Un puente para salvar la brecha digital entre padres e hijos
Las redes sociales virtuales ya son una realidad ineludible en la vida cotidiana de los jóvenes y una fuente inagotable de interrogantes para algunos mayores. El psicólogo Roberto Balaguer y la periodista Cristina Canoura intentan minimizar esta brecha entre padres e hijos en su libro Hiperconectados. Guía para la educación de los nativos digitales. Los beneficios y algunos peligros de internet, el control y la confianza en relación a la privacidad de los niños, y las formas en que esto se vincula al Plan Ceibal son algunos de los temas abordados. "Nuestra idea es que los padres entiendan para poder tener una autoridad y poner límites adecuados y acordes con lo que ayudaría a los jóvenes en este estado de conexión", explicaron los autores a En Perspectiva.
(emitido a las 9.02 Hs.)
JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
Facebook, Twitter y el famoso MSN cumplieron, cumplen y cumplirán con el objetivo de acercar personas.
Sin embargo, la realidad parece mostrar que el fenómeno de las redes sociales también aleja. Por un lado, se mueven los jóvenes hiperconectados,abocados a varias tareas simultáneas frente a la computadora, interesados en delinear en las redes sociales una identidad online. Y por el otro están los padres que, ajenos a las nuevas tendencias, se preocupan por el uso que sus hijos hacen de internet, sin entender el fenómeno ni saber la forma en que deben actuar.
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JAE - Con este telón de fondo, recibimos en los estudios de El Espectador al psicólogo Roberto Balaguer y a la periodista Cristina Canoura, ambos autores del libro Hiperconectados. Guía para la educación de los nativos digitales, editado por Aguilar.
EMILIANO COTELO:
En primer lugar, una aclaración de ese término que manejaba recién Juan Andrés, "nativos digitales". ¿Qué es?
ROBERTO BALAGUER:
Nativos digitales son aquellos jóvenes que nacieron ya con la tecnología digital como parte de la cultura. A diferencia de nosotros, que somos inmigrantes digitales porque debimos adaptarnos a esa cultura nueva.
EC - En el libro, ustedes señalan que la intención es acercar orientaciones, criterios, pautas para que los padres se sientan más seguros frente a sus hijos. ¿Cómo concibieron la idea de enfocar una guía para padres sobre cómo manejarse frente a sus hijos?
CRISTINA CANOURA:
Medio en broma, medio en serio decimos que este libro fue casi una cita a ciegas, porque nosotros no nos conocíamos, nunca nos habíamos visto las caras, y fue una idea de la editorial Santillana de juntar dos saberes: la reflexión que desde hace más de 10 años viene haciendo Balaguer en este tema y una periodista que viene trabajando desde hace muchos en el tema de ciencia y tecnología. No es más que eso, ser mediadores, en mi caso ser una mediadora entre el saber de Balaguer y el lenguaje común y corriente de la población. Esta guía tuvo ese inicio, fue concebida así, como una guía para padres, y empezamos ese peloteo. Hicimos un sondeo entre padres, de los más cercanos a los más lejanos, y sobre la base de las preocupaciones de esos padres hicimos este libro.
JAE - En esta cita a ciegas, ¿cómo se disparó ese enfoque dirigido a los padres, y no a los hijos, que podría ser algo esperable, recomendaciones a los hijos sobre cómo usar internet? Se dirigen a los padres directamente.
RB - A los padres porque son los que menos conocen estas tecnologías. Los jóvenes tienen un uso muy habitual y conocen muchísimo más estos entornos. El tema es que los padres muchas veces toman decisiones a priori de conocer bien de qué se tratan los entornos, intentan poner límites, ven que están hiperconectados, que están enchufados, que están permanentemente con el MSN, con el Facebook, que no estudian, que hacen esto, lo otro, los videojuegos, entonces tratan de buscar soluciones, y muchas veces se encuentran con respuestas de los jóvenes que aparentemente tienen su lógica, les dicen "vos no entendés nada". Y hay mucho de eso, de que no entendemos nada. Entonces la idea nuestra es que los padres entiendan para poder tener una autoridad y poner límites adecuados y acordes con lo que ayudaría a los jóvenes en este estado de conexión.
JAE - Un intento de minimizar la brecha digital que hay entre padres e hijos.
