Entrevistas

El Instituto Nacional de Rehabilitación: un nuevo organismo para enfrentar un viejo problema

El Instituto Nacional de Rehabilitación: un nuevo organismo para enfrentar un viejo problema

A solo un mes de haber asumido en uno de los cargos más complicados del país, el director del Instituto Nacional de Rehabilitación, el flamante organismo que tiene a su cargo las cárceles, inspector general retirado Alcides Caballero, ya ha tenido que afrontar importantes desafíos. Un grave motín en el Complejo Penitenciario Santiago Vázquez y posteriores denuncias por supuestos maltratos a los presos responsables de los desmanes son algunos de los ejemplos negativos. El cierre de los módulos de acero del penal de Libertad, la inauguración de una nueva cárcel en Rivera y la habilitación de 256 plazas en el predio de la cárcel de Las Rosas, Maldonado, son la contracara positiva de este panorama, no por ello exento de dificultades. Entrevistado por En Perspectiva, el jerarca se refirió a la situación que se vive en los establecimientos carcelarios de Uruguay así como a los planes que intentará desarrollar durante su gestión. "Hay una rueda perversa que genera el crecimiento de la población reclusa, y ese proceso se puede detener con el trabajo, el estudio y la reinserción social de estas personas que están privadas de la libertad", manifestó.


(emitido a las 10.09 Hs.)

EMILIANO COTELO:
En el penal de Libertad se trasladaron ayer 458 presos que estaban alojados en los módulos de acero a las nuevas celdas que fueron construidas recientemente. Con este paso se atiende, aunque tardíamente, la orden de una jueza de lo Contencioso Administrativo que hace casi dos años había dado un plazo de 120 días para la eliminación de las llamadas "latas".

Esa es una de las buenas noticias que ha habido en estos días en materia carcelaria. Además, en este mes se inauguró la nueva cárcel de Cerro Carancho, en Rivera, con 422 lugares, y en Maldonado se habilitaron 256 plazas en el predio de la cárcel de Las Rosas. De todos modos, también ha habido de las malas: el sábado se produjo un motín grave en el Complejo Penitenciario (Compen) Santiago Vázquez, que derivó en el traslado de 25 reclusos identificados como responsables del hecho, y luego el comisionado parlamentario presentó una denuncia penal por los castigos que habían recibido esos presos al llegar al penal de Libertad.

Con este cuadro, y a poco más de un mes de su asunción como director del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), vamos a conversar En Perspectiva con el inspector general retirado Alcides Caballero.

Desde el mes pasado usted es director del INR, un organismo nuevo, creado por la Ley de Presupuesto, que sustituye a lo que hasta ahora era la Dirección Nacional de Cárceles (DNC). No es solo un cambio de nombre. ¿Qué diferencias básicas hay entre el INR y la ex DNC?

ALCIDES CABALLERO:
El 28 de abril se concretó el nombramiento de quien habla como director del INR. Este instituto surge del contenido de la Ley de Presupuesto, aprobada el 27 de diciembre del año pasado. Allí se generan cambios de importancia, transformaciones y una serie de acontecimientos importantes para el sistema penitenciario. Por supuesto, un hecho puntual es la denominación del sistema, que pasó a estar regulado por el INR. Aparecen la figura de operadores penitenciarios y distintos hechos que apuntan a mejorar todo lo que tiene que ver con el tema carcelario.

EC - No entendí cuál es la diferencia con la organización anterior.

AC - El nuevo instituto tiene una diagramación –sería un poco extenso explicarlo– según la cual funcionan un Gabinete de Trabajo que no existía, un Consejo presidido por el ministro del Interior que define las políticas, y se crean dos áreas, un Área Metropolitana y un Área Interior que se encarga de todas las cárceles del país. Estas áreas determinan los trámites y las gestiones que se tienen que hacer en cada establecimiento. Lo fundamental de todo esto es que, sin perjuicio de la contención que se tiene que ejercer sobre las personas que están privadas de libertad, estas también deben pasar por la rehabilitación y la reinserción social.

EC - Al pasar usted mencionó un detalle que me parece significativo: este INR tiene bajo su órbita lo que hasta ahora eran las cárceles departamentales dependientes de las jefaturas de Policía. Hay una unificación del manejo de todos los institutos penales.

AC - Es así. Esa unificación se va a ir llevando a cabo en forma progresiva hasta que todas las cárceles del interior pasen a depender del INR.

EC - Vayamos a las noticias más nuevas. Con la eliminación ayer de las famosas "latas", como se conocía a los módulos de acero del penal de Libertad, se cumple un fallo de la jueza de lo Contencioso Administrativo, Cristina Cabrera, de junio de 2009, que ordenó que esos módulos metálicos fueran eliminados y dio un plazo de 120 días para hacerlo. ¿Por qué se demoró tanto en cumplir con aquel fallo? ¿Usted tiene información?

