posibles.

JAE – Esta es la segunda etapa.

MP – Sí. El fuerte de la misión no es la campaña, lo que pasa es que es lo que más se ve. El arzobispo ayer decía en la conferencia de prensa que si queremos llegar a todos hoy en día es impensable sin los medios de comunicación. Obviamente que esto no se puede hacer todo el tiempo, por diversas razones, pero cuando se puede hacer decís "bueno, gastamos todos los esfuerzos en esto porque justamente esto continúa". Continúa en la vida concreta de la gente aunque no continúe con tanta fuerza después en los medios, pero son modos de buscar llegar.

De hecho en 2003 se compró Radio Oriental, y si bien es una radio que tiene muchas coproducciones y producción muy diversa, los espacios religiosos también apuntan a eso, a tener una presencia en la radio de la palabra de Dios para todos.

EMILIANO COTELO:
Detrás de todas estas decisiones, detrás de todas estas formas de comunicación que se han puesto en marcha, ¿no está también la constatación de que la Iglesia Católica se ha visto desafiada exitosamente por otras iglesias o sectas, las que tienen origen en Brasil, esas que abundan por todo el país y que cuentan además con recursos muy poderosos para contratar incluso horarios en televisión?

MP – Si tengo que responder en concreto, no. Obviamente que eso es una realidad que miramos, [pero] en realidad la misión de la Iglesia es evangelizar sin entrar en una especie de competencia religiosa por ganar adeptos. En algunos espacios de medios –a veces no por mal sino porque no se conoce la intención– se dice "para ganar más fieles". Si algo le interesa a la Iglesia, siendo fiel a su misión, no son los números; para empezar porque a Jesús no le fue bastante bien, su fundador terminó bastante solo en la cruz. Entonces cuando uno habla de anunciar el mensaje el objetivo de la campaña es que el evangelio llegue, los resultados no importan tanto. Obviamente que a uno le alegra que el evangelio entre en el corazón de la gente y no te voy a decir "no, mirá, no me interesan los números". Pero eso ya es secundario, siempre secundario.

Obviamente el impacto de las nuevas religiones y sobre todo su participación en los medios... Nosotros vimos en las últimas décadas el incremento de los espacios radiales y televisivos, no tanto de las iglesias pentecostales, que no tienen tanto como uno cree, sino más bien de los grupos neopentecostales brasileños como también de los cultos afro, grupos de tipo metafísico, new age. Incluso en Radio Oriental los mismos católicos nos han demandado durante mucho tiempo que aumentáramos la programación nocturna, dicen "cuando uno está sólo y quiere escuchar el mensaje de la Iglesia, no lo tiene y tiene otras cosas".

EC – O sea, estas otras iglesias encontraron un terreno en el que la Iglesia Católica se había descuidado.

MP – Exacto, eso que acabas de decir fue lo que dijo Juan Pablo II en el año 92: "Las sectas crecen por el vacío que la Iglesia ha dejado". Eso lo decía el Papa Juan Pablo II en la Conferencia General de Santo Domingo. La Iglesia ha estado muy presente en la acción social, de la cual no hace mucha propaganda, pero tal vez –decía el Papa– ha descuidado mucho la atención espiritual de los fieles, que ha sido llenada por otros actores que han venido a ofrecer ese tipo de atención.

JAE – Sí, en términos de mercado uno puede decir que estamos hablando del mercado del sufrimiento o el mercado de la soledad, que en estos casos, como decía Emiliano, ha sido ocupado o al menos abordado por este tipo de manifestaciones religiosas. Ahora, esta campaña no apunta a eso, apunta a evangelizar, a llevar la palabra de Dios. ¿Cómo harán ustedes para evitar que estos mensajes lleguen solamente a los convencidos, a los que ya conocen la palabra de Dios y tienen claro cuál es el mensaje?

