Senador Abreu presenta proyecto para alcanzar la "autosuficiencia" en trasplante de órganos
En Uruguay, quien desee obtener un trasplante de corazón deberá esperar, en promedio, alrededor de 6 meses. En el caso de que precise un riñón, el tiempo aumenta a casi 22 meses. Sobre la base de este tipo de cifras y la experiencia vivida dentro de su propia familia, el senador de Alianza Nacional Sergio Abreu presentará un proyecto de ley por el cual todos los ciudadanos serán considerados donantes de órganos a menos que manifiesten que no desean serlo. "Este criterio es respetuoso de la voluntad de la persona, porque si no quiere ser donante simplemente se registra y punto", señaló. Entrevistado por En Perspectiva, indicó que el proyecto "se ajusta a la cultura de la donación de órganos como un valor superior" y "cultiva la solidaridad, sin fracturar la dignidad física". El legislador rechazó un posible aumento del tráfico de órganos y enfatizó el concepto de "autosuficiencia". Este término "supone que cada país, al tener suficientes donantes, no tenga desviaciones laterales en el comercio de órganos u otro tipo de búsquedas desesperadas", explicó.
(emitido a las 8.58 Hs.)
EMILIANO COTELO:
En Uruguay, o mejor dicho en el mundo, son miles las personas que aguardan con ansiedad esa llamada que les informe que, luego de mucho tiempo, se consiguió el órgano que estaban necesitando para ser transplantadas.
Hace unos años, el senador nacionalista Sergio Abreu conoció de cerca esa realidad, ya que una de estas situaciones se dio dentro de su propia familia. Eso lo llevó a meterse de lleno en el tema, y en estos días va a presentar un proyecto de ley que cambia las normas previstas actualmente en esta materia.
Hasta ahora, quien esté dispuesto a ser donante de órganos debe dejar constancia de ello expresamente. En cambio, la propuesta de Abreu va en sentido contrario: todos pasaremos a ser donantes de órganos, excepto que aclaremos que no deseamos serlo.
El tema ha estado muy presente este mes, ya que el sábado 6 la Fundación Viven, con el apoyo de voluntarios de Un techo para mi país, llevó adelante una campaña de recolección de voluntades de futuros donantes, con el lema "Hagamos todos un pacto por la vida".
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EC - Para ubicarnos en este tema, para conocer el proyecto y discutir sobre las alternativas en el mundo en este asunto, vamos a charlar con el doctor Sergio Abreu, senador de Alianza Nacional, Partido Nacional.
Hace dos años su esposa recibió un trasplante de riñón. Pero había tenido que esperar ¿cuánto?
SERGIO ABREU:
Aproximadamente un año y medio, en diálisis. La diálisis para el caso renal puede variar, pero son 15 horas semanales, cinco horas tres veces por semana; no es un tema muy sencillo, pero tampoco es un trauma absolutamente impactante, hay que acostumbrarse. La diálisis es muy limitante, y además es todo un sistema que funciona muy bien en el Uruguay, con determinados sanatorios y unidades, pero es la sala de espera a un transplante o en el caso de muchos es el estado natural de vida hasta que fallezcan.
EC - A partir de esa situación familiar fue que usted conoció de cerca esta realidad, un tema con el cual había tenido poco contacto hasta entonces.
SA - Tenía un contacto de conocimiento, pero ayer estaba justo el Ministerio de Salud Pública, participó en el Senado por el presupuesto, estaba la directora nacional del Instituto Nacional de Donación y Transplante (INDT), estaba también el Fondo Nacional de Recursos (FNR), y yo decía que veces nos quejamos tanto del Estado, con fundadas razones, pero hay determinadas instituciones que funcionan en forma transparente y ejemplar.
EC - Eso iba a preguntarle, ¿qué le dejó esa experiencia a usted?
