Fiscal de menores Gustavo Zubía: "Las leyes uruguayas son románticas y teóricas"
El doctor Gustavo Zubía viajó a Brasil junto a un grupo de funcionarios judiciales, de Gobierno y legisladores para conocer una experiencia piloto que se desarrolla con éxito en Porto Alegre y Belo Horizonte con relación a la minoridad infractora. Entrevistado por En Perspectiva, expresó que "el modelo brasileño tiene los pies sobre la tierra", mientras que "las leyes uruguayas son románticas y teóricas". El fiscal agregó: "Ellos tienen una relación de efectividad con respecto a la delincuencia, nosotros en cambio tenemos una relación de desazón". Zubía explicó que allí se separa la pobreza de la delincuencia, y que se juzga en función del delito y no de la situación que viven los menores. "La pobreza se trata en otras secretarías, ellos tratan la infraccionalidad. Separa esa benignidad malentendida con un ordenamiento disciplinado que tiene que existir a los efectos de que esos jóvenes que están en formación internalicen claramente cuáles son las reglas de juego. El mayor daño que se le hace a un adolescente es no plantearle reglas de juego claras", enfatizó.
(emitido a las 10.07 Hs.)
EMILIANO COTELO:
En momentos en que en Uruguay se discute muy apasionadamente qué hacer con los menores infractores, parece lógico que quienes tienen que tomar decisiones en esta materia se preocupen por conocer qué es lo que hacen otros países donde las cosas funcionan un poco mejor.
A comienzos de este mes, una delegación de funcionarios judiciales, de Gobierno y legisladores fue invitada por Unicef para recorrer centros de privación de libertad de menores en Porto Alegre y en Belo Horizonte, en Brasil.
El grupo estuvo integrado por el presidente del INAU, Javier Salsamendi; los senadores Carlos Moreira (del Partido Nacional), Tabaré Viera (del Partido Colorado) y el diputado Julio Bango (del Frente Amplio), el juez de adolescentes Gerardo Peduzzi, el fiscal Gustavo Zubía y el defensor de oficio Alberto Alonso. También viajaron, en representación de Unicef, Susana Falca y el asesor Emilio García Méndez.
¿Cómo fue esa experiencia? ¿Qué lecciones pueden obtenerse del ejemplo observado en estos dos lugares de Brasil?
Vamos a conversarlo con el fiscal de menores de tercer turno, doctor Gustavo Zubía, con quien ya habíamos charlado en marzo de este año sobre las medidas que, a su entender, deberían tomarse para atender de manera adecuada la situación de los menores infractores.
Vamos al viaje, pero antes de entrar a examinar punto por punto y repasar cuáles son las medidas que se toman allí, una visión general, una impresión general: ¿qué conclusión sacó grosso modo?
GUSTAVO ZUBÍA:
Grosso modo, que aplicando medios racionales, sin gastos extremos, se logran procedimientos benéficos para la comunidad y para los propios infractores.
EC - El viaje fue una iniciativa de Unicef.
GZ - Una iniciativa de Unicef, fue muy interesante, pero me atrevo a decir que si nos alimentáramos con un poquito de proteínas habríamos podido adelantar el resultado.
EC - ¿Hay que entender que Unicef cree que este es un modelo a imitar o a tomar como referencia?
GZ - Es un modelo que está funcionando. Si la invitación fue para ir a verlo, va de suyo que se estima que merece ser visto. Pero repito lo del principio, varios de los puntos que planteamos al Parlamento ya en febrero en la comisión bicameral que viene funcionando desde hace varios meses se basaban en la racionalidad. El modelo brasileño está basado en la racionalidad. El ser humano, que tiene varios millones de años en el planeta, ha tratado de basar sus operativas en la realidad. Por lo tanto, la conclusión es: necesitamos ver modelos, es muy interesante, pero podríamos haber adelantado todo esto, y creo que de alguna manera con los puntos que oportunamente fueron planteados al Parlamento se estaba adelantando un sistema para que sea viable. Los brasileños tienen un sistema viable.
EC - Ustedes estuvieron en dos ciudades, en dos estados: Porto Alegre en Río Grande del Sur y Belo Horizonte en Minas Gerais. ¿En esos estados la delincuencia juvenil es un problema? ¿Cuántos menores están recluidos? ¿Cómo es el panorama en ese lugar?
