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Horas antes de empezar el Mundial de Sudáfrica, estalló la guerra

Informe de Juan Andrés Elhordoy


(emitido a las 7.37 Hs.)

Otra vez, la lucha por los derechos a transmitir los partidos por televisión terminó en una dura pelea. En este caso el enfrentamiento ha sido entre:

- Por un lado, los canales uruguayos de TV abierta 4,10 y 12, que en ocasión son los dueños de las imágenes para nuestro país
- Por el otro, el grupo norteamericano DirecTV, interesado en comprar los derechos para poder ofrecer la cobertura a sus 25.000 clientes.

A continuación, repasaremos aspectos que están en la superficie y asuntos que están en el fondo de este conflicto.

Empecemos por el principio.

El 28 de abril, Directv presentó una denuncia ante la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicación (Ursec), por "la negativa a sub-licenciar los derechos para la retransmisión de los partidos del Mundial (...), adquiridos por los canales en forma conjunta" argumentando que va en contra de la ley de competencia. Consideró además que se trata de un "abuso de poder económico".

El martes último, 8 de junio, la Reguladora de Servicios de Comunicación (URSEC) emitió una resolución en la que se afirma que, como los copropietarios de los derechos se niegan a revenderle a DirecTV dicha licencia, se constituye "un impedimento para competir en igualdad de condiciones".

O sea que entre la demanda inicial y la resolución de la URSEC pasaron unos 40 días.

Lo que para la empresa denunciante resultó ser un lapso que lo alejó de la posibilidad de negociar con los poseedores de los derechos y, en consecuencia, lo imposibilitó de ofrecer a potenciales clientes el servicio correspondiente.

¿Qué otros argumentos se manejaron?

Por otro lado, la Ursec sostiene que el régimen jurídico en materia de defensa de la competencia, "tutela como bien jurídico principal el bienestar de los actuales y futuros consumidores".

Y agrega que "los derechos de retransmisión del campeonato mundial de fútbol constituyen un producto relevante del mercado de televisión para abonados, por lo que Directv, como operador excluido, se ve impedido de replicar dicha oferta, impidiéndole a competir en igualdad de condiciones, con el consiguiente perjuicio para los consumidores, quienes se ven privados de dicho producto".

En atención a esos argumentos, el órgano regulador del Estado intimó a los canales 4, 10 y 12 "al cese inmediato de la negativa a comercializar los derechos de retransmisión, bajo apercibimiento de aplicar las sanciones que se estimen convenientes".

En síntesis. Luego de negociaciones que llevaron varios meses, y con la resolución de Ursec arriba de la mesa, los canales licenciatarios 4 y 12 resolvieron vender su cuota parte de los derechos.

En cambio, Canal 10 resolvió no comercializar su cuota parte. Es más. Protestó por la resolución del órgano regulador de las telecomunicaciones, a la que calificó de "improcedente".

¿Qué hizo DirecTV?

El viernes mismo inició las trasmisiones con la ceremonia inaugural y los primeros partidos, incluido el de Uruguay-Francia.

En un comunicado, Directv expresó que ante la conducta de Canal 10, que "evidencia la falta de voluntad negociadora", resolvió emitir igual los partidos del mundial.

Agregó que "salvaguardando el derecho de sus abonados y al amparo de la resolución de la Ursec, Directv resolvió dar de alta su propia señal, producida internacionalmente, para emitir el Mundial de FIFA 2010".

Según DirecTV, "de no haber emitido el mundial, se hubieran visto afectados los derechos de más de 24.000 hogares, que confiaban disfrutar del Mundial por la empresa".

¿Qué dijo Canal 10?

En un comunicado, canal 10 advirtió que "Directv transmitió partidos del campeonato mundial de fútbol en condiciones ilícitas, apropiándose sin autorización alguna de los derechos televisivos propiedad de canal 10".

Agregó que "tal ilícito sin precedentes en la historia de la radiodifusión nacional lo comete la multinacional Directv tergiversando el contenido de una improcedente resolución de la Ursec que, además, no dispone de la titularidad de los derechos de televisación del campeonato mundial", agrega.

Y terminó advirtiendo que, "en función de los graves ilícitos constatados, canal 10 promoverá las acciones legales que correspondan en defensa del derecho de propiedad, que ha sido desconocido".

Después de este intercambio de comunicados, y con los hechos ya consumados, ¿la Ursec puede volver a intevenir?

El titular de la Ursec, Jaime Igorra, dijo a En Perspectiva que la controversia por los partidos de Uruguay que tienen los canales con Directv "la arreglarán en el ámbito que corresponda" y que "la Ursec no tiene nada más que decir".

Todo indica que el asunto termina en tribunales.

¿Qué hay en el fondo de la cuestión?

Dos destaques.

Por un lado, la pelea por el mercado. Es una lucha sin cuartel que desde años mantienen los canales privados –dueños de emisoras de aire y de buena parte de las empresas de televisión por abonados– con DirecTV, que ofrece señales satelitales y cobertura en zonas rurales de difícil acceso para la competencia.

Un antecedente ocurrió en los meses previos al mundial de 2002. En aquel momento los papeles estaban invertidos. El titular de los derechos en aquella ocasión era DirecTV. No alcanzó un acuerdo con los canales privados y terminó comercializando la señal a través de Señal 1, gestionada por el Multimedio Plural, del grupo La República.

Recordemos que DirectTv "desembarcaba" en 2001 en Uruguay, y contaba con los derechos del mundial para colocar su servicio y en especial incrementar la campaña de afiliados hacia 2002. Para el grupo internacional no había mucho incentivo a acordar con los canales privados, ya que era su fuerte en la campaña por conquistar el mercado uruguayo.

Ahora las posiciones están invertidas.

¿Cuál es el segundo destaque?

La existencia de presuntas prácticas comerciales, que limitan la competencia entre empresas.

Se trata de un elemento de preocupación en cualquier economía de mercado.

¿Por qué? Porque se supone que la competencia induce a incentivos. Y para el consumidor representa la posibilidad de tener la mayor y mejor cantidad de bienes y servicios, a costos bajos.

En este caso, sin tomar posición por ninguna de las partes, resulta interesante ver que se vuelve a poner en marcha una herramienta de control, prevista en la ley 18.159, llamada de Promoción y Defensa de la Competencia.


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