SA - Primero, el sentido de solidaridad, de responsabilidad y profesionalidad de quienes están al tanto de este tema. Cuando uno ingresa al carné de salud puede registrarse, basta una sola vez, no necesita hacerlo varias veces porque se comunica, queda registrado y ese registro es absolutamente confidencial, está bajo secreto profesional y además bajo responsabilidad penal en el caso de violación. Queda todo un registro a cargo del INDT, y en función de los fallecimientos que se producen en determinados nosocomios en algunas circunstancias particulares de CTI, con muerte cerebral, se pregunta si era donante. Después de esa pregunta surge si la persona era donante o no, y se realiza la operación o la participación médica de cirugía en este tema.
Lo cuento como una historia: la persona va a su médico, el médico le dice "usted tiene este diagnóstico y por tanto necesita un transplante". El médico es el que se comunica directamente con el INDT, le da la constancia, se comunica también con el FNR, que hace una inspección médica, y a partir de allí comienza la atención médica incluso agregada, por ejemplo el caso de la diálisis, a la espera en la lista de transplantes. Allí se pasa el tiempo, que tiene aspectos muy diversos, porque el transplante se hace solo con gente compatible, con órganos compatibles; en el caso del riñón, en los otros temas no sé muy bien porque soy abogado. La asignación se hace obviamente por la compatibilidad primero, y por la urgencia e incluso por determinadas circunstancias que analiza el INDT.
EC - Yo leía declaraciones que ha formulado sobre este asunto la directora del INDT, Inés Álvarez...
SA - ...Excelente profesional...
EC - ...Ella dice: "De todos los potenciales donantes, una cifra muy baja logra convertirse en donante efectivo, porque deben darse ciertas condiciones médicas, como que la muerte se produzca en un hospital o establecimiento médico, porque es allí donde se puede disparar todo el procedimiento, es allí donde se pueden mantener oxigenados los órganos hasta el momento de ser transplantados, pero además, para que los órganos puedan usarse, la causa del fallecimiento debe ser la muerte cerebral".
SA - Claro, porque para los transplantes tienen que estar en condiciones adecuadas. Cuando hay muerte cerebral, según dicen los entendidos, después se alarga un poco esa vida para poder tener frescos los órganos. También es cierto, y en este caso la ley de Uruguay se aplica en los casos en que participa una pericia forense, hay un accidente, ahí sí, el médico forense, que es el médico del foro, el médico que respalda legalmente este tema, hace una autopsia o participa, ahí se produce ese tipo de situación.
Lo importante es en primer lugar la autosuficiencia. El principio general de Madrid de las últimas reuniones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es la autosuficiencia, que supone que cada país, al tener suficientes donantes, no tenga desviaciones laterales en el comercio de órganos u otro tipo de búsquedas desesperadas, que existen, de gente con recursos; hay un famoso caso de un español en China, o incluso comercio de órganos. Pero que no es el caso de Uruguay de ninguna manera, en Uruguay no es posible.
EC - Usted, que ha conocido la realidad de estos temas y ha visto cómo funciona tanto el régimen legal como la institucionalidad montada en torno a las donaciones y los transplantes, ¿por qué entiende que hay que volver a legislar, por qué entiende que hay que modificar la normativa? Uruguay está bien ranqueado a nivel mundial, es el país de América Latina con la mayor tasa de donantes multiórganos, 25 por mil, e integra la lista de los primeros 15 países con más donantes efectivos del mundo, lista que encabeza España. ¿Por qué entonces no alcanza?
SA - Por la dificultad de poder manejar un órgano, incluso de un donante, la estructura tiene que ser más ágil, se pierden cantidad de órganos por esa falta de relacionamiento directo entre una situación que lo puede facilitar y el hecho. Además porque los principios mundiales van sobre la voluntariedad, la solidaridad y la autosuficiencia, lo importante es la autosuficiencia.