GZ - Son estados que tienen un perfil semejante. En ambos estados los operadores judiciales nos dijeron que el suyo era el mejor en Brasil, por lo tanto en algún momento que nos juntamos todos les tuvimos que pedir alguna explicación. Los brasileños son muy afectos a decir que lo suyo es lo mejor.
EC - ¿Tienen a la delincuencia juvenil como un flagelo, como un asunto en la agenda política, en el debate?
GZ - No, no lo tienen. La violencia en Brasil es un tema importante, pero como tema importante está "solucionado". Ellos tienen una relación de efectividad con respecto a la delincuencia, nosotros en cambio tenemos una relación de desazón. Esa es la diferencia sustantiva.
EC - ¿Qué quiere decir con relación de efectividad?
GZ - Que tienen conciencia de que están operando en el camino debido, de que ese funcionamiento es digno para el adolescente y a su vez es efectivo para la sociedad, de que es bueno el trabajo que hacen, que llega a resultados, llega a buen puerto. Yo hoy como fiscal me siento con la desazón de que no sé qué efectividad tiene el trabajo que estoy haciendo.
EC - ¿Lo que vamos a comentar ahora son políticas estaduales? ¿En cada uno de esos dos estados el gobierno estadual es el que resuelve? ¿No son políticas federales?
GZ - El gobierno estadual resuelve estas políticas, no son políticas federales, sobre todo en el caso de Belo Horizonte, que tiene algunas diferencias que quizás yo no pueda establecer muy fidedignamente, porque todas las charlas fueron en portugués, y el portugués se comprende pero a veces no con los detalles jurídicos específicos. En el caso de Belo Horizonte la dependencia es específicamente del Poder Ejecutivo, del Estado, y en el caso de Río Grande las medidas que se toman con los menores infractores están más judicializadas. En el caso de Belo Horizonte hay una secretaría específica sobre medidas socioeducativas con elementos organizativos muy puntuales, y los centros de detención y las medidas socioeducativas que no implican privación de libertad dependen del Ejecutivo de ese estado. Fue donde mejor impresión nos causaron esos centros de detención, que no tienen nada de novedoso, no son los centros de detención que vemos en las películas de Estados Unidos ni mucho menos. Tienen un perfil semejante en cuanto a su estructura general a los que nosotros podemos tener, pero repito, es muy claro que tienen el elemento racional y el elemento emocional en el sentido de que creen en lo que hacen y existe además un puerto al cual quieren llegar y están llegando.
EC - Son estados que están gobernados por partidos diferentes.
GZ - Sí, el estado de Río Grande tiene, en esa catalogación tan sumaria que muchas veces hacemos, más bien un gobierno de izquierda, y el de Minas Gerais no es así. Así que en ese sentido tienen diferentes orientaciones, pero en lo que hace a la política de minoridad infraccional son muy semejantes y además comparten experiencias entre ellos y tienen un pasado de una franja común en el tratamiento de estos temas.
EC - Me llamaba la atención un número: Belo Horizonte, que tiene 11 millones de habitantes, tiene hoy mil menores privados de libertad. Estamos en una proporción muy parecida a la de Uruguay, Uruguay tiene la tercera parte de población y la tercera parte de menores presos.
GZ - Exacto; la diferencia está en el índice de fugas. Belo Horizonte tiene un índice de fugas de 1,9 de menores sometidos a medidas privativas.
EC - Y en el caso de Uruguay ¿cuántos son?
GZ - En el caso de Uruguay no lo quiero decir.
EC - ¿Cómo que no lo quiere decir?
GZ - Me afecta la emocionalidad de la mañana.
EC - Pero usted lo sabe, ¿cuál es ese número?
GZ - Es un número muy importante. En el año 2009 tuvimos más de mil fugas; piense que si estamos hablando de poblaciones de 300 y pico de jóvenes internados y tuvimos mil fugas en el 2009, en ese año estaríamos hablando de un 300 % contra 1,9. Por eso no lo quería decir. ¿Usted quiere que no almuerce hoy al mediodía?
EC - No lo había pensado en esos términos: 300 % de fugas en 2009.
GZ - Ahora estamos en el combate de las estadísticas y de los números, cada uno tiene números diferentes para todo. No sé si esa cifra será exacta, cómo la podemos calcular, pero póngale un 200, un 100, un 50, un 25, un 15. No tiene sentido.