RB - Que en lugar de una brecha sea un puente, que este libro sea un puente entre esas dos generaciones que están separadas por esa brecha generacional y tecnológica, y que permita que cada uno comprenda al otro, que comprendan también los jóvenes que se necesitan límites y que los padres comprendan que tienen ciertas preocupaciones muchas veces basadas en algunos prejuicios. Pero está bueno que los jóvenes vean, por medio de los padres, más allá de esa omnipotencia juvenil de que no pasa nada, que las cosas les pasan a los otros, que hay muchas cosas que también les pueden pasar a ellos en ese lugar seguro que es internet.
EC - ¿Por ejemplo?, ¿de qué estás hablando en ese sentido?
RB - Cuando pensamos en peligros generalmente pensamos en qué les pueden hacer otros a ellos, ese es el primer peligro, pedofilia, pornografía, páginas inadecuadas. Pero tenemos que pensar también en qué les puede pasar a ellos con ellos mismos, qué trazas digitales van dejando, qué cosas van publicando.
EC - A ver, aclará ese término antes de seguir, ¿qué es traza digital?
RB - Es como ir dejando huellas en la arena del ciberespacio, cada cosa que uno cuelga en Facebook, cada cosa que uno cuelga en Twitter, cada búsqueda que uno hace va dejando huellas de lo que somos.
EC - Para empezar, Facebook y Twitter son lisa y llanamente exhibicionistas, no sé si ese es un término apropiado.
RB - Por ahí empezamos la discusión con la amiga Canoura.
EC - Si uno decide exhibirse, exponerse, contar sobre su vida, sus actividades, es obvio que está dejando huellas.
RB - El tema es qué tipo de huellas dejar. En este punto preciso es importante que uno sea consciente de que a pesar de que crea que se está manejando en un ámbito muy privado entre amigos, aunque sean "amigos" de Facebook, todo es potencialmente reciclable y digitalizable, copiable dentro de la red, entonces eso que hoy puede ser algo gracioso mañana puede volverse en contra de uno. Por eso ponemos como ejemplo en el libro una entrevista virtual, que es real. Hoy el 45% de los empresarios estadounidenses recurre a googlear y a Facebook para ver qué características tienen potenciales empleados, no es lo que los empleados dicen que son sino que empiezan a rastrear y ahí pueden ver lo que verdaderamente son. Hay que tener mucho cuidado con eso, que es algo de lo que los jóvenes no siempre más bien pocas veces tienen conciencia, porque entra dentro de la juventud omnipotente y de una etapa de la vida en la que el futuro poco importa.
JAE - Son huellas difíciles de borrar.
RB - Son imborrables, que es distinto de difíciles de borrar, en la medida en que alguien las replica, las duplica. En internet no hay pasado, presente y futuro, en internet hay un presente eterno. Entonces no importa si se dijo ayer o anteayer, el caso más paradigmático y muy cercano es lo de Maradona, Maradona dijo lo que dijo en el contexto de las eliminatorias.
EC - Lo que dijo sobre Uruguay.
RB - Aquello de "¿Uruguay juega el Mundial?", lo dijo cuando Uruguay todavía no estaba en el Mundial. Sin embargo eso se volvió presente, y creo que fue una buena excusa que aprovechamos para pegarle un poco al DT argentino (esta es una lectura mía).
EC - Debido a internet uno, y no solo los personajes famosos, conocidos, puede ocurrirle a cualquiera, termina teniendo su archivo disponible de manera permanente, uno anda con el archivo a cuestas ahora.
CC - Totalmente.
EC - ¿Cómo era eso de la inquietud inicial que ustedes manejaron a propósito del exhibicionismo?
CC - Fue un mano a mano antes de empezar el libro, porque yo digo y lo digo con total honestidad que respecto a mitos y prejuicios con las nuevas tecnologías estaba o estoy más cerca de las preocupaciones de los padres que de las de los expertos. Yo tenía respecto a Facebook muchos prejuicios y me fabriqué un discurso que en parte sigo manteniendo respecto a este exhibicionismo virtual que cometemos los que lo usamos, porque es tal cual. También aprendí que uno exhibe lo que quiere y cuanto puede, y tengo la percepción, de repente demasiado idealista, de que es un desafío a la inteligencia individual cuánto pone cada uno de cada uno. Me parece que si uno es inteligente en el manejo lo puede controlar. Es un aliento al voyerismo, yo soy usuaria de Facebook y veo que muchos exhiben para mi gusto más de lo necesario. Pero son opciones personales.
