El Semeji trabaja en plan para reinsertar en la sociedad a menores infractores que están por cumplir su pena
Durante el mes de julio, el Instituto del Niño y del Adolescente del Uruguay (INAU) no registró ninguna fuga de menores de sus instalaciones. Las estadísticas marcan que en 2009 se produjeron 1.072 fugas, en 2010 fueron 770, pero en lo que va de 2011 apenas 87. Esta disminución coincide con un plan de apoyo que el Sistema de Ejecución de Medidas a Jóvenes en Infracción (Semeji) está implementando para ayudar a reinsertarse en la sociedad a los menores que están por cumplir su pena. Para saber más sobre este asunto, En Perspectiva dialogó con el psicólogo Rolando Arbesún, gerente del Semeji, quien dijo estar convencido de que el camino de modificar la "trayectoria delictiva" de los menores infractores es "plantear un camino que sustente la salida y no simplemente el boleto que te dan para regresar a tu casa". Arbesún detalló los puntos de este plan y dijo que lo que hicieron "fue afinar el cumplimiento de los protocolos de seguridad" que se habían elaborado. Por su parte, el subgerente del Semeji, Raúl González, quien también estuvo presente en la entrevista, añadió que con esta iniciativa "se profundizan las recorridas perimetrales por los centros, se trabaja con la brigada antidrogas, con los perros que detectan los ingresos de droga a los centros, se intercambia algún nivel de información y se trabaja en el exterior del sistema en cuanto a criminología". Además, explicó que se intenta "que confluyan trabajo y educación" y que "esas son las rutas de salida".
(emitido a las 10.09 Hs.)
EMILIANO COTELO:
Las fugas del Instituto del Niño y del Adolescente del Uruguay (INAU) eran algo tan frecuente que casi nos costaba considerarlas noticias. Nos indignaban, sí, pero lamentablemente formaban parte del paisaje.
La semana pasada, en cambio, esa rutina se rompió. Supimos que en julio ningún menor infractor se fugó del INAU. Además, ese dato positivo forma parte de un proceso de mejora, porque en 2009 se habían producido 1.072, el año pasado 770 y en los primeros seis meses de este año solo 87.
Esta evolución se da cuando, paralelamente, el Sistema de Ejecución de Medidas a Jóvenes en Infracción (Semeji) está comenzando a implementar un plan de apoyo a los menores que están por cumplir su pena, y que implica capacitación en distintos oficios e inserción laboral, junto con un programa de asistencia a las familias.
¿Cómo se están procesando esos cambios que evitan las fugas? ¿Qué varió en el sistema y en los propios funcionarios del INAU? ¿Cómo puede incidir eventualmente esa mejora en la cantidad de delitos cometidos por menores?
Vamos a conversar de esas cosas con el psicólogo Rolando Arbesún, gerente del Semeji, que ha venido acompañado por el subgerente de esa dependencia, Raúl González.
Arbesún, usted asumió la gerencia del Semeji el 1° de mayo de 2011, pocos días después de la renuncia de su antecesor, Jorge Jouroff, que se precipitó a raíz de algunos hechos muy sonados. Entre ellos, el rescate del adolescente conocido como el Talibán, realizado por dos menores en moto que interceptaron el vehículo en que se producía el traslado, y las fugas del Ricky y el Prandon del Centro de Medidas Cautelares (Cemec), después de limar las rejas.
¿Qué medidas tomó para enfrentar ese problema tan delicado y tan irritante de las fugas?
ROLANDO ARBESÚN:
No fue una medida; fue un conjunto de medidas que ya veníamos trabajando inicialmente. Yo era director adjunto del Semeji en ese momento, y lo que hicimos fue afinar el cumplimiento de los protocolos de seguridad que habíamos elaborado. Son protocolos de actuación bastante compatibles con protocolos similares que utilizan otros países o el propio Ministerio del Interior (MI) para el trabajo en el sistema penitenciario de adultos. Esto lo acompañamos con un proceso de contacto directo con los funcionarios y las direcciones de los centros, con visitas sorpresivas a los centros para evaluar el cumplimiento de ese protocolo de seguridad y que no fuera simplemente un documento.