EC - En el estado de Belo Horizonte es 1,9.
GZ - Y nos contaban en forma jocosa que lo que incrementó las estadísticas fue un conjunto en Carnaval que ingresó al establecimiento y parece que cuando se fue, se fueron varios cantando con el conjunto. Lo cual hace decaer la intensidad de esa fuga.
EC - ¿Dónde está la clave? ¿Qué sistema existe en esos centros de reclusión para menores infractores?
GZ - La clave está en poner racionalidad, comer un poquito más de proteínas y ponernos de acuerdo en lugar de seguir discutiendo filosóficamente banalidades, ponernos de acuerdo en que estamos en el siglo XXI de esta humanidad que tiene muchos millones de años y que necesitamos poner medidas claves. Cuando estuve con usted la vez pasada anotamos una serie de modificaciones a nivel legislativo; después están los temas a nivel administrativo, del INAU. Pero de las modificaciones que anotamos la vez pasada, que son 10 puntos, vi que nueve operan en la forma que deseamos en esos estados.
EC - Repasemos uno a uno.
GZ - Habíamos comenzado en aquel momento, eso está a estudio del Parlamento desde hace varios meses, los operadores estuvimos en febrero, ojalá fuéramos citados nuevamente para replantear lo que habíamos dicho a partir de esta experiencia brasileña.
El primer punto apuntaba al sistema acusatorio. El Ministerio Público en Río Grande como base física, con una población semejante a la nuestra, tiene aproximadamente dos torres de Antel. Acá la Fiscalía de Corte en la calle Paysandú creo que tiene un altillo al que hay que subir tres pisos a pie llevando expedientes, y así las otras dependencias que tenemos. El Ministerio Público en el sistema acusatorio es el titular de la acción penal. Acá los fiscales, perdóneme la expresión, pero estamos muchas veces pintados hasta el momento en que se toman las primeras declaraciones, sin información ninguna de qué es lo que ha sucedido.
EC - La diferencia es que en Brasil el fiscal investiga.
GZ - El fiscal investiga, trabaja con la policía, tiene capacidad para tomar determinadas medidas en infracciones menores antes de que lleguen al juzgado; para decirlo de una forma grosera todo esto es mucho más afinable, el fiscal puede imponer determinadas medidas en los casos de infracciones menores. Incluso no existen franjas de impunidad, si hay una pelea en la escuela, una pelea frente a un liceo, y no hay un delito de gravedad, el fiscal toma intervención, pero no deja que nada pase, en el sentido de que no sea tratado por el sistema judicial. Porque los brasileños tienen claro y lo tengo claro yo que en la medida en que dejemos que las pequeñas cosas pasen sin consecuencias, luego el joven, obviamente, como todo ser pensante y decantador de experiencias, va a seguir cometiendo nuevos hechos sabiendo que como lo que hizo fue pequeño no pasa nada, porque fue mediano no pasa nada, y termina luego en las situaciones que ya conocemos, hay un acostumbramiento a determinado tipo de conductas.
EC - Usted remarca que el fiscal, la Fiscalía, el Ministerio Público intervienen en cualquier caso de violencia, sea de la entidad que sea.
GZ - Sea de la entidad que sea, tiene cierta independencia para trabajar. Ellos lo llaman sistema de remisión, algo así como no someter el tema a la justicia en la medida en que ese adolescente cumpla alguna medida no privativa de libertad trabajo para la comunidad, etcétera, de esa forma trata todas las infracciones. Ese es el primer punto en que quedó claro que tenemos una diferencia sustantiva, no solamente con el modelo brasileño, sino con el modelo en toda América Latina. Acá no tenemos un sistema acusatorio, y por algo hemos sido calificados negativamente, por la falta de esto tanto a nivel de adultos como de adolescentes.
EC - Sigamos con la lista.
GZ - Segundo punto, ellos no conciben las franjas de impunidad. Por ejemplo la tentativa en nuestro ordenamiento de infracciones menores aunque el Código las llama graves, como es el hurto es uno de los puntos que desde hace años venimos sosteniendo que no tiene racionalidad de ser. En el Brasil no existen zonas infraccionales impunes. En el modelo de modificaciones que propusimos está esa también.
EC - ¿Qué pasa a ser la tentativa de hurto?