EC - Es algo que nos ha sorprendido a los periodistas, por ejemplo, a propósito de los muros de Facebook de algunos dirigentes políticos, a qué extremos llegan, nos hemos preguntado más de una vez: "¿Era necesario que publicara esto?".
JAE - Sí, hay casos muy sonados. Pero es cierto, si 9 de cada 10 jóvenes acceden a este tipo de instrumentos, Facebook y demás, y no tienen la conciencia de su trascendencia, esto pone a los padres en un rol más protagónico. En el libro ustedes citan una encuesta de la empresa Telefónica para América Latina, y allí surge que el 46% de los padres les pregunta a sus hijos qué hacen, el 36% no hace nada, el 27% echa un vistazo sobre los movimientos de los hijos, el 9% hace algo junto a los hijos y el 5% mira el mail. ¿Qué actitudes de todas estas se acercan más a lo ideal?
RB - Hay dos variables importantes que son control y confianza. A mayor edad, mayor confianza, a menor edad, mayor control. Esto se aplica a Facebook, a las redes sociales, a la ida al parque, a la playa o al estadio, es el mismo criterio lógico de que cuando uno es chico necesita ser cuidado y necesita que se le den determinadas prerrogativas, y que en la adolescencia es bueno que uno les dé un espacio de cierta privacidad que es necesaria para que tomen sus propias decisiones. En ese camino tendremos padres hipercontroladores, padres hiperconfiados que pueden dejar a sus hijos muy vulnerables frente a los peligros de la red y padres que pueden transitar por ese camino del medio atendiendo a un cuidado, a guiar, a ser confidentes, a acercarse, a establecer una relación virtual por medio de la red, porque la red permite redimensionar los vínculos, entonces de repente en la red pueden aparecer partes que no aparecen cara a cara.
EC - ¿Ese es un método posible para manejar estas situaciones, que los padres dialoguen con sus hijos por la red, en Facebook mismo?
RB - En Facebook, en las redes. El ejemplo más claro que hemos tenido, sin entrar en grandes teorías, es el de los emigrantes. Los emigrantes han tenido la posibilidad de sentirse mucho más cercanos a los padres, hermanos, abuelos, tíos por medio de las redes, y a veces han establecido relaciones de mayor profundidad en cuanto al vínculo que las que tenían viviendo en la misma casa. Esas son dimensiones que muchas veces escapan a los análisis medio ligeros. Si solo se queda en ese aspecto virtual se pierde una cantidad de cosas, pero ese aspecto virtual puede redimensionar los vínculos y hacer que aparezcan otros elementos que en el día a día pasan desapercibidos. Otro ejemplo muy claro son los padres divorciados, los padres divorciados muchas veces mejoran su relación como padres una vez que no están en la casa, porque en la casa hay aspectos que ya están como dados y pasan desapercibidos. Son las paradojas que tiene este mundo.
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JAE - Uno de los peligros es el engaño, de los que hay casos muy sonados en la red. En esos casos, suponiendo que están la confianza por un lado y las pautas por otro, ¿cómo juega el factor engaño? ¿Hay programas informáticos para saber a ciencia cierta qué hacen los hijos? ¿Se puede utilizar alguna herramienta informática sin afectar la privacidad?
CC - El libro tiene un listado de sitios y conexiones adonde los padres pueden acudir para encontrar filtros, mayor información. Lo más a mano que todo padre tiene es todo un tema ese de invadir la privacidad es el historial de la computadora, que les da una buena pista de por dónde están navegando los hijos.
EC - ¿Cómo se accede al historial? Hay que hacerlo con el beneplácito del niño.
CC - Vuelvo a lo que decía Balaguer: confianza y control.
EC - Ustedes proponen tomar la máquina sin que el chico sepa y averiguar por dónde ha andado navegando.