Al mismo tiempo se trabajó con los adolescentes en un trabajo muy complicado para que ellos entendieran que se abría una perspectiva de relacionamiento con el público, que reacciona de una manera muy particular a los delitos que cometen, para que entendieran qué complicaciones adicionales implicaban las fugas en esta opinión pública.
EC - Vamos por partes: ¿qué se modificó en esos protocolos con respecto a los controles a las visitas?
RA - Cuando asumí en 2009 como director adjunto, había una práctica que no compartíamos; la de revisión al desnudo de todos los familiares. Por principio, todo el mundo era sospechoso. Inmediatamente regulamos eso y definimos que las revisiones a los familiares, en este caso revisiones al desnudo, se realizaban cuando había una información previa que ameritaba o fundamentaba ese nivel de intervención. Invertimos el esquema de revisión. En vez de revisar a los familiares exhaustivamente, se revisa a los adolescentes una vez que concluye la visita. El número nos permite hacer eso, a diferencia del sistema penal adulto, que no lo puede hacer. Esa es una de las medidas.
La otra medida muy importante, que cada vez cobra más relevancia, es el nivel de relacionamiento institucional con el MI, que preferiría que desarrollara Raúl.
EC - ¿Cuáles son los cambios en ese sentido?
RAÚL GONZÁLEZ:
Todo esto responde a una línea de trabajo colectivo. Hemos trabajado profundamente en los protocolos de seguridad; hemos intentado contagiar a los directores de los centros y a alguna parte del Gobierno con el que no teníamos un relacionamiento profundizado. Y, producto de esa impronta colectiva, tomamos el tema como una cuestión central del Gobierno, porque así lo plantea la ciudadanía, que se ve afectada toda en su conjunto. Como lo viene diciendo el presidente del INAU, es un tema nación.
EC - En esa relación con el MI, concretamente ¿qué se hace ahora que no se hacía antes?
RG - Se profundiza la vigilancia, se profundizan las recorridas perimetrales por los centros, se trabaja con la brigada antidrogas, con los perros que detectan los ingresos de droga a los centros, se intercambia algún nivel de información y se trabaja en el exterior del sistema en cuanto a criminología.
EC - ¿Cuánto se ha avanzado en la colocación de doble vallado perimetral, que es otra asignatura pendiente inexplicable?
RA - Retrocedamos a la pregunta anterior, porque hay otro elemento importante en lo que señalaba Raúl. Hay un nivel de coordinación operativo, diario y sistemático. Cuando se trata de conducciones y traslados a las audiencias, hay un trabajo conjunto con el MI en el que se evalúa cuál es la necesidad de mover móviles operativos de la policía para custodia. Tenemos que cuidar de no abusar de esa buena relación institucional y producir una erosión en la capacidad operativa del MI, habida cuenta de que realizamos aproximadamente unos 20 traslados por día. Esa es otra señal de cambios institucionales.
Sobre todo son cambios institucionales porque no obedecen a las personas que estén en la posición. No es que me lo hagan porque tenemos buenas relaciones o porque somos compañeros de tal o cual partido político, sino que es una línea institucional que marca la diferencia en el accionar conjunto con el MI.
EC - ¿Con respecto al vallado perimetral?
RA - El vallado perimetral y toda la concepción de seguridad del Cemec fueron construidos por el MI. Ese es otro nivel de colaboración importante. Hoy esa es una zona muy segura, con elementos de seguridad muy importantes, y esto también el MI lo emprendió en algunos centros de la Colonia Berro en particular. Hicimos dos pedidos muy concretos: que se reformulara el doble vallado del Centro Piedras y del Centro Sarandí con la inclusión de dos anillos internos perimetrales que nos permiten controlar el movimiento de los adolescentes, porque estábamos hablando de un espacio relativamente grande para el control de los adolescentes.
Eso la reformulación del sector de requisa como un sistema de cierre de entrada de la colonia, donde los autos que precisan entrar quedarían encerrados en una esclusa, lo cual permitiría su revisión. Ese es el diseño general.