GZ - Pasa a ser una infracción, pero no solamente como le explicaba la vez anterior, que en nuestro sistema el juez toma la determinación de qué casos lleva al juzgado; la experiencia dice hoy que el juez lleva nada más que infracciones graves, graves en el sentido sustantivo de la palabra, más allá de las catalogaciones del Código, que son básicamente rapiñas y tentativas de homicidio, amén de algún hurto que otro. En el sistema brasileño todas las infracciones son tamizadas por el sistema judicial.
EC - Otro punto.
GZ - Habíamos propuesto, y lo vimos actuar en Brasil en forma muy eficiente, que para determinado tipo de infracciones no existieran dos audiencias. Ellos tienen algo que denominan justicia instantánea; el nombre no suena muy lindo, por eso de lo instantáneo uno puede suponer otras eventualidades.
EC - Me hace acordar a los jueces de fútbol, y ya sabemos cómo termina eso en las discusiones públicas.
GZ - Exacto, quizás los brasileños tienen un ratito más para ver el video. La justicia instantánea representa una sola audiencia en la que se toman todas las indagatorias del caso, y la situación de ese adolescente se resuelve en el día. Hemos reiterado que tenemos que tener ambos sistemas como tienen ellos. Si hay una infracción que amerita que el proceso tenga toda la ritualidad extensa, por supuesto que lo hacen, pero en los casos que no lo ameritan porque toda la prueba está recogida, en beneficio del Estado, en beneficio de los operadores, en beneficio del adolescente, en beneficio del sistema administrativo que lo va a ingresar, la justicia en una sola audiencia es mucho mejor. Lo tienen los brasileños, lo habíamos dicho ya con anterioridad.
La posibilidad de imponer dos medidas socioeducativas, también lo habíamos conversado, aunque es un tema menor. En el Brasil no se distingue, por lo tanto el juez puede imponer no solamente el no acercamiento a la víctima, por ejemplo, sino también la participación en determinado tipo de actividades reeducativas del adolescente.
EC - ¿En Uruguay eso no se puede hoy?
GZ - No se puede, nuestro Código impide aplicar dos medidas a la vez. El ejemplo clásico es: un muchacho violento golpea a un vecino, entonces o le imponemos el no acercamiento al vecino o le imponemos el envío a una ONG para el tratamiento de esa violencia. Acá tenemos que elegir, y no es lógico que tengamos que elegir pues ambas medidas son complementarias. Los brasileños no distinguen y por lo tanto pueden aplicar dos medidas.
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EC - Liquidemos el punteo sobre legislación.
GZ - De los puntos que planteamos oportunamente al Parlamento, con excepción de que no tiene tribunales especializados en segunda instancia, y ellos también están bregando por ello, el resto de los puntos habían sido adelantados. Y el más importante que es lo que criticamos en nuestro sistema es que el juez no tiene la discrecionalidad del juez uruguayo de acuerdo con la norma legal para poder determinar cuándo hay internación y cuándo no. Tiene discrecionalidad porque en casos extremos el juez podrá apartarse, pero la norma brasileña en el artículo 122 del estatuto es muy clara en que las internaciones pueden darse cuando el acto infraccional se realiza con grave amenaza o con violencia a la persona, que es el caso clásico de las rapiñas en nuestro país.
Acá los jueces por una normativa que les impone poco menos que hacer un análisis de conciencia de media hora antes de tomar la medida privativa de libertad, deben observar una serie de requisitos: tiene que ser la última ratio, solamente en casos de ultranecesidad. El sistema brasileño lo tiene muy claro, cuando hay amenazas con arma de fuego, cuando hay puesta en juego de la integridad de otra persona, el juez está perfectamente habilitado. Conversamos con jueces que tienen ese parámetro perfectamente internalizado.
EC - ¿O sea?
GZ - Por ejemplo, si hay violencia, privación de libertad; si hay reiteración de infracciones menores como pueden ser los hurtos, y por lo tanto hay una conducta que está definida hacia el delito, privación de libertad, y si hay infracciones menores que han sido tratadas con medidas socioeducativas de libertad pero el joven incumple el pacto que ha hecho con la autoridad judicial, también puede ser privado de libertad. La privación de libertad no es un fin en sí mismo.
EC - A usted se lo critica por ser muy propenso a enviar menores a centros de reclusión.