MP – Bueno, obviamente que en esto la Iglesia tiene –por así decir, en los términos en que estábamos hablando– dos públicos: uno interno y uno externo. Pero aún la misión en la Iglesia ha detectado varios tipos de destinatarios. En primer lugar están los católicos que ya están, católicos convencidos, "en serio y no en serie", que están dentro, que viven la fe y a los que estas cosas les entusiasman. Porque además gran parte del objetivo es que los protagonistas de la misión sean los laicos, pensemos que el 99% de la Iglesia no somos los curas. Entonces si alguien tiene que entusiasmarse con este proyecto también son los que están dentro. Y sobre todo los laicos, que evangelizan en el trabajo, en el estudio, en el ambiente universitario, etcétera. Ese es un primer destinatario.

Después tenemos un montón de gente que habiendo sido bautizada en la Iglesia y que de repente se siente afín con la Iglesia Católica directamente se ha alejado, no se siente tan afín o tan católico. Es decir, si bien simpatiza o comparte la fe no está convencido...

JAE - ...o no practica directamente.

MP – No practica, como se dice. Sobre esos términos a veces es un poco complejo hablar porque hay gente que puede practicar pero no creer, entonces es un tema muy complejo el tema de la fe. Y después tenemos aquellas personas que de repente son indiferentes al catolicismo, pero la Iglesia quiere llegar con su mensaje a todos, y obviamente esto no es fácil a la hora de pensar un único mensaje. Es el mensaje es Jesús, está claro. El cardenal Ratzinger, ahora Benedicto XVI, decía que uno de los grandes problemas y pecados de la Iglesia era hablar de ella misma y no hablar de Dios porque para eso existe: para hablar de él y no de ella. La Iglesia tiene que ser una ventana que muestre a Dios, si una ventana se muestra a sí misma pierde su vocación de ser, es decir no está para que la vean a ella sino para mostrar un horizonte más amplio. Entonces cuando la Iglesia tiene la misión de salir lo que tiene que presentar es a Cristo. Y es para todos. A todos les va a llegar de modo distinto, algunos lo van a rechazar, lo rechazaron a él mismo. Entonces el mensaje no tengo que adaptarlo tanto a lo que el otro quiere escuchar, como tal vez hacen algunos grupos que sí quieren manipular; esto es lo que nosotros queremos: puede gustar, puede no gustar, puede agradarte, podés recibirlo, podés no recibirlo, pero Jesús es Jesús.


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JAE – Se habla de la Iglesia, sin embargo esta campaña tiene raíz en la Diócesis de Montevideo. ¿Por qué se circunscribe a la capital y no comprende a la gente que vive en San José de Carrasco, por ejemplo?

MP – Ese es un tema que a veces pasa en Uruguay: cómo se comprende la estructura de la Iglesia. Normalmente, cuando un periodista cubre una noticia de la Iglesia la piensa como al Estado, a nivel nacional, y no existe una Iglesia nacional católica. Existen iglesias locales, la Iglesia Católica con su obispo a la cabeza, en 10 diócesis del país. Justamente la de Montevideo coincide con el departamento, con la capital, pero en el caso de Salto por ejemplo no es sólo un departamento, es más. Cada obispo es la cabeza de esa iglesia y esa iglesia a su vez tiene su autonomía en muchos aspectos y sus propios proyectos pastorales, aunque la Conferencia Episcopal es un organismo que no está por encima de cada una de las diócesis como muchos creen, es un organismo de comunión entre los obispos, porque son obispos de la Iglesia Católica en esta provincia eclesiástica. Pero cada diócesis es una iglesia con cierta autonomía y con sus propios planes y proyectos, aunque al haber comunión hay una comunión con toda América Latina, con el Papa a la cabeza. Pero por ejemplo muchos piensan que una Iglesia Católica en Montevideo, Salto o Tacuarembó, son sucursales de Roma; no es cierto, en realidad el Papa es tan obispo de Roma como Nicolás Cotugno de Montevideo, Galimberti en Salto, Bonino en Tacuarembó o Sanguinetti en Canelones. Sólo que obviamente el Papa, por ser el sucesor de Pedro, tiene una primacía en algunos aspectos que no tienen los otros. Pero a veces cuando se quiere analizar la estructura de la Iglesia y se la mira desde una mirada como se ven otras estructuras es muy difícil de entender. Por eso si bien todo el Uruguay está de misión cada diócesis tiene su propia gestión de todo este proyecto, de todo este plan.