Y, luego, los centros denominados abiertos. Acá estamos siguiendo una denominación muy vieja. Una vez concluidos los dobles perimetrales de los centros de seguridad, pasarían a tener doble perimetral también, en tanto la concepción que tenemos es que lo que marca la diferencia entre un centro y otro no son las medidas exteriores de seguridad sino la dinámica interna del centro.
EC - Usted ha hablado también de inteligencia interna, de investigación a propósito de cómo ocurren las cosas dentro del INAU en particular y del comportamiento de funcionarios.
RA - Aclaremos: yo nunca he empleado la palabra inteligencia. Me queda claro que fue dicha en algún momento, pero cuando se menciona esta cuestión hacemos referencia a un trabajo de análisis de la información. Hay un protocolo que se llama Protocolo de Información o Incidencias que obliga a todos los equipos de dirección a informar de forma automática y por vía telefónica, sin desmedro del resto de las actuaciones documentales, una serie de incidencias que son situaciones claves en el análisis de la situación operativa de cualquier sistema penitenciario. Cualquier sistema penitenciario serio y profesional en el mundo tiene un protocolo de información de incidencias con el cual Raúl y yo elaboramos una mesa de análisis conjunto, en función del conocimiento que tenemos del sistema, y vamos marcando las líneas de trabajo o las posibles líneas de intervención ante evidencias de que se estuviese conformando una situación crítica dentro del sistema. Reformulemos esto porque hay una especie de fantasma con relación a esta cuestión. Hacemos un exhaustivo análisis de la información, y esa información incluye algún tipo de elemento vinculado a relaciones delictivas con el exterior. Así también opera la relación interinstitucional con el MI, también tenemos estas reuniones conjuntas de análisis.
EC - Usted también ha mencionado como un elemento importante en este cambio, la reducción de la cantidad de fugas, una correcta asignación al hogar en el que debe estar el adolescente. ¿Qué implica esto?
RA - Este es un proceso que recién empieza. El nuevo sistema de responsabilidad penal adolescente tiene concebido un centro de estudio, diagnóstico y derivación que va a ser el encargado de hacer el análisis exhaustivo de todos y cada uno de los adolescentes. Esto tanto desde el punto de vista de las características psicológicas e individuales de los adolescentes, pero también desde una perspectiva criminológica que acá ha estado sistemáticamente ausente. Uno no puede imaginar ningún tipo de trabajo con una persona que haya cometido un delito si no incluye una variable de análisis criminológico. Esto lo estamos implementando, y estamos elaborando las técnicas para que estos adolescentes sean estudiados. Lo que hacemos hoy diariamente es afinar ese proceso de contacto inicial con el adolescente y definir en función de esas características y de la situación operativa de dominio y de control que tenemos de los centros cuál es el centro más indicado para esos adolescentes.
EC - ¿Qué ventajas tiene eso desde el punto de vista de la seguridad, desde este punto de vista que estamos comentando de la reducción de la cantidad de fugas?
RA - Creo que tiene la ventaja de no enviar a centros que no tienen las medidas de seguridad necesarias a adolescentes que está escrito en la tapa de su trayectoria delictiva que van a durar dos o tres horas. Hemos emprendido con Raúl trabajos específicos con adolescentes con una trayectoria muy complicada desde el punto de vista delictivo y hoy los tenemos en centros abiertos. Me gustaría que Raúl hiciera referencia a ello porque esa experiencia ha resultado un éxito.