CC - Llevemos el ejemplo a la vida cotidiana. Cuántas veces los padres cuando nuestros hijos son chicos hurgamos, nos informamos de sus actividades por otros caminos sin ir a la pregunta frontal. Hace poco hicimos la presentación en un colegio, y una madre de hijos varones chicos a los que les permite navegar y tener MSN decía: "No sé hasta cuándo lo voy a poder hacer, pero yo les reviso el historial". Yo no tengo hijos chicos, pero si los tuviera lo haría también, y no creo que con eso violara su privacidad. Al contrario, creo que estaría protegiéndolos.
EC - Es una revisación que se hace sin que el niño lo sepa.
CC - En el caso de los niños sí, yo estoy de acuerdo.
EC - Para eso hay que conocer la clave, el usuario, etcétera, y puede ocurrir que el padre no la sepa, que el niño o la niña los vaya cambiando.
CC - Cuando son chicos las sesiones son medio abiertas, en una misma computadora las sesiones son abiertas. La privacidad empieza a mayor edad, y está bien que sea así, que cada uno tenga su sesión, creo que los padres tienen que fomentar eso, las sesiones privadas, es también una manera de respetarse en la privacidad. Y la palabra, la conversación, discutir en familia los riesgos es lo primero. El gran escollo de los padres es el desconocimiento, el desconocimiento lleva a miedos, cuanto más informados estén los padres, supongo, quiero suponer que los miedos serán menores.
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EC - A partir de la entrevista vienen los mensajes de la audiencia. Por ejemplo este de María Luisa, que dice: "El libro me parece un interesante material de difusión, especialmente para nuestra generación de cincuentones, especialmente para aquellos menos sensibilizados con las TIC. Entiendo recomendable su lectura, y nos alivia la labor a los docentes, que por diversas circunstancias nos vemos conminados a introducir a nuestros semejantes en el mundo virtual".
¿Los docentes son una parte del público al que ustedes se dirigen?
RB - Sí, claro, porque los docentes generalmente son padres también y tienen un doble problema, manejarse en la casa con los hijos y en las aulas con sus alumnos que muchas veces son hiperconectados y traen materiales, o les dicen "tenés el Facebook, el MSN", y ahí se complica la cosa.
EC - Y elijo este otro que tiene que ver con algo que ustedes mencionaban hace un rato. Dice Paola: "Yo soy amiga de mi hijo en Facebook".
RB - Notable.
EC - Sí, pero cuesta imaginarse.
RB - Cuesta que te acepte.
EC - Puede ser que cueste que te acepte. Dice Paola: "Yo soy amiga de mi hijo en Facebook, eso me sirve para ver un poco sus movimientos y por dónde está su cabeza. Mi hijo tiene 15 años y esto me ayuda mucho para dialogar".
RB - Exacto; para generar otros diálogos. Está bueno precisarlo, no son diálogos que vengan a suplir a los otros diálogos, sino que son muchas veces diálogos que vienen a complementar otro tipo de diálogos, porque la interacción por medio de la computadora genera dinámicas diferentes al cara a cara.
EC - Pero acá el requisito es que el padre o la madre tengan un buen manejo de estas herramientas, tengan la costumbre de Facebook, etcétera.
RB - Generalmente son los jóvenes los que les abren las páginas y ellos empiezan a agarrarles la mano.
JAE - El libro menciona, hablando de Facebook, que el usuario promedio insume 55 minutos diarios en la red social y tiene 120 amigos, y por otro lado se afirma que la adicción a las redes se potencia a medida que el volumen de amigos aumenta y el usuario se acostumbra a recibir comentarios, fotos, enlaces en el caso de Facebook. Y aparece el elemento de adicción a internet y a las redes sociales, ¿qué hacer en estos casos? ¿Cómo ven este tema? ¿Qué gravedad tiene esta nueva enfermedad de adicción a internet?
CC - También producto del desconocimiento catalogamos o calificamos con rapidez como adicción a cosas que se acercan mucho más a la psicopatología que a la normalidad.
EC - ¿Cómo es eso?
CC - El desconocimiento nos hace etiquetar: "es una adicción". La adicción por sus propias características es mucho más una enfermedad que una costumbre. Decíamos fuera de micrófonos que existe un manual estadounidense de enfermedades mentales que se califica por sus iniciales, el DSM, que va por el volumen 4, que es el referente en todo el mundo. El DSM se está actualizando para la quinta edición y no ha incluido la adicción a internet como patología. O sea que es una nueva modalidad.
