Asalto sangriento en La Comercial deja dos muertos
En el mediodía de este jueves un nuevo asalto terminó en tragedia. Tres delincuentes fueron a rapiñar al supermercado Blu de La Comercial, en Amézaga entre Arenal Grande y Justicia, y terminaron matando a dos personas y yéndose sin el dinero. Fallecieron el dueño del negocio y un vigilante irregular que trabajaba en la zona. A su vez, según dijo la Policía, uno de los tres asaltantes fue herido en su huída.
Los delincuentes ingresaron armados al comercio, amenazaron al propietario y le exigieron el dinero de la caja. Cuando éste les estaba dando el dinero, uno de ellos se asustó y le disparó. Ese tiro lo hirió de muerte al dueño del comercio, Luis Muzio, de 63 años, un ex tupamaro que estuvo preso por su accionar en el MLN según confirmó la asociación Crysol. Muzio estaba junto a familiares y un empleado cuando sucedió este episodio.
Cuando se retiraban del lugar, un muchacho de 24 años llamado Fabián Correa intentó defender al propietario del comercio. También fue herido, luego fue trasladado al Círculo Católico y terminó falleciendo.
Los delincuentes se fugaron en un auto que los esperaba afuera del local. La Policía en la noche de este jueves continuaba la búsqueda aún sin éxito.
En un primer momento se dijo que este joven de 24 años era un guardia de seguridad, pero el director del Registro Nacional de Empresas de Seguridad del Ministerio del Interior, inspector principal Juan Carlos Vázquez, confirmó a El Espectador que no era un guardia de seguridad en actividad:
"Fue guardia de seguridad en el pasado, pero ya no es más. Estaba de baja de una empresa de seguridad en la que estaba trabajando, por la cual estuvo habilitado un tiempo, y la empresa lo dio de baja, y se ve que en el supermercado lo contrataron fuera de la legalidad".
Para analizar el momento que vive el país en materia de seguridad, El Espectador consultó a Juan Faroppa, exsubsecretario del Ministerio del Interior, actualmente asesor de la ONU y UNICEF en asuntos de Derechos Humanos.
"Hay que ir explorando niveles de violencia que están muy presentes en toda la sociedad uruguaya, que no sean solamente este tipo de eventos delictivos sino niveles de violencia muy graves que se ven en distintas manifestaciones: lo que pasó el fin de semana en el boliche de Punta Gorda había pasado poco tiempo antes en un local bailable de Ciudad Vieja. Hay una tendencia a la resolución de los conflictos por medio de la violencia que da la impresión que está creciendo y que es un tema que tendrá que preocuparnos. La gran mayoría de las víctimas son personas jóvenes y también los delincuentes son personas jóvenes", comentó.
Para Faroppa "no hay que dramatizar", porque Uruguay sigue siendo junto con Chile uno de los dos países más pacíficos o menos violentos de América Latina. Mientras Uruguay tiene entre 7 y 8 homicidios cada 100.000 habitantes por año, el promedio del continente es 28 por cada 100.000 habitantes en un año y hay países como Colombia, Venezuela o en Centroamérica llegan a 100 asesinatos por cada 100.000 habitantes por año.
Y después citó otro factor que distingue los ataques violentos en Uruguay de la tendencia latinoamericana: "La mayor parte de los delitos contra la vida en Uruguay se producen entre personas conocidas o cercanas. Es decir, gran parte de los homicidios se dan en situaciones de violencia familiar o hay algún tipo de relación entre la víctima y el victimario por un tema de herencia, por una enemistad con un vecino o por cuestiones del momento".
El exviceministro del Interior se explayó sobre la responsabilidad que tienen los medios en cuanto a la sensación de inseguridad popular, tema harto discutido en los propios medios, en las facultades de comunicación y también en los hogares. Y Faroppa contestó lo siguiente:
"Yo siempre dije que los grandes medios nos son responsables por la percepción de inseguridad pero sí deben hacerse responsables por el manejo de las informaciones que tienen que ver con la crónica policial. Eso significa que estos medios son conscientes o por lo menos deberían serlo- de la enorme capacidad que tienen para seleccionar los miedos sociales. Cuando en el Uruguay se habla de la gripe H1N1 toda la población está preocupada por la gripe H1N1, y baja el nivel de difusión o de minutos que se dedican para hablar de la inseguridad ciudadana".
Faroppa continuó analizando el tema y aclaró que "la gente no es tonta".
"Si los medios son los que crean una percepción determinada en la gente la conclusión debería ser de que la gente es idiota. Vos podés hacer una publicidad muy grande de determinado producto, pero si la gente no lo acepta porque el producto no es de buena calidad no se vende. Y con esto pasa lo mismo. Creo que los medios lo que hacen es recoger un fenómeno de mayor sensación de vulnerabilidad y de temor, que se da en todas las sociedades occidentales en los últimos 30 años, que tiene que ver con la ruptura de un modelo de Estado y de bienestar que fue en el que por lo menos mi generación creció".
Lo que le pide Faroppa a los medios de comunicación es que las noticias se pongan en determinado contexto y que se intenten explicar las causas de la inseguridad: no sólo mostrarla. Pero también aclaró que a la gente le gusta consumir determinada información. De todas formas Faroppa cree que no es justo que el Gobierno le eche las culpas a los medios. Dijo que eso sería una actitud infantil de parte del Gobierno.
El Espectador intentó hablar con Mario Menéndez, titular de Cambadu, la asociación que reúne a comerciantes y baristas, y se excusó porque recién este sábado la asociación brindará su posición en conferencia de prensa.
El juez de la causa es Eduardo Pereyra, quien investiga el caso junto a la fiscal Dora Doménech. Pereya estuvo consultando a los vecinos durante la tarde, vecinos que estaban muy afectados porque se trataba de dos personas muy queridas en la zona.