RG - Sí, pero además hay que agregar que en el estudio de la derivación que también se hace debemos manejar el perfil de los 437 chicos que tenemos internados y ver quiénes pueden estar juntos y quiénes no, y quién es influenciable por tal y cual, y quién no. El conocimiento de la población, que es una cuestión que se adquiere en el terreno, nos ha llevado a hablar con todos los chiquilines, del primero al último. En esas conversaciones que tenemos con ellos a diario también vamos integrando un perfil del individuo y vamos viendo cuál es su progresividad en el sistema. Tenemos chicos que hoy tienen 19 años, que ya son considerados como la leyenda del sistema, que no han tenido la posibilidad de demostrar a quienes van custodiando la medida judicial que tienen que cumplir que pueden salir de un centro de extrema dureza, de encierro puro y duro, a tener una buena conducta en centros más abiertos. Eso lo hemos detectado en algunos casos, hemos dado la oportunidad y hemos asumido el riesgo. No estamos midiendo el riesgo desde el costo político en este caso, ya que la fuga de esta persona de la que estamos hablando podría tener un costo político enorme. No lo estamos midiendo. Le estamos dando la oportunidad de lo que la sociedad está pidiendo, que en algún término habla de incorporarlo nuevamente a la sociedad con diferentes alternativas. Algunas de ellas son las rutas de salida y los planes de egreso a los que estamos pensando incorporar a partir de estos días.
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EC - Recién explicaban las medidas que se han tomado para reducir la cantidad de fugas en el INAU. Arbesún hizo un rápido repaso, y yo después fui preguntando por cada una de ellas un poco más en profundidad. Una que queda por examinar todavía es la que usted citó a propósito del intercambio que han emprendido con los menores infractores alojados en dependencias del INAU. ¿Qué tipo de diálogo?
RA - El contacto directo con los adolescentes es un estilo del equipo de gerencia. Ellos nos conocen por nuestros nombres y nosotros conocemos prácticamente a todos los adolescentes. Los contenidos de los diálogos con ellos van variando en la misma medida en que va variando lo que sobre ellos se va diciendo en el afuera.
EC - El tema es cómo impacta la actitud de los menores infractores, especialmente en materia de fugas, en la sociedad. ¿De eso hablan?
RA - No solo, no. Estamos hablando de que parte del trabajo de responsabilización de los adolescentes con relación al delito implica saber que el daño del delito continúa, sin importar que ellos ya estén privados de libertad. Hay un efecto de esa comisión de delito del que se tienen que hacer responsables.
EC - La asunción de conciencia de lo que implicó el delito que cometieron.
RA - Correcto. Además, asunción de conciencia de lo que significa, una vez que están privados de libertad, iniciar acciones que los vuelvan a conducir por ejemplo las fugas a esa carrera delictiva. Estamos trabajando hoy y lo hicimos el fin de semana con los adolescentes que están internados en el centro de máxima seguridad, que es el SER, el más famoso, el más siniestro y sobre el que más se ha escrito. Nos juntamos con todos los adolescentes, del módulo 2 primero y después del módulo 3, y les propusimos un sistema de autogestión del diario vivir, del cotidiano que ellos tienen. Ellos mismos van a gestionar el tiempo y las actividades que les habíamos marcado como actividades que sí o sí debían realizarse. Esta experiencia ha comenzado con mucho éxito. Ningún adolescente se ha querido amotinar, tomar rehén o insultar a ningún funcionario. En esa dirección estamos trabajando.
EC - ¿Es en esas conversaciones que ustedes han manejado como tema la campaña de recolección de firmas que impulsa del Partido Colorado (PC) y a la que sumó el Partido Nacional para bajar la edad de imputabilidad?
RA - Ese fue un tema que inicialmente apareció porque era el que estaba más sobre el tapete. Les explicamos a los adolescentes cómo ellos también, con sus actuaciones y sus conductas, alimentaban esta cadena de sentimientos que legítimamente la gente puede tener cuando conoce o es víctima de un delito cualquiera. Ese nivel de detalle es bien importante para que ellos sepan...
EC - ¿Cuál era el mensaje? ¿"Si ustedes siguen en esta, si se fugan, si vuelven a delinquir, van a facilitar que exista un sistema penal más riguroso para ustedes mismos"? ¿Es una especie de amenaza por ese lado?
RA - No, el mensaje era muy claro: "Lo que se está discutiendo tiene que ver con el futuro de ustedes". Ese es el mensaje, y tiene que ser contundente, porque es lo que va a definir cómo van a ser tratados penalmente en un futuro supuesto en que esto llegue a concretarse.