JAE - Pero es un problema.
CC - Es un problema, el problema es desconectarlos, con Balaguer lo hemos visto mucho. Cómo se desconecta la gente.
JAE - ¿Y cuál es la respuesta?
CC - Ofreciéndole ofertas de desconexión que sean más interesantes que la conexión. Esa es una.
RB - Esa es muchas veces la más olvidada, porque se dice mucho "¿cómo hago para desenchufar?", los padres preguntan.
JAE - ¿En qué casos uno puede intuir que está ante alguien adicto a internet? ¿Qué características tiene?
RB - Cuando uno ve que la vida empieza a girar en torno a eso, el resto de las actividades queda en un segundo plano o queda olvidadas. Son casos muy específicos, muy puntuales y porcentualmente no importantes, más allá de para aquel a quien le sucede es importante. Ahí tenemos una dificultad muy instalada y seguramente hay una personalidad anterior que predispone a eso, así como enganchó con esa adicción podría haber enganchado con cualquier otra, y puede ser una adicción entre otras adicciones, porque está la posibilidad de juego, de estar en contacto permanente con otros. El tema es bien complejo cuando uno simplemente dice "hay que desenchufarlos", porque los desenchufamos ¿y luego qué pasa?, ¿cuál es la alternativa? Muchas veces esos que están hiperconectados tienen un vacío, cierta soledad, falta de conexión con los otros, entonces se logra una conexión en esa instancia virtual donde pueden suplir carencias que tienen en la vida de todos los días. Entonces no es tan fácil desconectarlos, si bien es importante, hay que ofrecerles algo a cambio a estos jóvenes para que sientan que vale la pena.
EC - Me estaba preguntando incluso qué quiere decir "desconectar", porque hoy se dan casos de nativos digitales que están al menos triplemente conectados, y estoy hablando de triple en simultáneo.
CC - En instrumentos.
EC - En internet, Facebook, etcétera, por un lado, con un videojuego por otro y mirando la televisión al mismo tiempo. Entonces, ¿qué quiere decir desconectar? ¿Que dejen de navegar en internet pero sigan con la televisión o con el videojuego? Llegan a hacer todo simultáneamente, a mí me impresiona.
RB - Eso genera mucho disturbio a nivel del aula, por ejemplo, cuando se habla del foco de la concentración, de la tarea única, porque son chiquilines que están acostumbrados a esta multitarea, al multitasking, a tener permanentemente varias ventanas abiertas y hacer varias cosas al mismo tiempo. Hay un choque cultural importante. Hablamos de desconectarlos cuando hay sobreuso, cuando hay hiperconexión o hay solamente la conexión como modus vivendi permanente. El chico puede ser hiperconectado durante un buen lapso de tiempo pero después tener otro tipo de actividades, ahí uno no debería preocuparse. E incluso uno debería preocuparse por aquellos jóvenes que no integran las redes sociales.
EC - Al revés.
RB - Porque uno ve que correlaciona, el chico que tiene dificultades para integrarse generalmente les presta poca atención a las redes sociales. Tratamos de trabajar por el camino del medio y abordar la mayoría de las problemáticas, y la mayoría de las problemáticas que los padres ven hoy es que pasan mucho tiempo enchufados, que no hacen deportes, que eso genera sedentarismo, pero también tenemos chicos que tienen dificultades para conectarse, y esa desconexión de las redes sociales hace que no se potencien sus posibilidades de socializar.
EC - Desde la audiencia Eduardo me corrige: hay casos de cuádruple conexión, porque yo dejé de lado el teléfono celular. El teléfono celular puede formar parte del mismo foco sin ningún problema.
RB - Son las cuatro pantallas.
JAE - Otro elemento que tiene que ver con la realidad uruguaya en particular es el Plan Ceibal. Asociado a esto, ayer el doctor Pablo da Silveira señalaba en el diario El País que un grupo de investigadores estadounidenses ha alertado que los chicos que viven en hogares pobres y que reciben computadoras para aprender sufren efectos negativos. Esto surge en un artículo que publicó la revista The Economist donde se afirma que los investigadores concluyen que cuando los chicos tienen acceso a una computadora y a internet fuera de un ámbito pedagógico dedican enormes cantidades de tiempo, incluso horas que antes usaban para estudiar, a entretenerse con juegos virtuales, visitar sitios de internet inconvenientes y demás. Balaguer ha estado mirando el efecto del Plan Ceibal en los chicos; ¿qué opina de esta advertencia que hace Pablo da Silveira a partir de este estudio?