JAE – Hablando del mensaje, me quedé pensando en eso que escuchábamos recién, en ese concepto de "felices Pascuas de Resurrección". ¿Cree que la población entiende realmente el significado? ¿Cree que le llega el mensaje a aquel que no profesa la fe o que directamente no está involucrado en la Iglesia Católica?

MP – Jesús siempre tiene poder para llegar, el problema siempre somos nosotros. Yo creo que Jesús fascina, de hecho [incluso] fuera de la Iglesia Católica. El problema somos nosotros como mediación. Eso pasa siempre, en todas las religiones.

Ahora, la campaña de la misión todavía no se lanzó, probablemente sea en mayo.

JAE – Empieza el 3 de mayo.

MP – Esto fue un saludo de Pascua; ya que está el proyecto de salir en los medios teníamos un puntapié inicial, pero en realidad el mensaje va por otro lado en cuanto a que va a ir pensando en todos. Esto era algo más pensado en los católicos, y también abierto a saludar a todos. Pero este primer puntapié inicial no debe ser leído como la forma del resto de la campaña.

JAE – ¿Pero entonces qué es lo que vamos a ver a partir de mayo?

MP – Bueno, todavía estamos planificando, estamos trabajando mucho en el diseño de lo que vamos a hacer. Tenemos clara la idea, pero esto lleva mucho trabajo. La idea es anunciar a Jesús, anunciar el evangelio, la presencia de Dios en la vida cotidiana de la gente y que lo pueden encontrar allí donde a veces creen que no lo pueden encontrar. Pasa por anunciar la fe cristiana a todos. En el cómo y el lenguaje nos asesorará la agencia, en eso hay que llamar a los expertos, que son los que saben; nosotros manejamos el contenido.

JAE – Claro, porque nos podemos preguntar hasta dónde falla la Iglesia a la hora de la comunicación empleando métodos modernos o términos llanos incluso a la hora de evangelizar, a la hora de acercarse. Tal vez sea ese –y aquí estoy dando una opinión– un punto débil en comparación a otras religiones, a otras manifestaciones que van mucho más a lo concreto y a lo terrenal si se quiere.

MP – Sí. En primer lugar hay muchos aspectos acá. Uno es el del lenguaje; si tú vas a cada parroquia en cada rincón de Montevideo el lenguaje es llano y va al corazón. Si un cristiano escucha por ejemplo el mensaje del obispo lo entiende perfectamente porque le habla de su propia vida. El problema es cuando aparecen en los medios y hay que hablar de un tema, y a veces es difícil darlo como estamos acostumbrados en la Iglesia; uno necesita explicar mucho contexto, con lenguaje que de repente no es comprendido fuera, a veces exige decirlo todo de un modo tan técnico –esto ha sido algo en lo que hemos fallado– que el otro a veces no entiende o entiende lo contrario a lo que quiero decir, lo cual es algo muy complejo, que nos desafía.

Es cierto también que el lenguaje existencial por ejemplo, que es el que más toca el corazón, es utilizado por no pocos grupos religiosos. Y yo creo que eso es a lo que todos tenemos que apuntar, no como estrategia sino como fidelidad a quien quiero llegar. Si yo quiero que tú entiendas lo que quiero decir, tengo la responsabilidad de buscar un lenguaje apropiado para eso. Y es un desafío.

Te podría decir que en la Iglesia hay muchísimas iniciativas, por ejemplo a través de Facebook, de Hi5, de blogs, hay sacerdotes que tienen ya hace muchísimo tiempo, religiosas, catequistas, los jóvenes mismos suben videos de la Iglesia a Youtube. Es decir, hace muchísimo tiempo que los medios se usan, lo que pasa es que esto se comparte entre creyentes y tal vez no llega a ser de conocimiento tan público, pero los medios y los nuevos lenguajes se usan.