RG - Los chiquilines están atentos. Tengamos en cuenta que ellos tienen en sus piezas televisores y ven informativos. El otro día, un chico de 13 años que tenemos privado de libertad nos preguntaba qué era esto de la baja de la imputabilidad cuando él con 13 años estaba preso, a qué se referían con eso, qué iba a pasar con los 16 años. La lectura que se hace es que mediante la campaña de baja de la edad de imputabilidad tal vez se esté pidiendo un sistema carcelario riguroso al estilo adulto para los menores.
EC - No es exactamente eso lo que está de por medio, no es lo que se está impulsando.
RG - No, pero este chico dijo: "¿Cómo están hablando de los 16 años, si yo con 13 estoy preso?". Es una lectura que también la población seguramente hace.
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EC - El domingo, en declaraciones que usted, Arbesún, formuló al diario El País, en un momento dijo: "Toda fuga debe ser analizada y todo escape implica responsabilidad de funcionamiento. A veces hay responsabilidad directa de algún funcionario en las fugas. Lo hemos detectado en estos meses".
Son dos conceptos: todo escape tiene detrás una responsabilidad.
RA - O al menos una inacción; un incumplimiento de los procedimientos. Durante mucho tiempo escuché la afirmación de que las fugas se producían siempre por causas externas al funcionamiento de la dinámica del centro o al funcionamiento de las acciones de los funcionarios que estaban implicados. A medida que íbamos investigando, nos dábamos cuenta de que hay algunos elementos que pueden crear condiciones para facilitar cierta fuga. Entonces, si yo sé que tengo un nivel de riesgo en una zona del centro, por las características del centro, va de suyo que hacia allí tengo que dirigir el mayor control. Lo que decimos, lo que afirmamos y lo que vamos a seguir diciendo es que las fugas no son espontáneas. Las fugas no nacen como nace una planta espontáneamente, sino que se crean determinadas condiciones y algunas de ellas dependen de las acciones o inacciones de los funcionarios que allí están implicados.
EC - Hace pocos días, el secretario general del sindicato del INAU, Carlos Salaberry, recordó que en su momento el gerente Carlos Uriarte dijo que "las fugas eran una válvula de escape del sistema para no llegar al hacinamiento".
RA Que Salaberry se haga cargo de esta afirmación. Yo no acostumbro a juzgar gestiones ni historias anteriores. No me corresponde. Nuestra responsabilidad va en otra dirección. Lo que estamos diciendo explícitamente y de forma contundente es que toda fuga debe ser investigada y analizada. Y aun en el supuesto caso de que no encontremos ninguna responsabilidad directa en el sentido de deslealtad, culpabilidad, etcétera nosotros hemos hecho ya tres denuncias de crimen organizado, de modo que estamos hablando de procesos investigativos bastante importantes, y aunque no podamos trasmitir a la Justicia que haya elementos que configuren aparentemente un hecho delictivo, no cerramos ninguna investigación. La mantenemos guardada y seguimos acumulando información para, si en algún momento aparece un nuevo dato, recuperarla y seguir.
EC - Se adelantó a otra pregunta que había quedado pendiente de la Tertulia de ayer, cuando discutimos este tema: cuando se comprueba, como dice usted, que se han tenido indicios fuertes de que algún funcionario tuvo responsabilidad en una fuga, ¿de qué manera se lo responsabiliza?
RG - Hay dos procedimientos. En el primer procedimiento nosotros estamos obligados a elaborar una investigación de urgencia en el término de 48 horas, y así tomar resolución administrativa o en su defecto enviarlo a la dirección jurídica del INAU para que el procedimiento continúe y ellos decidan qué resolución administrativa tomar. Si eventualmente tomamos una resolución administrativa a nivel de gerencia, cortamos la posibilidad de que Jurídica profundice la investigación. Nuestra práctica es: terminamos la investigación y aportamos todos los elementos a Jurídica, con nuestras colaboraciones, y en los casos en que detectamos directamente un hecho con mucha figura delictiva, hacemos la denuncia penal, como ha ocurrido con crimen organizado.