EC - Según ese estudio, esos alumnos mejoran notablemente en sus habilidades informáticas, pero corren el riesgo y se da el caso de que vayan para atrás en materias humanísticas, etcétera.
RB - Seguramente hay una cantidad de habilidades que se desarrollan en pantalla que todavía ni siquiera somos capaces de percibir. El año pasado cuando hablábamos de Ceibal muchos decían "con la maquinita solamente se pasan jugando". Se pasan jugando, pero en ese juego de repente están desarrollando habilidades perceptivas que pueden ser muy importantes por ejemplo para manejarse en un flujo de información permanente y cambiante. Entonces lo que a priori puede parecer un juego quizás esté desarrollando habilidades perceptuales, habilidades cognitivas, reconocimiento de patrones de cambio. En ese momento puede ser un jueguito que a la vista parezca inocuo, sin embargo está desarrollando esas otras capacidades que pueden ser importantes a la hora de ver tendencias de mercados, de cambios en equis área. Pero falta un capital cultural ahí, porque si no se acompaña ese desarrollo de habilidades va a quedar solamente en ese jueguito.
EC - La pregunta que me surge es si el método pedagógico está ya aggiornado para asimilar, aprovechar esas habilidades que el niño puede estar obteniendo por otro lado, por ejemplo con los videojuegos.
RB - La respuesta es: no.
CC - Yo como espectadora del Ceibal nada más, con todo el atrevimiento que eso puede significar, creo que hay riesgo si el sistema educativo y los maestros y profesores no se aggiornan. Hay montones de profesores que por su propia iniciativa están usando estas tecnologías, que cuelgan en Facebook tareas y documentos para sus alumnos, pero el gran riesgo es si se queda en una desigual relación alumno-profesor y el profesor no cumple su papel de orientador, donde queden perplejos los chiquilines ante este cambio de poder en el aula, que son ellos los que saben, y perplejo el profesor. Es muy personal mi observación.
EC - Está buena la observación de Cristina, porque está claro que una gran cantidad de docentes está subiéndose a estas nuevas tecnologías e incluso a las redes sociales para mejorar el vínculo con los alumnos y el rendimiento y los resultados. Pero esto por ahora parte de iniciativas individuales. La pregunta es cuánto la formación docente está poniendo el énfasis en esto, porque da la impresión de que tiene que haber algo ya institucionalizado, formalizado para que los maestros y los profesores vengan ya con este chip puesto. Y después está el problema de cómo poner al día a los profesores y maestros formados hace años, para que se adapten a estas nuevas ondas.
RB - Estas tecnologías suelen denominarse últimamente como tecnologías disruptivas, tecnologías que son capaces de cambiar la ecología en la cual se insertan. Esto dicho en la educación son capaces de cambiar elementos de la educación, siempre y cuando todos los integrantes, todos los protagonistas tengan maleabilidad y formación suficientes para ser capaces de absorber esos cambios y no tratar de asimilar esa disrupción para que no suceda.
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JAE - Para redondear la idea de la adicción y los videojuegos, ¿cuál es el tiempo ideal?, ¿cuánto es demasiado, cuánto es mucho? ¿Cómo se mide eso?
RB - Es una pregunta muy difícil, primero porque los juegos tienen una curva de uso, uno cuando recién empieza pasa muchas horas, porque está tratando de solucionar determinados problemas, pero después esa curva va bajando y uno va perdiendo el interés porque va resolviendo si logra hacerlo, entonces esas muchas horas se convierten en muchas menos horas. Hay que entender la lógica de esos juegos, porque es como decir: ¿cuántas horas es bueno leer? Depende de la situación. Hay que tratar de ver que esta es una actividad ya instalada, es una actividad no solo de los jóvenes sino también de muchos adultos jóvenes. Las nuevas generaciones van a ayudar a tener una perspectiva mejor del tema, porque hay generaciones de padres que son jugadores de videojuegos, eso ayuda mucho.
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Transcripción: María Lila Ltaif
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