Entonces hay países que acompañan este tipo de voluntad presunta. El tema de la ley o del proyecto es cómo se analiza el consentimiento. Hay dos consentimientos, el expreso, yo firmo ahora, usted firma escuché que no era donante, así que está a tiempo, y ya queda registrado. O no firma, pero quiere ser donante, como tantos ciudadanos del Uruguay a los que les gustaría ser donantes pero no tienen la oportunidad, porque se tiene que dar alguna circunstancia muy especial. En el caso de España, que es el país más avanzado, la voluntad es presunta. Si no hay una expresión manifiesta en contra, es donante. Después se ha extendido a Francia, a Italia, a Chile, a Argentina, en todas estas legislaciones algunas con más difícil aplicación en general va avanzando este criterio, que es respetuoso de la voluntad de la persona, no es contra la voluntad. El tema después es el diálogo con los familiares.
EC - Usted dice que es un sistema respetuoso de la voluntad de las personas, ¿por qué?
SA - Porque la persona sabe que si no quiere ser donante, simplemente se registra y punto.
EC - Usted dice que nuestro país fue pionero en América Latina, porque también veía ese antecedente, la ley de 1971, y no había otra.
SA - El informante fue el doctor Enrique Beltrán.
EC - Esa ley después fue actualizada en el año 2003 durante el Gobierno del doctor Jorge Batlle, pero ¿ya ha quedado fuera del contexto internacional?
SA - No, la ley tiene un avance importante, lo que pasa es que para poder aplicar en forma estricta este tema de la voluntad presunta, que ya está incluida en la ley, tiene que haber una conciencia clara de la sociedad.
EC - ¿Usted dice que ya está prevista en la ley vigente?
SA - Hay un procedimiento, pero siempre la duda está, el temor es que una mala interpretación o un familiar que no interprete debidamente este tema haga un planteo de carácter público que tenga efecto bumerang. Cuando hay una conciencia muy grande como en España, la ley funciona en forma muy ágil, porque el español de por sí Uruguay va camino a eso tiene una gran conciencia de la importancia de la donación y no ve ningún obstáculo de carácter sustancial, ni religioso, porque en materia católica la mayoría de las iglesias cristianas, salvo alguna religión, facilitan y propugnan la donación, ni tampoco de carácter filosófico laico. Eso va aumentando el sentido de solidaridad, que no es fácil, porque el tema de la solidaridad es fácil cuando uno dice "yo pongo dinero para tal cosa", pero cuando uno tiene que tomar una definición de este tema...
EC - ...cuando tiene que poner su cuerpo...
SA - ...se tiene que enfrentar a la eventualidad de que va a morir. A mí me ha pasado, es lo más inminente en la vida y lo que nos hace diferentes de los animales, porque los hombres sabemos que vamos a morir y los animales no saben, es lo que nos provoca una determinada reacción hasta de autoprotección.
EC - Eso es lo que han dicho algunos oyentes temprano, que les ha resultado muy incómoda la forma como se los consultó. Por ejemplo, decía una oyente: "A mí me preguntaron si quería ser donante en el sanatorio cuando me interné para tener a mi tercer hijo, cuando ya había tenido dos sin ningún inconveniente. El solo hecho de tener que pensar en la posibilidad de ser donante, si me anotaba o no como donante, me colocó ante la posibilidad de que ese parto que iba a enfrentar saliera mal y yo muriera".
SA - La posibilidad psicológica o la historia de estar más cerca de la muerte que de la vida. Ese tema se está modificando, ya se ha modificado. Por ejemplo hoy el que quiere donar puede manifestar su voluntad cuando le dan el carné de salud o cuando se afilia a cualquier institución, ante un escribano, ante un juez de paz, o cuando le dan el alta de una institución médica. Ese tema es muy sensible, mucha gente dice que no. Porque además mucha gente dice: "Me van a matar para robarme los órganos".
EC - Aparece ese tipo de temor.
SA - Y eso sí, es lo único que es imposible que suceda, porque el sistema para hacer comercialización ilícita tiene que tener por lo menos equipos de 50 médicos y un seguimiento que en Uruguay es absolutamente impensable.