AC - No, no tengo información, porque, repito, hace 22 días que estoy al frente del instituto, mi nombramiento fue con fecha 28 de abril del presente año. Por lo tanto en 20 días no he tomado un conocimiento total de cómo se estaban gestando las distintas propuestas, los distintos planteamientos que existen y que pueden existir a nivel judicial.

EC - Se elimina lo que en su momento, durante el Gobierno del doctor Jorge Batlle, se había implementado como solución transitoria, una serie de lugares para el alojamiento de presos en el penal de Libertad en contenedores que fueron donados por la empresa Maersk. Un sistema que con el transcurso del tiempo fue objeto de todo tipo de cuestionamientos, para empezar del enviado de Naciones Unidas especializado en sistemas carcelarios. Entonces, ¿qué tipo de celdas van a albergar a esos presos ahora? ¿Cómo son las nuevas condiciones de reclusión?

AC - Luego de retiradas todas las personas privadas de libertad de esos módulos metálicos, fueron realojadas en el nuevo módulo, que fue construido por el Ministerio del Interior (MI). Es un módulo de construcción básica –me refiero a construcción de prearmado, de material–, pero las condiciones son totalmente distintas, mucho mejores, tiene iluminación natural, una red sanitaria sin uso, todo el sistema eléctrico de última generación, lo que va a permitir que quienes están en esa situación estén en condiciones dignas y decorosas, como indica la Constitución de la República. Eso en lo que tiene que ver con la población reclusa, y por supuesto que ese lugar de alojamiento mejora también las condiciones de trabajo del personal policial que está a cargo de la custodia de los internos.

EC - Ese es otro ingrediente que ha formado parte del debate a propósito del sistema carcelario uruguayo en los últimos años: el deterioro de varios penales no solamente afectaba a los presos, sino también a los guardiacárceles, que se han movilizado reclamando que su trabajo fuera considerado insalubre, y que además se realizaran las inversiones imprescindibles. Usted marca que en este caso concreto, con este módulo que ahora se abre, se atiende en especial ese tipo de demandas de los funcionarios del penal de Libertad.

AC - Sí, pero no tanto la demanda sino las condiciones. No es lo mismo trabajar en una oficina que tiene cierto tiempo de uso que en una oficina recién construida. Eso favorece, por supuesto, y mejora el manejo de la atención en el establecimiento.

EC - ¿En qué situación queda ahora el penal de Libertad visto globalmente? ¿Cuántos presos hay y cuál es el grado de hacinamiento?

AC - El penal de Libertad tiene más de mil reclusos alojados. El número siempre es variable, tiene que ver con los ingresos y los egresos, no es un número estable, incluso tiene que ver con las libertades que se van originando y con los traslados internos. No hay que olvidar que la ley Nº 14.470, que determina el régimen de progresividad, indica que los reclusos cumplen la prisión durante cierto tiempo en un lugar y después van evolucionando –o involucionando–, lo que los lleva a la última etapa, que es la de preegreso. Por eso el número no es constante.

EC - Entiendo, pero usted habló de más de mil presos en el penal de Libertad; ¿para cuántos reclusos tiene capacidad?

AC - El penal tiene 1.224 reclusos. Pero insisto, es un número variable, porque tiene que ver con las libertades, con los ingresos y con ese régimen tan importante que no se toma en cuenta y no se valora que es la progresividad, por el que ellos van buscando un espacio para reinsertarse en la sociedad.

EC - Pero ¿para cuántos presos está diseñado el penal de Libertad?

AC - En este momento, con el celdario, con el nuevo módulo y con otro alojamiento que tenemos allí, tiene capacidad para aproximadamente 1.400 personas.

EC - Por lo tanto hoy usted dice que en el penal de Libertad no hay hacinamiento.

AC - No, incluso el módulo tiene capacidad para 360 personas, y en este momento hay 357 personas alojadas allí.

EC - Pasemos a otra de las novedades de estos días, a lo que ocurrió en el fin de semana. El sábado se produjo un enfrentamiento entre dos bandos de presos en el en el Modulo 4 del Compen de Santiago Vázquez. Cuando intervino la policía todos los reclusos que participaban en la pelea y otros que se unieron terminaron protagonizando un violento motín. Las autoridades identificaron a 25 reclusos como los causantes de los hechos más graves, a los que se trasladó al penal de Libertad. ¿Cómo quedó el Compen después de estas medidas y después de los hechos del fin de semana?

AC - ¿Cómo quedó en qué sentido?