RA - También sucede lo otro. La investigación también nos permite detectar el error funcional. Por eso comenzamos la entrevista con el tema de los protocolos. Hay protocolos de seguridad de funcionamiento que si son respetados cabalmente reducen el riesgo de error funcional.
EC - Una pregunta que me queda después de haberlos escuchado es: ¿por qué este tipo de medidas que ustedes han explicado y puesto en marcha, recién ahora se implementan? Porque muchas de ellas suenan elementales.
RA - Sería muy pedante decir que es porque estamos nosotros. Y no es así, no es cierto; hemos recibido un escenario inédito en la historia de la política criminal uruguaya, que es este escenario de acuerdo político entre todos los partidos bastante consensuado. Puede haber alguna diferencia en particular. Ese escenario nos permite movernos en un piso que nos da mucha solidez en las acciones que realizamos. Allí hay un antes y un después con relación a cómo posicionarse con estos temas. Eso ayuda bastante al trabajo y también tiene que ver, como decía Raúl, con un estilo nuestro de estar siempre en la primera línea. No somos un equipo de gerencia que esté acomodado en un escritorio. Generalmente, cuando estamos mucho tiempo en el escritorio, decimos: "Algo anda mal, salgamos ya", porque no estamos acostumbrados. No lo hicimos antes, no lo hacemos ahora tampoco. Creo que eso va marcando una diferencia.
Una de las cosas que decía cuando me preguntaban qué me parece que pasó en todos estos años, era que me parece que se fue erosionando una ética institucional, la capacidad de conducir y convocar institucionalmente a los funcionarios, que de a poco se va recomponiendo. Han pasado muchos directores, ha habido cambios de nombres, han pasado muchos gerentes o equipos de gerencia, y los funcionarios siempre quedan en el mismo lugar. Esta vez hemos invertido las cosas. Nosotros acompañamos directamente a los funcionarios. Repito: el éxito que se haya podido tener en el transcurso de estos seis meses obedece también a ese sacrificadísimo trabajo cotidiano de todos los funcionarios, porque son muchos más los leales que los que eventualmente cometen deslealtades.
EC - Usted aludía al contexto político en el que hoy se desempeña el INAU, ese consenso en cuanto a las principales líneas de acción que se han logrado entre todos los partidos. Pero ¿cómo incide otro dato del propio tablero político, que es la campaña de recolección de firmas que ha impulsado el PC? El PC, y en especial el senador Pedro Bordaberry, sostiene que en materia de seguridad pública y en especial con relación a los menores infractores, "se están tomando determinadas medidas porque nosotros, con nuestra movilización, la gente firmando esa intención de reforma constitucional, apura, promueve, reclama, y eso, evidentemente, las autoridades lo están sintiendo".
RA - Es una interpretación de quien la realiza. Nosotros no trabajamos mirando cuántas firmas se juntan o se dejan de juntar. Tenemos una responsabilidad institucional, asignada por el presidente del INAU y por el presidente de la República, de transformar definitivamente este sistema y llevarlo a un sistema de responsabilidad penal, tal cual marca la ley que se aprobó en el Parlamento. El resto de las escaramuzas políticas que hay en la sociedad no son el norte con el que trabajamos; trabajamos con un norte que es institucional, que responde a una política de Estado, y es hacia el cual vamos. Allí empleamos una serie de indicadores que son los que importan para la reconducción del trabajo de transformación institucional. Pero no estamos mirando encuestas ni cosas parecidas.
RG Además, es bueno aclarar que estamos hablando de un trabajo con un cierto rumbo, con un norte, sabemos adónde vamos. Pero sabemos adónde vamos todo el sistema político, todo el país. Los representantes, el Ejecutivo nacional, todos saben cuál es el rumbo, hacia dónde vamos. Saben qué es el Sirpa (Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente), y saben por qué están nombrados quienes están nombrados en el caso de dirigir y presidir la comisión delegada. Es un amigo de la casa, Ruben Villaverde, a quien va a secundar el maestro Robert Alonso. Estamos intentando que confluyan trabajo y educación. Esas son las rutas de salida. Eso ha logrado contagiar al sistema político y ha logrado contagiar, junto con una impronta que les estamos dando desde la gerencia, a los funcionarios. Nosotros decimos que la gerencia del Semeji no es una figura ni dos ni tres; es mucho más. También está integrada por los directores y subdirectores de cada centro que han comprendido hacia dónde vamos. Han comprendido qué queremos y lo han derramado hacia el personal que tienen a cargo.