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EC - Vayamos al texto. Dice el artículo 1° de su proyecto:
"Siempre que estando en vida una persona mayor de edad no haya expresado su oposición a ser donante por alguna de las formas previstas en el artículo 2° de esta ley, se presumirá que ha consentido a la ablación de sus órganos y tejidos en caso de muerte, con fines terapéuticos o científicos en instituciones de investigación o docente.
Sin perjuicio del principio general enunciado en el inciso anterior, toda persona mayor de edad en pleno uso de sus facultades podrá en vida, manifestar su consentimiento o negativa para que en caso de sobrevenir su muerte, su cuerpo sea empleado, total o parcialmente, para usos de interés científico o docente o extracción de órganos o tejidos con fines terapéuticos. Dicho consentimiento o negativa podrán ser revocados en todo momento.
Se informará a los familiares acerca de la necesidad y naturaleza de las ablaciones a practicarse o practicadas y los procedimientos de restauración y conservación del cadáver y prácticas de sanidad mortuoria que se llevarán a cabo.
En el caso de que se trate de menores o personas incapaces de consentir, el consentimiento u oposición a la donación podrá hacerse constar por quienes hubieran ostentado en vida de aquellos su representación legal".
Queda bastante claro cuál es el concepto.
SA - Sí, se ajusta a la cultura de la donación de órganos como un valor superior, que es lo que Uruguay ha tenido. El otro día hicimos una encuesta con una consultora muy reputada y nos dio que un 29% de los encuestados ya eran donantes, un 30 y pico por ciento estaba dispuesto a serlo y llegaban a un 75% los que están en condiciones, algunos con voluntad ya expresamente manifiesta. Hay una cultura de la donación, lo que tenemos que buscar ahora es la autosuficiencia, hoy fallece mucha gente en el Uruguay sin llegar al transplante de varios órganos, por ejemplo de hígado, de corazón, de riñón; más allá de que pueda haber transplante de huesos, de tejidos, de córnea, cada transplante puede salvar seis vidas, y es mucho más probable que una persona requiera un transplante que que sus órganos sean transplantados. La idea no es imponer, lo que prevalece acá es la voluntad.
EC - Sobre ese punto discutían algunos oyentes más temprano en sus mensajes: ¿cómo que prevalece la voluntad, si en principio esta ley consideraría a cada uno de los uruguayos como donantes de órganos?
SA - Porque la voluntad si se manifiesta en forma contraria en el registro, "yo no soy donante", hay un 10, 12% que ha dicho que no, dice "yo no soy donante", se registra y no hay ninguna posibilidad de modificar su voluntad.
EC - Pero tiene que tomar la decisión expresa, tiene que ir a alguno de los lugares establecidos en la ley y firmar un documento en el que diga "yo no quiero ser donante".
SA - O se registra en el INDT. Se abriría un registro negativo. Y lo otro importante es que el silencio se interpreta, los dos sistemas en el mundo son el silencio en forma estricta y el silencio en forma más lata. El silencio en el caso de Chile, Argentina, España, Francia, Italia, Austria y ahora parecería que va a toda la Unión Europea, se va a interpretar como una voluntad presunta de que se es donante.
EC - Cuando quizás no es así. Esa es otra de las objeciones, puede ocurrir que una persona nunca se haya puesto a pensar en el tema de ser donante o no, quizás íntimamente es no donante, pero no hace el trámite, y sin embargo la ley lo va a considerar donante.
SA - En el proyecto de ley estudiamos este tema. La participación de familiares es muy importante. En este caso hay una alternativa, que es la opinión que los familiares tienen respecto de lo que pensaba el fallecido; puede prevalecer esa opinión diciendo que él estaba manifiestamente en contra de este tema.
EC - Usted dice que hay una chance más, en el momento del fallecimiento, que si bien para la ley esa persona sería considerada donante, todavía habría una puerta de escape en el diálogo con la familia.