GZ - El tema es que estoy hablando con racionalidad brasileña; si quiere le hablo en portugués para que se entienda lo que estoy diciendo. ¿Nosotros qué tenemos a estudio? Rapiñas, tentativas de homicidio, lesiones graves; en esos casos de CTI, ¿qué medida puedo solicitar? Si tuviéramos un sistema por el cual vinieran también las apropiaciones indebidas, que cada muerte de obispo cae alguna, cualquier tipo de delitos menores, por supuesto que mi gama de opciones sería mucho mayor, pero en los juzgados trabajamos a nivel de urgencia, y solamente corresponde internación. Es lamentable, pero es lo que está sucediendo. No lo quiero aburrir más, pero para redondear todos estos temas, el modelo brasileño tiene los pies sobre la tierra.
EC - Un oyente, Charly, dice que lo que usted está puntualizando en definitiva es que las leyes uruguayas son obsoletas. ¿Utilizaría ese calificativo?
GZ - No, porque obsoleto significa que ha perdido vigencia en el tiempo, y este Código es reciente, es del año 2004. El problema es que las leyes uruguayas son románticas y teóricas.
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EC - Ustedes recorrieron centros de detención de menores. ¿Qué aspectos destaca?
GZ - Destaco la claridad con que manejan las situaciones de los adolescentes. Primero lo que le decía hoy: para casos de delitos con violencia o de reincidencia en infracciones menores la internación es lo que se maneja habitualmente. Nosotros recorrimos los centros llamémosles de detención intermedia, es decir, donde están los adolescentes que no por la gravedad del delito sino por su posición frente al sistema desean trabajar en su propia rehabilitación. Son centros dignos, con espacios, sobre todo los de Minas Gerais, son barracones con espacios para teatro, para deportes, con espacios para comida muy dignos, con una cerca perimetral profunda, una gran rampa y luego la cerca profunda, pero sin vigilancia exterior. Esos son los lugares donde yo le decía que el porcentaje de fugas es de 1,9. Con educadores uniformados, con buenos físicos pero a la vez educadores, se palpa porque uno ya tiene experiencia y mira los detalles que se está trabajando bien, donde están los docentes enseñando está el educador parado al lado a los efectos de que el principio de autoridad esté siempre muy presente. Entonces la impresión es que sin un gasto excesivo, con personal capacitado, se logra esa buena experiencia se implementa. Aparentemente hay más dinero destinado a personal.
EC - ¿Las celdas están abiertas?
GZ - Las celdas se abren, los chiquilines andan circulando dentro de ese perimetral general. No pudimos acceder a los centros de reclusión con medidas de mayor seguridad.
EC - Pero en esos que usted estaba describiendo, los intermedios, ¿cuál es la clave? Están ocupados todo el día, tienen que hacer.
GZ - Están ocupados todo el día, el principio de autoridad está claro. Hay un perimetral que limita claramente el lugar, y existe además un número de funcionarios capacitados estable. Por ejemplo, vimos una obra de teatro; uno supone que el director de teatro tiene que tener por lo menos el pelo un poco largo, más allá de las modas hablando como viejo, aunque hoy el director de teatro se corta el pelo bien rapado, pero tiene que tener algún perfil que lo especifique. El director de una excelente obra que vimos porque yo he hecho teatro así que algo pispo andaba de botas, pantalón militar y pelo rapado, no por opción sino probablemente por una marcación de tipo disciplinario para esos instructores. Era un individuo que por el perfil parecía un guardia de seguridad, y sin embargo estaba realizando teatro con los jóvenes.
EC - Deportes, teatro...
GZ - ... vida al aire libre, sol. Pero es para el joven que opta. Nos explicaban: si el joven se fuga o procura fugarse, automáticamente es trasladado a otros centros, a los cuales no fuimos, no accedimos, por lo tanto infiero que son centros de máxima seguridad, que ahí la seguridad es en serio y muy fuerte. Vimos uno de afuera, y era una caja de zapatos rodeada por alambre. No es lo deseable, pero marca para los jóvenes aquello que siempre hemos sostenido, que es: estímulo y sanción; tú querés tener un perfil de hombre a recuperar, estímulo; querés tener un perfil de que pateás todas las normas, sanción. Esa claridad que tienen los brasileños es la que nosotros hemos perdido y tendremos que recuperar.