EC - Cuál es el ambiente entre los presos.

AC - El ambiente es el normal en un establecimiento carcelario. Estos hechos se originan y suceden con motivo de la convivencia que se mantiene en los distintos módulos. Es decir, los que están allí alojados por distintas razones generan este tipo de problemas, entonces la autoridad carcelaria, por supuesto, con el ámbito administrativo, toma las medidas que entiende que corresponden. En este incidente fueron trasladados 25 reclusos al penal de Libertad, pero en este momento la situación en el Compen es de total normalidad.

EC - El coordinador del INR para el área metropolitana, Eduardo Pereyra Cuadra, fue muy crítico con lo sucedido. En declaraciones al diario El País, que sorprendieron un poco por el tono, dijo, entre otras cosas: "No puede ser que unos energúmenos destruyan módulos que cuestan miles y miles de dólares y que paga la sociedad"; "Por eso estamos trabajando con la idea de aislar a quienes creen en la pasta base y en la estupidez"; y para lograrlo son necesarias "medidas administrativas más duras". Específicamente habló de "severas medidas de carácter administrativo y disciplinario" para los 25 presos, los principales causantes del motín. ¿Comparte esta posición de Pereyra Cuadra?

AC - El tema se maneja dentro de los parámetros normales y del cuerpo normativo en cada caso. No tengo presente ese comentario del inspector Pereyra, pero la ley establece un régimen de sanciones para quien realice distintos tipos de hechos en los establecimientos carcelarios. Y si el hecho es de importancia, como lo que ocurrió en el módulo 4 del Compen, donde se pueden haber roto o dañado bienes o atentado contra el personal policial, la autoridad correspondiente está facultada para tomar las medidas que correspondan en cada caso, que pueden ser medidas administrativas o medidas ante la justicia competente. No tengo presentes las declaraciones del inspector Pereyra.

EC - Una de las cosas que llamaban la atención en las declaraciones de Pereyra Cuadra era que uno suponía que cuando ocurrían hechos de este tipo, cuando se destruía infraestructura de un penal que pagamos todos los uruguayos, los presos recibían sanciones severas por ello.

AC - Sí, reciben. Insisto: pueden recibir una sanción administrativa o una sanción penal, es decir, puede aumentar la causa por el delito de daños, por el delito de atentado, por el delito de lesiones, se pueden configurar distintas figuras. Eso en el orden penal, y en el orden administrativo lo que la ley establece para quienes generan distintos tipos de incidentes.

EC - De todos modos, una cosa son la sanción administrativa y las sanciones que pueda determinar la justicia, y otra cosa es que los presos sean castigados en una especie de justicia por mano propia por los funcionarios policiales. Porque el comisionado parlamentario, Álvaro Garcé, presentó una denuncia penal luego de comprobar que varios de esos presos, que llegaron en buen estado al penal de Libertad, aparecieron más tarde con golpes, lastimaduras y hasta fracturas. No se trata de las secuelas de la represión policial en el momento del motín, sino de, por lo visto, golpes y hasta formas de tortura posteriores, cuando se los trasladó. ¿Qué dice sobre esta otra cara de los hechos del fin de semana?

AC - Me parece muy importante su pregunta. La situación a la que ha hecho referencia el comisionado parlamentario se encuentra en el ámbito de la justicia competente, que va a investigar y a determinar si existen responsabilidades penales. Por otra parte, el propio INR ha dispuesto una investigación administrativa interna para establecer si ocurrieron hechos de esas características. Si ocurrieron se van a tomar las medidas que correspondan al nivel que se entienda pertinente.

***

EC - Tengo otros comentarios que hizo Pereyra Cuadra a comienzos de la semana. Por ejemplo: "Se terminó la vieja lógica de buenos y malos. El gobierno y la sociedad tienen una mirada diferente sobre las cárceles, pero algunos energúmenos no lo entienden así. Seguimos con la tontería de buscar un liderazgo o de tratar de ser ‘brazos gordos’ dentro de las cárceles. Eso conspira contra los planes del país y no puede continuar".

Por eso quería preguntarle cómo viene ese tema, ¿hay reclusos que siguen manejando la interna de las cárceles? ¿Cómo se está enfrentando ese problema?

AC - Yo hace pocos días que estoy al frente del instituto, estamos reacomodando toda la población reclusa, eso nos va a llevar algún tiempo, pero no me consta que haya líderes que manejen las cárceles. Sería una especie de caos. La autoridad competente tiene el manejo en el interior de cada establecimiento.

EC - ¿Con qué tipo de políticas se enfrenta esa tendencia, que por lo visto sigue existiendo dentro de la población de presos?