SA - Es un tema complicado, por el momento en que se hace, por la forma en que se relaciona, por el dolor que significa todo esto. Hay que manejarlo con mucho cuidado, pero incluso hay legislaciones que establecen contradicciones, si los familiares dicen que sí o que no. Lo que es claro es que prevalece siempre la voluntad negativa si la ha expresado; lo otro, la interpretación del silencio, en general es a favor cuando la cultura del pueblo y de la gente entiende que el sistema funciona. Y eso es lo que yo quiero decir como testigo, el sistema de Uruguay para mí es ejemplar cómo ha funcionado en transparencia, en seriedad, en profesionalidad, el FNR, los médicos. Es todo gratis, no hay distinción de clase, de recursos ni de nada, los mejores remedios, las mejores atenciones, los mejores equipos médicos y las mejores garantías, ese otro gran tema. Aunque cuando fallece una persona lo que tenemos que saber todos, los familiares incluso porque yo pregunté, quise saber, es que no hay ninguna alteración física de la persona fallecida, no es aquello de que hacen un puzzle. Eso es muy importante, porque equipos de psicólogos y de médicos son los que trabajan sobre las personas y sobre la familia para ajustarles o adecuarles su comportamiento. No es un tema fácil, yo no quiero tener un tema de imposición, con esto se remueve el concepto de solidaridad de la gente para ir avanzando sobre la cultura de la donación y hacerla compatible con una ley un poco más avanzada. Pero no tengo gran apuro, entre otras cosas porque he consultado con otros legisladores de todos los partidos y hay una posición favorable a discutir y a aprobar el proyecto, pero con la prudencia necesaria y que la autoría del proyecto sea de todos, que no venga un senador y diga "es mi proyecto", para hacerlo en forma más compartida y profundizada.
EC - Vamos a ver qué dicen los oyentes.
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EC - Desde temprano los oyentes han estado opinando sobre este tema en gran cantidad, quedó claro que es un asunto que sensibiliza y mueve. Pero ahora vamos a pedirles que participen de otra manera, por la vía de esas encuestas que cada tanto ponemos en el aire, vamos a plantearlo en términos de A o B. Con el número habitual para los mensajes de texto, 095000810 van a tener que mandarnos la letra A o la letra B; si están de acuerdo con una ley que establezca que en principio todos seamos donantes de órganos, manden la letra A, si no están de acuerdo, manden la letra B.
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EC - El proyecto de ley redactado por el senador Sergio Abreu establece que toda persona será donante de órganos, salvo que exprese lo contrario. O sea, modifica la normativa actual, que en principio funciona de la manera inversa, hay que declarar expresamente que uno quiere ser donante.
Por ahora hay una cantidad enorme de respuestas y el resultado es 90% a favor: 90% A, 9% B.
Ahora, ¿el sistema de salud está preparado a nivel institucional para afrontar una legislación de estas características? Porque lo primero que uno concluye es que va a haber más posibilidades de donación y de transplantes. ¿Entonces?
SA - Yo no soy tan conocedor de la infraestructura, pero tengo entendido que el FNR, que funciona con las IMAE, tiene equipos médicos de primer nivel, especializados en este tema. Incluso en el sanatorio donde estuvo mi señora hay un ala especial para transplantados que tiene aspectos especiales en materia de inmunidad, para el tema de la baja de las defensas, que es uno de los elementos que se producen, sobre todo en el caso del riñón, aunque debe de ser en todos los casos. Se toman los famosos inmunodepresores, hay un tema de baja de resistencia y eso necesita una estructura hospitalaria postcircugía importante, y después los controles que se hacen en forma regular, cada dos meses, cada mes. Todo esto se puede absorber perfectamente, incluso se puede llegar a la autosuficiencia en materia de donación de órganos, que sería un paso que haría al Uruguay diferente en todos los aspectos, y sobre todo en el tema solidaridad, que a veces no se llega a entender claramente.