EC - ¿Cómo encaja esta descripción que usted hace con los puntos de su lista que estábamos recorriendo, pero ya en el plano de las medidas administrativas?
GZ - En el caso de Minas Gerais de una secretaría del estado. Esa secretaría está a cargo de un licenciado, Padrão, un hombre joven, claro, dinámico, que hacía unas exposiciones brillantes. Se parte de la base de tener muy claros estos principios: pobreza e infraccionalidad. La pobreza se trata en otras secretarías, ellos tratan la infraccionalidad. Separa esa benignidad malentendida con un ordenamiento disciplinado que tiene que existir a los efectos de que esos jóvenes que están en formación internalicen claramente cuáles son las reglas de juego. Lo peor y el mayor daño que se le hace a un adolescente es no plantearle reglas de juego claras. Por eso hemos ido al Parlamento, por eso conversamos y mucho con el presidente del INAU, el doctor [Javier] Salsamendi, de quien, repito, tengo un alto concepto, nos hemos entendido conceptualmente, pero estimo que los tiempos en que se quieren implementar los cambios están siendo muy demorados.
EC - Ahora, pese a esto que usted señala, si vuelvo a las cifras, me encuentro con que en Belo Horizonte, un estado de 11 millones de habitantes, hay mil menores privados de libertad, y allí se estarían cumpliendo las proporciones con Uruguay, tres veces la población, tres veces la cantidad de menores infractores privados de libertad, pero hay 3.500 con medidas alternativas, en cambio en Uruguay, donde tenemos 360 menores presos, tenemos otro tanto, 350, con medidas alternativas. ¿Cómo se entiende? ¿Ese régimen que usted dice que es más drástico, más estricto...?
GZ - Perdón, no es más drástico o más estricto: cumple racionalmente los lineamientos impartidos por el sistema judicial. Nada más que eso.
EC - Pero tiene una proporción de tres a uno entre medidas alternativas y privación de libertad, en cambio en Uruguay estamos uno a uno.
GZ - Exacto, es muy fácil de explicar. Primero, nuestro sistema legislativo impone franjas de impunidad, habida cuenta de que hay franjas de impunidad en el delito más común de todos, que es la tentativa de hurto. Aquí los adolescentes que cometen las infracciones más benignas no son sometidos a procesos judiciales, por lo tanto hay imposibilidad de imponerles cualquier tipo de medida. Para una tentativa de hurto sería una medida no privativa de libertad.
Segundo, en este sistema híbrido, que no es ni acusatorio ni inquisitivo, el que el juez trabaja con la Policía, el fiscal se entera del hecho recién cuando llega al juzgado, todo lo que ya hemos explicado varias veces. En ese sistema el juez hace una selección de casos por teléfono, y frente a los casos graves que habitualmente se imponen tenemos conocimiento de que por lo menos en el pasado se habían tomado decisiones de que las cosas que no son muy graves no fueran traídas al juzgado, porque es el juez el que selecciona, y no es el papel del juez seleccionar qué se lleva y qué no. Probablemente si el fiscal seleccionara llevaría más casos, entre esos los de menor entidad, y se aplicarían más medidas socioeducativas.
***
EC - ¿Qué espera que deje como resultado esta visita?
GZ - Que con las proteínas que consumimos diariamente nos pongamos las pilas, no necesitamos viajar.
EC - Insiste con lo de las proteínas.
GZ - Las proteínas son para pensar. Le traje un afiche del año 2002 en el que ya efectuaba críticas a la gestión de INAU, en aquel momento referentes a lo que sucedía en Maldonado. Como yo como proteínas todos los días parecería que estaría enormemente aventajado en el tiempo, y no es así. Consumamos proteínas, sentémonos alrededor de una mesa, dejemos los problemas menores de lado y vamos a llegar a conclusiones y a políticas de Estado en estos temas.
EC - Mientras se espera que eso ocurra, le pregunto por el corto plazo total. Este martes usted presentó una denuncia penal en el juzgado de Pando contra funcionarios del INAU por la fuga de dos adolescentes que estaban recluidos en la Colonia Berro. No es la primera vez que usted presenta este tipo de denuncias cuando hay fugas en los hogares del INAU. ¿Por qué vuelve a hacerlo en esta ocasión?
