Un preso reclama comida
César Romero, de 43 años, un hombre que dijo ser recluso del Penal de Libertad, se contactó con El Espectador para denunciar que desde hace una semana no estaría permitido el ingreso de alimentos por parte de los familiares de los presos.
Romero está preso por rapiña. Según dijo a El Espectador, desde que asumieron las nuevas autoridades del Penal de Libertad, hace una semana, se cortó el ingreso de alimentos hacia adentro de la cárcel.
El recluso advierte que así comenzó un motín en el año 2002; por falta de comida. "Acá la comida es muy poca. Los más guapos son los que comen, son también los que lastiman. Y el que más pierde es el más débil. Y ahora, desde que están las nuevas autoridades del penal, se cortó la entrada de comestibles. No se puede entrar fideos, arroz, absolutamente nada de parte de los familiares. Lo único que dejan entrar es comida hecha, y acá se tiene visitas una vez por semana".
Romero dijo que hace 22 años está preso, luego de haberse fugado algunas veces y ser recapturado. Detalló en qué consisten los platos de comida y fue enfático al decir que los presos tienen hambre y la poca comida que hay no es buena.
"Es muy mala: no hay carne, no hay verdura... Es arroz hervido o fideos hervidos, o polenta con lentejas. La polenta la sirven líquida. Dios quiera que por ahora no pase nada. Esto es un riesgo muy grande que están jugando porque hay hambre, o sea, el preso puede arrancar para cualquier lado", dijo.
Según Romero, los delegados de cada piso elevaron cartas al nuevo director del Penal de Libertad reclamándole que deje sin efecto la medida recién implementada de no permitir más ingreso de alimentos y no han tenido respuesta. El preso supone que esas cartas que ellos les dan al llavero son rotas por estos y, por tanto, nunca llegan a la dirección del establecimiento carcelario.
Romero dijo que el conductor de radio El Espectador, Fernando Torrado, le ha regalado cientos de libros a él, pero otros presos y funcionarios de la cárcel le han robado unos 150 ejemplares. Los únicos que tienen permiso para tener biblioteca son los que están en los dos pisos de narcotraficantes, contó el recluso.
"Que la gente sepa que es cierto, somos todos unos hijos de puta los que estamos acá, pero, no es por ponerse de víctimas, pero también son unos hijos de puta los que nos están manejando. El caso de los libros de Torrado, me los han robado. Hice una denuncia y no me dieron bolilla, creo que hasta en el juzgado está eso, estoy esperando resolución".
En comunicación con El Espectador, Álvaro Garcé, el comisionado parlamentario para el sistema carcelario, dijo que tomaría el recaudo de hacer las averiguaciones correspondientes sobre esta supuesta medida de no permitir ingresar alimentos, para luego hacer declaraciones. Y no quiso aventurarse a comparar esta situación con la de 2002 con un final trágico.