Esto es un ejemplo que después va a la OMS, que cuando analiza esto en los congresos estimula a buscar la posibilidad de extender esta legislación, porque se calcula que cientos de miles de personas fallecen por no poder acceder a un transplante. En Estados Unidos son miles los que fallecen sin llegar a tener un transplante. Un sistema de autosuficiencia como el de Uruguay es la primera respuesta que tiene un país contra la comercialización de órganos, porque hay que ponerse en la mente, en el cuerpo de alguien que necesita un transplante y está a la espera. Eso cultiva la solidaridad, sin fracturar todo lo que significa la dignidad física o la forma de relacionamiento de una familia respecto de sus integrantes que puedan fallecer.
EC - Usted señala que en este proyecto se cuidaron las formas, que otros países también tienen este régimen de donante presunto, pero son un poco más frontales.
SA - Sí, Chile es de una legislación muy directa, "por imperio de esta ley, toda persona que fallece es donante". Francia tiene algo igual, aunque lo redacta de otra manera. En España se maneja con otro criterio, en Argentina; todo depende de la palabra ablación, se utiliza como parte técnica. Se cuida la redacción. Pero se está avanzando es ese criterio, y en España es donde funciona mejor.
EC - De todos modos está previsto que la persona pueda expresar de manera directa su consentimiento, tanto el consentimiento como el rechazo.
SA - O por ejemplo que fuera donante y decida no serlo; siempre en forma secreta y confidencial, bajo secreto profesional. Nadie sabe quién es donante y nadie sabe quién se registra como no donante, o quién cambia de opinión.
EC - ¿Se prevé la posibilidad de que alguien exprese su consentimiento, haya firmado un documento diciendo que no es donante y después cambie de opinión?
SA - Claro, pero ya existe el registro, y es muy importante que exista también la voluntad expresa. Se puede ajustar, lo importante es que la voluntad sea la que prevalezca, más allá de cómo se interpreta el silencio.
EC - Desde el punto de vista institucional también hay algunas novedades. El artículo 3 prevé que el Ministerio de Salud Pública tendrá a su cargo la organización en el Registro Nacional de Órganos y Tejidos, de un Registro Nacional Positivo de Donantes y de un Registro Nacional de No Donantes.
SA - Sería bueno que algún liceo o ese tipo de enseñanza visite un día el INDT, no digo en forma masiva, pero que se vea cómo funciona que vean los huesos, los tejidos que se están conservando, los procesos de tecnología, todo lo que se hace con un esfuerzo importantísimo para salvar vidas. A veces nosotros vivimos de otras imágenes. Sería bueno que en los centros educativos se discutiera este tema, que vean qué resultado tiene y cuánta gente no sabe que va a necesitar un transplante, que va a ser mucho menos que los que están en condiciones de ser donantes.
EC - Usted participó hace pocos días en esta movilización "Hagamos todos un pacto por la vida" que organizó la Fundación Viven con el apoyo de voluntarios de Un Techo para mi País, el 6 de noviembre, dedicada a recolectar consentimientos, a que la gente firmara. ¿Cómo fue esa experiencia?
SA - Fue muy gracioso porque cada uno tenía un chaleco naranja, parecíamos inspectores de tránsito, entonces había que convencerlos de que no tenían que pagar una multa. Pero teníamos a la gente, mi señora, mis hijos, porque es un tema, la gente de Viven y esta organización que es espectacular, sobre todo los voluntarios de Un techo para mi país. Nos poníamos en las esquinas, estuvimos con Iniciarte, con el doctor Roberto Canessa, que estaba en una esquina de Carrasco, y al transeúnte le dábamos un formulario de "Hagamos todos un pacto por la vida". Fueron miles y miles los que se inscribieron, hicieron algunas preguntas. La mayoría es gente joven, incluso una chica vino, paró, y al rato parecía una campaña electoral a la inversa, traía los votantes que eran los firmantes, y dijo "yo me fui, fui al Facebook y dije el que quiera donar, que se contacte conmigo", y venía trayendo gente en el auto. Estaba la pregunta de si se puede donar todo o parte.