EC - A fines del mes pasado, en una nota que publicaba Últimas Noticias, se informaba de varios convenios suscritos por el INAU, que en algún caso están en curso y en otros están por implementarse, que implican capacitación e inserción laboral de los menores que están próximos a cumplir su pena. ¿En qué consiste exactamente este plan?
RA - Consiste en el proceso de materialización de un programa nuevo que aparece con el Sirpa, que es el Programa de Atención al Egreso.
EC - El Sirpa es el sistema al que se va.
RA - Este Programa de Atención al Egreso tiene entre sus contenidos fundamentales identificar a los adolescentes más o menos unos seis meses antes de salir en libertad para capacitarlos y formarlos para que su ruta de salida no sea solo por la puerta, sino sustentada en coordinación con otros Ministerios, porque el problema de la criminalidad adolescente no es un problema solo del INAC; es un problema de todas las instituciones del Estado que fracasaron antes que nosotros.
EC - Hasta ahora no había apoyo en materia de formación, capacitación e inserción laboral.
RA - No, esto es inédito.
EC - Por lo tanto, el joven que salía de reclusión en el INAU tenía que arreglárselas por sí mismo y lo más probable era que se viera incentivado a regresar a la delincuencia.
RA - Así es. Esto es absolutamente inédito. Hay dos programas inéditos en el Sirpa. Uno es el Programa de Atención al Egreso y el otro es el Programa de Medidas Curativas, que pretende, por primera vez en la historia del sistema penal adolescente uruguayo, materializar una medida del código que no se puede cumplir, que es una medida curativa. Un adolescente que llegó al delito por efectos de una patología psiquiátrica o de una relación adictiva problemática con cualquier sustancia (droga) implica un nivel de trabajo, una forma de intervención muy particular, que es totalmente diferente del resto de las trayectorias delictivas que puedan ser explicadas por variables sociológicas o culturales. El Sirpa está dotado de un fuerte contenido técnico que incluye la perspectiva de la psicología, pero también la de la criminología, buscando quebrar esa trayectoria delictiva. Lo que se busca con el Programa de Atención al Egreso es justamente eso: hacer un quiebre e iniciar un proceso en el cual el adolescente sea contratado como un trabajador igual que otro cualquiera y ya empiece esa línea de sustentación hacia el afuera mientras todavía está privado de libertad.
EC - ¿Cuántas empresas ya han firmado convenio para recibir a jóvenes provenientes del INAU, en becas, en programas de este tipo?
RA - Hasta el momento tenemos tres convenios prácticamente finalizados. Hay una empresa que ya comenzó a recibir adolescentes, y la meta que nos propusimos para fin de año es un mínimo de 60 adolescentes empezando a trabajar. Han empezado a aparecer otras opciones, que en la medida en que se vayan consolidando las iremos dando a conocer, porque estamos convencidos de que el único camino posible para quebrar esa trayectoria es plantear un camino que sustente la salida y no simplemente el boleto que te dan para regresar a tu casa, y así volver a un escenario que probablemente te conduzca nuevamente a la trayectoria delictiva.
EC - ¿En qué consiste el Programa de Atención a la Familia del menor?
RA - Acá hay dos líneas de ataque. Una está relacionada con el adolescente en concreto, y la otra con la familia. De repente encontramos en las evaluaciones que hemos hecho familiares que hacen alianzas, con una lógica delictiva muy descrita en la sociología criminal, y son permisivos con relación a la trayectoria delictiva o con la comisión de los delitos. Así identificamos a familiares que sean susceptibles de ser atendidos por este programa para facilitarles la capacitación, el trabajo, que reconstituyan esa línea de relacionamiento con la sociedad que ha quedado quebrada por razones diversas y por tiempos diversos.