AC - Lo fundamental es reacomodar a toda la población reclusa, ubicarla en distintos lugares. Después se va a trabajar en diferentes aspectos de la reinserción con los técnicos, hay interés en unos emprendimientos muy importantes, que más adelante va a ser bueno difundir, los temas de educación y demás. El reacomodamiento de la población reclusa va a favorecer el trabajo que se pueda hacer tanto a nivel del área metropolitana, como está determinado en estos momentos, como en el interior. En el interior también se están haciendo trabajos muy fuertes y muy interesantes.

EC - Vamos a eso que usted mencionaba, que quedó pendiente de su primera respuesta, cuando explicábamos qué es el INR. ¿Cuánto se está avanzando en esa vieja asignatura pendiente de la rehabilitación de los presos? ¿Qué novedades concretas hay en materia de acceso a la educación, a cursos de formación profesional? ¿Qué opciones de trabajo importantes se están generando para los reclusos?

AC - Hay un equipo que está funcionando, que siguiendo las directivas de la política penitenciaria tiene que generar propuestas de trabajo y de estudio. Para explicarlo y simplificarlo, ya se cuenta con varios proyectos. A título meramente informativo, se está trabajando con el Plan Juntos, se van a elaborar bloques, ventanas y puertas para atender los requerimientos de ese plan, que es muy ambicioso y que va a generar una demanda de trabajo muy fuerte en el ámbito carcelario. Hay que hacer una producción muy interesante, por ejemplo, hay que hacer unos 10.000 bloques por mes. Esa es una de las propuestas, y como esa se están generando otras. Insisto, se está trabajando tanto en el área metropolitana como en el interior, en forma integral, con los distintos establecimientos. Porque hay una rueda perversa que genera el crecimiento de la población reclusa, entonces tenemos que detener ese proceso, y ese proceso se puede detener con el trabajo, el estudio y la reinserción social de estas personas que están privadas de la libertad. Todo apunta a un gran proyecto que en su momento ustedes van a tener oportunidad de comprobar, van a poder ver todos los trabajos que se están manejando. Pero insisto, tomen en cuenta que hace 20 días que estoy al frente de todo esto y que es muy complejo, requiere mucho tiempo, mucha dedicación, y determinar exactamente los fundamentos y los resultados finales de todas las propuestas.

EC - Yo entiendo que usted está hace pocos días al frente del INR, pero cuando pactamos esta entrevista la idea era conversar a propósito de en qué se está y cuáles son los planes. Yo suponía que usted tenía la información más detallada. Por ejemplo, también me interesa saber –no sé si usted tiene los números y los elementos– cómo marcha el proceso de construcción de nuevos módulos en algunas cárceles, cómo marcha la construcción de nuevas cárceles, cómo marcha la refacción de las existentes, cuáles son las líneas de trabajo que se están siguiendo.

AC - En este momento se está trabajando fuertemente en otro módulo que se está haciendo en el departamento de Maldonado. Ya se habilitó un módulo y más o menos dentro de tres meses se va a habilitar un segundo módulo. En el Centro de Recuperación Nº 2, que es una chacra que está antes de llegar al penal de Libertad, se construyó una cantidad de alojamientos que van a ser destinados a las personas que están en la etapa de preegreso. Todo eso es un proceso. Y el realojamiento de los reclusos marcha en mérito a los informes técnicos que se van elaborando para cada uno de ellos. Tenemos gente trabajando en el área metropolitana y gente trabajando en el área interior. De la misma forma que el inspector Pereyra Cuadra trabaja por el área metropolitana, el inspector Martinelli trabaja por el área del interior. Todo esto implica mucho tiempo, determinar bien las políticas para que los resultados finales sean los mejores para todo el sistema penitenciario y que este número tan importante de personas privadas de libertad empiece a descender, que no se genere tanta reincidencia, buscar la salida a todo ese asunto.

EC - ¿Qué pasa con el estado de las cárceles que ya existen? ¿Qué pasa con los problemas de humedades, goteras, mal estado de las instalaciones eléctricas, malos servicios higiénicos?

AC - ¿Se refiere al área metropolitana?

EC - Es un problema que afecta a varias cárceles en el país.

AC - El MI contempla los rubros necesarios para la atención de los establecimientos carcelarios en ese sentido. Como le comentaba, todo este cambio es progresivo, no es un shock sino que vamos a ir atendiendo y mejorando por medio del propio instituto, y atendiendo los requerimientos de las cárceles del interior, que están más afectadas que las del área de Montevideo y Canelones.

EC - Está claro que usted no tiene los detalles para responder a estas preguntas. Dejamos para conversar más adelante en su gestión.

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Transcripción: María Lila Ltaif