EC - ¿Cómo es esto?
SA - Claro, uno puede decir "yo dono los riñones". Una chica muy graciosa decía "la cara no me la toquen", pero en general, yo diría que el 90 y pico por ciento es donante de todos los órganos, salvo algún caso. Cuando se exponen a esto, el sentido de solidaridad pesa mucho más que el miedo, que enseguida se aventa rápidamente cuando queda claro que no hay posibilidad de que a uno lo maten para robarle los órganos. No hay ninguna posibilidad, no una, por razones de estructura.
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EC - Una pregunta más a propósito de su proyecto, que también viene de la audiencia. "¿Qué pasa si un familiar mío me tiene donar un órgano, pero es una donación específica, para solucionar una necesidad que yo tengo? ¿Cómo está previsto eso en la legislación?"
SA - Está previsto que el donante familiar se presente, tiene que hacer todo un trámite que no es fácil, sobre todo médico, distintos análisis, y tiene que llegar a la compatibilidad. Los que son compartibles absolutos son los gemelos; no está vista la posibilidad de que sean terceros extraños de cualquier naturaleza, aunque sea gente allegada, para evitar la desviación del sistema al tráfico de órganos. Es decir, una madre con un hijo, los hermanos. Yo he visto de cerca todo eso, hermanos que se presentan y al final del último análisis le piden al donatario, al que va a recibir, que autorice el último examen. Entonces dice que sí o que no; yo conozco gente que dice que no, que prefiere esperar, incluso contra la voluntad de los donantes. Es un tema de la remoción solidaria y afectiva y de sentido de familia y de relacionamiento que ojalá que nadie tenga que experimentar, pero yo puedo trasmitir que es enriquecedor desde todo punto de vista.
EC - De la audiencia nos preguntan cuántos transplantes se realizan por año, cuántos están en espera. Los datos más recientes que recogió la producción de En Perspectiva son estos: hasta octubre, sin abarcar la jornada de recolección de adhesiones de la que hablábamos recién, la cantidad de uruguayos que manifestaron su voluntad de donar órganos era de 719.000 personas. Este año, hasta junio hubo 241 pacientes transplantados. ¿Cómo son los promedios en plazos, en lista de espera para recibir transplante? En el caso de riñón, que es el más común, 21,7 meses, un año largo.
SA - Casi dos años.
EC - Corazón 6,7 meses, riñón y páncreas juntos 19,5 meses, hígado 4,9 meses, y córneas casi 4 meses. Esa es la realidad actual.
SA - Es muy importante decir que el que recibe el órgano nunca sabe quién lo donó. Es un tema muy interesante, porque a veces uno quiere saber, mi señora quería saber de dónde venía la fuente de la vida, pero no se dice de ninguna manera, el donante siempre se mantiene en el anonimato. Y la lista de espera puede variar, por ejemplo si es uno o dos riñones, uno puede estar esperando dos meses, dos años, y otro dos meses. Depende de la compatibilidad y todo lo demás, por eso es que hoy Uruguay todavía no es autosuficiente en materia de donación de órganos.
EC - Le cuento el resultado de la encuesta entre nuestros oyentes: está a favor de un proyecto como el suyo 82%, bajó un poco la proporción, y 18% está en desacuerdo. De todos modos es una amplia mayoría.
¿Cuándo lo presenta?
SA - Lo presento esta semana para empezar a discutir en comisión e incluso recibir información y opinión.
EC - Usted tiene la impresión de que el proyecto sale.
SA - Creo que sí, pero hay que ser prudentes, el proyecto no puede ser la obsesión de un legislador, sino la sintonía de un proyecto de ley con el avance de la solidaridad de la gente.
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Transcripción: María Lila Ltaif
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