No hay que olvidar un dato de la realidad, que hace que todavía las variables sociológicas de la criminalidad se mantengan con mucha potencia. De los adolescentes que atendemos, los más chicos nacieron en 2002, en plena crisis, y los otros nacieron a mitad de la década de los noventa. Ese proceso histórico que vivió nuestro país tiene un efecto que todavía hoy no ha terminado. Es un efecto residual de desbalance estructural de las relaciones que se dieron por los efectos de las diferentes políticas económicas y sociales de esos tiempos.
Esta línea es muy importante. Además, en el nuevo Sirpa, subordinado a gerencia, hay concebida una Unidad de Atención Familiar, que también es algo inédito, porque hay una Unidad de Atención Familiar y una Unidad de Monitoreo de Derechos que replica la concepción de trabajo técnico del Comisionado Parlamentario, por ejemplo. Los familiares allí no solo tienen la posibilidad de realizar denuncias, que de hecho las realizan, los recibimos sistemáticamente y apoyamos a algún familiar para que realice alguna denuncia penal, sino que además se inicia un trabajo con los familiares que hacemos hoy de una manera muy espontánea pero que queremos institucionalizar. Es discutir con la familia por qué le lleva al chiquilín en un día de visita un champión de 4.000 pesos. Cuando una familia le lleva a alguien que está detenido en uno de nuestros centros de privación de libertad un champión de 4.000 pesos, está convalidando simbólicamente que está bien. Y ese costo social que se transfiere a la familia también hay que quebrarlo, y hay que quebrarlo con un trabajo muy peculiar, muy paciente con la familia, porque acá opera la cuestión "se lo traigo porque lo quiero, porque me lo pide", a imagen y semejanza de cualquier otro padre. Ese trabajo es muy importante y también estamos abocados a él.
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EC - González hacía un añadido fuera de micrófonos.
RG - La sociedad en su conjunto habla de rehabilitar jóvenes. Nosotros, en el nuevo instituto, hablamos de responsabilidad penal adolescente.
EC - ¿Cuál es la diferencia entre responsabilizar y rehabilitar?
RG - Responsabilizar es lo que hacemos a diario con los chiquilines, que es hablar de que tienen que ser responsables de su acto y deben cumplir y pagar con responsabilidad por el delito que cometieron. Rehabilitar es eso de lo que hablaba Rolando recién. Podemos rehabilitar al enfermo psiquiátrico para sacarlo de la patología o a alguien que es adicto. Acá estamos trabajando sobre la responsabilidad penal adolescente.
RA - Además, el concepto de responsabilidad incluye tres líneas fundamentales de ataque. Primero, la responsabilidad por la comisión de la infracción, hacerse responsable y no decir "Sí, lo lamento; sí, me disculpo"; no, es hacerse responsable por la comisión del acto delictivo; hacerse responsable por el daño causado a otro durante el acto delictivo, pero también hacerse responsable del daño causado a sí mismo, porque aparentemente y solo aparentemente cuando se comete un delito la persona que comete el delito no se daña a sí misma. Y eso no es cierto. También se daña a sí misma. Esa línea de responsabilidad va acompañada también con la restitución de toda una serie de derechos que históricamente a este tipo de población se le han vulnerado.
Esa política de responsabilización es la que alimenta las concepciones más modernas de sistemas penales adolescentes y deja a un lado la vieja concepción de rehabilitación que supone que hay algo que está mal armado que hay que volver a componer. Teóricamente, podemos entrar a discutir largas horas por qué no compartimos esa línea teórica de rehabilitación y nos afiliamos a la línea de la responsabilidad penal.
EC - Hay varios oyentes que manifiestan su satisfacción por lo que están escuchando a propósito de las líneas de trabajo que se están siguiendo en el Semeji en estos meses, a partir de la asunción de las nuevas autoridades y con el nuevo marco legal. Creo que va todo rumbeado por el lado que mucha gente estaba reclamando. Ojalá que esto se consolide.
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Transcripción: María Lila Ltaif