GZ - Primero, no es "contra" el INAU, no es la denominación técnica que corresponde. Yo presento una denuncia para que el juez y el fiscal de Pando determinen quiénes pueden ser los eventuales responsables. Lo que sí existe clara y objetivamente es que una fuga representa una infracción del artículo 89 de nuestro ordenamiento, que ordena que el INAU está obligado a mantener dentro del recinto a los adolescentes.
Punto dos, presento nuevamente una denuncia, porque, como le decía, si bien hemos tenido muy buenas conversaciones con el actual directorio de INAU, al que le reconozco que ha gestionado en forma más positiva estos hechos, se siguen repitiendo este tipo de fenómenos de salir casi caminando o corriendo un poquito, o, como decía el ministro Bonomi, a veces los chiquilines les hacen gala al policía "no me vas a alcanzar porque corro más que vos". No haberse puesto perimetrales con un directorio que ya va a cumplir un año en su gestión parece algo irracional.
EC - ¿Sospecha que hay complicidad de funcionarios del INAU en estos casos?
GZ - No, yo no sospecho en este momento nada, para eso están el juez y el fiscal de la causa. Yo denuncio un hecho que en sí ha infringido una norma regulatoria.
EC - ¿Qué consecuencia han tenido sus denuncias anteriores?
GZ - Ninguna.
EC - Cuando se recaptura a uno de estos menores que se fugan ¿se lo interroga a propósito de si contó o no con colaboración de funcionarios del INAU?
GZ - Se lo interroga, nosotros los operadores no tenemos jurisdicción en materia penal, y esos interrogatorios muchas veces son entre dramáticos y pintorescos, pintorescos por la facilidad que tuvieron para obtener la calle y dramáticos porque en sí esa facilidad es dramática para lo que luego sucede con un menor fugado que reincide, y a veces en delitos más graves todavía, porque está viviendo en esa situación de monte, está viviendo a monte. A veces la familia no lo recibe, necesita alimentarse, anda armado, tiene en la frente marcado el rótulo de menor pesado porque por eso se ha fugado, quiere hacer gala de esa rotulación, y todo eso lleva a situaciones gravísimas.
EC - Pero ¿se los interroga sobre si tuvieron colaboración de funcionarios del INAU para escapar?
GZ - No precisamente, pero esa es función de la justicia de adultos, no de la de adolescentes. Cuando efectúo denuncias, es función de la justicia de adultos interrogar a esos adolescentes.
EC - ¿Y eso ocurre?
GZ - Yo no estoy presente. Estuve presente en Maldonado, en oportunidad de problemas con el INAU interrogué funcionarios, interrogué adolescentes, y hubo casos en los que la resultancia de la prueba dejaba no conclusiones definitivas pero sí serias dudas respecto a las operaciones que el INAU llevaba a cabo en las labores de contención.
EC - Ahí no hubo funcionarios procesados.
GZ - No hubo funcionarios procesados.
EC - ¿Y acá en Montevideo conoce que haya habido funcionarios procesados?
GZ - No conozco, pero pueden haber existido. Básicamente el tema pasa por: yo efectuó la denuncia, mi función es la persecución de infracciones cometidas por menores, y los fiscales de adultos, los jueces de adultos, son los que tienen a su cargo la carga de investigar estas situaciones. Pero no recarguemos las tintas sobre funcionarios de una institución que durante años ha tenido serios problemas de rumbo a nivel de regulación directriz. Cuando existen rumbos erráticos a nivel de la dirección de estos organismos, no carguemos las tintas en los funcionarios que están abajo. Repito la frase: si algún director dijo "prefiero una fuga antes que un motín", está avanzando, mediante esa manifestación filosófica, que pueda suceder cualquier tipo de cosa. Hoy la situación no es la misma, espero que mejore, pero los tiempos que estamos manejando son muy lentos.
***
EC - Desde la audiencia Cristina le pregunta si sigue tocando el piano, porque hace muchos años fue vecina suya en un edificio en la calle Dr. Pouey y lo escuchaba de esa forma, indirectamente.
GZ - Pobrecita.
EC - Pero ¿sigue tocando el piano?
GZ - Sigo tocando el piano. En Brasil procuré encontrar un piano, y había uno precioso pero tenía que hacer un trámite burocrático de siete directores para poder tocar, así que mis compañeros de la delegación se quedaron sin el placer de escucharme.
***
Transcripción: María Lila Ltaif
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