JAE – ¿Son motivo de preocupación para la Iglesia estas manifestaciones que vinculan a sacerdotes con la pedofilia, esos casos que han estado arriba de la mesa en estos días? ¿Cómo ven ustedes el tema de la imagen?

MP – Más allá de la imagen, porque la imagen si bien importa no importa tanto, lo que es grave es lo que está pasando. La gravedad es el hecho, la gravedad es un problema social que no abarca solamente a los sacerdotes. A veces también se agrandan un poco las cosas, si bien es grave aunque sea uno sólo, porque es un criminal. De hecho Benedicto XVI en Australia dijo que tienen que ser llevados ante la Justicia y que hay quedarle atención a las víctimas. Este es un grave problema para la Iglesia, que lo está afrontando. De hecho, contrariamente a lo que a veces se ha escuchado y se repite, el cardenal Ratzinger antes de ser Papa ha sido quien más ha combatido este tema cuando justamente a veces se han usado mal informaciones para decir que es quien lo ha ocultado, como en el caso del padre Murphy en Estados Unidos.

JAE - ¿Pero esa idea está extendida?

MP – Bastante, yo lo he leído sobre todo en prensa internacional, The New York Times por ejemplo maneja esa idea. Y en realidad la Iglesia está combatiendo. Hay un artículo de prensa bastante bueno que encontré en Europa hablando de la "operación limpieza" de Benedicto XVI con respecto a este tema. La Iglesia cuando hace su proceso propio, que pide que estos casos sean enviados a Roma, nunca dice "no vaya a la Justicia". Si hay un acto criminal, venga de quien venga... Ahora, esto golpea claramente al testimonio de los sacerdotes, lo cual es espantoso. Obviamente a nivel de la imagen la Iglesia tiene una cosa clara siempre: cuando anuncia su mensaje el mensaje no cae, porque no depende de nuestras virtudes. O sea, si yo tengo que predicar lo que vivo del evangelio en la vida cotidiana empiezo por hablar mucho menos. La Iglesia anuncia su mensaje para todos y para ella misma porque es el mensaje de Jesús y el ideal de exigencia. A veces se dice si con esto la Iglesia no debería bajar un poco los decibeles con los ideales, pero el ideal es de Jesús, si nosotros no lo vivimos es porque somos tan pecadores como los demás, es así.

Ahora, estos casos que tú planteas sí es algo muy grave, es algo muy duro para la Iglesia. Los obispos se han pronunciado en solidaridad con Benedicto porque esto está golpeándolo por todos lados. Y han saltado tantos casos porque la Iglesia ha sido la más proactiva de todos en moverse, en empezar a detectar estas cosas que a veces obispos en algunas partes del mundo -como en el caso de Estados Unidos-, tal vez por querer ayudar al sacerdote... como una madre que tiene un hijo delincuente y dice "bueno, a ver si yo lo puedo ayudar", pero esa no era la manera de ayudarlo y ahí el Papa interviene y dice "esto no, acá las cosas por su nombre".

Y ahí se han generado todos estos problemas que sin duda creo que afectan la imagen hoy. Pero creo que eso es bueno también, que se vea la verdad, porque la Iglesia tiene que mostrar eso también: la verdad de lo bueno y de lo malo.

JAE – Por otra parte también se ha comentado en estas horas que dentro de la Iglesia hay muchas cosas que se hacen y pocas cosas que se ven, por ejemplo ayudas en barrios carenciados que de repente en muchos momentos, como en este tal vez, quedan tapadas por declaraciones polémicas o por noticias que llegan desde afuera. ¿La campaña de la Arquidiócesis en esta etapa va a comprender esto, va a reivindicar su accionar por ejemplo a nivel social hoy día?

MP – Te voy a decir la verdad en esto, que es un tema que lo hemos conversado y creo que se puede hacer público. Todo el mundo nos está diciendo, incluyendo gente de las agencias o gente que nos ha asesorado, que hay que hablar de las obras. A nosotros nos está generando mucho rechazo la idea porque la Iglesia por sí, por mandato de Jesús, no tiene que dar a conocer el bien que hace sino su mensaje. Yo no tengo que hacer marketing, no tengo que hacer propaganda de las cosas buenas que hago. Esto nos genera un problema, nos resistimos a eso.

JAE – Es un conflicto cultural que se presenta muy fuerte, por lo que dice.

MP – Sí, pero ayer un periodista nos preguntaba eso, muchas cosas que la Iglesia ha hecho y que todavía muchos estados ni siquiera han logrado arreglar, cuánto ha colaborado la Iglesia y cuánto puede colaborar pero no lo hace público. Ahora han salido datos, lo puedo decir porque han salido en la prensa: en el mundo la mitad de la atención de los enfermos de HIV, y especialmente de los que no tienen posibilidades, de los más pobres, están bajo el cuidado de la Iglesia. El 27% de las ONG que trabajan en acciones caritativas son de la Iglesia Católica. Pero claro, uno no tendría que dedicarse a hacer propaganda de las obras porque las obras hablan por sí mismas, en la vida de la gente.

JAE – Pero a ustedes no les entusiasma ir por ese camino.

MP – Capaz que lo hacemos porque nos dicen que la sociedad, el Uruguay, nos lo pide, pero no es el centro, no puede ser el centro de la campaña, no puede ser lo más importante. Capaz que tenemos que escuchar un poco más eso y decir "es bueno saberlo, es bueno saber dónde están en cada rincón de Montevideo, en cada lugar, en cada barrio, en los merenderos, aquí, allá, en las cosas que la Iglesia sostiene, hospitales, colegios", está bien, pero la Iglesia no existe para hablar de lo que hace sino para hablar de Jesús, para hacerlo presente a él. Y a través de las obras habla, habla en hechos.

También es cierto que en un mundo donde los medios también generan y la opinión pública ya es un tribunal uno tiene que ver cómo se para ante la opinión pública. Por ejemplo lo que tú decías, el tema de la pedofilia. En Estados Unidos el tema purificó a la Iglesia, le hizo mucho bien encontrar todo este problema porque incluso renovó espiritualmente a la Iglesia Católica. Que haya sacerdotes de verdad, que busquen la santidad, que quieran ser radicales en la fe; y aquellas personas que de verdad no podían estar en el ministerio fueron retiradas. Eso purificó a la Iglesia, le hizo bien también en su humildad...

JAE - ...El asunto es qué garantías quedan para que eso no siga ocurriendo.

MP – Ahora te digo sobre eso, pero anteriormente te quería decir que eso coincidió con toda la campaña que la Iglesia estaba haciendo contra la guerra en Irak. El tiempo en que estalló todo el tema mediático del abuso sexual de la Iglesia en Estados Unidos coincidió con cuando la voz de la Iglesia estaba en contra de la guerra. Cuando la voz de la Iglesia quiere estar, hacerse presente sobre ciertos temas que son de urgencia, o que son de preocupación de dignidad humana y demás, estas cosas a veces se inflan un poco en algunos ambientes, no creo que acá tanto pero en Europa o Estados Unidos a veces esto pasa cuando hay intereses.

Con respecto a lo otro, cómo se prevé, obviamente que la Iglesia cuando ve estas cosas toma muchísimas medidas. Todo esto empieza en los seminarios, en la formación de los sacerdotes. Esto empieza aquí, hay que ir atrás, en la formación afectiva, en la formación sicológica, en la admisión de los candidatos al Seminario, en la ordenación de sacerdotes, es decir en el acompañamiento a esta persona porque estas cosas, también es cierto y Benedicto lo ha dicho, deberían detectarse antes.


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